domingo, 26 de abril de 2009

Nuestro encuentro con Dios

El que busca a Dios, lo encuentra. (Para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros; Hechos 17:27). Hay dos grupos de personas con dos actitudes diferentes ante la palabra que sale de la boca del hijo de Dios Jesús. El primer grupo; se acerca a Él para oírle, son conscientes de que su vida discurre al margen de Dios. Se acercan para oír a Jesús, es un acercarse desde la debilidad. El segundo grupo de personas también se acercan y murmuran, su vanagloria espiritual les hacía impermeables a las palabras del Mesías. Tan llenos estaban de sí mismos, que el Evangelio proclamado por Jesús era estéril para su alma. Unos escuchan y otros murmuran. Cuando Dios habla y el hombre murmura, la palabra es ineficaz, no llega al corazón, simplemente entra por un oído y sale por el otro sin provocar cambio alguno. En Jesucristo tiene el hombre su punto de encuentro con Dios. Pero muchos no saben escuchar porque todo lo pasan por el filtro de su autosuficiencia. También hay los que dicen: Puesto que esto no hay cómo cumplirlo y no espero nada de Dios, vamos, pues a recortarlo. A fin de cuentas, el Evangelio es para personas consagradas, para algunos elegidos, para los más generosos…..Jesús no vino para recibir promesas de ningún hombre, sino para ofrecer las suyas a la humanidad caída. El primer trabajo que el Evangelio hace en el hombre es quitarle su coraza de autosuficiencia, que descanso y que paz descansar confiadamente en quien lo tiene todo y lo da todo. No es que esas personas que hablemos antes no vayan al Evangelio; sin duda que lo conocen, pero no escuchan porque su etiqueta actúa como tapones en sus oídos. Dios se ha hecho cercano, es Emanuel, Dios con nosotros; (Mateo 1:23; Isaías 7:14). O bien los que dicen; Dios existe, pero prefiero ir por libre. Mientras que un anuncio deslumbrante nos haga salivar de deseo por el producto que anuncia o una bronca del jefe nos amargue el día, no seremos libres para determinar el contenido de la experiencia. Y el otro extremo es que recientemente se ha convertido en una moda creer que, sintamos lo que sintamos dentro, se trata de la verdadera voz de la naturaleza hablándonos. La única autoridad en que creen muchas personas hoy día es el instinto.
Si algo parece bueno y es natural y espontaneo, entonces es bueno. Pero cuando seguimos las sugerencias de la genética y las instituciones sociales sin cuestionarlas, abandonamos el control de las fuerzas impersonales. En Mateo 9:20-22 vemos la mujer que se había gastado toda su fortuna en soluciones inútiles. Alguien le hablo de Jesús y se dijo así misma: “O ahora o nunca”. Dios revela su palabra a los que le buscan y se deja tocar en el encuentro de su salvación. El Shemá dice; “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:4-6) se repiten en 3 de los Evangelios. “ESCUCHA ISRAEL, DIOS, NUESTRO DIOS, ES UNO” “ SHEMÁ ISRAÉL, ADONÁI ELOHÉINU ADONÁI EJÁD”. Si la palabra permanece dentro de ti, si la guardas como el tesoro más valioso que tienes, ella crecerá dentro de ti porque tiene la vida en sí misma, y fecundará tu corazón y tu alma para que pueda ser cumplida. El anuncio del Evangelio siempre es de misericordia y salvación. Sabes que Jesús el elegido, el enviado, tiene poder para elegir y enviar. Elige y envía a su Iglesia a todo hombre para que recupere, por medio del Evangelio, su dignidad divina. La conciencia y la percepción de aceptar tu vacío existencial es el principio de la sabiduría que te lleva a la salvación. ¿Cuál fue la verdad que hizo levantar los ojos del hijo pródigo? ¡Que se estaba muriendo de hambre y que en la casa de su padre había pan en abundancia! (Lucas 15:11-32). El que cae no necesita consejos sino misericordia. Los discípulos del Señor Jesús estamos llamados a arrojar esta luz que devuelve al hombre la esperanza perdida. ¿Quiénes son estos sabios e inteligentes, a los cuales la palabra que da vida les está oculta? (Lucas 10:21) Los que se fían de sí mismos, de sus fuerzas; los que necesitan entender todo para arriesgarse a creer; los que tienen sus ojos puestos en sus graneros llenos; los que quieren ser los primeros en todo y se sirven de medias mentiras y medias verdades para escalar allí donde su corazón necio tiene puesto sus impulsos. Podemos ser irrecuperables para los hombres pero no para Dios porque no somos nosotros los que nos hemos entregado a Dios, es Dios quien se ha entregado a ti, (Gálatas 2:20) “El cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Jesús. Solo cuando el hombre abraza la fe, entiende que toda su vida es la historia de un abrazo de Dios con él. No entres en la rutina de Dios dejando que llegue el momento en que Él no te asombra. Cuando la palabra llega hasta el fondo del ser de un hombre, es cuando acontece el asombro, como la turbación de María y el estremecimiento de Jesucristo. El Señor Jesús, al morir en la cruz, dejó sembrado en el hombre una vida nueva que rompe todos los moldes religiosos hasta entonces establecidos. El Evangelio es el buen pastor que despertando nuestra vida, nos conduce hacia el Padre. El Evangelio es Emanuel, Dios con nosotros, el mismo Jesús Señor nuestro. La letra mata porque es la frustración del querer y no poder, y con el agravante de que, con el paso del tiempo, uno es consciente de que la ley no efectúa ningún cambio dentro de sí. Cuando se dan acontecimientos contrarios a tus intereses, tu corazón se manifiesta tal y como es, por ello es necesario un cambio interior de corazón y de mente (2ª Corintios 3:6; Romanos 7:6)”Porque la letra mata, mas el espíritu vivifica”. La ley es el poder del hombre, El Evangelio es el poder de Dios. Dios sale a nuestro encuentro y nos recobra como hijos (Jeremías 31:33) “Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón” promesa cumplida en Jesús.

1 comentario:

  1. muy bueno te felicito sigue ha si porque el apostol pablo en echos capitulo 7 habla de la letra que es la ley y en la ley aquello que no debo hacer eso hago y lo que debo hacer eso no hago. pero en la gracia todo lo podemos en CRISTO que nos fortalece.QUE DIOS BENDIGA TU CASA

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