sábado, 30 de abril de 2022

Mi gozo está en Dios

 


Mi gozo está en Dios

“Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya fruto, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.” Habacuc 3:17-19

En la vida, por propósito y bondad de Dios, pasamos por diversas situaciones y circunstancias; y evidentemente una de las cuales más nos afecta o en parte nos descontrola, es cuando tenemos escasez; escasez económica, de respuestas, de compañía y en general escasez emocional y hasta espiritual, pues como la palabra lo dice nos está haciendo falta algo, algo que indudablemente necesitamos y anhelamos.

Pero lo cierto de todo esto, por difícil y doloroso que sea, es que es completamente necesario en nuestra vida y es a través de lo cual el Señor nos quiere edificar. Por eso, Él a través de su palabra, nos enseña que por mucho que veamos escasez o falta de fruto en una o muchas áreas de nuestra vida, nuestro gozo nunca debe faltar; puesto que, nuestra alegría y plenitud no deben depender de los resultados o las circunstancias, sino que siempre deben estar puestas en Dios.

El gozo de nuestra vida está en conocer a Dios, en tenerlo a Él en nuestro corazón y en saber que nos ama y que cada mañana su misericordia es renovada. Eso es lo que a nosotros nos debe llenar el corazón de alegría y gozo, pues todo lo demás son añadiduras, de las cuales Dios se encargará de suplir en su tiempo y conforme al plan y propósito en el cual quiere que andemos.

Recordemos además este mandato básico y claro, dice Dios en 1 Tesalonicenses 5:16, 18 “Estad siempre gozosos.” “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” Así que, el llamado es para que en todo tiempo vivamos en el gozo de Dios y agradecidos por su gran amor.   Oración.

«Padre Celestial, te confieso que en estos momentos de escasez siento desfallecer, pues no veo el fruto que anhelo y espero; pero he visto que aun en ellos me estás bendiciendo, pues me formas y fortaleces para los planes y propósitos que me tienes. Así que, como me has enseñado, mi deseo es que a pesar de que esté pasando por esos momentos, mi alegría y mi gozo sean manifiestos, pues tengo conmigo al Dios de mi salvación. En el nombre de Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 29 de abril de 2022

Administración sabia y diligente

 

Administración sabia y diligente


“Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida” Proverbios 24:30-31.

Cuando Dios nos da alguna posesión en administración es de gran responsabilidad, pues en algún momento el dueño y Señor de aquello pedirá cuentas a sus siervos. La sabiduría y la diligencia son dos aspectos claves que nos ayudarán a desempeñar una correcta administración.

La palabra de Dios nos enseña que al hombre perezoso no le tarda en llegar la necesidad y la pobreza (Proverbios 6:9-11), pero así mismo también nos declara que es en vano que nos levantemos muy temprano y vayamos muy tarde a descansar si Dios no está como prioridad y base de todas nuestras labores (Salmos 127:1-2).

Debemos entender que hay tiempo para trabajar y tiempo para descansar, este es un principio dado y enseñado por Dios desde el inicio de la creación; Éxodo 20:11 dice “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó». Así que, es importante que semanalmente dispongamos un tiempo para descansar y adorar a Dios.

El proverbio dice “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22). Por lo que, podemos decir entonces, que la esencia de la administración sabia y diligente está en construir todo bajo las enseñanzas de Dios, pues de Él es que viene nuestra fuerza, sabiduría y bendición.   Oración.

«Padre Celestial, reconozco que todo lo que me has dado ha sido en administración y gracias a tu don. Te doy gracias porque te encargas de suplir cada carencia y equivocación que como humano tengo, pero así mismo te pido cada día me hagas más dócil y dependiente de ti, pues solo a través de tu sabiduría, dirección y fuerza puedo ser ese administrador sabio y diligente que Tú quieres que yo sea. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 28 de abril de 2022

Orar

 


Orar

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Mateo 7:7-11.

La porción bíblica del día es una clara motivación o exhortación para que siempre oremos. En ella se nos dice específicamente, pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen y se les abrirá. Teniendo como sustento que a quien nos estamos dirigiendo es nuestro Padre Celestial.

La oración es uno de los privilegios más hermosos y beneficiosos que tenemos nosotros los hijos de Dios, se nos ha dado con el propósito de que aprendamos a confiar y esperar en el Señor, pues orar es una manera de renunciar a hacer todo en nuestra propia sabiduría, inteligencia y fuerza, y en lugar de esto, anhelar y pedir que se haga como Dios quiera.

El motivo por el cual nosotros tomamos la decisión de querer cambiar la manera en que se desarrollen las situaciones, es por la sola naturaleza de Dios, porque se nos revela que si nuestros padres terrenales siendo malos e imperfectos nos dan cosas buenas, cuánto más nuestro Padre Dios quien es santo, justo y bueno nos dará todo conforme a nuestra necesidad y su buena voluntad.

Es importante entonces que cada día nosotros pidamos, busquemos y llamemos, siempre, todo el tiempo, nuestro Padre Celestial está con sus oídos atentos. Y debemos tener claro que si anhelamos que algo resulte de manera buena, agradable y perfecta solo se logra cuando lo disponemos en manos de Dios en oración. Así que, como dice la palabra de Dios, estemos “gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración” (Romanos 12:12).  Oración.

«Padre Dios, qué privilegio tan maravilloso el poderme acercar a ti en oración. Cuando estoy solo, triste, angustiado o cuando me siento feliz, tranquilo y acompañado, siempre mi mejor decisión es confiarte y disponerte todo a través de la oración. Gracias porque sé que en todo tiempo estás, creo y confío que siempre me bendecirás, pues eres mi Padre celestial, en Cristo Jesús, amén. 

miércoles, 27 de abril de 2022

La ley del amor

 


La ley del amor

“No digas: Como me hizo, así le haré; daré el pago al hombre según su obra» Proverbios 24:29.

“Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra» Mateo 5:38-39.

Es difícil cuando sin justa causa o sin merecerlo recibimos ofensas o malas respuestas de otra persona, claramente nos sentiremos tristes e indignados, pues es la reacción natural ante este tipo de acontecimientos, pero lo que no nos puede suceder es el deseo o la acción de tomar venganza.

Cuando nosotros conocemos y somos participes del gran amor con que nos amó Dios, fácilmente podemos llegar a la conclusión de que no éramos ni dignos ni merecedores de tan grande amor y que no fue a causa ni en respuesta a nuestros buenos actos o bonitas intenciones, sino que por el contrario fue sin duda un regalo, una total obra de gracia y misericordia por parte de nuestro Dios.

Entonces, nosotros habiendo recibido tanto y nuestro corazón estando lleno con tan inmerecido amor, el llamado que hoy nos hace nuestro Señor es a que seamos transmisores de esta ley del amor. No debe caber en nuestros pensamientos ni sentimientos, dichos como: “Le haré como él me hizo”, “pagaré mal por mal” o “le daré de su propia medicina” pues estas son actitudes y comportamientos de personas que no tienen el amor de Dios en su corazón.

La ley de la lógica nos puede decir “Ojo por ojo, y diente por diente” pero la Ley de Cristo nos habla de la gracia y la misericordia. No es nuestra labor hacer justicia o tomar venganza, por el contrario, nuestra mayor misión es dar amor y esperar en el Señor, pues el único justo y bueno es Dios.  Oración.

«Dios, cuando reflexiono en el amor con que me has amado, me doy cuenta de que no soy digno ni merecedor, y cuando lo debo practicar con los demás, cuestiono si ellos se lo merecen o no, por lo que te pido perdón, pues no soy nadie para juzgar o condenar. Sé que me has llamado a cumplir la ley del amor, dar de aquello con lo que me has llenado, de tu perfecto amor sin condición. Así que te pido me ayudes a practicarlo, por Jesucristo nuestro Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 26 de abril de 2022

Momentos de debilidad

 


Momentos de debilidad

“Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo” Mateo 26:37-38.

Todos en alguna época de nuestra vida pasamos por momentos de profunda debilidad, angustia y tristeza, pero a diferencia de lo que primero podemos imaginar, estos tiempos son de mucho crecimiento y madurez espiritual, pues son situaciones que nos sacan de nuestra monotonía y que naturalmente nos llevan a poner en práctica nuestras verdaderas creencias.

Cuando llegó este momento en la vida de nuestro Señor y Salvador, vemos como Él lo primero que hizo fue rodearse de su círculo de amigos más cercanos para abrirles su corazón de manera total y sincera, y una vez hecho esto se apoyó en ellos en oración.

El acto de expresar nuestras debilidades y temores a los demás es una forma de manifestar que no somos perfectos ni autosuficientes, sino que necesitamos y dependemos primeramente de Dios, pero también de apoyo en oración, pues si cada día nos es necesario fortalecernos en el poder de la fuerza del Señor, mucho más en momentos de debilidad.

Es importante que por muy difíciles que estén los tiempos, siempre pidamos y aceptemos que se haga la voluntad de Dios, porque si bien esta al inicio puede parecernos dura y compleja es el camino para que en nuestra vida se cumplan esos buenos y perfectos planes de Dios, aquellos que nos fortalecerán, afirmarán, establecerán y perfeccionarán.

Por lo anterior, todo tiempo de debilidad es una clara oportunidad de crecer de manera espiritual. Así que, busquemos siempre fortaleza y solución en el Señor, abriendo nuestro corazón y buscando apoyo en oración.  Oración.

«Padre Celestial, me has permitido pasar por momentos de mucha debilidad donde siento que no puedo más y que no quiero continuar, pero aunque difíciles y extensos, luego he podido ver tu misericordia y bondad, pues en todos ellos estabas presente y obrando poderosamente; ahora puedo entender que todo fue planeado para mi bienestar y crecimiento espiritual, así que, gracias Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 25 de abril de 2022

Por amor

 


Por amor

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” 2 Corintios 5:14-15

Conocer el amor de nuestro Señor Jesucristo por nosotros, no solo nos debe sorprender o enorgullecer, sino que como dice la Escritura, nos debe constreñir, es decir, impulsar, conmover o motivar a algo más, entre ello, corresponder, pues si Cristo murió por nosotros, nosotros también morimos, pero como Cristo resucitó para gloria de Dios, nosotros también debemos vivir una nueva vida para el agrado de Dios.

Una vez que nos identificamos con la muerte de nuestro Señor Jesucristo, creyendo que Él llevó nuestros pecados en la cruz, debemos tomarlo como un hecho real y así vivirlo o practicarlo; vivir una vida donde no practiquemos el pecado, donde no nos dejemos dominar por él, donde esos deseos de nuestros ojos, de nuestra carne y la vanagloria de la vida sean apagados por el fuego del Espíritu Santo que mora en nosotros, y donde nuestro mayor anhelo sea vivir para Cristo.

En respuesta a tan grande amor, nosotros también por amor debemos vivir para el Señor. Así como Cristo por amor hizo siempre la voluntad de Dios hasta el punto de morir en la cruz por cada uno de nosotros, nosotros también debemos ser obedientes por amor, pues dice su Palabra “Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio” (2 Juan 6). Finalmente, sus mandamientos son el reflejo de su amor hacia nosotros, pues cuando los practicamos somos incomparablemente recompensados. Así que, por amor obedezcamos.  Oración.

«Padre amado, la manifestación de tu amor es clara y contundente, tu Único Hijo enviado en sacrificio por mis pecados. Hoy, más que agradecerte, quiero que me ayudes a corresponderte; yo también, por amor, quiero escucharte y obedecerte, pues quien te ama es aquel que tiene tus mandamientos y los guarda. Así que día a día pido que me llenes de tu amor y tu gracia, por Jesucristo nuestro Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 24 de abril de 2022

Por fe andamos, no por vista

 


Por fe andamos, no por vista

“Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.” 2 Corintios 5:6-9

Si bien es cierto que, como dice la palabra en 1 Corintios 6:11, en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios que ahora mora en cada creyente, hemos sido lavados y justificados de todos nuestros pecados, eso no quiere decir que sea un permiso o autorización para que ahora hagamos todo lo que queramos o todo lo que el mundo nos presenta, sin medir las proporciones, la conveniencia o si son o no del agrado de nuestro Dios, pues como dice 1 Corintios 6:12 “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna.”

Debemos, como nos dice la escritura en el versículo del día, anhelar agradar a Dios en todo tiempo, pues el hecho de que todavía no estemos físicamente en su presencia, no quiere decir que Él no nos esté viendo y que en algún momento no debamos rendirle cuenta de cada una de las obras que hicimos cuando estábamos en el cuerpo y ausentes de Él, es decir, viviendo en el mundo.

El Señor nos dice en su palabra que nosotros andamos por fe y no por vista, es decir, creyendo que Dios está en nosotros y con nosotros todo el tiempo, pues tenemos fe que Él es omnipresente y no tenemos que observarlo físicamente para así creerlo.

Por consiguiente, la exhortación del presente día es a que vivamos en el estado que Dios nos ha dado, lavados, justificados y santificados; teniendo cuidado de medir y evaluar cada uno de nuestros pensamientos, sentimientos, gestos, palabras y obras, pues el Dios en quien creemos y a quien amamos nos observa en todo momento.   Oración.

«Señor, eres Dios justo y bueno, en Cristo nos has dado todo para agradarte; nos lavaste y justificaste de nuestros pecados y nos has santificado, anhelando que así lo creamos y vivamos. Así que, por el Espíritu Santo que me has dado, te pido me permitas ser sensible a tu voz para hacer todo para tu agrado, en la medida justa y correcta, por Jesucristo mi Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 23 de abril de 2022

De pobres a ricos

 

De pobres a ricos


“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” 2 Corintios 8:9.

En nuestra vida, antes de conocer a Cristo, sin saberlo y sin entender a fondo todo lo que esto implicaba, estábamos en el mundo sin Dios, aunque algo habíamos escuchado de Él, pero no lo conocíamos verdaderamente y no lo teníamos en nuestro corazón, por ende como lo hemos aprendido de la Escritura, no éramos sus hijos, sino solamente sus criaturas, puesto que para llegar a tener el derecho de llamarnos hijos de Dios debemos primero creer en el Señor Jesús y recibirlo en nuestro corazón (Juan 1:12-13). Hemos conocido también que estábamos bajo la autoridad de Satanás y muertos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1-2), situación que no nos permitía ver y experimentar el sentido o propósito de Dios para nuestra vida; vida que ahora está escondida con Jesucristo en Dios (Colosenses 3:3).

Y como ya lo hemos dicho, gracias a la fe en nuestro Señor Jesucristo y a su gracia que por amor a nosotros se hizo pobre, es decir, se despojó a sí mismo, tomó forma de siervo y se hizo obediente hasta la muerte de cruz, nosotros, con su pobreza somos enriquecidos.

Como hijos de Dios, por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, podemos disfrutar de las abundantes riquezas que posee y nos brinda nuestro Padre Celestial (Efesios 2:7).

Nos ha sido dado el don del Espíritu Santo (Hebreos 10:45) y por medio de Él, un entendimiento de la Palabra de Dios (1 Corintios 2:10), hecho que le da luz y dirección a nuestra vida (Salmos 119:105) y que nos permite conocer cuál es la voluntad de Dios para nosotros, es decir, aquello que es bueno, agradable y perfecto.

Así las cosas, la invitación del día de hoy es a que permanezcamos en el inmenso amor de Dios y la gracia de nuestro Señor Jesucristo, siendo obedientes a sus principios y siguiendo la dirección de Dios para nuestro camino, pues es la manera de poder ver y disfrutar de las bendiciones y riquezas que heredamos como hijos de Dios.  Oración.

«Padre Celestial, sobreabundantes son las riquezas de tu gracia hacia nosotros tus hijos. Gracias por tanto amor manifestado en Jesucristo nuestro Señor. Ruego que me enseñes a vivir en tu dirección, y que alumbres los ojos de mi entendimiento para que pueda conocer los planes que me tienes, pues quiero disfrutar de las riquezas de tu gloria en Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 22 de abril de 2022

Cultivando amistades

 


Cultivando amistades

“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.” Proverbios 18:24

“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.” Proverbios 17:17

Las amistades son relaciones que Dios ha creado para nosotros con el propósito de ser y tener en todo tiempo una mutua ayuda, apoyo, palabra de aliento o simplemente un compañero. La palabra de Dios dice que la persona que tiene amigos debe mostrarse amigo, y para nosotros lograr mostrar o manifestar algo, indudablemente requiere realizar hechos o acciones. Así es que, si decimos ser o tener amigos, esto más que cantidad debe ser calidad.

Cuando hay una amistad como la que describe la Biblia, en nuestro corazón no debe haber espacio para envidias, celos o egoísmos. Si por ejemplo, a nuestro amigo le va bien o está cumpliendo sus metas, nuestro corazón debe unirse a él en alegría y compañerismo, o si por el contrario está en tiempos de dificultad y angustia, nosotros también nos debemos doler con él, teniendo empatía y compasión. Es decir que, en todo momento debemos manifestar esa unidad y amor que caracterizan una buena y sana relación.

Cuando el Señor Jesús dijo que sus discípulos eran sus amigos y no solo sus siervos, Él explicó que era porque les había dado a conocer todas las cosas que había escuchado de su Padre (Juan 15:15), hecho del cual podemos tomar ejemplo de la confianza y bondad que también se deben evidenciar en una relación de amistad.   Oración.

«Padre Dios, gracias por las personas que has puesto en mi camino y las cuales se han mostrado amigos. Permíteme, por favor, corresponder de la misma manera a esa amistad sincera; lléname de tu bondad, generosidad, sabiduría, amor y fidelidad para cultivar una buena amistad, en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 21 de abril de 2022

 


Venciendo la tentación

“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: no tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían” Mateo 4:1-11.

La tentación en nuestra vida es una situación que suele suceder con facilidad y frecuencia, puesto que como hijos de Dios tenemos una guerra espiritual contra el tentador que nos quiere llevar a dudar, incitar y finalmente desobedecer a Dios. Por lo tanto, es de vital importancia que sepamos de qué manera la debemos enfrentar y así poderla superar.

Observando el ejemplo de nuestro Señor Jesús, vemos un común denominador en sus tres respuestas al tentador, y es el uso sabio de la Palabra de Dios, en las tres ocasiones el Señor cita pasajes del Antiguo Testamento que derriban los falsos y descontextualizados argumentos que el diablo está levantando en contra del verdadero conocimiento de Dios. Pero es importante resaltar que esto solo fue posible gracias al tiempo que el Señor Jesús había tenido de intimidad y comunión con Dios, puesto que la tentación vino luego de Él haber estado en el desierto cuarenta días y cuarenta noches, situación que de ninguna manera lo debilitó, sino que por el contrario lo fortaleció y le dio la capacidad de vencer la tentación.

Es por esto, hermanos, que Dios hoy nos quiere recordar la vital importancia que es para nosotros nuestro tiempo de intimidad diaria con Él. A través de la guía de su Espíritu y la oración, nosotros podemos tener un entendimiento correcto de la Palabra de Dios y por ende un uso sabio en cada tentación. Así que, como hijos de Dios y templos del Espíritu Santo, busquemos cada día una dosis de dirección sabia para estar preparados y poder vencer la tentación.   Oración.

«Dios, sé que en mi vida permites momentos de prueba y tentación, en los cuales me das las herramientas suficientes y necesarias para resultar más que vencedor. Por lo cual te pido que me afirmes en mi intimidad contigo y por medio de tu Espíritu me des el entendimiento sabio y correcto de tus dichos y mandamientos. Gracias por tu misericordia y fidelidad. En el nombre de Jesucristo mi Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 20 de abril de 2022

Mensajeros

 


Mensajeros

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” 1 Pedro 2:9.

Los que creemos en Jesucristo, dice la Palabra en hebreos 4:6, nos podemos acercar confiadamente al trono de Dios para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro, privilegio del que seguramente hacemos uso diariamente y con más intensidad en momentos de dificultad, pues es la mayor seguridad que podemos encontrar. Pero hay algo más y muy especial que Dios quiere que resulte de este tiempo de intimidad con Él, y es que no retengamos solo para nosotros su bendición.

Cuando clamamos a Dios, dice su Palabra, Él nos enseña cosas grandes y ocultas que nosotros no conocemos (Jeremías 33:3), lo cual es una bendición que recibimos solo por la gracia de Dios. Entonces, de la misma manera en que la hemos recibido, el Señor quiere que la compartamos con nuestro prójimo. Como leemos en el versículo de hoy, su Palabra dice que nosotros hemos sido escogidos por Dios; a aquellos que hemos aceptado a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Dios nos ha hecho nación santa y real sacerdocio, posición que nos da el privilegio de acceder a su trono, pero que también nos da la especial misión de que todo aquello que Dios nos revele y nos conceda lo anunciemos, es decir, lo compartamos o transmitamos a todo aquel al que Él nos envíe o nos presente.

El Señor quiere que seamos mensajeros de su bendición, todo lo que Él nos da en momentos de intimidad es especial, maravilloso y poderoso, razón por la cual no lo debemos callar, nuestra misión es anunciar, comunicar con amor toda la grandeza de Dios, y así lograr que su bondad sea conocida por los demás. Todo el mundo debe saber del amor y el poder de Dios, pero para eso es necesario que sus mensajeros lo divulguemos.   Oración.

«Rey Celestial, en tu infinito amor y paciencia quieres que todos lleguen a tu conocimiento, y para eso nos has dispuesto a nosotros, hombres y mujeres testigos de tus virtudes, misericordia, gracia, amor, poder y todo lo que eres. Así que, te pido pongas en mí el querer como el hacer por tu buena voluntad, hazme mensajero de tu bendición, en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 19 de abril de 2022

El nuevo mandamiento

 


El nuevo mandamiento

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” Juan 13:34

Durante su tiempo con los discípulos, Jesús instituyó un nuevo mandamiento, su mandamiento, el cual nos dice que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado. La referencia que podemos encontrar en la ley respecto a este nuevo mandamiento es el que dice: amaras a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:39-40). pero entonces vemos que la gran diferencia del antiguo respecto al nuevo, consiste en que no debemos tener como base el amor por nosotros mismos para encontrar la forma correcta de amar a los demás, sino que debemos observar el amor con que Jesucristo nos ha amado.

Si nosotros reflexionamos, nos damos cuenta de que el amor por nosotros mismos es tan frágil y cambiante que en muchas ocasiones nos ha llevado a irrespetarnos, subestimarnos y hasta, no aceptarnos como somos, pero si por el contrario observamos el amor con que nos ha amado el Señor, encontramos que es incondicional, sacrificial, inagotable e inmerecido, pues Él sin juzgarnos ni rechazarnos murió en la cruz para el perdón de nuestros pecados.

El Señor Jesús no nos pidió perfección para manifestarnos su amor, y así mismo quiere que nosotros amemos a nuestro prójimo. No debemos condicionar el amor del Señor, a todos, sin importar su aspecto, presentación, virtud o defecto, debemos amarlo como Cristo nos amó.  Oración.

«Padre Celestial, me has llenado de tu amor incondicional e inmerecido y mi corazón se goza al poderlo conocer y disfrutar. Ahora quiero, como lo dices en tu Palabra, que el amor con que me has amado por medio de Jesucristo, sea mi base y mi motivación para amar a los demás. Por eso te pido quites toda idea de mi mente que vaya en contra de tu voluntad, pues quiero ser instrumento para compartir y transmitir tu inagotable amor. Por Jesucristo mi Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 18 de abril de 2022

ADOPTADOS HIJOS SUYOS

 


ADOPTADOS HIJOS SUYOS

“en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”, Efesios 1:5-6

“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”, Romanos 8:15-16

La nueva relación que tenemos con Dios es que hemos sido adoptados como hijos en su familia, esto nos da derechos y obligaciones al mismo tiempo. Sabemos que los procesos de adopción son sumamente serios y complicados, por eso cuando se adopta a un niño hay que realizar muchos trámites legales hasta que se concede el certificado de que esa persona es hija de alguien y por ende su heredera. La vida anterior de una persona adoptada se borra completamente; si tenía deudas estas quedan canceladas, se le considera una nueva persona que empieza una nueva vida sin vinculación con su pasado. Su ceremonia de adopción se lleva a cabo en frente de testigos.

Cuando conocemos a Dios y nos hace hijos por su voluntad, adquirimos todos los derechos de un hijo legítimo, nos volvemos herederos y coherederos con Cristo. Nuestro pasado automáticamente es borrado y nos hace nuevas criaturas. 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Somos hijos de un nuevo Padre en todos los sentidos. Como es una adopción espiritual que se hizo en la cruz del calvario, el testigo de nuestra ceremonia de adopción es el Espíritu Santo, quien da testimonio a nuestro espíritu de que somos de verdad hijos de Dios.

Antes de ser adoptados estábamos bajo el control de nuestra naturaleza humana pecadora; pero Dios en su misericordia nos ha tomado como su exclusiva posesión, el pasado ya no tiene ningún derecho sobre nosotros, Dios tiene ahora el derecho absoluto, el pasado está cancelado y nuestras deudas borradas por la sangre preciosa de Jesús.

Ahora tenemos una nueva vida con Dios, por eso el apóstol Pablo nos dice que hemos recibido el Espíritu de adopción para ya no estar más en temor, ya no somos esclavos sino libres. No volvamos a esclavitud viviendo bajo los parámetros del mundo, vivamos en la libertad que Cristo nos dio por medio de su sacrificio, en una vida bajo los preceptos divinos, una vida abundante y de bendición.

Tengamos una relación íntima con nuestro Padre quien nos restaura y nos convierte en sus hijos. Hemos heredado su vida y su gloria, vivamos conforme a lo que su Palabra dice que somos: santos y amados. Acerquémonos con confianza y digámosle: Abba Padre.           Oración.

"Gracias Padre celestial, porque sin merecerlo, me tomaste cuando estaba perdido, cuando andaba en pecado y me adoptaste por el puro afecto de tu voluntad. Enséñame a andar en libertad y a caminar como un verdadero hijo de Dios, obedeciendo tu Palabra, teniendo siempre una íntima comunión contigo y disfrutando de todas las promesas y de la gloria que he heredado. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 17 de abril de 2022

La gran Comisión

 


La gran Comisión

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Mateo 28:18-20

En el evento de la resurrección, el Señor Jesús se aparece a sus discípulos para darles una instrucción muy clara y que es fundamentada en su victoria sobre la muerte, pues Él inicia diciéndoles “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”, hecho que la Escritura nos confirma en Romanos 14:9 cuando dice “Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven», y que nos complementa en 1 Pedro 3:22 diciendo “quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades”.

Entonces, por cuanto Jesús es Señor que está sobre todo principado, autoridad, poder y señorío, es que con absoluto derecho y libertad ha manifestado su mandato, el cual como decíamos ahora, en su momento fue dado a los once discípulos, pero que hoy por su gracia y majestad ha llegado hasta nosotros que también somos sus discípulos.

Así que el Señor hoy, en que recordamos y celebramos su resurrección, también nos quiere recordar su voluntad. Él desea que donde quiera que nosotros estemos o vayamos hagamos discípulos para Él, discípulos que crean en el único Dios verdadero manifestado en sus tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, así mismo, discípulos que guarden y obedezcan todo lo que Él nos ha dejado escrito en su Palabra, pues un discípulo o seguidor es aquel que hace todo lo que su Señor dice y hace.

Por lo tanto, evaluémonos hoy, qué tanto estamos obedeciendo a nuestra máxima autoridad. No olvidemos que el Señor nos promete que estará con nosotros todos los días de nuestra vida, hasta el fin del mundo. Así que, con toda tranquilidad y confianza en su Palabra, dispongámonos a cumplir su ordenanza.   Oración.

«Padre Dios, en este día me gozo y te agradezco por el hecho de conocerte y comprender tus mandatos, pues por la obra salvadora de tu Hijo y el Espíritu Santo que mora en mí, me has hecho entender todo lo que me has dado; agradecimiento, honra y gloria sean para ti, Dios y Señor. Finalmente, pido tu gracia para cada día andar en tu voluntad y obedecer fielmente a tu verdad. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 16 de abril de 2022

Momentos sin Jesús

 


Momentos sin Jesús

“Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios. Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando. Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.” Marcos 16:9-11

Desde que el Señor Jesús fue arrestado vemos como sus discípulos lo dejaron por temor (Mateo 26:56), y luego al ver todo lo que aconteció alrededor de este suceso las cosas para ellos se volvieron más difíciles, pues a su Señor y Maestro lo habían crucificado, y por consiguiente en su corazón había llanto, tristeza, desesperanza, miedo, incredulidad, asombro y falta de entendimiento.

Actitudes, pensamientos y sentimientos similares son los que nos abordan cuando por diferentes motivos no permanecemos en la presencia de Dios, cuando nos alejamos y dejamos a un lado nuestra comunión con Él. En el momento menos imaginado y probablemente sin tener muy claro el porqué de la situación, nosotros también nos llenamos de desesperanza, tristeza, amargura, incredulidad, temor y todo aquello que no viene de Dios.

Lo cierto de todo esto es que su fundamento está en lo que les dijo el Señor Jesús en esos momentos: “Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!” (Lucas 24:25); es decir que, el porqué de estos tiempos difíciles, es nuestra falta de fe. Cuando nosotros estamos en continuos momentos sin Jesús es porque hemos dejado de creer, creer en Él y en su Palabra.

Así que, la invitación es a que no seamos tardos de corazón para creer. En esos momentos con el Señor, dispongamos todos nuestros asuntos en sus manos y confiemos que de todo lo que sucede, Él tiene el control, de esta manera el amor, el gozo, la paz y la esperanza siempre abundarán.   Oración.

«Dios, hay momentos en que mi fe falta, que son más grandes mis pensamientos que mis convicciones, se me olvida quién eres y cuánto has hecho por amor a mí, y son esos momentos los más desagradables y sin sentido en mi vida, porque no tengo gozo, no hay esperanza y nada me hace sentir pleno. Por eso ruego a ti para que no dejes que en ninguna situación mi fe falte, lléname de ti y permíteme vivir arraigado en lo que Tú dices. Por Jesucristo nuestro Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 15 de abril de 2022

Muerte de Jesús

 


Muerte de Jesús

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” Génesis 3:15

“Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; más esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.” Lucas 22:52-53

Cuando Jesús muere en la cruz, de manera apresurada se puede pensar en su derrota y en una aparente victoria del enemigo, pues a través de personas influenciadas por Satanás se llevó a cabo la traición, arresto y crucifixión del Señor, conforme las palabras del Señor Jesús cuando dijo “más esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas”. Pero lo que aquí estaba sucediendo verdaderamente no se salía del determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, porque desde que el hombre pecó por primera vez, el Señor en Génesis 3:15 anunció la salvación para el mundo que decía que, pondría enemistad entre el diablo y la descendencia de la mujer (refiriéndose a Jesucristo), y dijo que el diablo lo heriría en el calcañar, pero Jesucristo lo heriría en la cabeza, es decir, lo destruiría.

Así que, es por esto por lo que nuestro Salvador debía sufrir hasta morir, adicional a esto, la Escritura también nos declara en hebreos 2:14 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”. Lo que nos quiere decir que Jesús debía hacerse hombre para poder morir y por medio de su muerte destruir a satanás, quien hasta ese momento tenía la autoridad de la muerte.

Ahora bien, con la muerte y resurrección de Jesucristo, y el triunfo sobre el diablo, la salvación y la libertad le es dada a todo aquel que ahora cree en Él, pues la palabra de Dios nos dice en Hechos 26:28 “para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” Es decir que, cuando creemos en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador somos libres de la autoridad de Satanás, son perdonados nuestros pecados y pasamos a ser hijos de Dios con todos los privilegios que esto implica y que cada día se nos van revelando.

Entonces, lo que podemos ver y concluir con esto, es que la muerte de nuestro Señor Jesucristo fue en realidad el paso a su victoria y el medio de la derrota del enemigo, lo que indudablemente trajo libertad y salvación para todo creyente. La pregunta es, ¿tú crees?   Oración.

«Padre Celestial, qué sacrificio tan grande y qué muerte tan dura la que soportó nuestro Señor y Salvador; sé que todo fue por amor, amor que salva, que perdona, que restaura y que da vida. Te damos gracias, Dios, y solo podemos decir que no merecíamos tanto amor; perdona las veces que pecando lo menospreciamos, y ayúdanos cada día más a disfrutarlo, en Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 14 de abril de 2022

El cuerpo y la sangre de Cristo

 

El cuerpo y la sangre de Cristo


“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.” Lucas 22:19-20

La celebración de la cena del Señor es el acto a través del cual recordamos el propósito de la muerte de nuestro Señor Jesucristo. En esta, cuando Jesús parte el pan, dice que ese es su cuerpo que por nosotros es dado, y efectivamente sabemos por la Escritura que nos lo revela, que el Señor Jesucristo llevó en su cuerpo nuestros pecados sobre la cruz (1 Pedro 2:24).

Del mismo modo, cuando Jesús reparte el vino dice que esa es su sangre, sangre de un nuevo pacto que por nosotros es derramada para la remisión de los pecados (Mateo 26:28); lo que quiere decir que, a través del sacrificio de Jesucristo en la cruz donde derramó su sangre, se estableció un nuevo pacto entre Dios y cada creyente, el cual dice que Dios nunca más se volverá a acordar de nuestros pecados y transgresiones, puesto que ya hubo un sacrificio que pagó por el perdón de todos estos (Hebreos 10:17-18).

Es decir que, cuando nosotros participamos del pan y el vino estamos recordando y anunciando la muerte de nuestro Señor Jesucristo, que fue el sacrificio por el cual se perdonaron nuestros pecados, pero además de esto, al participar de este acto y aceptando que ya hemos sido limpiados de todo pecado, también debemos, como dice la Escritura en 1 Pedro 2:24, vivir para la justicia, es decir, vivir una vida donde no practiquemos el pecado.

Así que, participar de la cena del Señor debe ser para nosotros un momento de mucha reflexión, donde discernamos que ese pan y ese vino que estamos consumiendo representan el cuerpo de Cristo que fue sacrificado y su sangre que fue derramada para que nuestros pecados fueran perdonados. Este momento de reflexión, nos debe llevar, en la práctica, a no volver a estar esclavos del pecado, pues el precio pagado por esa libertad fue realmente alto.   Oración.

«Padre Celestial, entiendo que mis pecados los has perdonado solo gracias al sacrificio perfecto en la cruz de tu Unigénito Hijo. Te doy gracias por la oportunidad de participar en la celebración de la cena del Señor, sé que me quieres recordar el alto precio pagado para la remisión de mis pecados; así que, tomaré ese pan y ese vino discerniendo el cuerpo sacrificado y la sangre derramada de mi Señor Jesucristo, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 13 de abril de 2022

Humildad y servicio

 

Humildad y servicio


“Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.” Juan 13:12-16

La noche en que Jesús estaba reunido con sus discípulos y en la cual iba a ser entregado para ser crucificado, dice la Palabra que cuando aún cenaban, el Señor se levantó de la mesa y, a partir de ese momento, los discípulos recibieron una de las lecciones más importantes de su vida para una correcta convivencia y comunión entre ellos como hermanos, pues el Señor y Maestro se dispuso a lavarle los pies a cada uno de ellos. Hecho con el cual el Señor a través de su mismo ejemplo quiso enseñarles la grandeza de la humildad y el servicio.

Como dice la Palabra, nosotros en el mundo estamos acostumbrados a ver cómo la persona que tiene un mayor cargo o nombre en la sociedad es la que da órdenes y la que es servida por los demás, pero aquí una vez más el Señor nos recuerda que así nosotros los hijos de Dios estemos en el mundo, no somos de él ni debemos hacer lo que el mundo hace, porque la actitud correcta de un hijo de Dios, por mayor cargo o liderazgo que tenga, debe ser la de un siervo, Lucas 22:26 dice “mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve”.

El servicio a los demás que a su vez demuestra humildad, son las virtudes que nos deben caracterizar como seguidores del Señor Jesucristo, porque así como Él en ese momento sirvió a sus discípulos, también lo hizo con nosotros cuando murió en la cruz para perdón de nuestros pecados; ahora, de la misma forma, el Señor quiere que nos sirvamos unos a otros; que con humildad nos perdonemos, nos tengamos paciencia, nos sostengamos, nos ayudemos y juntos como hermanos nos animemos a ser siervos de la obra de nuestro Señor Jesucristo.    Oración.

«Padre Celestial, cuánto amor nos has mostrado, pues enviaste a tu Unigénito Hijo a morir por nuestros pecados, y Tú, Jesucristo, te despojaste de tu Deidad y te hiciste siervo siendo obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Te pido que, ante tan grande ejemplo, me permitas corresponder a tu amor siendo tu humilde siervo. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 12 de abril de 2022

La negación de Pedro

 


La negación de Pedro

“Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos. Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos. Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fijó en él, y dijo: También este estaba con él. Pero él lo negó, diciendo: Mujer, no lo conozco. Un poco después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy. Como una hora después, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también este estaba con él, porque es galileo. Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó. Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.” Lucas 22:54-62

Pedro el que le había prometido al Señor estar con Él hasta la muerte (Lucas 22:33), es el mismo que leemos que pocas horas más tarde lo negó. Esta es una historia que impacta mucho, pues es en realidad sorprendente, pero que claramente nos debe llevar a reflexionar de manera personal, porque este es uno de los ejemplos más reales de nuestra debilidad como seres humanos, y con el cual nos podemos identificar perfectamente.

Si observamos los hechos anteriores al momento de la negación de Pedro, podemos ver que Él fue uno de los discípulos escogidos por el Señor Jesús para que lo acompañaran a orar (Mateo 26:36-38), pero así mismo vemos que ellos por causa del sueño no pudieron velar (Mateo 26:40), y la instrucción directa del Señor Jesús fue “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. (Mateo 26:41). Así que, fue este el principal motivo que llevó a Pedro a caer en la tentación; su espíritu estaba dispuesto a ir con el Señor Jesús hasta la muerte, pero su debilidad a flor de piel por la falta de oración no se lo permitió.

Por lo que, es de considerar hermanos, las veces en que nosotros nos levantamos y nos disponemos con excelentes intenciones a hacer todo para la gloria de Dios, pero sin oración. Preguntémonos en cuántas ocasiones sin ser el deseo ferviente de nuestro espíritu, hemos terminado negando al Señor, cuando quizás respondemos sin amabilidad, mentimos o somos injustos con los demás. Estas son actitudes que claramente también niegan nuestra fe en el Señor y que denotan nuestra falta de oración. Por cierto, ¿ya oraste hoy o mejor estás confiando en tu buena intención?   Oración.

«Papá Dios, cuántas veces he deseado agradarte y termino negándote, pues me ha faltado mucho orarte. Sé que muchas veces me siento fuerte, pero mi realidad es que soy débil, y dependo de ti cada día y a cada momento. Gracias a ti, Señor, porque siempre estás atento, pero te pido que dispongas mi corazón para tu encuentro, en Jesucristo nuestro Señor, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 11 de abril de 2022

Agradando a Dios nuestro Salvador

 Agradando a Dios nuestro Salvador

«Exhorto, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de

gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo» 1 Timoteo 2:1-6
Que extraordinaria exhortación hace Pablo en su carta a Timoteo y que palabra tan actual para aplicarla nosotros en este tiempo difícil, cuando nuestros gobernantes necesitan de un vallado de oración para que vivan y procedan con compasión, virtud y honestidad, así como también orando unos por otros. Aportar a las soluciones es implorar a Dios cada día, levantar altar para Dios en cada casa, no es colocar imágenes con veladoras, sino disponer nuestros corazones para estar en comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones, unánimes alabando y adorando a Dios, pues de esto se agrada Él.
Dios quiere que todos los hombres vengan al conocimiento de la verdad, pero la verdad solo la encontramos en la Biblia. 2 Timoteo 3:16-17 dice: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» No hay otro camino para conocer la Verdad de Dios, sino las Escrituras.
También Dios quiere que todos los hombres sean salvos, Jesús dijo: «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo» (Apocalipsis 3:20). Jesucristo toca a tu vida, solo si lo aceptas en tu corazón y crees en Él serás salvo, pues recibes salvación como regalo de Dios. Debes confesar con tu boca que lo aceptas como el único mediador entre Dios y los hombres. Jesús también dijo: «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» (Juan 1:12).
Hermano, si Cristo está en tu corazón eres hijo del Gran Rey y lo más importante es que tu nombre estará escrito en el libro de la vida, así un día será abierto aquel libro y te darán la bienvenida al cielo, porque los nombres que allí no estén inscritos serán lanzados al lago de fuego. Oración.
«Amado Dios, elevo a ti mi oración, mi súplica y mi acción de gracias, por los que están en altos cargos directivos o de gobierno, para que la sabiduría y la inteligencia que provienen de tu boca sea sobre ellos, para que actúen en toda piedad y honestidad en estos difíciles momentos y ante todo te conozcan a ti a través de tu Palabra. Gracias Señor. Amen. . Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 10 de abril de 2022

Oportunidad de Reconocer al Rey

 

Oportunidad de Reconocer al Rey


“Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna”. Zacarías 9:9

Esta profecía nos relata la llegada del Rey de Israel, hecho que aconteció cuando el Señor Jesús entró en Jerusalén justamente como se nos describe, montando sobre un pollino, manso y humilde, con su corazón dispuesto a, en muy pocos días, entregar su vida para la salvación y justicia de todo aquel que cree en Él.

A pesar de la gran alegría con la que lo recibió su pueblo, como nos menciona Lucas 19:37-38 que dice “Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!”, realmente fue un asunto de emociones, ya que al poco tiempo, como nos lo cuenta Lucas 23:21, estarían alzando sus voces pero esta vez para gritar “¡Crucifícale, crucifícale!”

Quizás esto es lo que acontece mucho hoy en día, especialmente por esta época de semana santa, pues son grandes las multitudes asistiendo a los templos y congregándose para escuchar y honrar la historia de Jesús, pero luego de que terminan todas las celebraciones religiosas, son también igual, o más grande, la cantidad de personas que con sus actos y participación desbordada en las celebraciones mundanas, deshonran y aún más, niegan la obra redentora de Jesucristo en la cruz.

Por lo que es importante hermanos, que consideremos este tiempo sin tanta religiosidad o emoción y mejor busquemos que sea una oportunidad para conocer y acercarnos de corazón a Dios.  Oración.

«Dios bueno, para gloria de tu Santo nombre tenemos cada año una oportunidad clara y marcada para acercarnos a ti y permitirnos conocerte por esa obra de amor y redención que has tenido con el mundo entero. Te pido que por tu infinita misericordia este tiempo sea de gran bendición para todos los que escuchemos tu voz, que nos volvamos a ti de corazón, en el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 9 de abril de 2022

Nuestros hijos

 


Nuestros hijos

“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita.” Salmos 112:1-2

A pesar de tanta maldad que hoy en día se ve multiplicada en los que son el futuro de la sociedad, es decir, los niños y los jóvenes, nosotros los creyentes siempre debemos creer y tener presente las promesas que Dios tiene para nosotros y para nuestros hijos.

Vemos cómo cada día se están tomando decisiones apresuradas, faltas de fe e impulsadas por las circunstancias en cuanto a nuestra descendencia; tenemos temor de tener hijos y no nos estamos multiplicando (Génesis 1:28). Nos desanimamos porque vemos diariamente cómo el corazón de los hijos se levanta contra los padres y tememos que esas malas conductas sean aprendidas y tomadas por nuestros hijos, pero no nos tomamos el tiempo de examinar que esas son consecuencias que se ven reflejadas en personas que no tienen a Dios en su corazón y que nunca instruyeron a sus hijos en los caminos del Señor.

Es por eso que, desde que nuestros hijos nacen, debemos inculcarles el temor de Dios; si ellos temen a Dios, honrarán a sus padres, y no solo esto, sino que sus vidas serán guiadas y determinadas por la palabra de Dios. Proverbios 22:6 dice “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”; es la ley de la siembra y la cosecha, y si nosotros hacemos la tarea con nuestros hijos desde su temprana edad, Dios nos promete que el fruto se verá y perdurará aun cuando ellos sean viejos.

El Señor es poderoso para guardar el corazón y la integridad de nuestros hijos, su palabra nos dice que la generación de los que le tememos será bendita y con un propósito especial. Nosotros y nuestros hijos tenemos el respaldo y la bendición del que tiene todo poder y autoridad, así que, nuestra actitud debe ser de total confianza y obediencia en las promesas y los mandamientos de Dios.   Oración.

«Padre, gracias por cuidar de mí y de mis hijos, de esa manera tan sobrenatural y especial; donde yo no puedo tener el control, tú sí puedes, y donde yo no puedo estar, tú estás allí. Oro por el mundo entero, pidiéndote que cada día se vuelva más a ti y puedan ver los planes grandes y maravillosos que tienes para con cada uno de ellos, que tu gracia y tu poder los rescates de la potestad de Satanás y los traslade al reino de tu luz y tu verdad, en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 8 de abril de 2022

Un encuentro con Cristo

 

Un encuentro con Cristo

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece


que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;” Juan 5:39

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Juan 14:26

Con frecuencia, pero sobre todo en momentos de dificultad, incertidumbre o enfermedad, deseamos tener un encuentro con el Señor, pues nos gustaría escuchar una palabra de esperanza, ánimo o tranquilidad; pero, generalmente, olvidamos o confundimos la manera correcta para escuchar la voz de Dios. Muchas veces pretendemos encontrar una respuesta de Dios en las circunstancias, el pensamiento de otras personas o en nuestro propio razonamiento, cuando realmente la manera más directa y eficiente de tener un encuentro con Cristo es a través de la revelación que nos da el Espíritu Santo, de la palabra de Dios.

¿Por qué la palabra de Dios? Leíamos en Juan 5:39 que la instrucción del Señor Jesús es que estudiemos las Escrituras, porque en ellas es donde se nos habla de Él y por ende nos podremos encontrar con Él. Ahora bien, ¿por qué dependemos de la revelación que nos da el Espíritu Santo?

Resulta que muchas veces intentamos en nuestras fuerzas y en nuestra propia sabiduría ir a leer y entender la palabra de Dios, pero terminamos encontrando solo confusión, desánimo y sueño, porque definitivamente no entendemos nada. Pero realmente ese siempre será el resultado si nosotros no buscamos ni pedimos la enseñanza o revelación del Espíritu de Dios, pues el Padre nos lo ha enviado justamente para que cumpla esa misión, como leíamos en Juan 14:26, puesto que la palabra de Dios, que es inspirada por el Espíritu de Dios, solo se puede entender de manera espiritual y no intelectual.

Así que, si realmente deseamos tener en cualquier momento un encuentro real y poderoso con el Señor, no omitamos estos dos pasos; primero oremos a Dios para que por su Espíritu nos de revelación y luego dirijámonos a leer o escuchar la palabra de Dios.   Oración.

«Padre Celestial, tantos intentos fallidos buscando la manera de encontrarme con Cristo y hoy entiendo que hay un proceso donde lo más importante es despojarme de mí y depender completamente de ti. Gracias por el acceso que tengo a tu palabra y por enviarme a tu Espíritu para que me la enseñe; de esta manera sé que siempre me encontraré con Cristo, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 7 de abril de 2022

La verdad nos hace libres

 

La verdad nos hace libres


“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:32

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 14:6

“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.” Juan 16:7-11

Hay una gran verdad que es desconocida por todo aquel que no ha escuchado el mensaje de salvación, y es, su verdadera condición delante de Dios y en el mundo, pues el Señor Jesús en sus últimos días aquí en la tierra dijo lo que leímos ahora en Juan 16:7-11, donde dice que cuando el Espíritu Santo viniera convencería al mundo de tres cosas: de pecado, de justicia y de juicio; pues les revelaría claramente a qué se refiere esto y qué tiene que ver con cada uno de ellos. Pero aquí también hay algo fundamental para todo creyente, y es que a través de nosotros, que tenemos al Espíritu Santo, es que les es enseñada o anunciada esta gran verdad a todo no creyente.

Y básicamente lo que el Señor Jesús quiere que toda persona conozca y reconozca es lo siguiente:

Primero, su condición de pecador delante de Dios y su incapacidad de hacer todo lo que Él manda; pero, así mismo, que la única manera de ser perdonado por Dios y libre de la esclavitud del pecado es creyendo en Jesús, conforme lo declara la Escritura en muchas ocasiones, entre ellas Hechos 10:43 que dice “De este dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.”

Segundo, que Dios ha declarado una sentencia para que se haga justicia por el pecado que cada persona cometa, la cual es la muerte, pero que, así mismo, somos librados de esa condena si aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador; dice Romanos 3:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Tercero, que el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado, por ende, toda persona que acepte la autoridad y majestad de Jesucristo es libre de la potestad del diablo, en la cual nos encontrábamos esclavos; dice Colosenses 2:15 “y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.”

Así que, conociendo el impacto y la importancia que tiene esta gran verdad para la vida de toda persona, no podemos callar; gracias a que alguien alguna vez nos compartió del poder, amor y autoridad de Jesucristo, es que nosotros tuvimos la oportunidad de creer y ser libres de todo esto que vimos, por lo que, no nos queda más que, en el poder del Espíritu Santo, anunciar esta importante verdad.   Oración.

«Señor, nunca imaginé todo lo que, por tu gracia, hiciste por mí aun cuando yo era pecador; no me queda más que, por gratitud a ti y compasión a mi prójimo, anuncie y testifique de lo que tú también has hecho por cada uno de los que todavía no te conocen. Te pido lo único que necesito, y es la llenura de tu Santo Espíritu, para poder hacerlo con poder y autoridad, en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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