miércoles, 30 de septiembre de 2020

TOMAD LA CRUZ Y SEGUID A JESÚS

 


TOMAD LA CRUZ Y SEGUID A JESÚS

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en por de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”, Mateo 16:25

En el primer siglo, la cruz significaba la muerte de la forma más tortuosa y humillante, pues llevar una cruz significaba llevar su propio mecanismo de ejecución mientras se enfrentaban al vituperio por el camino a la muerte.

Hoy muchos equivocadamente piensan que seguir a Jesús es encontrar una vida de confort, pero Él dijo, el que me sigue “niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. El evangelio es cruz, es renunciar a lo que tal vez es placentero para nosotros y de desagrado para Dios; Jesús no nos ofreció primeramente la realización de nuestros sueños, sino salvarnos del infierno, rescatarnos del reino de las tinieblas.

Cuando Jesús comenzó a enseñar que iba a morir a manos de los líderes judíos, su fama se vino abajo, pues muchos de los seguidores escandalizados lo rechazaron porque no fueron capaces de dar muerte a sus propias ideas, planes y deseos, para intercambiarlos por los de Jesús, pues no es grato anular nuestra propia naturaleza llena de prototipos que nos han llevado a una vida de placer y vanagloria.

Por lo tanto, "tome su cruz y sígame" significa estar dispuesto a morir con el fin de seguir a Jesús. Un grano que no cae y muere no da fruto. Esto es un llamado a la entrega absoluta que es la verdadera esencia de la vida cristiana. Morir a sí mismo es parte de lo que es nacer de nuevo; el viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos muere, y el nuevo, creado según Dios, viene a la vida. Tenemos que seguir muriendo a nosotros mismos para ir camino a la santidad.

Para nosotros la cruz es un símbolo valioso de perdón, gracia y amor, que exige abnegación. Jesús jamás ocultó ese costo, pero la recompensa es inigualable. La cruz es ganancia.         Oración.

"Amado Dios, al igual que Pablo te digo: “no quiero sentirme orgulloso de nada, sino de la cruz de Cristo Jesús, nuestro Señor”. Quiero morir a mi vana manera de vivir, a mi egocentrismo y mi pecado, para vivir entregado a ti en santidad. Te amo Señor. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 29 de septiembre de 2020

Aguardar a Dios

 

Aguardar a Dios


“Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí espera a Jehová.” Salmos 27: 14

Cuando nosotros en oración pedimos algo a Dios debemos tener en cuenta que los tiempos de Dios no son nuestros tiempos, ni los pensamientos de Dios son nuestros pensamientos, pero también debemos estar seguros que los tiempos de Dios son perfectos, por ello entre el momento en que nosotros lo pedimos y el momento en que Dios lo otorga transcurrirá siempre un tiempo que solo Dios determina y, en ese tiempo de aguardar el obrar de Dios es donde el enemigo trata de robarnos la bendición sembrando la duda en nuestro corazón porque él sabe que mientras esperemos firmes en la fe lo que pedimos llegará pero si logra llevarnos a la duda nos robará la bendición porque claramente en la Palabra de Dios está establecido: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.” (Santiago 1: 6-7)

Esfuérzate, y aliéntese tu corazón nos manda el Señor porque para aguardar con paciencia el obrar del Señor se necesita esfuerzo constante y largo aliento para resistir los ataques del enemigo y permanecer firmes e indeclinables en esa fe que la Palabra de Dios define claramente: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (hebreos 11:1)

El Señor nos anima a través de su palabra para aguardar a Jehová, diciéndonos: “Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia y abundante redención con él; y él redimirá a Israel de todos sus pecados.” (Salmos 130: 7-8) “Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; serán avergonzados los que se rebelan sin causa.” (Salmos 25:3) “Espera en Jehová, y guarda su camino, y él te exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.” (Salmos 37:34) “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.” (Salmos 40:1) “Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza. Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré” (Salmos 62: 5-6)   Oración.

«Padre Dios, Señor todopoderoso y eterno, gracias te damos en el nombre de Jesús porque, por tu palabra, nos has enseñado que la prueba de la fe produce paciencia y la paciencia es una virtud que crece y se fortalece a través del conocimiento, del entendimiento y del quehacer de tu palabra porque tus pensamientos no son nuestros pensamientos, ni tus caminos nuestros caminos y todo lo que nosotros pedimos tú nos lo das en tus tiempos y en tus propósitos, no en los nuestros, por ello necesitamos aguardar con paciencia el obrar tuyo, para nuestro bien. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 28 de septiembre de 2020

Reconocimiento de Dios en todos los tiempos

 


Reconocimiento de Dios en todos los tiempos

“Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” Job 1:20-21

Job un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, había sido bendecido por Dios y era aquel hombre más grande que todos los orientales. Un hombre apreciado por Dios al punto que al hablarle de Él a satanás le dice: “¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” (Job 1:8) Sin embargo a este varón perfecto Dios permitió que satanás le destruyera su familia y todas las riquezas que Dios le había dado. Ante una situación semejante cualquier hombre hubiera maldecido su suerte y hubiese renegado de Dios pero la actitud de Job es admirable porque su actitud fue de absoluta humildad y sometimiento a la voluntad de Dios: “Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” (Job 1:20-21)

La actitud de Job es de reconocimiento a la soberanía de Dios sobre todas las cosas y la aceptación explícita de que en su soberanía Dios puede dar y Dios puede quitar, es reconocer y aceptar de corazón que “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.” (Salmo 24:1) Y “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36)

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.” Y sobre todos y cada uno de estos tiempos Dios, nuestro Dios, ejerce su control soberano, de modo que cualquiera de estos tiempos que estemos viviendo vivámoslo en nuestra fe que es en Cristo Jesús, plenamente confiados en que “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” (Salmos 23:4) Amén.   Oración.

«Amado Dios, Padre santísimo, misericordioso y eterno; sabemos Señor por tu palabra revelada que todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora y, ese tiempo y esa hora, eres tú Señor el que los determina, por ello, Padre Dios, te alabamos, te bendecimos y reconocemos que tú eres el único Dios de todos los tiempos, momentos y circunstancias de nuestra vida y por tanto merecedor de toda gloria, honra, adoración y de toda alabanza. Amén.     Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 27 de septiembre de 2020

Pensamientos de Dios acerca de nosotros

 


Pensamientos de Dios acerca de nosotros

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29: 11

¿Qué pensamientos podemos esperar de un Padre que nos ama con un amor que sobrepasa todo conocimiento? Al respecto Él mismo nos dice: “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Lucas 11: 11-13).

Son tantas las manifestaciones de los pensamientos de Dios para bendición de nuestras vidas que podemos decir: “Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados.” (Salmos 40: 5) “Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice, Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra.” (Jeremías 31: 16-17)

Todos los creyentes esperamos un fin en Cristo Jesús y ese fin es estar presentes en el momento que escrito está en la palabra de Dios cuando dice: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.” (Mateo 25: 34-36)   Oración.

«Padre Dios, amado y santo, en el nombre de Jesús, Cristo de Nazareth, te alabamos, te adoramos, te bendecimos y exaltamos tu Santo, Santo, Santo nombre porque por tu palabra, en la que creemos firmemente, sabemos que tú nos amas con amor eterno y que tus pensamientos son de paz, amor y misericordia para con nosotros y que por tu Santo Espíritu estarás con nosotros hasta el fin del mundo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 26 de septiembre de 2020

El Temor de Dios es el principio de la sabiduría

 


El Temor de Dios es el principio de la sabiduría

“Yo, la sabiduría, habito con la cordura, y hallo la ciencia de los consejos” Proverbios 8: 12

“El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, aborrezco.” Proverbios 8:13

Cuando oímos “El Temor de Dios es el principio de la sabiduría” tendemos a pensar que “El Temor de Dios es el comienzo de la sabiduría” pero la palabra “principio” en este contexto no se refiere a “comienzo” sino a “fundamento” es decir: “El Temor de Dios es el fundamento de la sabiduría.” Y el Temor de Dios, no es “miedo”, es un camino que, al entenderlo y recorrerlo, nos lleva a la sabiduría y, ese camino, está descrito paso a paso en las sagradas escrituras: “Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios, porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” (Proverbios 2:1-5)

La sabiduría que proviene de Dios, que habita con la cordura y halla la ciencia de los consejos, nos dice: “Oh hombres, a vosotros clamo; dirijo mi voz a los hijos de los hombres. Entended, oh simples discreción; y vosotros, necios, entrad en cordura. Oíd, porque hablaré cosas excelentes, y abriré mis labios para cosas rectas. Porque mi boca hablará verdad, y la impiedad abominan mis labios.” (Proverbios 8: 4-7)

Dice la palabra de Dios que “El temor de Dios es aborrecer el mal”. Ese camino que debemos recorrer para entender el temor de Dios es un camino que, en la medida en que lo recorremos, nos aleja del mal por eso dice: “Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” (Proverbios 16:6) En su palabra Dios destaca la soberbia, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa como los males del hombre que más aborrece Dios y contra ellos dice: “Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.” (Isaías 13:11)

Oigamos el consejo que el Señor, como Padre que nos ama con amor eterno, nos da en este día: “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.” (Proverbios 4:7-8) Oración.

«Padre nuestro que estás en los cielos, tú eres la fuente de la verdadera sabiduría y con ella creaste todo lo que existe y en ella se sustenta; y tu palabra que, por tu amor y misericordia, nos trajiste a través de Jesucristo, tu Hijo amado, y nos dejaste como testamento para herencia y que ahora es nuestra posesión porque ya el testador murió en la cruz del calvario; ella es la fuente de la sabiduría que necesitamos para vivir en obediencia a ti y poder alcanzar ese preciado galardón de la vida eterna. Padre amado, por sobre todas las cosas, danos sabiduría, para vivir en obediencia a ti y con el temor de Dios en nuestro corazón. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 25 de septiembre de 2020

En quién pones tu confianza

 


En quién pones tu confianza

“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” Jeremías 17: 5

“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.” Jeremías 17:7

El Señor hoy requiere de nosotros que hagamos un examen profundo y sincero, que nos lleve a determinar en dónde y, sobre todo, en quién tenemos puesta nuestra confianza, y qué importante hacerlo porque el resultado nos llevará a determinar dónde está puesto nuestro corazón y de seguro explicará la razón de nuestro éxito o fracaso en lo que sea que estamos haciendo o en lo que emprendamos. Porque una cosa es confiar en nuestras propias fuerzas o en las fuerzas de quienes nos apoyan y otra, muy diferente, tener puesta nuestra confianza en Dios y esto, a su vez, determina los resultados que podemos esperar.

El consejo sabio y prudente de Dios para evitar la maldición de confiar en el hombre y poner carne por nuestro brazo, nos dice: “No confíes en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.” (Salmos 146:3-4) “¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, ¡añadiendo pecado a pecado!” (Isaías 30:1) “¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ¡ni buscan a Jehová!” (Isaías 31:1) “Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.” (Isaías 31:3)

Asimismo, nos aconseja para que recibamos la bendición de confiar en Dios y de hacer de Él nuestra confianza: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te poyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6) “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.” (Isaías 41:13) “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.” (Salmos 127:1)

Querido hermano en Cristo Jesús: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.” (Salmos 37:5)    Oración.

«Amado Padre, Señor y Dios nuestro, gracias te damos en el nombre de Jesús porque en tu amor y misericordia nos tienes y nos sustentas en tus caminos y, nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra confianza está anclada en ti porque, por tu palabra, hemos entendido que alejados de ti nada somos y nada podemos pero que si tú estás en nosotros, con nosotros, por nosotros y sobre nosotros, todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 24 de septiembre de 2020

Señor: Examiname, pruebame y guíame

 

Señor: Examiname, pruebame y guíame


“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” Salmos 139: 23-24

En el proceso de transformación de nuestras vidas que el Señor hace a través de su Santo Espíritu, a partir del momento en que recibimos a Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador personal, debemos estar dispuestos, libre y voluntariamente a ser examinados, probados y guiados por el Señor porque este proceso es el produce en nosotros el crecimiento espiritual y esa disposición se fortalece en la medida de nuestra fe por el conocimiento y entendimiento de la palabra de Dios.

Debemos disponernos para que Dios nos examine y conozca nuestro corazón “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (San Mateo 15:19) y porque “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9) y porque “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” (San Mateo 5:8)

Debemos disponernos para ser probados por Dios para que conozca nuestros pensamientos y vea si hay en nosotros camino de perversidad. “Porque el Dios Justo prueba la mente y el corazón.” (Salmos 7:9 b) “El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; pero Jehová prueba los corazones.” (Proverbios 17:3) “Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro; porque cada uno llevará su propia carga.” (Gálatas 6:4)

Debemos disponernos para ser guiados por Dios en el camino eterno: “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud.” (Salmos 143:10) “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.” (Salmos 16:11)

Conociendo y entendiendo el propósito de este proceso en nuestras vidas, ¡Oh! Señor, dispuestos estamos en espíritu y en verdad a que nos examines, nos pruebes y nos guíes a todo lo largo de esta vida, y que en tu amor y misericordia nos permitas vivir.  Oración.

«Padre Santo, Padre de nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro, sabemos por tu palabra en la que hemos creído que tú eres Señor de Señores y como tal respetas el libre albedrío que nos diste y por ello pones delante de nosotros camino de vida y camino de muerte, por tu misericordia hemos escogido el camino de vida del cual Jesucristo es el Señor y queremos allegarnos más y más a ti para que tú te allegues a nosotros y para ello te pedimos Señor que nos examines, nos pruebes y nos guíes para corregir todo aquello de nosotros que no sea agradable a ti, todo aquello que sea obstáculo para nuestra comunión contigo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 23 de septiembre de 2020

Omnipresencia y Omnisciencia de Dios

 


Omnipresencia y Omnisciencia de Dios

¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?” Jeremías 23:24

Es curioso observar en todos los vídeos de robos, asaltos y crímenes; que diariamente vemos en la televisión en las que graban a los delincuentes en los momentos en que están haciendo sus fechorías, como ellos miran a todos lados para detectar si alguien los está observando, pero nunca miran hacia arriba, nunca piensan en que siempre están bajo la mirada del único que hace verdadera justicia y que paga a cada uno conforme a sus hechos. “Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre, y ve todos sus pasos. No hay tinieblas ni sombra de muerte donde se escondan los que hace maldad.” (Job 34: 21-22)

Quienes hemos creído en Jesucristo y permanecemos en su palabra, nos identificamos plenamente con el salmista cuando dice: “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender.” (Salmos 139: 1-6)

A todo aquel que pretende buscar un escondrijo en el mundo para esconderse de Jehová, Él mismo le advierte en su poderosa palabra: “¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?! Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: ¿No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: ¿No entendió?” (Isaías 29: 15-16)

Ante la omnipresencia y la omnisciencia de Dios nada hay oculto: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (hebreos 4:13)      Oración.

«Padre nuestro que estás en los cielos, Creador, Dios y Señor de todo lo que existe; cuando andaba en tinieblas y hacía lo que a conciencia sabía que era malo, buscaba hacerlo en oculto, buscaba escondrijo para ocultar mi mal, ahora en tus caminos sé que de todo y de todos podré ocultarme, pero no de ti. Sé que eres omnisciente y puedes ver no solamente lo pasado, lo presente y lo porvenir sino también lo más profundo y oculto de mis pensamientos, sentimientos, hechos y deseos; esto es demasiado maravilloso para mí porque me lleva a pensar ¿qué sentido tiene tratar de ocultarte algo? Gracias Señor porque eso es parte de la gran obra que por tu Espíritu has hecho en mi vida. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 22 de septiembre de 2020

Quebrantados, enlazados y presos

 


Quebrantados, enlazados y presos

“La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos.” Isaías 28:13

La palabra de Dios, tiene una estructura en la biblia conducente a cumplir el propósito espiritual para el cual el Señor nos la ha dado: Mandamiento tras mandamiento, al igual que, renglón tras renglón, no indica que los mandamientos y los renglones van uno a continuación de otro, pero tienen un mismo valor espiritual. A diferencia de mandato sobre mandato y línea sobre línea, en las que hace referencia a una jerarquía, es decir donde un mandato o una línea son superiores, espiritualmente, a otro mandato u otra línea. Esto se hace evidente en la práctica cuando escudriñamos la palabra o, para realizar un estudio bíblico o preparar una prédica; al igual que en la medida de nuestro crecimiento espiritual.

Además nos dice que un poquito allí, otro poquito allá; una línea de la palabra de Dios puede conformarse con apartes de uno, varios o muchos libros de la Biblia tanto del antiguo como del nuevo testamento y este es uno de los aspectos más maravillosos de la Biblia, que siendo un conjunto de libros escritos por diferentes autores en un período de tiempo que supera los 1500 años, guarda una unidad de pensamiento porque “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17)

Caer de espaldas es la forma más indefensa en la que puede caer una persona, por eso la palabra de Dios, en la medida en que nos es revelada, poco a poco nos va llevando a ese punto de indefensión, por falta de argumentos que pudiéramos tener ante la verdad que nos es revelada; es como si cayésemos de espaldas ante tanta claridad y perfección. Asimismo, al llevarnos a la confrontación de nuestro vivir y de nuestro obrar frente a lo que la Palabra de Dios establece, nos quebranta; luego nos abraza para no apartarnos de ella y finalmente quedamos sujetos a ella, por eso nos pregunta: “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” (Jeremías 23: 29)   Oración.

«Padre, Señor y Dios nuestro, por tu infinito amor has tendido sobre quienes creemos en Cristo Jesús, esos lazos de amor de tu palabra revelada, que poco a poco nos va llevando, espiritualmente, a caer de espaldas y ser quebrantados enlazados y presos, porque tu palabra es la verdad que nos hace libres del mundo, del pecado y de la muerte y, al conocer a través de ella tu magnificencia, tu poder, tu amor y tu misericordia; ciertamente sentimos que caemos de espaldas y somos quebrantados, enlazados y presos. Gracias Señor por este privilegio. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 21 de septiembre de 2020

Vestíos del nuevo hombre, creado según Dios

 


Vestíos del nuevo hombre, creado según Dios

“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”, Mateo 6:31-32

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él”, Efesios 1:3-4

Se acerca el fin de año y la mayoría de la gente se aglomera en los almacenes, en los supermercados y se tensiona por los preparativos de la despedida de un año más, pero realmente es un año menos de vida y esto nos debería llevar a reflexionar cuánto hemos madurado espiritualmente, cuánto de nuestra anterior manera vana de vivir, nos hemos despojado. La Biblia dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, […] y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:22-24)

Dice la biblia que el que está en Cristo nueva criatura es y estar en Cristo es participar de todo lo que Cristo es y todo lo que Él hizo por nosotros, pues Dios nos bendijo con toda bendición espiritual en Cristo. Nos escogió con anterioridad, para hacernos sus hijos por medio de Jesucristo, y por su gracia tenemos el perdón de pecados, fuimos comprados con alto precio, su sangre derramada en la cruz, además nos hizo sobreabundar en toda sabiduría e inteligencia. Hemos recibido herencia incorruptible según su voluntad y quienes hemos creído, fuimos sellados con el Espíritu Santo de la promesa, para alabanza de su gloria. ¡Que abundante riqueza nos ha dado el Señor! ¿Qué más podríamos pedir?

Hermano todo lo que necesitamos para vivir una vida abundante como creyentes, es permitir que Cristo viva en nuestro corazón, solo en Cristo estamos completos, pues nuestro destino es el Cielo y una eternidad en su presencia. Oración.

Padre amado, cada día me despojo de la manera vana de vivir, de toda iniquidad de mi corazón, de toda maldad y de todo afán del mundo. Hoy me apropio de las bendiciones que tú me has dado y me visto del nuevo hombre escogido por ti, lleno de misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre, paciencia, perdón y sobre todo de amor, que es el vínculo perfecto. Te amo Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 20 de septiembre de 2020

El todo del hombre – Parte Final

 


El todo del hombre – Parte Final

“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” Eclesiastés 12:13

Entender el temor de Dios implica recorrer un camino claramente establecido: “Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová.” (Proverbios 2: 1-5 a)

Guardar sus mandamientos es cumplirlos, es conocerlos, entenderlos y obedecerlos y en ello se manifiesta nuestro verdadero amor a Dios y recíprocamente el amor de Dios para con nosotros: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.” (Juan 14:21)

“Ahora, pues, Israel (Pueblo de Dios), ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?” (Deuteronomio 10: 12-13)

Querido Hermano en Cristo Jesús, termina el Señor diciéndonos en este día: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.” (Miqueas 6:8)   Oración.

«Padre nuestro que estás en los cielos, que todo lo llenas con tu gloria y que eres el único dueño de la tierra y toda su plenitud, del mundo y todos los que en él habitan; por tu misericordia, nos has hecho tus hijos, tu pueblo y tus siervos y así te adoramos, te alabamos y bendecimos tu nombre; por esta gracia inmerecida con la que rescataste nuestra vida del mundo, del pecado y de la muerte y nos has puesto en los lugares celestiales. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 19 de septiembre de 2020

El todo del hombre – Primera Parte

 


El todo del hombre – Primera Parte

“El fin de todo l discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” Eclesiastés 12:13

En esta palabra concluyente del Rey Salomón a la cual llega después de hacer lo que él dice: “Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen de él. Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.” (Eclesiastés 1:13-14) Si nosotros analizamos el quehacer del hombre, toda su lucha, todo su esfuerzo y el objeto por el cual lo hace, de seguro surgirá en nosotros la pregunta que Salomón se hizo: “¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?” (Eclesiastés 1:3)

Lucha, se esfuerza, se afana el hombre por las riquezas, posesiones y bienes materiales; para ya tarde entender que: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá.” (Job 1:21 a) Se esfuerza, lucha y se afana el hombre por adquirir sabiduría humana, por conquistar títulos, por destacarse en la ciencia y en sus diferentes trabajos; para tarde entender la conclusión a la que llega Salomón: “Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad. Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio.” (Eclesiastés 2: 15-16) Busca el hombre, lucha, se afana y se esfuerza por vivir y ejercer el señorío que Dios le dio cuando le dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Génesis 1:28) y tarde comprende que: “Lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad. Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo.” (Eclesiastés 3: 19-20) (Continuará) Oración.

«Padre Dios, amado, misericordioso y santo; en el nombre de Jesús te doy gracias porque a través de la revelación de tu palabra que nos haces por tu Santo Espíritu, nos llevas a comprender que, real y verdaderamente, una sola cosa necesitamos en esta vida y es que Cristo Jesús ocupe el trono de nuestro corazón y nuestra vida y sea nuestro Señor, nuestro Dios, nuestro rey, nuestro todo porque si lo tenemos a Él, todo lo tenemos. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 18 de septiembre de 2020

Viviendo en humildad.

 


Viviendo en humildad.

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” Romanos 12:3

Por la gracia que le había sido dada en Cristo Jesús, el apóstol Pablo se dirige a los romanos para exhortarlos a la humildad en su relación con los demás, recordando el mandato de Jesús: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;” (Mateo 11:29 a)

El reconocimiento de Dios todopoderoso y eterno, soberano sobre todas las cosas, debe conducirnos a reconocer nuestra debilidad, temporalidad y dependencia absoluta de Él y, con ello, a humillarnos delante de su magnificencia y poder y, así, ver y servir a nuestro prójimo con amor y sin altivez, independientemente de las circunstancias de la vida. “cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.” (Romanos 15:2)

Las actitudes y comportamientos que caracterizan a quienes practican la humildad claramente los describe la Biblia: “Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación, constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” (Romanos 12: 10-19)   Oración.

«Padre Santo, gracias te damos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo porque a través de su ejemplo y de su palabra nos has lavado de todo orgullo, soberbia y vanagloria; haciéndonos mansos y humildes de corazón para servirte y servir a nuestro prójimo con ese perfecto amor que tú derramas en nuestros corazones por tu Santo Espíritu. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 17 de septiembre de 2020

Lo insondable de Dios.

 

Lo insondable de Dios.


“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Romanos 11:33

Cuando pensamos en Dios con nuestra mente humana, nos enfrentamos a la gran dificultad de tratar de comprender a un ser que en todo excede nuestro conocimiento y nuestra comprensión de las cosas. ¿Cómo tratar de formarnos una imagen concreta de alguien que excede todo lo alto, todo lo profundo y todo lo ancho y que además es omnisciente, omnipotente y omnipresente? ¿Alguien en quien la inmensidad de un universo que no alcanzamos ni siquiera a imaginar, y que Él creó, está inmerso en Él mismo? ¿Cómo entender que ese alguien cuya magnificencia, poder, sabiduría, ciencia y amor que sobrepasan todo conocimiento, nos haya escogido para adoptarnos como sus hijos por la gracia que nos es dada en Cristo Jesús? Y ¿Cómo entender que ante todo esto sigamos siendo necios, contumaces y rebeldes? Bien dice la Palabra: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.” (Oseas 4:6) Y colgado en la cruz del calvario “Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (Lucas 23:34 a)

Hermanos, a nosotros los escogidos, los llamados, los justificados y glorificados nos ha sido dada la gracia de llevar el conocimiento del evangelio a los que se hallan en la ignorancia, de llevar la luz de la palabra de Dios a aquellos que están en tinieblas porque “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14) Estamos llamados a apropiarnos de lo que el apóstol Pablo dice: “A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar, entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor.” (Efesios 3:8-11)

¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? (Job 11:7) O te rendirás ante Él como Saulo y le dirás: “Señor, ¿Qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6 a)   Oración.

«Padre Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro, insondables son las riquezas de tu sabiduría y de tu ciencia e inescrutables tus caminos y tus sendas, lejos están de nuestra finita mente humana porque tú Señor eres sobrenatural y tu magnificencia y tu poder son inimaginables para nosotros. Te damos gracias por nuestro Señor Jesucristo, porque a través de Él te has manifestado a nuestras vidas y solamente por la revelación de tu palabra que nos haces por tu Santo Espíritu nos permites conocer lo que en tu amor quieres que conozcamos de ti Señor. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 16 de septiembre de 2020

La esperanza viva que nos sustenta.

 


La esperanza viva que nos sustenta.

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” Romanos 8:18

Para quienes creemos en Cristo Jesús y vivimos en obediencia a Él, hay una firme esperanza de que nos sustenta día tras día ante las vicisitudes de la vida humana y es la esperanza de la gloria eterna “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Corintios 4:16-18)

Esa firme esperanza de la gloria eterna que nos está reservada debe conducirnos a recorrer el camino de la vida buscando lo que debemos buscar y mirando lo que debemos mirar, conscientes de nuestra identidad de hijos de Dios: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo, en Dios. Cuando Cristo se manifieste en vuestra vida, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.” (Colosenses 3:1-4)

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada, en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” (1 Pedro 3-9)   Oración.

«Amado Padre, Señor y Dios de todo amor y de toda misericordia, te damos gracias porque por la gracia que nos has dado en Cristo Jesús, hoy vivimos con paciencia, las aflicciones del tiempo presente, plenamente conscientes de que no son comparables con la gloria venidera que nos tienes reservada en la libertad gloriosa de los hijos de Dios y porque, está firme esperanza, nos ayuda a vivir mirando las cosas que no se ven y no las cosas que se ven, porque las cosas que vemos son efímeras pero las que no vemos son eternas. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 15 de septiembre de 2020

¿Obediencia para muerte o para justicia?

 


¿Obediencia para muerte o para justicia?

“¿No sabéis que, si os someteis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecemos, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” Romanos 6:16

El Señor dice al profeta Jeremías: “Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.” (Jeremías 21:8) El Señor de señores, respetando el libre albedrío que dio al hombre deja en sus manos la decisión del camino que desea recorrer en su vida y, una vez que el hombre escoge, se sujeta a obedecer al Señor de ese camino, por ello dice el Profeta Jeremías: “Conozco, oh Jehová, que el hombre no es Señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.” (Jeremías 10:23)

Lo anterior claramente establece que a partir del momento en que el hombre escoge el camino que desea seguir, queda sujeto al señor de ese camino y es el señor de ese camino el que en adelante ordenará sus pasos; si el hombre escoge el camino de muerte, será satanás su señor y quien ordene sus pasos a la muerte; si escoge el camino de la vida, será Jesucristo, quien guíe sus pasos a la vida y vida eterna.

Hoy el Señor a través de Pablo nos exhorta: “Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6: 19-23)   Oración.

«Padre, Señor y Dios nuestro, por tu amor y misericordia hemos sido llamados a la obediencia para justicia en Cristo Jesús. Tu Santo Espíritu que mora en nosotros nos ha convencido de pecado, justicia y juicio, por eso hoy, por la obra que has hecho en nuestras vidas, al ser lavados con la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo y con el agua limpia de tu palabra, estamos andando en tus caminos sustentados por la diestra de tu poder y por el poder de tu Santo Espíritu que guía nuestros pasos y nuestro corazón. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 14 de septiembre de 2020

El Espíritu que hemos recibido

 


El Espíritu que hemos recibido

“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” Romanos 8:15

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” Romanos 8:16

Por la gracia que nos es dada en Cristo Jesús, al recibirlo por fe como nuestro Señor y Salvador personal, recibimos el espíritu de adopción como hijos de Dios, claramente lo dice la palabra: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!” (Gálatas 4:4-6). Y ese Espíritu que nos es dado, derrama en nuestros corazones el perfecto amor de Dios y al hacerlo acontece en nosotros que: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” (1 Juan 4:18)

El Espíritu que por adopción hemos recibido, da testimonio a nuestro espíritu de esa nueva identidad de “hijos de Dios”; la palabra de Dios lo confirma al decir: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Juan 1:12-13) “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son Hijos de Dios” (Romanos 8:14)

Hermanos amados en Cristo Jesús, la gracia de Dios por la que hemos sido adoptados como hijos del Dios omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, Señor y dueño de todo lo que existe y que proviene de su gran amor que sobrepasa todo conocimiento, debe recíprocamente conducirnos a una obediencia y a una disposición en espíritu y en verdad para amarle de todo nuestro corazón, y de toda nuestra alma, y de toda nuestra mente, y de todas nuestras fuerzas y, en ese amor, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.  Ración.

«Padre, Señor y Dios, Dios nuestro; te adoramos, te alabamos, bendecimos tu nombre y te damos gracias porque al recibir a Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador, nos has dado tu Espíritu y ahora mora en nosotros y es nuestro fiel compañero hasta el fin del mundo, es quien nos recuerda todo lo que nos has enseñado a través de tu palabra y, el que guía nuestros pasos y guía nuestro corazón para vivir en obediencia a ti; llénanos Señor con tu Espíritu, úngenos Señor con tu Espíritu, vivifícanos con tu Espíritu y has de nosotros instrumentos de tu Santo Espíritu para honra y gloria de tu nombre. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 13 de septiembre de 2020

Vivir y Morir para el Señor

 


Vivir y Morir para el Señor

“Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí” Romanos 14:7

“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” Romanos 14:8

“Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven” Romanos 14:9

A quienes Cristo Jesús se nos ha revelado y lo hemos recibido de corazón, ya no vivimos para nosotros, ni morimos para nosotros, sino, para él, bien lo dice Pablo: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando en esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5: 14-15) “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 8:38-39)

A todos los creyentes en Cristo Jesús, nuestro crecimiento espiritual debe conducirnos a ese punto en que en Espíritu y en Verdad declaremos de todo corazón: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20)

Porque Cristo Jesús para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, por ello dice el Apóstol Juan: “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.” (Apocalipsis 1: 17-18)

Nosotros estamos llamados a menguar para que Cristo crezca, a morir para que Cristo viva en nosotros, con nosotros, por nosotros y sobre nosotros; a este respecto dice claramente la palabra: “De cierto, de cierto os digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” (Juan 12:24)   Oración.

«Padre Dios, Señor de todo lo que existe y de todos los que existimos; por tu misericordia nos has dado vida y vida en abundancia y, por tu misericordia, un día recogerás nuestro espíritu y cerraremos nuestros ojos a este mundo que solamente es vanidad de vanidades, y los abriremos a la eternidad en Cristo Jesús para adorarte y alabarte Señor, por los siglos de los siglos. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 12 de septiembre de 2020

YO IRÉ A DONDE NO HAYA IDO

 


YO IRÉ A DONDE NO HAYA IDO

“Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad”, Hechos 8:4-8

En el libro de Hechos se nos muestra que la muerte de Esteban hizo que estallara una persecución sobre la iglesia del primer siglo que obligó a los cristianos a huir en busca de cierta seguridad. Pero no dejaron de hablar de Jesús a donde iban. Eran hombres de valor, estaban decididos a enfrentar todos los peligros que los asecharan por causa de Cristo. Eran hombres buenos, tenían al Espíritu Santo en sus vidas y esto hacía que inspiraran respeto. Este capítulo narra grandes cambios en la primera iglesia de Jerusalén que repercutieron hasta hoy. Se puede decir que Dios usó la persecución para afectar el futuro de su reino.

Uno de esos hombres que se destacó especialmente fue Felipe. Había sido escogido como uno de los siete, era un discípulo común como usted y yo, pero fue Dios quién a través de la persecución lo provocó para usarlo y convertirlo en un gran evangelista. Dios respaldó su predicación con señales, milagros y prodigios en Samaria. Esto nos hace recordar que Dios trabaja junto con nosotros, no nos deja solos.

Confrontó las tinieblas con la llenura del Espíritu, invadiendo un territorio de oscuridad con la luz del evangelio. Nos dejó su ejemplo para que nosotros entendamos que con Jesús podemos hacer grandes cosas. Tan sólo basta creer y actuar en su Nombre como lo hizo Felipe, en una región que por lo que dice la historia era menospreciada, porque consideraban que los samaritanos no eran israelitas puros, entonces había una rotura y odio entre ellos. El cristianismo que Felipe mostró, trajo una alegría que los samaritanos nunca habían experimentado.

Este pasaje nos muestra que Dios comienza a usar no solo a los apóstoles, sino a hombres comunes, pero llenos de fe, cuando las circunstancias y las pruebas los movieron a hacer cosas que no estaban en sus planes. Así mismo puede suceder con nosotros, Dios nos puede sacar de nuestra zona de confort, para llevarnos a hacer cosas inimaginables donde Él muestre su poder; por eso si predicamos en la dimensión de la fe, manifestará su gloria, respaldando su Palabra, salvando, liberando vidas y sanando al que Él quiera a través de nuestras vidas.

Dios nos puede llevar a los lugares más inesperados a predicar su mensaje de salvación.   Oración.

"Señor gracias por el ejemplo que me muestras de Felipe a través de tu Palabra. Así como él quizás soy una persona común, pero creo en ti y sé que puedes usarme de una manera sobrenatural como lo hiciste con él. Ayúdame a salir de los espacios donde ando habitualmente y llévame a predicar el evangelio a toda criatura como lo has demandado. Por la voluntad tuya y la guía de tu Espíritu, dispongo mi vida para que la uses como quieras. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 11 de septiembre de 2020

Soberanía del Dios nuestro

 


Soberanía del Dios nuestro

“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” Romanos 11:36

En la revelación de la palabra de Dios que nos ha sido hecha por su Santo Espíritu, podemos afirmar de todo corazón como el apóstol Pablo: “Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.” (1 Corintios 8:5-6)

Todo nos conduce a Jesucristo, el Hijo de Dios, como fuente y razón de todo lo que existe, su misma palabra nos revela algo fundamental: “Porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.” (1 Corintios 11:12) Y así como se explica lo nuestro, también se explica lo del huevo y la gallina y lo del árbol y la semilla. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;” (Colosenses 1: 16-17)

La soberanía de Dios sobre todas las cosas creadas será manifestada en los tiempos del fin como está establecido: “Y todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.” (Apocalipsis 5:13)

Por el gran amor y la gran misericordia de Dios y por la gracia que nos ha sido dada en Cristo Jesús, hijos somos de ese Dios soberano, Todopoderoso y Eterno; apropiémonos de esa identidad y vivamos conforme a ella para honra y gloria de Dios y para bendición de nuestras vidas.  Oración.

«Padre, Señor y Dios nuestro, soberano y perfecto; en el principio creaste los cielos y la tierra y tú eres el principio; de ti, por ti y para ti son todas las cosas; y en ti vivimos, nos movemos y somos; dueño eres Señor de la tierra y toda su plenitud, del mundo y todos los que en él habitan; todo lo que quieres se hace en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos; grande y maravilloso eres tú Señor; todo honor, toda honra, toda gloria, toda adoración, toda alabanza sean para el Dios único y verdadero, todopoderoso y eterno. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 10 de septiembre de 2020

Predestinados, llamados, justificados y glorificados

 

Predestinados, llamados, justificados y glorificados

“Y a los que predestinó, a éstos


también llamó: y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.” Romanos 8:30

Por la misericordia de Dios, conforme a su palabra, hemos sido predestinados, “según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el amado, en quien tenemos redención, por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” (Efesios 1:4-7) “En Él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.” (Efesios 1:11)

 

A los predestinados también los llamó y ese llamamiento de Dios es irrevocable: “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.” (Romanos 11:29) El llamamiento lo hace por medio del evangelio para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo (2 Tesalonicenses 2:14) “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.” (hebreos 9:15)

Y a los que llamó, a estos también justificó. “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” (Efesios 2: 1-3) “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (1 Corintios 6:11)

Y a los que justificó a estos también glorificó. “Pero Dios que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracias sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.” (Efesios 2: 4-7)

Por tanto, en la misericordia de Dios y por la gracia en Cristo Jesús, somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciemos las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a la luz admirable. (1 Pedro 2:9)   Oración.

«Padre nuestro que estás en los cielos, honor, honra y gloria solo para ti Señor; gracias te damos amado Padre porque, en tu amor y misericordia, nos escogiste antes de la fundación del mundo para ser adoptados como hijos tuyos en Cristo Jesús, nos llamaste a tus caminos y nos justificaste y glorificaste; rescataste del hoyo nuestra vida, nos limpiaste de todas nuestras inmundicias y nos pusiste en los lugares celestiales. Te adoramos, te alabamos, bendecimos tu nombre, Señor, por tu gran misericordia para con nosotros. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 9 de septiembre de 2020

PREDICAD CON LA SABIDURÍA DE DIOS

 


 

  

PREDICAD CON LA SABIDURÍA DE DIOS

“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”, 1 Corintios 2:1-5

Pablo salió de Atenas para ir a Corinto y halló a un judío llamado Aquila, recién venido de Italia con Priscila, su mujer, y se quedó con ellos, pues trabajaban juntos haciendo tiendas. Allí permaneció por más de un año y medio, entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo.

Pablo era un hombre muy letrado que podía usar elevados términos filosóficos y exponer seductoramente, pero no usó ese léxico, ni la sabiduría humana para enseñar el Evangelio, tomó una posición de humildad, la que hoy hace falta a muchos predicadores, por eso dijo: “me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo”. El centro de su predicación era Jesucristo y su obra redentora, no lo que los corintios querían escuchar. Él ya sabía que los judíos pedían una señal, y los griegos buscaban sabiduría (1 Corintios 1:22), pero él predicaba con la sabiduría de Dios.

La frase: “No saber entre vosotros cosa alguna” significa colocarse al nivel de los demás, tener una mente abierta al nuevo aprendizaje. Pablo sabía que su necesidad y sus limitaciones lo hacían débil y temeroso, por lo cual no se apoyó en sus dotes intelectuales, ni en la más expresiva oratoria, sino en el poder del Espíritu Santo.

Hermano, hoy el mundo requiere de hombres como Pablo, diligentes y obreros aprobados que no tengan de qué avergonzarse y que usan bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15). Aunque la sabiduría de Dios no es reconocida en esta época, el Espíritu de Dios te usará para hacer demostraciones de su poder, por eso sólo fundamenta tu fe en el poder de Dios.   Oración.

"Señor, con humildad me rindo en tu presencia, ayúdame para que de mis labios no broten palabras de humana sabiduría, sino que cada uno de mis dichos sea como un bálsamo a los oyentes, que edifiquen, consuelen y se persuadan a seguir tu camino. Tú eres el Cristo que murió y resucitó para darnos vida eterna, y esa vida sólo está en ti. Gracias Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 8 de septiembre de 2020

Despojaos del viejo hombre

 


Despojaos del viejo hombre

“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón.” Efesios 4: 17-18

Recibir por fe a Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador personal tiene para el creyente un significado de transformación de su vida, es el nacimiento de un nuevo hombre. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Corintios 5:17-18).

Un nuevo hombre, debe vivir como hombre nuevo y, una nueva criatura como criatura nueva; “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Efesios 4: 22-24).

Más aun, el Señor en su palabra nos manda: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas” (Isaías 43:18) aunque el enemigo siempre estará tratando de recordarnos nuestra pasada manera de vivir para hacernos sentir culpables y robarnos la bendición que nos dice: “Yo deshice como nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.” (Isaías 44:22)

“Despojaos del viejo hombre” es un mandato a vivir en obediencia, con el temor de Dios en nuestro corazón, honrando y glorificando su nombre todos los días que Dios nos permita vivir. Recordemos siempre el propósito que Dios tiene para con nosotros al habernos escogido y llamado: “Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.” (Isaías 43:7) Por tanto, para gloria de Dios debemos vivir, renovados en el espíritu de nuestra mente.  Oración.

«Santísimo Señor, Dios Padre Todopoderoso y Eterno, en el nombre de Jesucristo de Nazareth, te damos gracias porque en tu amor eterno con que nos has amado, enviaste a tu hijo unigénito para que ofreciera su vida y derramara su sangre en la cruz del calvario a la cual llevó todos nuestros pecados, culpas e iniquidades; y por la gracia que nos has dado en Cristo Jesús, al recibirle por fe, fuimos juntamente crucificados con Él y con Él juntamente resucitados, de modo que nuestro viejo hombre, crucificado quedó en la cruz del calvario y ahora somos nuevas criaturas en Cristo Jesús y como nuevas criaturas, sustentados por tu Santo Espíritu, vivimos para honra y gloria de Dios. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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