martes, 30 de mayo de 2023

Pensamientos de poder

 


Pensamientos de poder

«Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.» Salmos 3:5

¿Quién no ha admirado la fe de David? En lo personal yo lo hago, pues me impacta cómo aún en medio de circunstancias tan difíciles, como la persecución, podía decir con toda convicción y seguridad que confiaba en Dios. Y claramente las palabras que vemos en este salmo no son producto de las emociones, ni de las buenas circunstancias que estuviera atravesando, sino de la fe, pues la fe es: “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (hebreos 11:1).

No es casualidad que todo este mes Dios nos haya hablado acerca de las emociones, porque recordemos: Las acciones son el resultado de nuestras emociones, y las emociones a su vez son afectadas por los pensamientos que tenemos. Por ello la fe es trascendental para mantener en equilibrio, tanto nuestros pensamientos, como emociones y por supuesto nuestras acciones, pues a medida que creemos y llenamos nuestra mente de la verdad revelada en las Escrituras, se producirán en nosotros emociones correctas que nos llevarán a actuar de manera correcta. Y esto es lo que vemos en el ejemplo de David, pues sus pensamientos estaban impregnados de la verdad de Dios y a lo largo de los Salmos lo podemos comprobar: «Jehová es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré?, Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?» (Salmos 27:1), “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.” (Salmos 18:2), “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.” (Salmos 3:3), entre otros.

Esos pensamientos de poder, llenos de fe en la palabra del Señor, daban como resultado en la vida de David, paz, que se produce no por la ausencia de problemas, sino como fruto del Espíritu Santo: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7, Isaías 26:3, Gálatas 5:22), pensamientos de poder que dieron equilibrio a sus emociones y que terminaron reflejándose en sus acciones: “Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.” (Salmos 3:5).

Es tiempo de reflexionar, ¿qué tipos de pensamientos estamos albergando en nuestra mente, pensamientos llenos de fe, de poder?   Oración.

«Padre quiero mantener mi mente llena de tu Palabra pues veo el gran beneficio que produce en mi vida el aferrarme a tu verdad, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 29 de mayo de 2023

La procrastinación. Parte 4

 

La procrastinación. Parte 4


“El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada.” Proverbios 13:4

La persona que aprende a ser diligente vence la procrastinación, y ¿por qué lo decimos? porque la diligente obra o actúa con gran interés, esmero y eficacia a la hora de realizar sus tareas, no piensa en dejar las cosas para otro día, todo lo contrario, se caracteriza por ser rápido, pronto o ligero a la hora de hacer las cosas, de buscar una solución, o resolver un problema. Claramente la diligencia no fue una característica que pudimos observar en la vida de Jonás, pues en su actitud solo vimos (devocionales atrás) su mal hábito de procrastinar, y es aquí donde damos la gloria a Dios pues si no hubiese sido por Su misericordia y gracia abundante, otro hubiese sido el final de Nínive (Jonás 1:1-3; 3:4-10)

Lo maravilloso de escudriñar las Escrituras, es que en ellas se nos revelan cosas impresionantes, como las afectaciones negativas que se hubieran podido generar si Jonás no hubiera cumplido con su llamado, pues si observamos lo que sucedió con los marineros, quienes llevaban al profeta en su nave camino a Tarsis, nos daremos cuenta que a causa de la desobediencia de Jonás, toda la tripulación se estaba enfrentando a una gran tormenta que podría llegar a acabar con sus vidas; incluso si miramos al pueblo de Nínive, al ellos no haber podido escuchar el juicio de Dios, no hubiesen podido experimentar ni manifestar arrepentimiento hacia el Señor, lo que habría dado como resultado su total destrucción; éstas son consecuencias que podrían haberse manifestado si Jonás no hubiera actuado, y de igual forma sucede en nuestras vidas, pues al procrastinar más y más tiempo nuestro llamado, alguna tarea o actividad, puede llegarnos a afectar no solo a cada uno de nosotros, sino también a los demás.

Seguramente al evaluar nuestros comportamientos estaremos pensando: “Es momento de cambiar, debo dejar de procrastinar”, y es probable que éste sentir no solo lo hayas tenido en este momento, sino en diversas ocasiones, como por ejemplo: al anhelar una vida diaria llena de más fe y oración, de lectura de la palabra, de fiel congregación, de tomar decisiones adecuadas en momentos adecuados, de no dejarnos dominar por la ira, de aprender a comportarnos y actuar sabiamente, entre otras., y al meditar en todo esto, reflexionemos, ¿cuántas de esas cosas, que hemos anhelado, las estamos experimentando?, ¿será que acaso nos estará pasando como el hombre perezoso, mencionado en el pasaje principal, que no hace nada más sino soñar y desear, en pocas palabras procrastinar?; por eso el Señor exalta a quien es diligente, porque no solo anhela, sueña, sino que alcanza y prospera, pues trabaja y actúa permanentemente para obtenerlo (Proverbios 13:4; 12:27).

Hermanos, es tiempo no solo de orar, escudriñar y creer en lo que dice la Palabra, sino también de actuar, pues necesitamos ser en todo tiempo diligentes (Efesios 5:15-16).    Oración.

«Padre, quiero que mis actos sean coherentes con lo que profesa mi fe, pues quiero ser verdadero, en mis palabras, pensamientos, emociones y voluntad. Señor, en ocasiones he visto que, aunque oro y pido tu consejo para hacer lo que te agrada y caminar conforme tu palabra, no termino actuando congruentemente, sino más bien procrastinando, ya no quiero seguir igual, por eso te pido Espíritu Santo de Dios que me ayudes a ser diligente en todo tiempo, pues más que un anhelo es lo que quiero experimentar en mi vida, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 28 de mayo de 2023

¿Para qué fuimos escogidos?

 


¿Para qué fuimos escogidos?

“Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.” Hechos 22:14

“Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.” Isaías 43:7

Dios, que conforme a su Palabra, nos ama con amor eterno; en su omnisciencia, desde antes de la fundación del mundo, nos escogió para ser adoptados como hijos suyos por la gracia que nos daría en Cristo Jesús y, nos permitió nacer y vivir conforme a nuestros pensamientos y deseos hasta el momento en que, en sus tiempos y propósitos perfectos, tocó a las puertas de nuestro corazón e hizo que nosotros no fuéramos rebeldes y recibiéramos a Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador personal y, a partir de ese momento, nacimos de nuevo. Cuando el Espíritu Santo comenzó a morar en nosotros, fueron abiertos nuestros ojos y nuestros oídos espirituales, dando inicio a esa obra transformadora en nuestras vidas, pasando de ser como trapos de inmundicia a estar vestidos con vestiduras blancas y relucientes.

Fuimos escogidos por el amor de Dios que sobrepasa todo conocimiento y por la misericordia de Dios que llega hasta los cielos, pero ¿para qué fuimos escogidos? En Hechos 22:14 nos responde: “te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.” Escogidos para conocer su voluntad y, ¿cuál es su voluntad? Que seamos instrumentos escogidos para ir y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que Jesús nos ha enseñado; con la confianza de que Él estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Hechos 9:15; Mateo 28:19-20). También nos escogió, para que veamos al justo y, para eso debemos hacer lo que Dios le dice a Pablo en Hechos 26:16: “Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti,” la fe nos lleva a vivir nuestra vida y a obrar “como viendo al invisible” (Hebreos 11:27). Asimismo, nos escogió para que oigamos la voz de su boca y el oír su voz es parte del Primero y Principal Mandamiento que nos dio Jesús: veamos Marcos 12:29 “Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel;” y esto obedece a una razón fundamental en nuestra relación con Dios la cual encontramos en Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Y porque sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que es galardonador de los que le buscan (hebreos 11:6).

Otra razón por la que nos ha escogido, está en Isaías 43:7b “Para gloria mía los he creado, los formé y los hice.” Escogidos para glorificar su santo nombre, oyendo su voz, haciendo su voluntad y andando como viendo al invisible. Cada quien en su corazón puede evaluar con humildad y sinceridad si ante el Señor está viviendo conforme a lo que Él espera de sus escogidos y, si no, es el momento de enderezar los caminos y las sendas. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.  Oración.

«Padre nuestro que estás en los cielos, honor, honra y gloria para ti, gracias te damos en el nombre de Jesús por ese don inmerecido de ser escogidos desde antes de la fundación del mundo para ser adoptados como hijos tuyos, por la gracia que nos ha sido dada en Cristo Jesús. Padre amado, esa gracia de ser escogidos, llamados y adoptados como hijos del omnipotente, omnipresente y omnisciente Dios, nos compromete a vivir como sus hijos, en obediencia a Él a ser santos, porque Él es santo y, sabemos que en nuestras propias fuerzas no podemos lograrlo, por ello te pedimos que nos llenes con tu Santo Espíritu y guíes nuestros pasos y guíes nuestro corazón para vivir en obediencia a ti con el temor de Dios en nuestro corazón, para honra y gloria de tu Santo Nombre. Amén.     Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 25 de mayo de 2023

Jesús sana mis heridas

 

Jesús sana mis heridas

«Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?… Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies. Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar. Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.» 2 Samuel 9:1,3b-7

Hay situaciones en la vida que no entendemos por qué pasan, sino que lo diga Mefi-boset quien no eligió estar lisiado de sus pies (2 Samuel 4:4). Al igual que él, quizás hemos experimentado en nuestra niñez, juventud o madurez situaciones que dejaron huellas, cicatrices y dolencias difíciles de sanar, las cuales nos terminaron afectando como al hijo de Jonatán: la identidad, valor y propósito que tenemos en ésta tierra; lo malo de creer que esas situaciones son las que determinan nuestro presente y futuro, es que comenzamos a experimentar faltantes en diversas áreas de nuestra vida, como Mefi-boset quién a raíz de lo sucedido en su niñez, no veía ni entendía cuál era su valor: «Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?» (2 Samuel 9:8).

Dios quiere recordarnos a través de éste devocional que cuando Jesús llegó a nuestra vida y decidimos creer en su obra redentora, desde ese mismo momento Él sanó y restauró todo aquello que causaron todas las heridas, pues a través de su obra en la cruz, pagó un alto precio derramando cada gota de su sangre, para saldar nuestras deudas e injusticias, para llevar nuestros dolores y sanar todo aquello que nos dolía (Isaías 53:4-5); pero Jesús no sólo murió sino que también resucitó y con ello nos entregó una nueva vida: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» (2 Corintios 5:17), y esa vida nueva nos la entregó no para seguir viviendo el presente como si estuviéramos en el pasado, sino para aprender a olvidar lo que quedó atrás y extendernos más bien a lo que está delante (Filipenses 3:13).

Hermanos, es hora de despojarnos de todo ese peso antiguo que nos asedia, porque necesitamos correr ésta carrera o vida que tenemos por delante de la manera correcta, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien cuando estuvo en la cruz no pensó en cuántas injurias le estaban lanzando, o en cuánto dolor le habían ocasionado, sino que menospreció el oprobio y sufrió la cruz por el gozo que representaría que los que creyéramos en Él fuéramos sanados y salvados (Hebreos 12:1b-2).

Así como Mefi-boset fue llamado por el rey David para ser restituido por todo el tiempo que debió recibir herencia como hijo de Jonatán, y para ya no ser más recordado como aquél lisiado, sino como el invitado del rey, de igual forma, el Rey de reyes y Señor de señores nos ha llamado para que nos sentemos a su mesa no pensando en que estamos lisiados, heridos, adoloridos, sino conforme la nueva identidad que nos ha entregado como hijos del Rey, pues ya Él restituyó al agraviado, hizo justicia a los que habíamos sido afectados por las injusticias, dio amparo a la que estaba viuda, es Padre para el huérfano y ha consolado a todos aquellos enlutados.  Oración.

«Padre, gracias te doy porque me enseñas a través de tu Palabra que por medio de la obra de Jesús me has restituido. Quiero de ahora en adelante vivir conforme esta verdad que me has revelado y recordar cada día que ahora por ti he sido adoptado y que tengo acceso a la casa del Rey, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 24 de mayo de 2023

El anhelo de Dios es mostrar su bondad

 


El anhelo de Dios es mostrar su bondad

 “Bueno es Jehová a los que en Él esperan, al alma que le busca”, Lamentaciones 3:25

“Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él confían”, Nahúm 1:7

El Señor es bueno con los que dependemos de Él, con los que lo buscamos. Su amor es fiel e inagotable, es eterno por eso prolonga cada día su misericordia sobre nosotros, en medio de los problemas nos sostiene y permanece fiel.

Dios es bondadoso, es uno de sus más grandes atributos, en Él no hay maldad, ni malas intenciones y muy a pesar de nosotros, que somos engañosos e infieles, es lento para airarse y grande en misericordia. Su anhelo hacia nosotros es mostrar su bondad. Isaías 30:18 dice “por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en Él”.

Aunque nos cueste trabajo entenderlo Dios desea bendecirnos y derramar su bondad. No solo fue a la cruz para salvarnos y perdonarnos sino para bendecirnos. Pablo oraba continuamente para que los creyentes entendieran esto y que el Señor siempre actúa a nuestro favor. Como dice Romanos 8:31 “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”.

Pablo decía que por esta causa doblaba rodillas para que los cristianos comprendieran la herencia de las promesas, las riquezas de su gloria y el inagotable amor de Cristo. Efesios 3:18-19 “seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”.

Él está obrando a nuestro favor y aquel que comenzó su buena obra en cada uno de nosotros no descansará hasta ver la victoria en nuestra vida, hasta que brillemos como el amanecer y nuestra salvación sea como una antorcha encendida, siendo luz para este mundo. Así dice Isaías 62:1 “Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación sea encienda como una antorcha”. Oración.

Gracias Padre amado por darme la bendición de vivir tu amor, que es la esencia de la más grande plenitud, gracias por tu bondad, por ser mi fortaleza en los días malos y por qué conoces mi corazón que busca confiar cada día en ti. Tu misericordia trae a mi vida seguridad y paz y sé que suples todo lo que necesito porque cuidas de mí. Nunca fallarás. Amén.           Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 23 de mayo de 2023

Honrando a mamá. Parte 2

 


Honrando a mamá. Parte 2

“Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” Juan 19:26-27

Cuán difícil para mí ha sido entender lo importante de honrar a mamá, y debo confesarlo porque esta enseñanza no solo va para los demás, sino aún para quien escribe el devocional. Quizás exista alguien que al igual que yo piense: “qué duro es honrar a quien nunca pudo cumplir su rol de mamá a cabalidad porque no estuvo presente, ni de mente ni físicamente”. Pero este mensaje no es para quedarnos en aquellos recuerdos de lo que algún día quisimos y no tuvimos, sino para entender el por qué es importante para Dios que honremos no sólo a nuestro padre, sino también a nuestra madre.

Pensando en esto me conduje a mirar a Juan, el discípulo amado del Señor; la biblia no relata que pasó con su madre biológica, sólo nos muestra que Jesús encomienda a María en sus manos y el discípulo la recibe desde aquella hora en su casa, la acoge como su mamá, y al parecer no es necesario mencionar nada más, pues con esto se entiende que el apóstol Juan cumplió con lo que se le encomendaba; lo interesante de esto es que su honra hacia ella no dependió de si María lo merecía o no, de si lo había criado o no, de si había estado presente en su niñez o no, Juan solamente se dispuso a cumplir el mandato de Dios; y éste pasaje debe llevarnos a reflexionar, pues el honrar y amar a nuestra madre no depende de los méritos que hayan obtenido, o de lo mucho que nos hayan ofrecido, sino de lo que Dios nos ha enseñado, pues Él mismo se ha puesto como ejemplo para demostrarnos que el dar amor, no es fruto de nuestro trabajo, sino que es el resultado de la gracia que quiso depositarnos (1 Juan 4:19, Romanos 5:5b), y de la misma forma nosotros debemos dar, gracia sobre gracia, pues de su plenitud hemos tomado (Juan 1:16).

Después de muchos años y con la ayuda de una gran mujer que fue para mí, desde el momento en que la conocí como mi mamá, entiendo que debo amar, honrar y respetar a mi madre; Jesús a través de esta mujer ya me lo había enseñado, y hoy por medio de este pasaje me lo vuelve a recordar, pues ejemplo me ha dado. Hoy le doy gracias a Dios, por instruirme a través de esta preciosa mujer quien ya está gozando de Su presencia, porque ella me enseñó la verdad que está revelada en las Escrituras, y he entendido que, sin la Palabra y ayuda del Señor, yo no podría cumplir este llamado de honrar a mamá (Juan 15:5b) Oración.

«Padre, cuánta sabiduría hay en tus palabras, pues todo lo que encuentro en ella me guía hacia caminos de bienestar y excelencia; gracias Señor porque cada día compruebo que más valioso que el oro es tu enseñanza, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 22 de mayo de 2023

Honrando a mamá. Parte 1

 


Honrando a mamá. Parte 1

“Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” Juan 19:26-27

La palabra de Dios nos dice que el amor de Dios, por toda la humanidad, se ve reflejado en la obra de Jesús (Juan 3:16, 1 Juan 4:9-10), pero también en ese mismo acto podemos ver cómo Cristo manifiesta de forma particular su amor, cuidado y respeto hacia su madre, dándonos así ejemplo, de lo que significa verdaderamente el honrar a mamá.

El Señor, estando en agonía y a punto de morir en la cruz decide, sin importar su dolor, mirar y despedirse de quien había cuidado de él con tanta bondad y dedicación durante toda su vida; en ese momento Jesús hubiera podido manifestar cualquier tipo de palabras de gratitud, pero si analizamos el versículo 26, nos daremos cuenta que más que expresar palabras, lo que hizo fue demostrar con acciones su gran amor: “Mujer, he ahí tu hijo”, Cristo entiende que María está enfrentando un gran dolor al tener que verlo en esa cruz, pero sabe que ella no necesita palabras de consuelo, necesita amor, necesita un hijo, que al igual que Jesús, la cuide, la respete, la quiera y vele por ella más que con palabras, con actos; es por ésto que decide ponerla al cuidado de su discípulo amado, de Juan, para que de la misma manera que el Señor lo ha hecho, honre, cuide y ame ahora a su madre.

Aun en la cruz Cristo puso su amor en acción, y cuánto ejemplo nos da para que nosotros hagamos igual, pues si Jesús de manera práctica proveyó lo que su madre necesitaba en ese momento; señalándole los brazos en los cuales podría encontrar un abrazo de consuelo, la persona que le podría dar palabras de aliento, y con quien podría pasar esos días difíciles, mientras el gozo de la resurrección se manifestaba; nosotros también de manera práctica debemos y podemos hacerlo, proveyendo igual para las necesidades de nuestras madres.

Quizás en la actualidad algunas de ellas ya no están y han partido a la presencia del Señor, pero podemos como el discípulo amado, proveer a aquellas madres, que se encuentran en este mundo solitarias o abandonadas, con sencillos actos que demuestren el amor de Dios: a través de un abrazo, reconociendo su ardua labor en casa, ayudándolas, acompañándolas, escuchándolas, satisfaciendo sus necesidades, o sencillamente diciéndoles: ¡TE AMO MAMÁ!

La invitación es para que hoy y todos los días honremos a éstas grandes mujeres como Dios nos ha enseñado: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.” (Efesios 6:2-3), pero sobre todo para que demostremos nuestro amor por ellas compartiéndoles  del Señor, para que al igual que nosotros, ellas también por medio de la fe puedan disfrutar de una eternidad en la presencia de Dios.  Oración.

«Gracias Señor Jesús por ponerte como ejemplo en toda situación, aun estando en la cruz me enseñas lo importante de demostrar con actos el amor, pero no el humano sino el que es bueno y puro, el amor de Dios; Espíritu Santo ayúdame a imitar a Jesús y a reflejar el amor de Cristo honrando sabiamente a mamá, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 21 de mayo de 2023

Madres virtuosas

 


Madres virtuosas

«Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.» … «Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas.» Proverbios 31:10, 28-29

El mes de mayo es denominado como el mes de las madres, y es que ¿cómo no homenajear tan hermosa labor?, ¿cómo no honrar a esas mujeres virtuosas? Pues son aquellas que se conmueven por sus hijos y se sacrifican por su bienestar, como la mujer que prefirió, ante el mandato del Rey Salomón, entregar a su hijo para que permaneciera con vida (1 Reyes 3:26-27); madres que no cesan de orar por sus hijos, como la Cananea que insistió para que Jesús sanara a su niña, sin importar que los discípulos tratarán de callarla (Mateo 15:22-28); madres adoptivas que nos acogen como suyos, como María quien recibió al discípulo amado del Señor como su hijo (Juan 19:26); madres generosas y llenas de fe que comparten todo lo que tienen por amor del Señor, como aquella viuda de Sarepta que alimentó al profeta Elías y pudo ver cómo Dios suplió su necesidad milagrosamente (1 Reyes 17:8-16); madres que por fe salvaguardan nuestras vidas, como la mamá de Moisés que no obedeciendo la orden del Faraón de matar a todo niño varón, lo protegió poniéndolo en un carrizal a la orilla del río para que llegara a un lugar seguro (Éxodo 2:1-10); madres que han decidido hacer la voluntad de Dios por encima de la de ellas mismas, como María quien aceptó con gusto el gran llamado de Dios para criar a nuestro Salvador (Lucas 1:30-32,38); madres que con valentía tuvieron que hacer también el rol de papá; a todas ustedes mujeres virtuosas y esforzadas ¡Feliz día!

Gracias a Dios por sus vidas, pues ustedes son la manifestación del amor del Señor en esta tierra.   Oración.

«Padre, gracias te doy por mamá porque ella ha sido una extensión de tu gran amor y bondad. Enséñame a honrarla y respetarla como tú lo deseas, pues yo también quiero reflejar tu amor hacia ella, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 20 de mayo de 2023

Sumergidos en ti

 

Sumergidos en ti


«Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado.» Ezequiel 47:1-5

Siguiendo la línea del devocional anterior, el Señor me llevaba a recordar este relato del antiguo testamento, en donde vemos cómo Ezequiel es conducido a pasar por en medio de las aguas; lo interesante de éste pasaje es ver cómo este hombre es guiado para que se sumerja más, pues no es suficiente el mojar los tobillos, las rodillas o los lomos, sino que se necesita el ser sumergido por completo para llegar al lugar hasta donde está siendo direccionado; y ésto me hizo reflexionar que en muchas ocasiones he experimentado lo mismo que Ezequiel en mi vida espiritual, pues he visto cómo me falta sumergirme en el conocimiento de Jesucristo; hay momentos en los que pienso que mi conocimiento, está como cuando Ezequiel sólo tenía mojado sus tobillos; no sé si te ha pasado; pero a través de éste devocional Dios nos está revelando que su anhelo para cada uno de nosotros es que nos sumerjamos, como Ezequiel, en Su conocimiento, en esos ríos de agua viva.

Junto con éste pasaje el Señor me recordaba el encuentro que tuvo con la mujer samaritana, encuentro que dió como resultado una extraordinaria revelación, no sólo para ésta mujer sino también para nosotros: «Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.» (Juan 4:10); palabras como: «Si conocieras» y «quién es el que te dice», apuntan hacia lo mismo, hacia lo fundamental que es el conocerle; y ¿por qué Dios mismo anhela ésto?, porque al conocer la Verdad, quien es Jesús, esa Verdad nos hace libres (Juan 8:32); porque de ésto trata la vida eterna (Juan 17:3); porque sólo conociendo a Jesús tenemos acceso al Padre (Juan 14:6); y por último, porque el conocerle es el todo del hombre (Eclesiastés 12:13).

Hoy Dios mismo nos está recordando cuán vital es que le conozcamos, que nos sumerjamos, al igual que lo hizo Ezequiel, en lo profundo de Su palabra, pero esto solo se logra escudriñando las Escrituras (Jeremías 33:3). Es nuestra decisión el ver qué hacemos con este llamado, si lo aceptamos o lo rechazamos, pero la invitación con éste devocional es a que sigamos Su consejo y escojamos la enseñanza que nos conduce a sumergirnos en la fuente de vida (Apocalipsis 7: 17a).     Oración.

«Padre mi anhelo es conocerte cada vez más profundamente, porque no quiero sólo mojar mis pies, sino sumergirme en tu palabra; anhelo disfrutar en todo momento de las excelencias que produce en mi vida, el conocerte. Hasta ahora quizás sólo me he mojado las rodillas o los lomos, pero llévame Espíritu Santo de Dios a tomar todos los días la decisión de levantarme muy de mañana para navegar y sumergirme en lo profundo de tu palabra, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 19 de mayo de 2023

Boga mar adentro

 


Boga mar adentro

“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él” Lucas 5:4-9

“Boga mar adentro”, más hacia el centro de la voluntad de Dios por medio del conocimiento de su Hijo amado, de Jesucristo. Porque muchas veces leemos superficialmente la escritura o lo hacemos por una especie de obligación religiosa, pero debemos entender que la Biblia contiene la Palabra revelada de Dios para nosotros, donde Él nos habla de manera personal por medio de la guía de su Santo Espíritu y nosotros le hablamos a Dios por medio de la oración. Por esta razón el apóstol Pedro por revelación del Espíritu de Dios nos enseña que: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”(2 Pedro 1:19).

En la medida que profundicemos en la escritura ella va iluminando nuestro caminar y nos va dando seguridad, esperanza y esencialmente fe. Si bogamos mar adentro vamos a encontrar mucha más bendición, pues hallaremos un tesoro de gracia, amor y verdad revelado para que lo usemos en todo tiempo y en toda circunstancia, porque como Pedro, en las situaciones difíciles de nuestra vida tal vez “toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado” pero conociendo lo que Jesús dice, en su Palabra, podremos obtener una pesca de bendición y gracia sobreabundante para nuestra vida, pues: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia” (Juan 1:16). La plenitud de Cristo está a nuestro alcance, pero debemos ir más adentro, escudriñando, anhelando su revelación, pero luego hay que hacer lo que nos dice el Señor Jesús “echad vuestras redes para pescar.”, es decir, apliquemos su Palabra, hagamos tal como Él nos dice (Juan 2:5).  Oración.

«Padre gracias te doy porque siempre me animas, a que no me contente sólo con escuchar tu palabra en la orilla, sino más bien a que bogue mar adentro en el conocimiento de tu palabra, pues tu anhelo no es que te escuche de lejos, sino más bien que me sumerja en ti, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 18 de mayo de 2023

En Cristo está mi gozo

 

En Cristo está mi gozo


«Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.» 2 Corintios 12:9-10

Qué impresionante ver cómo Pablo se apropia de lo dicho por el Señor: «Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad», pues al estar en esa situación debe ser difícil recibir una respuesta así de parte de Dios; a lo mejor alguno de nosotros no lo tomaría igual de bien; quizá preguntaríamos ¿por qué yo?, ¿para qué sirve esto?, ¿qué propósito tiene? o hasta exclamaríamos ¡es injusto! Pero Pablo no lo hizo y aun con su debilidad no pidió que lo eximiera de su trabajo, pues al entender y creer en las palabras del Señor terminó concluyendo: «de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo», añadiendo además: «porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» Pablo entendió que aun en sus debilidades la gracia de Dios se veía más latentemente en su vida. La pregunta es ¿cuántos de nosotros hemos respondido de esa forma al Señor cuando estamos ocupados, enfermos o con alguna otra dificultad? Cuántas veces le hemos manifestado: Señor yo haré lo que tú me pides, no importa si estoy angustiado, con exceso de trabajo, enfermo, entre otros, lo haré con gozo pues es para ti.

Hoy Dios me está exhortando a través de este pasaje, pues no estoy pasando por un buen momento de salud desde hace una semana, pero cuando recuerdo esta palabra pienso en una mujer valiente que durante gran parte de su vida, al igual que Pablo, tuvo un aguijón, pero eso nunca le impidió el trabajar con gozo para el Señor; antes, cuando más débil estaba era cuando más tiempo dedicaba a las consejerías, a la enseñanza, a los Ministerios y a la iglesia en general. Cuánto ejemplo me están dando tanto Pablo como aquella extraordinaria mujer y hoy la invitación, a través de este devocional, es que nos gocemos en el Señor, nos esforcemos y seamos valientes en este caminar, sin importar persecuciones, angustias, afrentas, necesidades y aun debilidades, porque cuando somos débiles entendemos que gracias al poder de Cristo, que actúa en nosotros por la fe, somos fuertes.  Oración.

«Padre gracias por recordarme que debo gloriarme en ti, aun cuando tengo debilidades, pues entiendo que eres tú el que me fortalece para poder seguir en este maravilloso caminar. Llévame a recordar siempre esta verdad cuando quizá quiera desmayar, cuando sienta que no puedo más; guíame Espíritu Santo para tener siempre mi mirada fija en Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 17 de mayo de 2023

Espera a Jehová

 

Espera a Jehová


«Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.» Salmos 33:20-21

¿Has estado alguna vez en una sala de espera acompañando a un familiar, o amigo cercano a que salga de algún procedimiento médico? Yo sí, he acompañado a 2 de las personas que más amo en esos momentos, y aunque han sido procedimientos «sencillos» no puedo negar que he sentido ansiedad, pues a mi mente llegan los peores panoramas; quizás te ha pasado igual, por ejemplo: en donde tu esposa ha entrado en labores de parto, o al estar acompañando a alguien en alguna cirugía, incluso solo cuando van a realizar unos exámenes de chequeo porque tu familiar no se ha sentido bien en esos momentos; a veces no entendemos por qué están en nuestra mente ese tipo de pensamientos, y lo peor es que entre más tiempo pasa y navegamos en ellos, podemos crear las peores catástrofes con nuestra imaginación, dignas de una gran película. Reflexionando en todo esto me pregunté: ¿Por qué no pienso diferente? ¿Por qué en vez de sentir temor, no reemplazo esas emociones por confianza en Dios? (Salmos 42: 11a) Y cuando meditaba sobre esto, el Señor me conducía a las Escrituras, pues en ellas encontramos palabras de aliento, y escudriñándolas me encontré este Salmo: «Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.» Salmos 33:20-21. No es casualidad que empiece diciendo que nuestra alma (pensamientos, emociones y voluntad) esperan a Jehová, ni tampoco lo es que nos inste a recordar que nuestra ayuda y nuestro escudo es él, pues ante esos momentos en los que nuestros pensamientos quieren divagar, o nuestras emociones quieran sentir tristeza, o en nuestra voluntad decidamos ceder ante todo ésto y estar ansiosos, qué importante es que nuestro corazón se alegre en Él, porque en su Santo nombre hemos confiado, porque Dios es fiel, lo hemos comprobado.

Éste devocional el Señor me lo revela mientras estoy en una sala de espera, para recordarme que debo alegrarme en Él, y de igual manera, sea cual sea tu sala de espera, te quiere llevar a que confíes en sus promesas, pues escrito está: «Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.» Salmos 27:13   Oración.

«Gracias Padre porque en medio de esta espera mi alma encuentra descanso en ti, pues cuando fijo mi mirada en Jesús todo el caos que hay en mi interior se equilibra, porque por la fe en tu Hijo, tu Espíritu Santo me recuerda que puedo estar tranquila, pues he visto tu fidelidad en esta tierra. Alabado seas Señor, por tu amor y tu bondad, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 16 de mayo de 2023

¡Que tus emociones no te impidan obedecer!

 


¡Que tus emociones no te impidan obedecer!

“Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.” Mateo 26:38

En el devocional anterior vimos la manera en la que los discípulos reaccionaron ante un momento de dificultad, ahora pondremos nuestra mirada en Jesús y veremos cómo con su ejemplo nos conducirá a afrontar las mismas situaciones, pero de forma correcta.

En este pasaje vemos a Jesús, en su humanidad, reconociendo su tristeza y angustia pues en instantes tendría que enfrentar la mayor prueba de obediencia, obediencia que implicaría pagar por nuestros pecados, para que, gracias a su obra, nosotros pudiéramos quedar en libertad de aquella esclavitud en la que nos encontrábamos a causa del pecado.

Lo más impactante de este pasaje es que Jesús no nos oculta sus emociones, como si de esta forma nos demostrara que está bien experimentarlas, pero también nos recuerda la importancia de sujetarlas y pasar por encima de ellas, pues las emociones no pueden convertirse en un impedimento para obedecer a Dios. Pues Jesús estaba triste, pero eso no le impidió orar y buscar en su Padre la fortaleza que necesitaba para continuar; el Señor estaba angustiado pero eso no impidió que tomara las decisiones correctas y se parara a enfrentar su llamado; Cristo tuvo hambre, pero eso no lo condujo a pecar; el Señor se esta poniendo como referencia para mostrarnos que no podemos ceder ante nuestras emociones, y que en cambio sí podemos sujetarlas, en Su Nombre, y llevarlas cautivas a la obediencia: “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,” 2 Corintios 10:5, por eso la próxima vez que vengan pensamientos o sentimientos de temor, tristeza, angustia, frustración, etc. los cuales pueden estar basados en mentiras, recordemos las 3 claves que anteriormente se nos ha enseñado: busquemos lo que dice la palabra que es correcto y en lo que debemos pensar, hablar y actuar; creamos en la instrucción que se nos ha dado por medio de ella; oremos y pidamos dirección a Dios; pero sobre todo sujetemos nuestra voluntad a la obediencia al Padre, así como nos lo ha enseñado Jesús.  Oración

«Señor gracias por permitirme conocerte aún en medio de esos momentos en los que experimentaste angustia y tristeza, porque me enseñas con tu vida de ejemplo, cómo aún en esos momentos, sujetaste tu voluntad a la del Padre a pesar de lo que en tus emociones estabas experimentando. Gracias porque a través de las Escrituras me has enseñado las claves para ya no tomar más decisiones con base en mis emociones, sino con base en los principios de tu palabra, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 15 de mayo de 2023

Paz en medio de la tormenta

 


Paz en medio de la tormenta

“En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, ¡no temáis!” Mateo 14:22-27

Qué difícil es reconocer a Jesús en medio de tanto caos ¿cierto? Sino que lo digan sus discípulos, quienes por fijarse en el ruido de tanta tempestad y en las grandes olas que azotaban la barca, terminaron no reconociendo a su Maestro. Por eso vemos a Jesús animándolos y diciéndoles: “¡Tened ánimo; yo soy, ¡no temáis!”, y al escuchar estas palabras ¿sus discípulos reaccionaron de forma diferente? Al parecer no, pues vemos cómo Pedro no está convencido de que sea el Señor y necesita cerciorarse, por eso manifiesta: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.” Mateo 14:28b.

Leyendo este pasaje te preguntarás ¿y esto qué tiene que ver conmigo? Pues bien, hablemos sobre el hecho de que en nuestras vidas también podemos experimentar circunstancias que nos hicieran pensar que estamos pasando por una gran tempestad o tormenta, por ejemplo: ante algún diagnóstico médico difícil de tratar, ya sea tuyo o de un familiar; ante una crisis económica en donde tu trabajo o el de tu pareja se ve afectado, alterando tus ingresos y por ende la holgura económica de la cual antes gozabas, ¿cómo te has sentido en esos momentos? quizás estarás de acuerdo con Pedro, y al igual que él, entenderás qué es pasar por una tormenta, una llena de: confusión, temor, incertidumbre, frustración, ansiedad, etc., y es que todo eso que nuestras emociones nos llevan a experimentar ante diferentes momentos de dificultad en nuestra vida, se sienten como aquella tormenta en la que estaban Pedro y los demás discípulos; y al fijarnos, al igual que ellos, en el caos que hay alrededor y perdiendo de vista nuestra fe en el Señor todo se desequilibra, se debilita, se desmorona, y empezamos a hundirnos y sumergirnos en el caos de la tormenta, tal como le sucedió a Pedro (Mateo 14:30), por eso cuán importante es mantener nuestros ojos en Jesús y recordar que ante esos momentos de dificultad su promesa nos dice que: «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.» Isaías 26:3    Oración.

«Gracias Señor porque debido a ti puedo tener paz en la tormenta, y esto solo por la fe que he depositado en ti, pues cuando mi fe es inamovible pueden venir contra mi tormentas y grandes olas impetuosas, pero al estar cimentada y firme en tu palabra mi vida no se cae, ni se derrumba pues tú eres quien me da la fortaleza, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 14 de mayo de 2023

El impacto de Su palabra

 


El impacto de Su palabra

«En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.» Génesis 1:1-3

Recordando y meditando en lo que Dios hizo en el primer capítulo de Génesis, y al explicarlo en mi mente de manera casi que infantil como en un cuento de niños, en donde a medida que te cuentan una historia tratas de imaginar cómo podría llegar a ser ésto, el Señor me llevaba a observar Su creación, a pensar en lo asombroso que tuvo que ser el escuchar a Dios decir: «Sea la luz» y de repente ver cómo ésto se hizo una realidad, de igual manera me hizo pensar en lo restante, cuando hace las estrellas, las grandes lumbreras, los animales, entre otros. Y pensé: ¡Wow! Qué hermoso poder tener un niño y contarle esta historia de manera tan asombrosa, de la misma forma en la que Dios me la está enseñando ¡cuán impactante sería esto para un niño!; y recordé junto con ésto aquél pasaje que dice: «Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.» (Proverbios 22:6), pero luego me cuestioné, ¿acaso ésta enseñanza de instruir, será solamente para aquellos que están experimentado esta faceta de la vida? Y recordé inmediatamente a alguien, quien ya no está con nosotros y disfruta de la presencia del Señor, y pude ver cómo aunque ella no tenía niños a su alrededor, no dejaba de enseñar a grandes y jóvenes, a enfermos y sanos, a presos y libres; y entendí que la función de instruir no sólo aplica para ésta primera etapa de la vida, sino para todas, pues grandes y niños, jóvenes y ancianos necesitamos ser impactados, al igual que toda la creación, por la palabra de Dios.

Sólo Dios sabe de qué manera su palabra ha impactado en nosotros, y cómo ha utilizado a personas tan especiales para, a través de ellas, escuchar lo impactante de Su palabra.

Hoy recuerdo uno de los pasajes favoritos de aquella mujer, que sin cansarse enseñaba en todo momento acerca del Señor: «Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca.» (Jeremías 15: 19a), ella sí que experimentó esta verdad y lo que siempre nos enseñó, a los que tuvimos la oportunidad de conocerla, es que teníamos que aprender a ser instrumentos del Señor, enseñando a otros lo impactante y reveladora que es la palabra de Dios (Marcos 16:15).

En honor a nuestra gran amiga, consejera, y madre espiritual Emperatriz Roa de Sánchez.  Oración.

«Padre, tu palabra no sólo ha impactado toda la creación, pues ella muestra tu gloria, sino que también ha impactado mi vida. Quiero, al igual que lo dice tu palabra, ser parte de esa generación que celebra tus obras, medita en tu palabra y anuncia tus poderosos hechos. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 12 de mayo de 2023

La obediencia. Parte 1

 

La obediencia. Parte 1

 “Porque he descendido del cielo, no pa


ra hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” Juan 6:38

Este mes hemos estudiado las claves que se necesitan para tomar decisiones con base en los principios de Dios, vimos la primera: Conocer y creer en la palabra de Dios, y el día de ayer finalizamos con el estudio de la segunda: La oración; y aunque estas claves son de vital importancia de nada servirían si no vinieran acompañadas de la obediencia.

Y es que si observamos detenidamente la vida de Jesús podríamos decir que algo que lo caracterizaba era su obediencia, la manera en la que sujetaba su voluntad humana a la voluntad del Padre; y si Jesús fue llamado a hacerlo ¿Qué nos hace pensar que nosotros no? Y es que cuando para Jesús la obediencia no era algo negociable en su vida, ante nosotros diera la impresión de que sí lo es, y es aquí cuando cometemos un gran error, pues nosotros fuimos creados para obedecer a Dios (Colosenses 1:16, Eclesiastés 12:13)

Bien es cierto que el Señor nos creó con voluntad, la capacidad de decidir si hacemos o no hacemos algo, pero esa voluntad nos fue dada para sujetarla a la voluntad de Dios; y vemos cómo en el Huerto del Edén lo que se nos otorgó para bien, se terminó inclinando hacia el mal, porque cuando Dios mandó a Adán y Eva que no comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 2:17), les estaba diciendo en pocas palabras que tendrían que tomar la decisión de: primero, confiar en Dios, en que si comían de aquel fruto morirían; y segundo, obedecer y no comer del fruto aquel. El problema es que Adán y Eva no tomaron la decisión correcta, pues decidieron sujetar su voluntad no a lo que Dios dijo, sino a sus propios pensamientos y emociones.

Hoy en día vemos cómo en nuestras vidas pasa lo mismo, pues al igual que ellos, hemos experimentado lo que significa no sujetar nuestra voluntad a la voluntad de Dios, pero en los siguientes devocionales pondremos nuestra mirada en Jesús, quien nos ha venido a enseñar que aun nosotros también podemos seguir su ejemplo y obedecer a Dios, pero con la ayuda de su Espíritu Santo.  Oración.

«Padre, enséñame a través de la vida de Jesús, cuán importante es la obediencia, y llévame a entender cómo la puedo poner en práctica en mi vida, con la ayuda de tu Espíritu Santo, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 11 de mayo de 2023

La oración. Parte 4

 


La oración. Parte 4

“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” Mateo 6:9-13

Qué bendición es escuchar, de la boca de Jesús, la manera en la que nuestras oraciones deben estar enfocadas, pues sin Él ¿qué podríamos pedir como conviene? (Romanos 8:26).

Haciendo este devocional recordé que en mi iglesia, sobre el atril, se encontraba un papelito en el que había un pequeño acróstico que nos recordaba la manera práctica en la que debíamos orar antes de dar inicio al culto del día; este acróstico incluía la palabra CASA y meditando en el pasaje principal el Señor me llevaba no solo a recordarlo, sino también a explicarlo de manera sencilla a través de este devocional, para que juntos aprendamos a orar de forma efectiva así como Cristo nos enseñó.

La primera letra que encontramos en este acróstico es la “C” y ella nos recuerda que en toda oración es importante iniciar confesando nuestros pecados; pues, como nos enseña la palabra en Isaías 1:18, debemos acercarnos a Él en humildad y ponernos a cuentas con Dios, ya que muchas veces no solo pecamos con nuestros pensamientos, palabras, actos, sino también por omisión con cosas que Dios nos ha enviado a hacer y por desconocimiento o por voluntad propia no hemos querido obedecer; pero lo importante no está solo en la confesión, sino también en apropiarnos de una gran verdad que el Señor nos revela: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9).

La segunda letra es la “A” y esto nos manifiesta que en toda oración debe haber una adoración a Dios, así como lo enseñó Jesús cuando expresó: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”; qué hermoso es incluir en la oración palabras de adoración a Dios, exaltando lo que Él es, su carácter, pero también recordando lo que Él hace; y es que el Señor es digno de recibir toda alabanza, por eso cuando le adoramos cumplimos lo que nos dice su palabra: “Todo lo que respira alabe a Jehová” (Salmos 150:6).

La tercera letra que encontramos es la “S”, la cual nos habla de súplica, pues el Señor también anhela que nos acerquemos confiadamente ante Él y dejemos en su altar nuestras peticiones, recordando que: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6). Y esta súplica es importante acompañarla con acción de gracias, que es a lo que nos lleva la última letra “A” de nuestro acróstico; Jesús nos recuerda que aunque tenemos la bendición de pedirle a Dios por nuestras necesidades, es importante darle gracias a Dios, no solo por su respuesta, sino también porque siempre nos escucha: “Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes;” (Juan 11:41b-42a)

¡Gracias Señor Jesús por permitirnos conocer estos 4 elementos claves para tener oraciones efectivas!    Oración.

«Gracias Señor Jesús por enseñarnos a orar y por recordarnos la importancia de tener una comunicación diaria contigo; porque, cuando lo practicamos, podemos experimentar el resultado de lo que significa mantenernos en comunión diaria contigo, pues es un alivio para nuestra alma, el consuelo para nuestras vidas y el aceite para nuestras heridas, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 10 de mayo de 2023

La oración. Parte 3


La oración. Parte 3

«pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte» Lucas 22: 32a.

Cuántas veces al igual que Pedro, al ser impulsados por las emociones, le hemos dicho al Señor: “aunque todos te abandonen, yo jamás lo haré” (Mateo 26:33) o incluso, hemos pensado al ver su negación hacia el Señor: “si yo hubiese estado en esa situación no habría reaccionado así”, quizás lo hemos hecho, pero estamos olvidando que en ocasiones también hemos actuado como Pedro, pues: ¿cuántos de nosotros ante una situación de presión generada por las circunstancias, personas, emociones, entre otras, hemos reaccionado igual? Pues al desobedecer la palabra de Dios hemos actuado como si no la conociéramos o nos negáramos a aceptarla en nuestra vida, así como lo hizo Pedro. Pero este devocional no es para quedarnos mirando nuestros errores o los del discípulo, sino para fijarnos en Jesús.

Si analizamos Lucas 22:33, nos daremos cuenta que mientras Pedro estaba ensimismado alabando su “integridad y firmeza” ante el Señor, Cristo ya le ha manifestado algo importante, a lo que quizás no le prestó mucha atención: “yo he rogado por ti, que tu fe no falte”, Jesús mismo le revela que Él ha orado al Padre por su vida, pues Satanás ha pedido permiso para zarandearlo. Y preguntémonos hoy: al igual que Jesús ¿le estamos prestando suficiente atención a la oración, estamos entendiendo su importancia?

Jesús nos revela a través de este ejemplo cuán necesaria es la oración en nuestras vidas, cuán vital es pedir por nuestra fe: para que nunca falte, para que sea inamovible, para permanecer firmes y no olvidar las enseñanzas del Padre a la hora de tomar decisiones. Pero qué pasa si al igual que Pedro, ¿no he tomado una buena decisión? El Señor nos enseña que esa fe que tenemos en Jesús nos debe llevar a recordar que Cristo ya pagó por nuestros pecados, pero también esa misma fe nos debe llevar a volver a Él: confesando nuestros pecados, pidiéndole perdón, y enderezando, con su ayuda, nuestro caminar.

Hermanos, ¡la oración es vital!, pues nos ayuda a dejar de poner la mirada en nosotros para ponerla en Jesús, y es allí donde en humildad reconocemos nuestra debilidad, pedimos ayuda, guía y dirección a Dios, para tomar decisiones ya no bajo nuestra emoción, sino con base en los principios de Dios. Pero si en vez de hacer esto, continuamos fijando la mirada en nosotros y no buscamos tener tiempos de intimidad con Dios, resultaremos tomando malas decisiones, asumiendo sus consecuencias y llorando amargamente por haber desobedecido al Señor.

Así como Jesús oró por Pedro para que su fe no faltara, hagámoslo nosotros, pidamos para que nuestra fe permanezca, pero también clamemos por aquellos que no la tienen, porque la fe es necesaria.   Oración.

«Gracias Señor Jesús porque cuando estuviste en la tierra no solamente rogaste al Padre por tus discípulos, sino que también lo hiciste por aquellos que creeríamos en ti, cuando se predicara tu palabra; y esto nos debe exhortar a que si tu lo hiciste nosotros también debemos hacerlo, pues hemos sido llamados para seguir tus pasos. Hoy te pedimos por nuestros hermanos en Cristo, para que los guardes del mal, y aun te pedimos por aquellos que no te conocen, para que escuchen tu voz y conozcan a tu Hijo Jesús quien es la verdad, la verdad que nos hace libres, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 9 de mayo de 2023

La oración. Parte 2

 


La oración. Parte 2

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;” 1 Pedro 5:8

¿Alguna vez has visto programas de animales, en los que nos muestran cómo los leones se esconden en medio de la selva y se detienen a observar todos los movimientos de su presa?, ¿Te has dado cuenta que una vez el león ve a su objetivo desprevenido, ataca y sale detrás de él; y la presa al no haber estado atenta no sabe reaccionar a tiempo y termina perdiendo esta batalla? Qué interesante es que el Señor utilice esta comparación para explicarnos, que de la misma forma sucede en el ámbito espiritual, pues el diablo, como ese león rugiente, anda observando la próxima presa a atacar. La gran diferencia, es que nosotros contamos con el Ayudador, el Espíritu Santo de Dios, quien nos alerta sobre el peligro pero también nos muestra la salida (1 Corintios 10:13b), y a través de esta palabra nuestro Paracleto nos recuerda la importancia de estar atentos, velando y orando en todo momento, para que no caigamos ante las artimañas del enemigo.

Jesús es el vivo ejemplo de lo que significa estar velando y orando en todo momento, y es que el hacerlo, no solo le permitía estar atento a lo que pasaba a su alrededor, sino que también lo conducía a rechazar por completo aquellas mentiras que el enemigo trataba de disfrazar como verdades; por eso en Mateo 4:7 observamos a Jesús diciéndole a Satanás: “Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.”; y es que esta no fue la única ocasión en la que Jesús identificó esto, pues si recordamos, aún su amigo y discípulo Pedro, momentos antes de que Jesús fuera a la cruz, lo estaba reconviniendo para que evitara su muerte y tuviera “misericordia de sí mismo”, pero ¿qué hizo nuestro Señor? rechazó por completo esas mentiras (Mateo 16:22-23) pues conocía la voluntad de su Padre, creía en ella, y por medio de su intimidad con Dios, sabía que la obediencia era la decisión correcta, pues por medio de esa obediencia nosotros seríamos reconciliados con Dios, y tendríamos acceso nuevamente, a tener una relación directa con el Padre (Filipenses 2:8, Romanos 5:1).

¿Logramos comprender cuán importante es la oración? Jesús lo hizo, por esto nos insta a que oremos sin cesar y estemos velando, atentos en todo momento, pues el enemigo no se cansa de atacar; pero demos gracias a Dios por Jesucristo, porque conocemos y creemos que en Cristo nosotros ya tenemos la victoria.   Oración.

«Padre, gracias por recordarme cuán importante es la oración, pues al observar a tu Hijo Jesús logro entender, que el tener tiempos de intimidad contigo, es vital e importante para nuestras vidas; pero no solo quiero comprenderlo, deseo experimentarlo, por eso, Espíritu Santo, llévame a hacerlo una realidad en mi vida, ayúdame a tomar la decisión de levantarme muy de mañana y buscar tu rostro todos los días, porque no quiero ser más como ese oidor olvidadizo, sino más bien, como aquel bienaventurado que al haber oído tu palabra: la guardó y la puso en práctica, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 8 de mayo de 2023

La oración. Parte 1

 


La oración. Parte 1

«Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.» Lucas 5:16

El conocer y creer en la palabra de Dios no es la única clave que podemos utilizar para tomar decisiones con base a principios bíblicos, pues Jesús nos permite saber a través de su vida, que hay una clave adicional para lograr esto: la oración. La oración es la que nos permite tener comunión con Dios, pero, ¿por qué es importante? ¡Miremos!

Continuando con el estudio de Mateo capítulo 4, nos daremos cuenta que Jesús, antes de ser tentado por Satanás, e incluso, antes de comenzar su Ministerio, se había apartado a un lugar desierto para ayunar y orar por 40 días y 40 noches; pero si observamos su vida, comprobaremos que no solo se dispuso a orar en estos momentos, pues si había algo a lo cual Jesús le dedicaba tiempo, era a la oración. Cristo vivía en constante comunicación con su Padre, buscaba intencionalmente tener tiempos con Dios, y esto nos demuestra que nosotros también necesitamos tener diariamente una comunión con Dios por medio de la oración, pues gracias a esta comunión podremos usar las Escrituras de manera correcta en los momentos correctos, al igual que lo hizo Jesús.

En devocionales anteriores vimos el primer ataque de Satanás hacia Jesús, y hoy veremos cómo insiste en continuar con sus artimañas; ahora la estrategia es que el Señor decida echarse abajo: “porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.” (Mateo 4:6b), y esto nos revela que Jesús no es el único que conoce la palabra de Dios, pues el enemigo también la conoce; esto nos debe alertar, no para tener miedo (pues en Cristo tenemos la victoria), sino para tener cuidado, pues en muchas ocasiones Satanás intentará tergiversar las Escrituras para que caigamos en tentación o hasta tomemos malas decisiones. Por eso es importante la oración, porque a través de nuestra relación con Dios, el Espíritu Santo nos recordará todo lo que Jesús ya nos ha enseñado, y nos llevará a discernir cuándo la palabra de Dios está siendo bien o mal utilizada (Juan 14:26, 1 Corintios 2:11-13).

El día de mañana continuaremos explicando, por medio del ejemplo de Jesús, por qué la oración es tan importante.   Oración.

«Señor, así como dedico tiempo a mis relaciones personales, quisiera dedicarme a ti aún más intensamente, pues quizá no te he buscado lo suficiente. Mi anhelo es que, al igual que lo hizo Jesús, yo te dedique tiempos de calidad para conocerte. Gracias porque me has dado tu palabra en donde puedo escuchar tu voz, pero también me has dado a conocer la oración, que es el medio por el cual yo puedo comunicarme contigo. Qué honor es saber que el Rey de reyes y Señor de señores está siempre atento a escuchar mi oración, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 7 de mayo de 2023

Conocer y creer en la Palabra de Dios. Parte 2

 Conocer y creer en la Palabra de Dios. Parte 2


“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Romanos 10:17

Dios, por medio de nuestra fe en Jesucristo, ha puesto en nosotros al Ayudador, a su Espíritu Santo, nuestro Paracleto (Juan 14:26) para que nos guíe y ayude poniendo orden a nuestras emociones; así como lo hizo al inicio de la creación cuando la tierra estaba desordenada y vacía; pero sobre todo, vive y mora en nosotros, para recordarnos e impulsarnos a mantenernos firmes en los principios que Dios nos ha dado. Pero, para que actúe Su poder de forma abundante en nosotros, necesitamos la fe, y con la vida de Jesús entenderemos el por qué.

Cristo, a través de Mateo 4:4, nos revela la primera clave para tomar decisiones con base en principios bíblicos: conocer las Escrituras y creer en ellas. Pero, ¿en qué consisten? Primero, hay que entender que el conocer solo se puede dar por medio de una intimidad; por eso puedes ver a Jesús buscando en todo momento, muy de mañana, el tener tiempos de intimidad con Dios, pues no quería distracciones en esos maravillosos momentos, quería dedicarse por completo a estar a solas con su Padre (Marcos 1:35), era claro que tenía trabajo qué hacer, pero entendía lo vital e importante que significaba separar tiempo de calidad para estar en intimidad con el Creador. Y reflexionemos, ¿estamos haciendo lo mismo que Jesús, buscando intencionalmente el conocer a Dios por medio de su palabra? Si no lo estamos haciendo, preguntémonos: ¿cómo le creeremos si no lo conocemos? Pues la segunda parte que conforma esta clave es la fe, y vemos que Jesús confiaba en su Padre porque le conocía, por eso cuando fue tentado por primera vez por Satanás, y aun teniendo hambre, no cedió ante esto, porque para Él el comer no era lo relevante, pues sabía y creía que había venido para hacer la voluntad de su Padre (Hebreos 10:7); por esto lo puedes ver, asegurando y sujetando su voluntad humana a la voluntad de Dios, cuando manifiesta: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

¿Queremos tener emociones equilibradas, bajo control, y tomar decisiones con base en principios bíblicos? Sigamos el ejemplo de Jesús y dediquemos tiempo para conocer la palabra de Dios, pero sobre todo creamos en ella.   Oración.

«Padre, ¿cómo sabría qué te agrada sin el conocimiento de tu palabra?, ¿cómo podría tomar decisiones correctas y actuar conforme a tu voluntad si no dedico tiempo a nuestra intimidad?, pero sobre todo ¿cómo podría experimentar lo que tu eres capaz de hacer en mi vida si no te creo? Hoy y todos los días no solamente quiero conocerte, sino también creer en ti, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 5 de mayo de 2023

¡Créele a Dios y no a tus emociones!

 

¡Créele a Dios y no a tus emociones!


“Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.” Proverbios 14:12

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia… No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal;” Proverbios 3:5,7

ay cosas que ante nuestros sentidos dan la impresión de ser agradables; hay ideas que ante nuestro pensamiento parecen buenas (Génesis 3:6), pero el único que nos puede revelar qué es bueno, malo, correcto o incorrecto, ante tantas posibilidades que hoy en día se nos presentan, es Dios. Por eso ¡cuán importante y vital es conocer y confiar en los principios bíblicos, en la palabra de Dios! Si tan solo Adán y Eva lo hubieran hecho, si tan solo nosotros lo hiciéramos, comprobaríamos por qué lo que Dios nos dice es bueno, agradable y perfecto.

¿Por qué el Señor a través de estos devocionales ha querido que tengamos cuidado con las emociones?, ¿por qué es importante conocer qué son, qué las produce y cómo nos afectan? La respuesta está en que cuando entramos a conocerlas y entendemos que las emociones son un “estado de ánimo que se produce por las impresiones, sentidos, ideas o recuerdos, y que con frecuencia se traducen o manifiestan en gestos, actitudes u otras formas de expresión”, entendemos que pueden llegar a ser tan variables por todo lo que puede llegar a afectarlas, que resulta un total fracaso para nuestras vidas el tomar decisiones con base en ellas. Por ello, Dios nos exhorta a que si hay alguna decisión que debamos tomar, lo hagamos, pero basando esa decisión en el cimiento o fundamento que es su palabra, pues su palabra es verdad, permanece para siempre, es acrisolada, intachable e inerrante (Juan 17:17, Isaías 40:8b, Salmos 18:30).

En el devocional de mañana veremos cómo Jesús nos demuestra, con su ejemplo, que el conocer y creer en la palabra de Dios es una de las claves fundamentales para tomar buenas decisiones.   Oración.

«Padre enséñame a vivir esta nueva vida en Cristo, dejándome guiar por tu Santo Espíritu para tomar decisiones con base en tus principios y no como acostumbraba a hacerlo antes, de acuerdo a mis propios pensamientos y emociones, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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