martes, 31 de marzo de 2015

Filipenses 3:1

Filipenses 3:1


Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor.  Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad.



Hay algunos deportes como el fútbol americano, en los que pueden pedir un tiempo fuera.  Esto quiere decir que se detiene el reloj, todo se para y los equipos se reúnen con sus entrenadores.  A veces lo hacen cuando el equipo no está bien parado para la siguiente jugada.  En otras ocasiones tratan de “romper” una buena racha del equipo contrario mientras que en otras, sirven para planear los cambios que requieren y ejecutarlos.
Cuando Pablo nos dice: alégrense, viene acompañado de lo más importante, en el Señor.  No nos está diciendo, despreocúpate, no te afanes, no tengas miedo, te está diciendo que te alegres en el Señor.  Ahora, cómo funciona esta alegría.  Muy similar al tiempo fuera en los partidos.  Haz una pausa.  Debes detenerte por un momento.  Debes analizar lo que estás sintiendo.  Debes analizar lo que estás pensando.  Pero sobre todo, debes analizar hacia dónde te diriges y quién está de tu lado.  Solamente así puede venir esa alegría de la que Pablo tanto habla.  Me explico mejor.  Muchas veces nuestro vivir diario nos hace caer en rutina.  Poco a poco, sin darnos cuenta, vamos perdiendo perspectiva y nos dejamos envolver en lo que sea que nos quita la paz.  ¿Te ha pasado?  De repente, estás angustiado.  Piensas que las cosas se están saliendo de control.  Hay incertidumbre.  Hay miedos.  Finalmente hay desesperación.  Pausa.  Toma un tiempo fuera.  Refúgiate en el Señor.  Dice el Salmo: aunque pase por valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo.  ¡Alégrate en el Señor!  Salmo 4:8 dice, en paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú Jehová, me haces vivir confiado.  Dios te ama.  No quiere nada malo para ti.  Él está a tu lado y no te abandonará.  Pide perdón por tus pecados y por haberte alejado de Él.  Si ya has estado orando y sigues sin paz, ¡no dejes de hacerlo!  No te apartes del Señor y pide que pueda abrir tu corazón y entendimiento.  A veces es necesario esperar mucho tiempo, pero es mejor esperar a Su lado que lejos de Él.  Alégrate en Él.  No porque las cosas cambien.  No porque te “saliste con la tuya”.  No porque se hace tu voluntad.  Alégrate en el Señor porque Él tiene el mejor camino para tu vida.  Porque en Él puedes confiar.  Porque en Él puedes poner tu esperanza.  ¿Puedes ver cuánta falta nos hace tomar un “tiempo fuera” para poder alegrarnos en Él?
Las palabras que escribe Pablo toman más significado si recordamos que se encontraba preso.  Si alguien tenía situación difícil para poder regocijarse en el Señor era él.  Pero nos dejó un gran ejemplo para que dejemos de quejarnos por todo lo que nos sucede.  Nos dejó un camino muy claro.  Aprendamos a servir al Señor, obedezcamos en sus mandamientos.  Pongamos nuestra esperanza en Él y así podremos gozarnos en Él sin importar las circunstancias.  Pablo utilizó ese tiempo en prisión para compartir a Cristo con los que estaban con él.  Lo que parecía una maldición se convirtió en una bendición y obra para el evangelio.  Abre los ojos.  Toma un tiempo fuera y reúnete con tu entrenador Jehová.  Vuelve a Él para que te de dirección y te muestre lo que estás haciendo mal.  Escucha sus palabras.  Pon atención a sus mandamientos.  Posteriormente ejecuta dando testimonio y alegrándote siempre en Él.

Oración
Padre: necesito un tiempo fuera.  Necesito acudir a Ti y pedir perdón por mis pecados.  Te pido que me des dirección.  Te pido que me llenes de tu paz.  Padre, no sé cómo alegrarme y vivir confiado.  Te pido que seas Tú quien me llene de gozo, alegría y esperanza.  Te pido que pueda acostarme en paz y confiado en que Tú me amas y me cuidas.  Guíame para que las circunstancias no me quiten la perspectiva correcta y roben mi gozo en Ti mi Señor.  Gracias Padre Santo en el nombre de Cristo Jesús.  Amén.

lunes, 30 de marzo de 2015

Filipenses 4:11-13

Filipenses 4:11-13


No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera sea mi situación.  Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.  Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.



Es fácil pensar que algo nos pertenece.  Pensamos que nuestro trabajo nos pertenece, nuestra pareja, nuestro dinero, nuestra salud, nuestra vida en general.  Probablemente se deba a la costumbre que genera el día a día y simplemente damos por hecho que si el día de hoy me fui a dormir con x y z pues mañana también tendré x y z.  Justamente aquí es donde entra la zona de conflicto entre Dios y nosotros.  El Señor nos dice que somos administradores de lo que Él nos da pero en realidad todo le pertenece a Él y no a nosotros.  Leíste bien.  Todo le pertenece a Él.  ¿Acaso decidiste cuándo y cómo nacer?  ¿Pudiste opinar sobre el color de tus ojos?  ¿Puedes decidir cuándo enfermarte?  Así la lista continúa.  No podemos decidir cuántos hijos tener.  No podemos decidir dónde vivir.  Realmente no podemos decidir nada por nuestra propia cuenta.  Tal vez estás entrando en confusión con lo que acabas de leer.  No te desesperes y sigue leyendo.  La verdad es que nosotros podemos decidir vivir en tal o cual lugar, pero si el Señor no lo quiere así, simplemente no sucederá.  Hay personas que perdieron a sus hijos a muy temprana edad.  ¿Pudieron decidir algo al respecto?  No.  Hay personas que de un día para otro pierden su trabajo o su negocio deja de funcionar.  Varios años le dedicaron.  Muchas noches se fueron a dormir y al día siguiente fue lo mismo.  Hasta que un día, todo cambió.  Esto es lo que nos está diciendo Pablo que ha vivido.  Él perseguía a los cristianos.  Buscaba acabarlos.  Tenía un trabajo, tenía lujos y placeres.  Cada noche se acostaba y al día siguiente hacía lo mismo.  Pero un día, todo cambió.  Tuvo su encuentro con Dios y nada fue igual.  Ahora estaba encarcelado injustamente.  Había sido ya golpeado, atravesaría naufragios, sería lapidado hasta ser considerado muerto entre muchas otras cosas.  Pero finalmente decidió tener contentamiento y paz a través de Cristo en quien todo lo podemos.  Así también tú y yo debemos decidir hoy.  Decidir por vivir agradecidos.  Decidir por vivir obedeciendo y sirviendo sin importar que haya abundancia o escasez.  Vivir para Cristo con hambre o con un banquete cada día.  Sea cual sea tu situación, el entregar tu vida al Señor no debe depender de las circunstancias.  Ahora, ¿esto quiere decir que no tendrás tristezas ni te sentirás abatido?  No.  Todo lo contrario.  No conozco a nadie que haya perdido su trabajo o no tenga que comer que no se sienta mal.  La diferencia está en entender que podemos seguir adelante pues el Señor es quien nos fortalece y no las circunstancias.  ¿Lo puedes ver?  Allá afuera quieren hacerte creer que tu cuenta de banco, tu casa, tu trabajo y otras cosas materiales te dan dirección y fuerza para avanzar.  El problema llega cuando todo esto se viene abajo.  ¿Cómo seguir?  ¿Por qué crees que hay millonarios que se suicidan?  Es difícil vivir entregado al Señor y poder decir las palabras que Pablo dice, pero no es imposible.  De hecho, tenemos prácticamente la batalla ganada pues el Señor es quien hace todo el trabajo.  A nosotros nos corresponde entregarnos.  Rendirnos.  Humillarnos y dedicarnos a glorificarle.

Oración
Padre: definitivamente tenía mi fortaleza y esperanza puestas en los lugares equivocados.  Pensaba que yo decidía, que merecía y además que me pertenecían tantas cosas y hoy entiendo lo equivocado que estaba.  Realmente todo te pertenece.  Señor perdóname.  Guíame en tu camino.  Fortaléceme pues quiero seguirte y debo cambiar mi forma de pensar y de actuar.  Te entrego mi vida y te pido que pueda vivir en obediencia y servicio a Ti, siempre agradecido y gozoso a través de la fuerza que Cristo me da.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

domingo, 29 de marzo de 2015

1 Pedro 8-9

1 Pedro 8-9


Ustedes lo aman (a Cristo) a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en Él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe que es su salvación.



Seguir a Cristo no está reservado para unos cuantos ni es un grupo misterioso.  Es totalmente abierto y disponible.  Sin embargo, hay ciertas cosas que no todos pueden entender.  Los versículos de hoy son un ejemplo de ello.  Nos dice Pedro en su carta que como creyentes, a pesar de nunca haber visto a Jesús, tenemos gozo y alegría en Él a través de la fe.  ¡Esto no tiene sentido para mucha gente!  Piénsalo.  Crees en alguien que no has visto.  Confías que irás a un lugar al que nadie ha ido.  Crees que un libro que se escribió hace un par de miles de años está inspirado por Dios.  Son una serie de creencias que no todos pueden (o quieren) digerir.  Pero para aquellos que hemos reconocido a Jesús.  Que le hemos pedido que venga a nuestras vidas y nos de un corazón nuevo, podemos entender estas palabras.  Nosotros podemos tomar ánimo y gozarnos al leer estos versículos.  Nos recuerdan hacia dónde vamos.  Nos recuerdan en quién confiamos.  Nos recuerdan a quién pertenecemos.  Sí, no le hemos visto en carne propia pero definitivamente lo hemos visto renovar nuestro carácter y nuestros pensamientos.  Hemos sido testigos de cómo transforma lo inmutable.  Hemos visto cómo aquellas personas que parecían no tener remedio ahora alaban a Dios y tienen vidas transformadas.  ¡Estos son los milagros del Señor y la forma en que se ha manifestado en nuestras vidas!  No tenemos que verlo en carne propia para estar convencidos que existe y que nos ama.  No es necesario verlo para gozarnos en la esperanza que nos ha regalado.  No necesitamos verlo para poder vivir confiados y agradecidos.  Basta con entender nuestra necesidad de un redentor y el inconmensurable amor que derramó por nosotros en la cruz.  ¡Cuánta gracia y misericordia!  Mientras tanto, nosotros permitimos que los problemas del día a día nos roben estos regalos tan increíbles.  Nos olvidamos de ellos y comenzamos a preocuparnos y a agobiarnos por lo que sucederá mañana.  ¡No lo permitas!  Dale la perspectiva correcta  a las cosas y ponlas a la luz de la palabra de Dios.  Él te ama.  Él te cuida y ve por ti en cada momento.  Sus planes son mejores que tus planes.  Sus deseos para ti son mucho mejores que los tuyos.  Aunque hoy estés preocupado y sin ver un camino claro, Él tiene todo planeado y busca que tú crezcas en comunión con Él.  Quiere brillar en tu vida y que tú aprendas a depender más y más de sus promesas.  Quiere que aprendas a vivir por la fe. La fe es el camino a la salvación y la que debemos crecer día a día al dar esos pasos por terrenos desconocidos para nosotros pero sabiendo que son conocidos para el Señor.  ¡Gocémonos y alegrémonos en el Señor!  No porque las cosas serán fáciles sino porque tenemos de nuestro lado a Aquél que venció al mundo.  No porque todo será como queremos sino porque confiamos y creemos en Aquél que nos ama incondicionalmente.  Gocémonos en Cristo Jesús que vino por nosotros y quiere reconciliarnos con el Padre.

Oración
Señor: te pido perdón por mis pecados y te agradezco infinitamente el sacrificio que Jesús hizo por mí.  Te pido que pueda vivir alegre y gozoso.  Te pido que pueda vivir agradecido y confiado.  Te pido que mi fe crezca y no desmaye ante las adversidades.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén

sábado, 28 de marzo de 2015

Lucas 23:34

Lucas 23:34


Padre, dijo Jesús, perdónalos, porque no saben lo que hacen.  Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.



Los judíos pensaban que Jesús era pecador al decirse hijo de Dios.  Decían que era pecador por sanar a un enfermo en día de reposo.  Decían que era pecador porque se mezclaba con recolectores de impuestos, prostitutas y leprosos entre otros.  No saben lo que hacen dice Jesús.  Fue tal su ceguera que no pudieron ver los milagros tan increíbles que realizó Cristo frente a ellos.  Por el contrario, anotaban con detalle cada “falta” que realizaba.  Perdónalos porque no saben lo que hacen.  ¿Tú y yo sabemos lo que hacemos?  ¿Qué tan perdido estás?  Debemos ser honestos y abrir nuestro corazón para darnos cuenta si estamos actuando como esos judíos que no sabían lo que hacían.  Tal vez estás pensando en divorciarte o separarte de tu pareja.  Tal vez piensas que estarías mejor con esa persona que te hace pasar un buen rato.  Puede ser que tengas tanto rencor contra tus padres o alguien más que quieras hacerles daño.  Puede ser que te sientas tan solo que no le encuentres sentido a seguir viviendo.  Tal vez te estás refugiando en el alcohol o alguna otra droga para poder olvidar tu presente.  ¿Sabes?  Dios está ahí.  A tu lado.  Esperando a que te des cuenta que no sabes lo que haces.  Esperando que te des cuenta de cuánto te ama.  Esperando a que entiendas que mandó a Jesús a morir por ti.  A morir por tus pecados.  A darte una segunda oportunidad.  A darte una vida nueva.  A darle sentido y dirección a tu caminar.  ¿Sabes qué hicieron esos judíos por los que Jesús estaba intercediendo?  Lo culparon de algo que no hizo.  Le hicieron juicios injustos.  Juntaron testigos falsos.  Le escupieron.  Lo golpearon.  Lo señalaron y se burlaron de Él.  Lo crucificaron y mientras estaba sufriendo seguían burlándose y gritándole.  ¿No te parece ilógico que Jesús interceda?  A nuestros ojos no tiene sentido, pero Jesús vino justamente a sanar a los enfermos.  A sanar a gente como tu y yo.  Gente que ha asesinado.  Gente que ha robado.  Gente que ha engañado a su pareja.  Gente que es adicta.  Gente mentirosa.  Gente avariciosa.  Por cada uno de nosotros Jesús dice: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.  Definitivamente sin Jesús en nuestras vidas no tenemos ni la menor idea de lo que hacemos.  Pensamos que sabemos pero la realidad es distinta.
Perdónalos porque no saben lo que hacen.  No olvides estas palabras y ejemplo de Cristo.  Su ropa estaba siendo repartida entre los soldados mientras Él intercedía.  Mientras tanto nosotros no perdonamos.  Guardamos corajes.  Dejamos que el enojo eche raíces y no se vaya.  ¿Qué no entendemos que si somos seguidores de Cristo, no debemos esperar a que nos pidan perdón sino perdonar aunque no lo merezcan?  ¿Y si se aprovechan de mí?  Podrás pensar.  ¿No crees que se aprovecharon de Jesús?  ¿No crees que lo humillaron a más no poder?  ¿Entonces qué te detiene?  El ejemplo ahí está.
Tengamos cuidad de no caer en el mismo error que los judíos de ese entonces.  Reconozcamos nuestros pecados y nuestra necesidad de Cristo para ser reconciliados con el Padre.  Reconozcamos su sacrificio y amor por nosotros.  Dejemos atrás esa vida que no nos ha llevado a nada bueno y comencemos un camino lleno de esperanza.  Vivamos por Él y para Él.

Oración
Padre: gracias.  Gracias por tu amor incondicional e incomprensible.  Gracias por la vida y el sacrificio de Jesús.  Gracias por abrir mis ojos y permitirme ver que sin ti realmente no tengo idea de lo que estoy haciendo.  Gracias por enseñarme que debo de perdonar sin siquiera esperar una disculpa.  Gracias por estar ahí mientras todos me han dado la espalda.  Gracias por estar ahí para mostrarme que hay una nueva y mejor vida.  Padre, perdona mis pecados y límpiame.  Dale sentido a mi vida.  Lléname de tu paz.  Lléname de tu amor.  Lléname de tu consuelo.  Te necesito Señor.  No quiero seguir dando pasos en la oscuridad.  Guía cada nuevo paso que de.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén 

viernes, 27 de marzo de 2015

1 Pedro 1:12

1 Pedro 1:12


A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos, sino que les servían a ustedes.  Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado los que les predicaron el evangelio por medio del Espíritu Santo enviado del cielo.  Aun los mismo ángeles anhelan contemplar esas cosas.



Cuando dice a ellos se les reveló, ¿a quién se está refiriendo?  A los profetas que menciona en el versículo 10.  Éstos anunciaron la gracia que nos es ofrecida hoy en día.  Entonces, lo que nos está explicando Pablo, es que estos profetas  estaban anunciando algo que no era para su tiempo sino para el nuestro.  Anunciaron lo que habría de venir y así como lo dijeron, así sucedió.
Hoy estamos acostumbrados a que las cosas funcionen de manera muy peculiar.  Queremos ver y entender los resultados inmediatamente.  Si ves un rato la televisión podrás encontrar infinidad de productos “milagrosos”.  Hazte millonario en muy poco tiempo.  Ten el cuerpo que siempre deseaste en tan solo unos cuantos minutos.  Todo gira alrededor de conseguir un resultado inmediato y con el menor esfuerzo posible.  ¿Y qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy?
Debemos aprender que las pruebas que atravesamos, no necesariamente tendrán un resultado inmediato.  Los profetas anunciaron la gracia y no fue para ellos en ese momento sino varios años después tuvo efecto cuando vino Cristo y el Espíritu Santo.  Nosotros queremos que las pruebas se acaben rápido.  Queremos entender el por qué de lo que nos está sucediendo.  Queremos que llegue el aprendizaje y listos para lo que sigue.  ¿Cuánta gente está orando en este momento por salud personal o la de un familiar?  ¿Y si el Señor quiere que sigamos enfermos?  ¿Y si gracias a esa enfermedad creceremos espiritualmente?  ¿Y si gracias a esa enfermedad alguien entrega su vida a Cristo?  ¿Por qué aferrarse tanto a la salud?  ¿Por qué no mejor nos aferramos a servir al Señor y en dar testimonio a los demás de la reconciliación que ofrece Jesús?  No podemos estar viviendo como el mundo nos dicta.  No podemos moldearnos a lo que vemos afuera.  Tenemos que moldearnos a la imagen de Cristo.  Nuestras acciones deben predicar sus principios.  Nuestras palabras deben hablar sus palabras.  Por esta razón, no podemos caer en los errores que los demás caen.  Así como los profetas anunciaban lo que vendría y no se quejaban porque no entendían lo que decían o cuándo exactamente sucedería, nosotros debemos aprender a vivir en obediencia y servicio  a Dios sin esperar entender todo lo que nos sucede.  Imagina qué ilógico sería tener a un profeta quejándose con el Señor porque no vería quién es el Mesías.  Imagina a Juan quejándose por no entender cuándo vendría el Apocalipsis.  Es ilógico.  Pero cuando se trata de nosotros y querer respuestas inmediatas y claras ya nos parece que tiene sentido.  La verdad es que es igual de ilógico exigir lo que solamente el Señor en su soberanía quiere revelar.  Nos quejamos y nos quejamos pero no llegamos a ningún lado.  Por otro lado, puede ser que estás orando sin cesar y te encuentras igualmente estancado.  ¿La razón?  ¡Estamos orando por lo que el mundo busca y no lo que nuestro Señor!  Ora porque tu vida sirva para que otros vengan a Dios.  Ora para que tu vida sea de bendición para los que te rodean.  Ora para que el Señor transforme tu corazón y puedas amar a tu prójimo.  Dejemos de quejarnos y oremos para que seamos utilizados y vehículos de bendición.  Si Dios nos quiere revelar sus planes hoy, ¡Extraordinario!  Si no nos revela nada, ¡Igualmente extraordinario!  Su voluntad es lo mejor en cualquier escenario.  No te desanimes ni desesperes.  Deja de buscar una solución o una explicación.  Deja que el Señor reine y revele conforme a su voluntad y obedezcamos mientras esperamos a ser llamados.

Oración
Dios Padre: tu palabra es increíble y llena de bendición.  Te doy gracias por revelarme lo que es importante y ayudarme a discernir entre aquello que me ayudar a crecer espiritualmente y lo que no.  Perdóname por cuestionar tus planes y estar demandando una explicación a lo que me sucede.  Hoy entiendo que debo entregarme incondicionalmente a Ti y confiar en tu amor y tu voluntad por encima de todo.  Gracias Señor.  En Cristo Jesús.  Amén

jueves, 26 de marzo de 2015

1 Pedro 2:20-21

1 Pedro 2:20-21


Pero ¿Cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal?  En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios.  Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.



El sufrimiento es parte de nuestra vida.  No es natural y por ello hacemos todo lo posible para evitarlo.  ¿A quién le gusta sufrir?  ¡A nadie!  Pero cuando vemos el sufrimiento a través de los ojos de Dios, podemos entender que el sufrimiento es necesario para transformar y renovar nuestro carácter.  Las pruebas, el maltrato, el sufrimiento, todo esto va dando forma a tus acciones, reacciones y pensamientos.  Si no conocemos a Dios y alguien nos maltrata, ¿Cómo crees que reaccionarías?  Obviamente devolveríamos mal con mal.  Basta con salir a la calle y ver cómo abunda el deseo de venganza en lugar del amor.  Pero Dios nos enseña algo distinto.  Nos dice que fuimos llamados para soportar el maltrato y seguir dando buen testimonio.  Nos exhorta a obedecer a nuestras autoridades y superiores sin importar que sean dignos o que nos traten bien.  Nos enseña que nuestra autoridad principal es Dios y Él ha puesto cualquier autoridad en la tierra y a Él le agrada que nos sujetemos a ellas.  Ahora, Dios, siendo conocedor de todo, nos advierte que habrá mucha injusticia.  Nos prepara para lo que vendrá y además, nos da dirección: para esto fueron llamados, Cristo sufrió por ustedes dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.  No nos avientan al mundo para tratar de sobrevivir.  Dios nos prepara y nos guía.  Lo que nos corresponde hacer es tener fe y confiar en que sus pasos son mejores que los nuestros.  Nos corresponde tomarnos de su amor y llenarnos de su consuelo para poder soportar todo esto.  Piensa en esto por un momento: la biblia nos dice que no hay mérito o elogio en recibir sufrimiento si recibimos maltrato por haber hecho el mal.  Por el contrario, hay mucho mérito en recibir maltrato, y continuar haciendo el bien.  ¿De qué lado estás?  ¿Cómo son tus reacciones?  ¿Eres una persona arrebatada y explosiva?  O por el contrario ¿Eres una persona que no hace nada y guarda todo?  ¡Dios no quiere robots como siervos!  Dios quiere corazones que estén dispuestos a entregarse por completo.  Si alguien te maltrata, es normal que te enojes.  Es normal que sientas impotencia.  Lo que Dios quiere que hagas es doblar tus rodillas, deshacerte de tu orgullo y ponerte a orar pidiendo por paz.  Ora porque tengas amor para tu prójimo.  Ora para que puedas entender lo que Dios quiere que aprendas.  Ora para que tus actos sean similares a los de Jesús.  No ores para que se resuelvan los problemas.  No ores para que no haya injusticias.  No ores para que te cambien de jefe o para que se acabe esto o aquello.  ¡No!  Dios nos dice que habrá maltrato en nuestras vidas tal y como lo hubo en la de Jesús.  Entonces tenemos dos opciones: vivir amargados y enojados cada vez que llega una prueba y atravesamos sufrimiento y maltrato o, vivir pegados al Señor pidiendo que nos llene de Él para poder dar un testimonio de mérito sin importar lo que estemos atravesando.  ¿Qué vas a hacer?  Yo te animo a que te entregues a Dios y camines sus pasos.  Sí, habrá maltrato, pero servirá para moldearte conforme al corazón de Cristo.

Oración
Señor: te pido perdón por mis pecados.  Te pido que pueda dar un buen testimonio aunque reciba maltratos.  Te pido que tenga fe y pueda ser fuerte para controlar mi cuerpo y mis reacciones pues muchas veces van en contra de tu ejemplo.  Te doy gracias por advertirme de lo que habrá de venir y te pido que pueda mantenerme en tus pasos en todo momento.  Lléname de tu paz, de tu amor y de tu consuelo para que pueda vivir dando testimonio de Ti.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Hebreos 10:5-10

Hebreos 10:5-10

Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo: “a ti no te complacen sacrificios ni ofrendas; en su lugar, me preparaste un cuerpo; holocaustos y expiaciones no fueron de tu agrado.  Por eso dije: Aquí me tienes, como está escrito de mí en el libro: he venido, oh Dios, a hacer tu voluntad”.  Primero dijo: “Sacrificios y ofrendas, holocaustos y expiaciones no te complacen ni fueron de tu agrado” (a pesar de que la ley exigía que se ofrecieran).  Luego añadió: “Aquí me tienes: he venido a hacer tu voluntad”.  Así quitó lo primero para establecer lo segundo.  Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrifico del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.



Hay personas que piensan que Dios es “distinto” en el antiguo testamento.  Ya sea por los sacrificios o las guerras que se desarrollaron, podríamos pensar que era un Dios un tanto “sanguinario”.  Piénsalo.  El antiguo testamento está lleno de historias así.  La realidad es que Dios es el mismo.  Simplemente vamos conociendo distintas características conforme a su voluntad.  En el pasaje de hoy, aprendemos que,   Los sacrificios recordaban constantemente a la gente la gran necesidad de ser perdonados así como el costo tan alto de nuestro pecado.  Después se nos enseña que Dios preparó todo para que Cristo viniera al mundo y se realizara el sacrificio que realmente agradaría a Jehová.   Mi entendimiento dice que Dios siempre quiso la perfección en nosotros y esto solamente lo logramos a través de Cristo.  Imagino que simplemente fue parte de su plan perfecto el vivir esa etapa sin Jesús pero sabiendo que después las cosas serían mejores.  ¿Qué debemos aprender?  Primero: que Dios no cambia ni miente sino que su palabra permanece siempre y es verdad absoluta.  Segundo: no podemos encerrar a Dios en nuestro entendimiento.  Si bien, a lo largo de la biblia encontramos distintas características de Él, nunca podremos conocerle por completo.  Tercero: debemos aprender del extraordinario ejemplo de Jesús cuando dice: Aquí me tienes.  Jesús sabía lo que vendría.  Tenía perfecto conocimiento que sufriría excesivamente y que moriría injustamente.  Sin embargo dice: Aquí me tienes, he venido a hacer tu voluntad.   ¡Increíble!  Nosotros nos preocupamos por nuestro trabajo, por la salud (o la enfermedad), porque nuestra familia esté bien, por tener una casa o comida, por poder tomar vacaciones o cualquier otra cosa que esté en tu mente.  Mientras tanto, Cristo nos enseña lo que debe estar en nuestra mente: he venido a hacer tu voluntad.  ¡Ese es nuestro propósito!  ¡Esa es nuestra meta!  Dejar atrás todo y buscar hacer la voluntad de Dios.  ¿Cómo te preguntarás?  ¿Cómo puedo vivir si tengo problemas económicos?  ¿Cómo seguir adelante con el dolor que causa perder a alguien o ver sufrir a un ser querido con alguna enfermedad?  Con el consuelo de Cristo.  Pero no termina ahí.  2Corintios 1:4 nos dice: el Dios de toda consolación, nos consuela para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación por medio de la consolación que recibimos de Dios.  Si en tu vida hay necesidad de ser consolado y por más que pides a Dios, simplemente te sientes igual, probablemente sea que en tu corazón está solamente la necesidad personal de “sentirte mejor” y no el deseo de obedecer como dice en Corintios de recibir el consuelo porque sabes que así podrás ir y consolar a otros.  Constantemente lo escribo: no podemos vivir guardando las bendiciones.  ¡Debemos salir y compartirlas!  Si Dios me llena de su paz, debo salir y llevar paz a los que no la tienen.  Si Dios me llena de su consuelo, debo ir con los que necesitan ser consolados.  Si Dios me perdona, debo salir y perdonar a los que me lastiman.  No puedo vivir recibiendo y recibiendo.  ¡Esa no es la vida en Cristo!  Él dejó todo por obedecer al Padre.  Ese es el ejemplo que nos dejó y nuestros pasos a seguir.  ¿Qué vas a hacer?

Oración
Padre: aquí estoy para hacer tu voluntad.  Desde lo más profundo de mi corazón, te entrego mi vida y te pido tomes el control y reines.  Quiero recibir tus bendiciones para llevarlas a los que no las tienen.  Quiero recibir tu amor para poder amar, tu perdón para poder perdonar y tu consuelo para poder consolar.  Perdona que haya sido tan egoísta y no haya entendido que debo entregarme a Ti y por consecuencia a mi prójimo.  Te pido que mi vida sirva a los demás como luz y testimonio de lo increíble que es vivir en obediencia y comunión contigo.  Gracias mi Dios.  En el nombre de Jesús.  Amén

martes, 24 de marzo de 2015

Salmos 1:2

Salmos 1:2
En la ley de Jehová está su delicia y en su ley medita de día y de noche.



Hay veces en las que, aunque esté cansado y necesite dormir, me gusta quedarme un momento despierto en la cama y escuchar música, leer o ver un poco de televisión.  Es un momento en el que trato de descansar y disfrutar después de un día con mucho movimiento.  Cuando leo pasajes como el de hoy, me doy cuenta de lo bueno que es Dios con nosotros.  ¿Por qué?  Porque como humanos buscamos tener nuestros propios métodos para tener relajación y paz mientras que Dios nos da el único para lograr verdadera paz.  La palabra delicia en el original quiere decir: placer, deseo, contentamiento, deleite, complacencia.  Todo esto no lo encontramos en el mundo sino en la ley de Jehová.  Aunque pareciera ilógico, las leyes de Dios nos llevan a un estado de placer, de contentamiento y de deleite.  Ahora, ¿cómo puede uno vivir esto en la vida diaria?  Te voy a dar algunos ejemplos.  Piensa en algún momento que atravesaste con enfermedad.  Ya sea en tu vida o en la de otra persona cercana a ti.  Tal vez has quedado sin trabajo.  Puede ser que has atravesado injusticias.  Piensa en cualquier situación difícil en la que hayas querido cambiar las cosas pero simplemente nada puedes hacer.  En ese preciso momento, si uno sigue las instrucciones de la biblia: meditar en ella, día y noche, podemos encontrar pasajes que nos recuerdan dónde está nuestra esperanza.  Nos recuerdan que Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros.  Nos recuerdan que estamos de “paso” por este mundo y no pertenecemos a él.  Nos recuerdan que si Dios es con nosotros, quién contra nosotros.  Nos recuerdan que nuestros tesoros deben estar en el cielo y no en la tierra.  Nos recuerdan que Dios debe estar sentado en el trono de nuestra vida.  En pocas palabras, nos dan la perspectiva correcta de las cosas y encontramos esa delicia a la que se refiere el pasaje de hoy.  Ese gozo que no se encuentra en ningún otro lugar.  Ese deleite, placer y contentamiento que solo Dios sabe darlo a la perfección.  Hoy te animo a que parte de tu rutina diaria sea leer la biblia y meditar en ella durante el día.  Te servirá para tener la mirada en el lugar correcto y tus pasos te llevarán a donde Dios quiere que estés.

Oración

Señor: gracias.  La paz y el deleite que traes a mi vida son increíbles.  Te pido perdón por mis pecados y que pongas la perspectiva correcta en mi vida.  Gracias por tu amor y consuelo interminables.  Gracias por preocuparte por mi y buscar siempre lo mejor para mí.  Te pido reines en mi vida y aprenda a entregarte cada rincón sin restricción.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén.

lunes, 23 de marzo de 2015

Hebreos 9:13-14

Hebreos 9:13-14

La sangre de machos cabríos y de toros, y las cenizas de una novilla rociadas sobre personas impuras, las santifican de modo que quedan limpias por fuera.  Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!



Es tan fácil olvidarnos de lo que Cristo hizo por nosotros…  Nos involucramos tanto en nuestras cosas que simplemente dejamos de reconocer el gran sacrificio y lo que representa para nuestras vidas.  Recientemente estaba meditando sobre mi estado de ánimo.  Sentía que no tenía muchas ganas de hacer cosas.  Probablemente estaba cansado.  Probablemente había algo de monotonía en levantarse y hacer una rutina diaria.  Pero lo que finalmente entendí es que mi vida espiritual estaba mal.  No quiere decir que estaba en el extremo opuesto.  Simplemente no estaba pasando el tiempo que debía con el Señor.  ¿Te ha pasado?  No tenemos que caer y “tocar fondo” como lo hicimos en ocasiones anteriores.  Si has madurado espiritualmente, una separación pequeña de Jehová, se reciente en tu vida inmediatamente.  Gracias a Dios que Él siempre está ahí y no nos deja ni un instante.  Al leer versículos como los de hoy, deben impactar tu vida y reordenar tu visión, prioridades y sentido a vivir.  Deben servir como mensaje para recordar nuestro “primer amor”: Dios nos ama tanto que envió a su Hijo por nosotros.  No importa nada más.  Todo lo que estabas atravesando se minimiza al reconocer que la sangre de Cristo que fue ofrecida por nuestros pecados, nos purifica y santifica para reconciliarnos con Dios Padre.  ¡Qué maravilla!  Sin merecerlo, hemos recibido el regalo más grande y precioso que pueda existir.
Ahora, esto no termina ahí.  Nos dice el pasaje que su sangre nos purifica de aquellas obras que conducen a la muerte.  ¿Cómo es esto?  Debes saber, que cuando no tienes a Cristo, en tu vida reina tu cuerpo carnal y por consecuencia el pecado (Romanos 3).  Este pecado lleva a la muerte.  Por consecuencia, todas tus obras te estaban encaminando a ella.  Cuando llega Cristo a tu vida, te libera de esa esclavitud y te da vida.  Tus ojos y tu conciencia son abiertas para que puedas diferenciar lo carnal de lo espiritual y así servir al Dios viviente en lugar de tus deseos pecaminosos.  A mucha gente le cuesta trabajo entender y aceptar esto.  No es fácil aceptar que eres pecador.  Tampoco es fácil entender que solamente al aceptar y reconocer a Cristo tus pecados son perdonados.  Pero la biblia nos enseña que así es y por ello así te lo comparto.
Medita en dónde estás el día de hoy y el impacto que causa leer que Cristo murió por ti y su sangre te lleva a la salvación.  Medita si tus obras son para servir al Señor o para servir tus propios propósitos y deseos.  Vuelve a leer el pasaje y pide a Dios que abra tu corazón para que sus palabras entren y renueven tu ser.

Oración

Padre: perdóname.  Te pido que tu sangre me santifique y me des vida.  Te pido que mis obras sean para servirte y deje atrás todo aquello que lleva a la muerte.  Gracias por amarme sin merecerlo y por darme la oportunidad de reconciliarme contigo.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén

domingo, 22 de marzo de 2015

Hebreos 12:1

Hebreos 12:1

Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.



Romanos 7:17 dice: De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.  A veces no es fácil entender el pecado.  La biblia nos dice que sin Cristo somos esclavos de él pero muchas veces, aun teniendo al Señor en nuestras vidas, pareciera que el pecado sigue reinando en lo que hacemos.  ¿Qué pasa?  ¿Por qué no podemos cambiar?  ¿Por qué cuesta tanto trabajo?    leemos el pasaje de hoy diciendo que debemos despojarnos del lastre que nos estorba y nos asedia.  El pecado no puede ser definido por nosotros.  No podemos decir: yo creo que el pecado es esto o aquello como muchos piensan.  El pecado lo definió Dios y tristemente mora en nosotros desde que nacemos.  Si bien, Dios se hizo hombre y se sacrificó para limpiarnos de ese pecado, mientras vivamos en este cuerpo carnal, el pecado seguirá siendo parte de nosotros.  Ahora, ¿quiere decir que puedo pecar?  Muy válida la pregunta, pero la misma biblia nos contesta en 1 Corintios 10:23 todo me es lícito pero no todo me conviene; todo me es lícito pero no todo edifica.  ¿Lo puedes entender ahora?  El hecho de tener que “cargar” con el pecado no nos da excusa alguna para seguir pecando.  ¡Al contrario!  Es una excelente causa para dar testimonio manteniéndonos firmes para no caer en él y justamente eso es lo que nos dice el pasaje de hoy.  Hay mucha gente alrededor tuyo que necesita ver que se puede vivir de manera distinta.  Hay mucha necesidad de Dios y de la esperanza que Él da.  Tú que conoces a Cristo debes ser luz para los que están en oscuridad.  Tus acciones causan un impacto mucho mayor al que te imaginas.  De hecho, si proclamas que eres seguidor de Jesús, te puedo asegurar que habrá más gente observándote.  Tratarán de ver si lo que dices y crees es real aunque tristemente también estarán esperando que caigas y cometas errores para justificarse y decir “todo es lo mismo”.  Por eso, recuerda constantemente este pasaje y busca permanecer fiel y firme.  Da un buen testimonio y despójate de ese lastre que no trae nada bueno a tu vida.
Por último, el pasaje nos dice que corramos con perseverancia.  ¿Qué quiere decir?  Que debes saber de antemano que habrá momentos en los que quieras “echar la toalla” y abandonar el camino.  ¡No lo hagas!  Es normal.  Todos pasamos por momentos así.  La perseverancia entra en acción cuando te sientes así.  Cuando estás cansado y no entiendes lo que está pasando.  No te desanimes.  No pares.  Recuerdo hace casi un año cuando corrí mi primer medio maratón.  Había empezado muy rápido y en los kilómetros finales mi cuerpo gritaba que parara.  Mi mente dijo que siguiera a la meta y así lo hice.  Terminé sin parar y el gozo fue extraordinario.  La vida en Cristo es un gozo mucho mayor pero también habrá momentos en los que queramos parar y no continuar.  No hagas caso.  Deja que el Señor siga reinando en tus acciones y transformando tu vida.

Oración

Padre: perdona mis pecados.  Hoy entiendo que debo escoger mejor mis acciones y tener un testimonio agradable a Ti.  Entiendo que la gente que me rodea debe ver la esperanza que hay en Ti a través de mi vida.  Entiendo que el pecado no debe reinar en mí sino tu Espíritu.  Entiendo que es una carrera espiritual y quiero perseverar en Ti.  Hoy vengo a Ti y te pido que me cambies.  Te pido que me guíes.  Te pido que reines en mi.  Estoy cansado.  Estoy confundido.  Lléname de Ti.  De tu amor.  De tu paz.  De tu gozo.  En Cristo Jesús.  Amén

sábado, 21 de marzo de 2015

Hebreos 12:3

Hebreos 12:3

Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.



La biblia nos repite una y otra vez acerca de nuestra necesidad de permanecer y perseverar en Cristo.  No podemos dejar pasar tantas advertencias.  Es increíble hablar del extraordinario amor y gracia que derrama Dios sobre nosotros.  Me encanta poder leer de las promesas que tiene para mi vida y sus deseos de bendecirme y prosperarme.  Sin embargo, no debemos pasar por alto versículos como el de hoy.  Son igual de importantes que los otros o, a mi parecer, probablemente más.  ¿Por qué lo pienso?  Porque cuando las cosas van bien, es difícil medir tu entrega a Jehová.  Por el contrario, cuando atraviesas momentos difíciles, tus acciones y pensamientos hablan perfectamente de dónde estás parado espiritualmente.
Como he escrito anteriormente, mi falta de paciencia es un lastre que arrastro constantemente.  Pienso en Jesús.  Hablando con los fariseos.  Contestando sus preguntas que buscaban solamente ponerlo en un apuro para que pudieran matarlo o encarcelarlo.  Él contestaba con su omnisciencia pero también con amor.  Siempre supo que Judas lo traicionaría y sin embargo también lavó sus pies.  Se gozaba de la fe del centurión pero al mismo tiempo se decepcionaba de las hermanas de Lázaro cuando le reclaman el haber llegado tarde para sanarlo.  Jesús es el mejor ejemplo de lo que significa perseverar.  No desmayó.  No se desanimó.  No se frustró.  No se quejó.  Nada de eso.  Perseveró.  ¡Vaya que estaba todo en su contra!  Recuerda que lo aprehenden injustamente.  Levantan falsos testimonios.  Le escupen e injurian.  Mientras tanto, Él se mantuvo firme.  Con la mirada puesta en Dios Padre.  Todo esto que vivió debe impactarte y servir como un ejemplo para tu andar.  Decidir por Cristo no siempre es fácil.  Dejar de pecar y buscar la santidad es sumamente complicado.  Sin embargo, Jesús puso el ejemplo y nos enseñó que, sin importar lo que se atraviese, uno puede vivir en obediencia al Padre.  Así que, no te desanimes.  No quieras volver a atrás.  No pienses que estás exagerando.  Si Dios te ha mostrado alguna actitud que debes cambiar, no seas necio y trabaja en ello.  Si llevas tiempo tomando tus propias decisiones y dejando al Señor a un lado, has una pausa y medita si estás en el lugar correcto o si has sido necio y orgulloso al querer seguir así.  Sí, los cambios son duros y muchas veces no sabremos cómo será el resultado.  Sin embargo, hoy aprendimos que debemos perseverar como Jesús perseveró sin importar lo que venga.  Persevera.  Cristo es el camino correcto.  No dejes que la incertidumbre gane.  Ten fe y sigue tu camino con Él.  Habrá momentos que te canses y pierdas el ánimo.  Dios lo sabe y por eso te manda este versículo.  ¡No te canses y persevera!

Oración

Padre: estoy cansado.  Estoy preocupado.  Estoy atrapado.  También estoy convencido que quiero obedecerte y seguirte siempre.  Te pido perdón por mis pecados.  Te pido transformes mi vida y no me dejes volver atrás.  Dame fuerzas para decidir por Ti.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

viernes, 20 de marzo de 2015

Salmos 2. 1. 5

Salmos 2:1-5

¿Por qué se sublevan las naciones, y en vano conspiran los pueblos?  Los reyes de la tierra se rebelan; los gobernantes se confabulan contra Él y contra su ungido.  Y dicen: ¡Hagamos pedazos sus cadenas!  ¡Librémonos de su yugo!  El rey de los cielos se ríe; el Señor se burla de ellos.  En su enojo los reprende, en su furor los intimida.



Como he escrito en otras ocasiones, en la actualidad estamos viviendo una amenaza única a nuestra comunión con Dios.  No son ataques como los que vivieron en los tiempos de Daniel o los discípulos de Jesús.  Es uno más sutil y probablemente más certero.  ¿Cuál es?  Se llama Tolerancia.  ¿Cómo?  Sí.  Tolerancia.  Aunque parece irónico, la tolerancia que se promueve hoy en día, la pluralidad junto con la inclusión son muy distantes de lo que realmente significan.  ¿A qué me refiero?  El día de ayer escuché un dato sorprendente:  El director de una empresa fue despedido porque años antes de su puesto, apoyó económicamente una campaña que buscaba frenar la legalización del matrimonio homosexual.  ¿Cuál es el problema?  Te preguntarás.  El problema viene cuando una corte de justicia indica que uno puede tener la religión, creencia y pensamiento que uno quiere, pero no puede mantenerse firme ante sus principios si van en contra de lo que ellos quieren.  ¿Lo puedes ver?  La tolerancia es para aquellos que están de un lado en específico.  ¡No es para todos!  ¿Quieres tolerancia?  Pues tienes que aceptar lo que te dicen porque si no, te has vuelto intolerante.  ¿Quieres mantenerte firme en los principios del Señor?  Ya no puedes participar en el grupo de la tolerancia.  Ahora, no puedo omitir la cantidad de errores que se han cometido en “el nombre de Dios”.  Sin embargo, esto no tiene nada que ver con un grupo u otro sino con Cristo y su sacrificio para que podamos ser reconciliados con Dios Padre.  Cuando la biblia es clara, nosotros no podemos ni debemos omitirla ni pensar que podemos “ajustarla” a los tiempos de hoy.  Y ¿qué tiene que ver todo esto con el pasaje de hoy?  Te voy a pedir que lo vuelvas a leer con mucho detenimiento.  Como humanos, somos soberbios.  Queremos rechazar a Dios y seguir nuestro camino.  La tolerancia que hoy nos promueven, es una muestra perfecta de una sublevación y conspiración contra una verdadera comunión con Dios.  Queremos pensar que no estamos mal y que no necesitamos de Él.  Quieren hacernos pensar que mantenerse firme y fiel está mal.  ¿Sabes?  Sin Él estamos perdidos.  ¿Sabes?  Es necesario que tomes una decisión y decidas de qué lado quieres estar.  Del lado de la tolerancia o del lado del Señor.  El pasaje de hoy nos enseña claramente que es mejor estar del lado de Jehová.  no te desanimes por lo que veas a tu alrededor.  Él tiene el control.  Él sigue gobernando y nada se mueve sin su autorización.  Las naciones podrán revolcarse y el mundo parecerá que no le necesita, pero tú y yo debemos estar convencidos que mantenernos firmes en Él y en sus principios, será la mejor decisión que podamos tomar.

Oración

Padre: te pido perdón por mis pecados y por mi soberbia que me hace pensar que no te necesito.  Te pido perdón por mi falta de entrega y por dejarme seducir por este mundo.  Hoy entiendo que estar de tu lado es lo mejor y que solamente buscas llenarme de tu amor y prosperarme.  Guíame Señor y fortalece mis pasos para mantenerme fiel y firme en Ti.  Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús.  Amén

jueves, 19 de marzo de 2015

Hebreos 4:12-13

Hebreos 4:12-13

Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos.  Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.  Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios.  Todo está descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.



Génesis 3:9-10 dice: mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?  Y él respondió: oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.  ¡Esa es el poder que tiene la palabra de Dios!  Nos descubre de pies a cabeza.  No hay absolutamente nada que le podamos esconder.  Entra a lo más profundo de nosotros.  Por más que intentes endurecerte, su palabra derrumba las barreras que has intentado poner como si fueran nubes y las atraviesa sin ningún problema.  Gracias a Dios he tenido la enorme bendición de compartir su palabra con otras personas.  Con cada una de ellas he podido percibir la misma mirada.  Es una especie de click.  Puedo decir que es que “les cae el 20” o que por fin entendieron el mensaje.  Puedo ver perfectamente cómo las palabras de Dios penetraron hasta lo más profundo de sus corazones.  A veces lloran.  A veces sus ojos simplemente se quedan rojos.  Pero todos comparten esa misma mirada.  Una mirada de cansancio y al mismo tiempo de esperanza al querer empezar de nuevo y dejar que Dios se haga cargo de todas esas cadenas que han venido arrastrando por tanto tiempo.  Esperanza nueva por hacer las cosas correctamente y dejar de cometer error tras error destruyendo más y más su vida.  Es un gozo recibir correos electrónicos o comentarios en el blog diciendo que el devocional de ese día les ayudó a la situación específica que estaban atravesando.  ¿Conozco lo que están viviendo?  ¡Por supuesto que no!  Muchos ni siquiera conozco personalmente.  Pero Dios sí los conoce y quiere que ellos regresen a casa.  Quiere que sepan que Él espera con los brazos abiertos.  El perdón está en la puerta y no tiene una vara para castigarnos por todo el mal que hemos hecho.  Si piensas lo contrario quiere decir que Satanás se ha colado en tus pensamientos y ha logrado acabarte y aplastarte.  Pero Dios trae luz a tu oscuridad.  Trae vida a tu muerte.
Adán respondió: escuché tu voz y tuve miedo porque estaba desnudo.  Hoy en día respondemos: escuché tu voz y tuve miedo por todo mi pecado.  Preferimos huir.  Preferimos posponer nuestra reconciliación con Él.  Sabes, Satanás utiliza dos técnicas que funcionan de maravilla.  La primera la mencioné en el párrafo anterior.  Te acusa.  Te hace sentir que no vales y no mereces perdón.  La segunda es todavía más poderosa.  Te hace pensar que puedes decidir después.  Así como le dijo a Eva, ciertamente no morirás y la convenció, así nos confunde hoy en día diciendo: después puedes hacer caso a lo que escuchas hoy.  Todavía no tocas fondo.  Intenta un poco más en tus fuerzas.  ¿Te suena familiar?  Sin embargo, la palabra que se te compartió ya hizo esa “herida” al entrar a lo más profundo de tu corazón.  ¿Qué le vas a contestar a Jehová el día de hoy?  ¿Seguirás luchando?  ¿Te rendirás y dejarás que ahora Él guíe?  Espero que no tengas que caer demasiado para darte cuenta que estás por el camino equivocado.  Espero seas sensible y no tengas que darte golpes muy duros para abrir los ojos y ver cuánto estás destruyendo tu vida por ir en contra de lo que Dios quiere.  Mejor dile al Señor la siguiente oración:

Padre: Perdóname.  Sé que no merezco tu perdón y te doy gracias por esa gracia tan grande e incomprensible.  No quiero que pase más tiempo sin que tomes las riendas de mi vida y corrijas mi camino.  He causado mucha destrucción por seguir mis instintos y mis deseos y no quiero continuar así.  Señor, tu palabra entró a lo más profundo de mí y te pido que abras mi corazón y saques todo aquello que no es agradable a Ti.  Gracias por amarme sin merecerlo y por mandar a Jesús a morir por mí.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén

miércoles, 18 de marzo de 2015

Hebreos 3:14-19

Hebreos 3:14-19

Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fina la confianza que tuvimos al principio.  Como se acaba de decir: Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión.  Ahora bien, ¿quiénes fueron los que oyeron y se rebelaron?  ¿No fueron acaso todos los que salieron de Egipto guiados por Moisés?  ¿Y con quiénes se enojó Dios durante cuarenta años?  ¿No fue acaso con los que pecaron, los cuales cayeron muertos en el desierto?  ¿Y a quiénes juró Dios que jamás entrarían en su reposo, sino a los que desobedecieron?  Como podemos ver, no pudieron entrar por causa de su incredulidad.



Dice Romanos 6:23, porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.  ¿Sabes?  Irónicamente a la gente le gusta quedarse con una parte de lo que dice Romanos.  O se quedan con que Dios es amor y se les olvida que la paga del pecado es la muerte.  O se quedan con la muerte y se olvidan de la dádiva de Dios que es vida eterna en Cristo.  Mientras tanto, la biblia nos muestra que Jehová cumple con esas dos características.  Definitivamente nos ama pero al mismo tiempo no puede tener comunión alguna con nuestro pecado.  Si no reconocemos a Cristo, no hay forma de poder recibir esa vida eterna.  ¿Qué tiene que ver esto con el pasaje?  Debemos entender que nuestras decisiones acarrean consecuencias y por eso es importante acudir a Dios mediante su palabra y oración para pedir que muestre por dónde caminar.  Además, debemos orar para poder ver los milagros que día a día el Señor hace en nuestras vidas.  Los judíos se sorprendieron cuando milagrosamente cayó el maná y tuvieron comida.  Sin embargo, algunos desobedecieron y quisieron guardarlo para el día siguiente.  ¿Qué pasó?  Que se llenó de gusanos.  También vemos al pueblo judío reclamarle a Moisés el que los haya llevado al desierto pues piensan que ahí morirán.  Si lees unos capítulos antes, puedes darte cuenta lo rápido que olvidamos cómo era nuestra situación y en lugar de vivir agradecidos, vivimos quejándonos.  Estaban siendo totalmente oprimidos por los egipcios.  Clamaban a Dios para que los librara pero cuando sucede: se quejan.  ¿Por qué?  Porque como humanos queremos que Dios trabaje a nuestra manera.  Querían quedarse donde estaban, pero sin los egipcios.  ¿Suena como una buena idea no?  Estamos bien aquí, solamente nos estorban estos egipcios que nos están aplastando.  Pero el Señor tenía otros planes y así también tiene planes para contigo.  Él tenía la tierra prometida para su pueblo y ellos prefirieron quejarse.  ¿Lo puedes ver?  Por eso el pasaje nos dice: ¿Con quiénes se enojó Dios?  Con los que pecaron y cayeron muertos en el desierto.  A los mismos que desobedecieron y no entraron a la tierra prometida por causa de su incredulidad.  ¡Definitivamente no queremos caer en el mismo error!  Aunque parezca que tu situación es complicada y no entiendes lo que está pasando, busca las bendiciones de Dios y vive agradecido.  Si bien, siempre habrá algo que te gustaría tener o cambiar, también hay mucho por lo que puedes estar agradecido.  Es un pequeño cambio en tu mente de gran impacto en tu vida espiritual.  Vive agradecido.  Busca permanecer en el Señor y trabaja para su obra.  Él se encargará de ponerte, a Su tiempo, en “la tierra prometida.”

Oración

Señor: vengo de rodillas a Ti pidiendo perdón.  Me he quejado, te he reclamado y todo sin entender cuánto me das cada día.  Te agradezco que abras mis ojos y quebrantes mi soberbia.  Te pido pueda levantarme y agradecerte por todo lo que haces en mi vida.  Te pido pueda buscarte cada mañana y no apartarme de ti durante el día.  No quiero caer en los mismos errores que cayó el pueblo judío.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén

martes, 17 de marzo de 2015

Hebreos 5:7-10

Hebreos 5:7-10

En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión.  Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer; y consumada su perfección, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen, y Dios lo nombró sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.



Mateo 26:39 es el versículo donde encontramos a Jesús pidiendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero sino como tú.  ¡Esta es la oración perfecta!  Es el momento crítico en el que una persona se rinde por completo ante Dios y pone su vida entera a disposición de su voluntad por encima de la propia.  ¡Eso es obediencia!  Y la obediencia siempre es recompensada.  Jesús se le nombró sumo sacerdote y en Él fue fundada la salvación eterna para todos los que le reconocemos y obedecemos.
Lo que el pasaje de hebreos nos está describiendo es la vida (o lucha) diaria de una persona que realmente ama al Señor.  Leíste bien.  Todos aquellos que siguen pensando que aman a Dios pero no se rinden ante Él, la biblia nos dice que no pertenecen a Él.  En cambio, aquellos que sabemos lo que es caminar en nuestros propios pasos y no queremos dar un solo paso sin estar convencidos que es su voluntad, oramos constantemente como Jesús lo hizo.  Le decimos al Señor nuestros deseos.  Le abrimos nuestro corazón y le decimos nuestros miedos.  Le decimos todo aquello que nos motiva y sobre todo, terminamos diciéndole que no queremos que se haga nuestra voluntad sino la suya porque estamos convencidos que sus planes son mejores que los nuestros.  ¿Nuestra recompensa?  Vida plena.  Paz.  Gozo.  No porque todo se resuelve y se acabaron los problemas.  ¡Por supuesto que no!  A Cristo lo crucificaron ¿cierto?  Si realmente esperáramos que todo se volviera color de rosa ¿qué tipo de esperanza nos da Jesús si murió de la forma más cruel?  La plenitud y la paz llegan con el conocimiento de que estamos haciendo la voluntad del Padre.  Te lo repito: la plenitud no llega cuando ganas más dinero; cuando se resuelven tus problemas; cuando encuentras pareja o cualquier otra cosa.  Hay personas que pierden familiares y siguen firmes en el Señor.  El ser querido ya no puede regresar sin embargo su paz y su plenitud no están fundadas en esa persona sino en Jehová.  ¿Puedes ver lo profundo de este mensaje?  Mientras tanto ¿dónde estás tú?  Como seguidores de Cristo no podemos estar viviendo doble vida.  Si bien, es una lucha constante donde nos tropezamos y estamos lejos de ser perfectos, nuestro corazón y nuestra mente están puestos en el objetivo principal de seguir los pasos de Jesús aprendiendo a negarnos a nosotros mismos para que Él crezca.  Día a día.  Oración tras oración.  Aferrándonos a su palabra y confiando en sus promesas.  No dejando pasar un instante separados de Él.

Oración

Señor: hay muchas cosas que no entiendo sin embargo, quiero entregarte mi vida y rendirme por completo.  Sé que me amas y quieres lo mejor para mí.  Hoy entiendo que debo obedecerte y ponerte por encima de mi propia vida.  Así sea mi Dios.  Aquí estoy, con mi corazón humillado para escucharte hablar y dirigir mis pasos.  En Cristo Jesús.  Amén.

lunes, 16 de marzo de 2015

Hebreos 7:1-3

Hebreos 7:1-3

Este Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abraham que regresaba de derrotar a los reyes, y lo bendijo.  Abraham, a su vez, le dio la décima parte de todo.  El nombre de Melquisedec significa, en primer lugar, rey de justicia, y además, rey de Salem, esto es, rey de paz.  No tiene padre ni madre ni genealogía; no tiene comienzo ni fin, pero a semejanza del Hijo de Dios, permanece como sacerdote para siempre.



Solamente aparece el nombre de Melquisedec en Génesis 14:18 y en Salmos 110:4.  No se nos dice prácticamente nada de él.
Ahora vamos a lo que sí sabemos.  Se nos explica el significado del nombre de este rey.  Rey de justicia y rey de paz.  Las mismas características de Jesús.  Justicia.  Paz.  Justo lo que más hace falta en este mundo.  Mira a tu alrededor.  Incluso puede ser que no tengas que ir tan lejos y reconozcas cuánta falta te hace tener paz.  Cristo es el rey de paz.  Si no la has experimentado es probable que sigas siendo el rey de tu vida y no hayas entregado tu reino a Él.  ¿Tiene sentido no crees?  ¿Cómo pedir algo mientras nosotros no entregamos nada?  Queremos las bendiciones.  Queremos las promesas.  Pero al mismo tiempo, no nos rendimos a Él.  Queremos seguir con nuestro entendimiento aún cuando hemos cometido tantísimos errores.  ¿Dónde está la entrega?  ¿Dónde está la fe?
Podríamos quedarnos estudiando el por qué no se nos dice más acerca de Melquisedec y de todos los misterios que la biblia presenta.  Podríamos tratar de encontrar fallas o incongruencias.  Sería una pérdida de tiempo.  Por eso hoy quiero decirte algo que cambia y renueva tu vida.  Dios mandó a su Hijo Jesús a morir por ti y por mí.  Resucitó venciendo no solo a la muerte sino al pecado también.  Hoy puedes tener parte con Él y vivir en su justicia y en su paz.  No más esclavo de las oscuridad sino luz y sentido a tu vida.  Roca en arena.  Ancla en tempestad.  Él quiere llenarte de paz y la da como nada en este mundo la puede dar.  ¿Qué tienes que hacer?  Entregar tu vida a Él.

Oración

Señor: te entrego mi vida.  Me rindo ante Ti.  No quiero seguir así.  Te pido me llenes de tu paz y perdón.  Te pido renueves mi vida y traigas luz a tanta oscuridad.  Quiero seguirte y te pido que no me aparte de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén

domingo, 15 de marzo de 2015

Hebreos 10:1-4

Hebreos 10:1-4

La ley es sólo una sombra de los bienes venideros, y no la presencia misma de estas realidades.  Por eso nunca puede, mediante los mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, hacer perfectos a los que adoran.  De otra manera, ¿no habrían dejado ya de hacerse sacrificios?  Pues los que rinden culto, purificados de una vez por todas, ya no se habrían sentido culpables de pecado.  Pero esos sacrificios son un recordatorio anual de los pecados, ya que es imposible que la sangre de toros y de los machos cabríos quite los pecados.



Tal vez ayude entender este pasaje si escribimos la siguiente pregunta: ¿La ley pide que realicemos sacrificios para perdón de nuestros pecados, debemos seguir con estos rituales?  Ahora vuelve a leer el pasaje.
Cuando uno viene a Cristo y le entrega su vida, normalmente surgen muchas dudas: ¿y ahora qué?  ¿Qué debo y qué no debo hacer?  Dios trae luz y discernimiento, por consecuencia, ya no quieres seguir como antes y quieres estar convencido que cada paso que das es en la dirección correcta.  El autor de hebreos nos ayuda cuando nos encontramos en esta situación.  Si bien, se refiere en específico a los judíos que aceptan a Cristo y necesitan saber por qué dejar de hacer sacrificios o qué hacer con la ley y sus rituales, también podemos aplicarlo a nuestras vidas hoy en día.
Lo que debemos aprender, es que no hay nada que hiciéramos ante o que podamos hacer para poder merecer ser perdonados.  Ningún sacrificio de animal puede quitarnos de nuestro pecado.  Solamente lo conseguimos a través de la gracia de Dios y el sacrificio de Jesús.  No importa dónde estás parado.  No importa tampoco lo que hayas hecho.  Leíste bien, no importa tu pasado.  Dios perdona a los que vienen a sus pies y piden perdón.  Sin embargo, esto no termina ahí.  ¡Al contrario!  A penas comienzas una nueva etapa.  Por esta razón dice la biblia en Juan capítulo 3 que uno nace de nuevo aunque sea ya adulto.  La ley, las costumbres, los ritos, todo aquello que la gente hace buscando tener comunión con Dios o que sus pecados sean perdonados no sirven de nada.  Sé que puede ser duro y difícil de aceptar pero esa es la realidad.  Muchas personas realizaron ciertos rituales que hoy, a la luz de la biblia, comprenden que no tienen sentido y que no les acerca a Jehová.  Tal vez tú estás en esta situación y hoy Dios quiere enseñarte cómo debes acercarte a Él y que aprendas que nosotros no decidimos en cómo podemos ser perdonados y tener comunión sino Él.  Así como en ese entonces los judíos tuvieron que superar las costumbres de la ley, hoy nosotros debemos dejar atrás nuestras malas “mañas”.  Debemos renovarnos por completo y no por partes.  Dios quiere tu vida entera y no fracciones.  ¿Qué te detiene?  Cristo ya hizo el sacrificio.  La gracia y amor de Dios están ahí.  ¿Por qué seguir aferrados a lo de antes si la biblia es clara?

Oración

Señor: hoy entiendo que no hay nada que pueda hacer para que mis pecados sean perdonados.  Te pido perdón entonces, en el nombre de Jesús para que pueda ser limpiado y reconciliado contigo.  Te pido deje atrás todo lo que no te agrada y pueda caminar hacia Ti en todo momento.  Gracias por ese sacrificio y amor que no puedo comprender.  Te pido reines en mi vida.  En Cristo Jesús.  Amén.

sábado, 14 de marzo de 2015

Hebreos 13:9ª

Hebreos 13:9ª

No se dejen ustedes llevar por enseñanzas diferentes y extrañas.



Existen religiones que utilizan el nombre de Jesús y al mismo tiempo tergiversan lo que el Padre dice.  Es muy importante que estés siempre alerta de lo que escuchas de Dios y corrobóralo con la biblia y el contexto completo pues así surgen las enseñanzas diferentes y extrañas.  De personas que toman fragmentos y los acomodan a su manera.  Por eso siempre motivo a que vayas y leas constantemente la biblia.  Que la estudies.  Que medites en ella.  Si tienes dudas, acude con aquellos que tienen buen testimonio y pregunta.  Confirma que sus respuestas estén basadas en la biblia y tengan congruencia con lo que Cristo predicó.  Todo esto que leemos en el libro de hebreos, a pesar de haber sido escrito hace tanto tiempo, nos muestra la naturaleza caída del hombre.  Ésta es la misma hoy, ayer y siempre.  Tristemente siempre habrá alguien que quiera aprovecharse de los demás.  Siempre habrá alguien que tomará ventaja utilizando la necesidad de tener una esperanza.  ¿Por qué crees que hay tanto escándalo con líderes políticos?  ¿Por qué crees que sacan noticias de sus comportamientos o enriquecimientos?  ¡Porque así es nuestra naturaleza carnal!  Va en contra de Dios.  En contra de lo que Cristo nos enseña.  Busca lo suyo sin importar a quién afecte.  No pienses que cuando la biblia dice enseñanzas diferentes o extrañas se refiere a culturas satánicas o rituales que abiertamente están en contra de Su voluntad.  ¡Por supuesto que no!  Aquellos que atienden y siguen ese tipo de comportamientos están totalmente cegados y no buscan a Dios.  Se refiere a aquellos que están buscando a Dios, que están buscando crecer espiritualmente y confunden los principios pues Satanás es el mejor engañador.  ¿Cómo puedo estar tan convencido que mi fe es la correcta?  Porque mi fe la tengo en Aquél que creó al mundo, vino y vivió en el mundo para vencerle y traer esperanza mientras que ahora está sentado a la derecha del Padre.  ¡Ese Dios no lo inventé yo!  ¡Ese Dios no es una caricatura ni una creación de buenos deseos!  Ese Dios es real y dejó su palabra en la biblia.  Abre ese maravilloso libro y aprende.  Lee con atención.  Lee con un corazón dispuesto.  Solamente así podrás evitar el ser engañado.  Leyendo advertencias como la de hoy acerca de enseñanzas diferentes.  Insisto, esas enseñanzas utilizarán parte de verdad para confundirte y esconder su mentira.  Recuerda cómo engañó la serpiente a Eva.  Cuestionando y cambiando un poco la verdad de Dios para sutilmente seducirla.  ¡Así son estas enseñanzas!  ¡Así es Satanás que no quiere que tu comunión con Jehová crezca!  Él busca destruir esa esperanza que tienes.  No lo permitas.  Recuerdo una plática con una persona que me quería convencer sobre un tema del Apocalipsis.  Su error consistía en tomar unos cuantos versículos y tomarlos como un todo.  Su religión así es y por ello cae en ese error.  Sí.  Utilizan la biblia.  Sí.  Dicen creer en Dios.  Sin embargo, no lo hacen como Dios lo pide.  Insisto.  Ten cuidado.

Oración

Padre: gracias por cuidarme.  Gracias por buscar mi crecimiento espiritual y guiarme para no caer en enseñanzas diferentes.  Te pido tenga discernimiento y pueda ver cuando algo está en contra de tu voluntad a pesar de que tu nombre es mencionado.  No permitas que me aparte de Ti y de tu verdad.  En Cristo Jesús.  Amén

viernes, 13 de marzo de 2015

Hebreos 13:10-12

Hebreos 13:10-12

Nosotros tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que ofician en el tabernáculo.  Porque el sumo sacerdote introduce la sangre de los animales en el Lugar Santísimo como sacrificio por el pecado, pero los cuerpos de esos animales se queman fuera del campamento.  Por eso también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, sufrió fuera de la puerta de la ciudad.



El pueblo judío tenía el altar donde se adoraba a Jehová en una posición equivocada y lo utilizan como pretexto para juzgar las personas que estaban siguiendo las enseñanzas de Cristo.  Por esta razón leemos el pasaje de hoy que nos explica que no tenemos un altar como el que los judíos tenían.  Sin embargo, sí tenemos un altar especial y único.  Uno donde aquellos que se consideraban los más “santos” en el tabernáculo, no pueden tener derecho a comer.  Esto puede parecerte sencillo y sin mucha trascendencia pero la realidad es todo lo contrario.  ¡Es un cambio radical al entendimiento de la religión contra la comunión con Dios!  El lugar no tiene nada de especial.  El animal sufría afuera para perdón de los pecados y no adentro.  Jesús vino a revolucionar nuestro entendimiento y fortalecer lo que se anunció antes de su venida.  ¿Sabes?  Estoy convencido que muchos que estaban convirtiéndose a Cristo en esos tiempos, escuchaban sobre la falta de altar y comenzaban a dudar sobre el cambio que estaban realizando.  Pero Dios, que es bueno, les habla, y nos habla, con estas palabras para poder abrir los ojos y discernir entre lo religioso y lo espiritual.  ¡El tabernáculo es religioso!  Tu comunión con Dios es espiritual.  ¿Lo puedes entender?  Hoy en día caemos en los mismos errores.  Pensamos que estamos dejando mucho en el mundo por seguir a Cristo.  Pensamos que habrán cosas o actividades que nos harán falta cuando la realidad es que Dios llena absolutamente toda nuestra vida.  ¡Abre los ojos!  Dios sabe exactamente lo que necesitas, lo que trae bendición a tu vida y lo que trae destrucción.  ¿Por qué preferir lo que tu cuerpo quiere si busca todo lo contrario?  El altar físico parecía una pérdida para aquellos que no entendían lo que Cristo representaba.  Era una “falla” dentro del cristianismo.  Pero cuando se escriben estas palabras y se enseña que nosotros tenemos algo mejor que lo que se tenía antes podemos entonces darle la dimensión correcta a las cosas.  ¿Por qué crees que Pablo nos dice que aprendió a discernir entre lo que vale y lo que no al confesar que antes consideraba muchas cosas como buenas y ahora las considera como basura?  ¡Porque la religión hace eso!  Nos hace pensar que un ritual es importante.  Te confunde pensando que una costumbre es más poderosa que la oración.  Cristo vino y murió por aquellos que le hemos recibido y reconocido como Señor y Salvador.  Vino a enseñarnos cómo tener comunión con el Padre y cómo dirigirnos conforme a su voluntad.  Vino a liberarnos de la esclavitud al pecado y del reino de Satanás.  Hoy te animo a que medites en todo aquello que no quieres dejar de hacer (tu ritual o altar) y que piensas que al dejarlo sería una pérdida en lugar de bendición.  Pregúntate si estás confiando en Dios como debes y le estás obedeciendo como te pide.

Oración

Padre: perdóname.  Quiero dejar todo atrás y seguirte con mi vida entera.  Te pido me des fuerzas para deshacerme de todo aquello que no te agrada y pueda caminar a tu lado.  Gracias por querer tener comunión conmigo y mostrarme la diferencia entre la religión y la comunión viva y eficaz contigo.  Toma mi vida Padre.  En el nombre de Jesús.  Amén.

jueves, 12 de marzo de 2015

Hebreos 1:13-14

Hebreos 1:13-14

¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?  ¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación?




Me da tristeza ver que la gente no entiende quién es Cristo.  Prefieren probar tantas cosas antes de siquiera voltear y escuchar un poco de Él.  Algunos incluso cuestionan su existencia porque hay injusticias en el mundo.  ¿Cómo puede Dios permitir esto o aquello?  Se preguntan.  No puede haber un dios que sea bueno y nos ame pero al mismo tiempo permita injusticias.  Y así hay muchas ideas que circulan entre la gente acerca de Jesús o Dios.  La biblia es muy clara.  Jesús está sentado a la derecha del Padre y tiene a sus enemigos bajo sus pies.  Aunque parezca que las cosas están fuera de control; aunque pareciera que el “mal” o Satanás está ganando la batalla; aunque las injusticias abunden o cualquier otra cosa que te haga dudar sobre la existencia y soberanía de Dios, la biblia nos dice que Cristo está sentado a la derecha del Padre y sus enemigos están por estrado de sus pies.  ¡Él reina!  ¡No hay nada contra Él!  ¡No hay nada que pueda intentar siquiera ponerse frente a Él!  ¿Quieres saber cómo se desenvuelve la tan aclamada batalla del fin del mundo?  La encuentras en el libro de Apocalipsis 19:19.  Simplemente explica que Satanás fue aprehendido.  ¡No hubo ningún problema para hacerlo!  ¿Te das cuenta de la grandeza de Dios?  Mientras tanto, nosotros la cuestionamos.  Damos lugar a las ideas que escuchamos y dudamos sobre su esencia divina.  Pensamos que tal vez estamos equivocados o que Dios realmente no le interesa lo que pase en nuestras vidas.  ¡Error!  Ese es Satanás tratando de engañarte.  Por esta razón hago tanto énfasis en siempre acudir a la palabra de Dios.  Este pasaje no solo nos dice que nuestro guía, Cristo, está a la derecha del Padre sino que sus ángeles están a su servicio para ayudarnos.  Lo vemos una y otra vez en la biblia.  Ayudan a Lot y su familia.  Anuncian a María sobre su embarazo y a José que no tema en tomarla como esposa.  ¡Los ángeles están para ayudarnos conforme las instrucciones de Dios!  Pero nosotros, como humanos, nos encanta crear nuestras propias religiones, cambiamos todo e incluso adoramos a los ángeles.  En este momento hay gente pidiendo intercesión, iluminación y muchas otras cosas a los ángeles.  Mientras que Cristo espera a que le reconozcamos.  ¿Sabes?  Si el mundo tiene injusticias es porque el hombre está alejado de Dios y no a la inversa.  De hecho, Dios está buscando constantemente que nos reconciliemos con Él.  Además, su gracia se muestra todos los días al no eliminar nuestra vida después de tanto pecado que cometemos.  Al contrario.  Él espera y nos da la oportunidad de pedir perdón por nuestros pecados y comenzar una nueva vida.  En conclusión, Cristo es el único camino al Padre.  No los discípulos ni los ángeles, Cristo.  Si tienes la costumbre de adorar o buscar otros intermediarios, es tiempo que entiendas que la biblia dice que eso no está bien.  Cristo está sentado a la derecha del Padre, sus ángeles están para servirle y ayudarnos pero no para recibir la gloria.

Oración

Padre: te pido perdón por mis pecados.  Te pido perdón por cuestionar tu soberanía.  Te pido perdón por no darte la oportunidad de transformar mi vida.  Hoy me entrego a Ti.  Hoy entiendo que Cristo es el camino para llegar a Ti y te pido que viva en mi corazón.  Gracias por enseñarme que no debo adorar a nada ni a nadie excepto a Ti.  Oro a Ti mi Dios en el nombre de Jesús.  Amén

miércoles, 11 de marzo de 2015

Hebreos 4:1-2

Hebreos 4:1-2

Cuidémonos, por tanto, no sea que, aunque la promesa de entrar en su reposo sigue vigente, alguno de ustedes parezca quedarse atrás.  Porque a nosotros, lo mismo que a ellos, se nos ha anunciado la buena noticia; pero el mensaje que escucharon no les sirvió de nada, porque no se unieron en la fe a los que habían prestado atención a ese mensaje.



Santiago 1:22 dice: pero sed hacedores de la palabra, y no tan solo oidores, engañándoos a vosotros mismos.  La sabiduría de la calle dice: del dicho al hecho hay un largo trecho.  Y el pasaje de hoy dice: el mensaje que escucharon no les sirvió de nada porque no se unieron en la fe.  ¿Qué criticó Jesús a los fariseos?  Su falta de aplicación de todo el conocimiento que tenían.  Se habían vuelto hipócritas.  Conocían la palabra de Dios.  Actuaban de cierta forma frente a la gente.  Pero en su corazón el mensaje nunca echó raíz.  Espero que tú no seas como ellos.  Espero que entiendas que en el cristianismo no hay que quedar bien con nadie ni comportarse de tal o cual forma.  Cuando caes en eso, como dice Santiago, te estás engañando a ti mismo.  El mensaje es uno y es muy claro: debemos practicar lo que escuchamos.  Obedecer.  Imitar los pasos de Jesús.  Servir.  Todo esto se concentra en las palabras de Santiago: ser hacedores y no oidores.
El pasaje también nos dice: cuidémonos.  En la versión reina Valera dice temamos y me parece más adecuada la traducción.  No se trata de que unos a otros nos cuidemos puesto que está hablando de tener acción en nuestra fe.  En tal caso debería decir animémonos.  Temamos.  Tener miedo.  Pocas personas entienden lo que es temer a Dios.  Muchas otras no pueden asociar el miedo con el amor y menos con Dios.  Nos hemos hecho tal imagen de Jehová, que a veces cuesta trabajo aceptar una nueva característica.  Pero el temor al Señor es algo bueno.  Es algo que la biblia repite varias veces.  No es un miedo a que nos va a lastimar.  No es un miedo que nos distancie.  Es un miedo que involucra respeto, identifica quién es quién y nos motiva a mantenernos firmes, sirviendo y buscando no desobedecerle.  Tengamos miedo de no ser como aquellos que escucharon la palabra de Dios, se conmovieron, incluso asistían a escuchar predicaciones y convivían pero jamás se unieron a la fe.  Es fácil engañar a las personas.  Tal vez tú mismo te puedas engañar.  Al Señor es imposible engañarle.  De estas actitudes hay que tener miedo.  De no caer en hipocresías.  De no caer en incongruencias sino de tener una vida que tiene sentido y hace lo que dice hacer.
Es fácil caer en la hipocresía.  Sin embargo, tampoco debemos caer en el error de estigmatizarnos porque constantemente caemos en pecado.  La gracia de Dios nos perdona.  El sacrificio de Cristo fue perfecto y no necesitamos nada más.  La diferencia está en el corazón.  Cuando uno tropieza pero quiere dejar de caer, su vida está enfocada al crecimiento espiritual y es hacedor de la palabra.  Por otro lado, cuando alguien peca y busca hacerlo en “la noche” para que no lo descubran, su vida es una hipocresía y se quedará fuera del reposo de Dios pues nunca perteneció.  Tengamos miedo de no caer en esta situación.

Oración

Padre: te pido perdón por mis pecados.  Te pido perdón por mi hipocresía.  He querido pensar que llevo una buena vida pero en realidad hago mi voluntad y no la tuya.  Perdóname.  Quiero entregarme a Ti y seguir tus mandamientos.  No quiero quedarme fuera.  No quiero estar apartado de Ti.  Limpia mi corazón.  Renueva mi mente.  Quiero vivir sirviéndote.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén

martes, 10 de marzo de 2015

Hebreos 13:2

Hebreos 13:2

No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.




Mateo 25:35 dice: Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis.  Abraham recibió ángeles y lo vemos en Génesis capítulo 18.  Ya sea que Dios decida que alguno de sus ángeles se atraviese en nuestra vida o que recibamos a una persona, nuestro deber es practicar la hospitalidad.  Recuerda la parábola que cuenta Jesús sobre el samaritano que se detiene a ayudar al hombre que había sido robado y atacado. Hospitalidad significa dedicar de nuestro tiempo, dinero y esfuerzo no solo con aquellos que conocemos y queremos sino con todos.  Tristemente cuando uno se encuentra en ciudades donde la inseguridad es alta, uno prefiere pasar de largo ante cualquier necesidad porque pudiera ser una oportunidad para algún maleante de querer aprovecharse y por consecuencia nadie ayuda.  El día de ayer vi el testimonio de una mujer que “levantó la mano” y dijo: quiero servir.  Ayuda a personas de la calle y les comparte del amor que Cristo tiene para nosotros.  Está impactando vidas solamente porque decidió dejar de estar sentada escuchando y ponerse a actuar.  ¡Es tiempo de hacer lo mismo!  La hospitalidad es una gran manera de trabajar para el Señor.  Dejamos de pensar en nosotros y nos enfocamos en los demás.  Abrimos los ojos a las necesidades que hay alrededor de nosotros.  ¡Hay mucha!  No solo espiritual sino física o material.  La gente se pregunta por qué Dios permite las guerras.  ¿Por qué Dios permite que haya pobreza y gente muriéndose de hambre?  La respuesta es simple: la culpa la tenemos nosotros al no obedecerle.  Al no dar hospitalidad a nuestro prójimo.  Al no alimentar al que tiene hambre.  Al no sanar al que está enfermo.  Preferimos seguir con nuestro camino tratando de pensar que no pasa nada y cada quien tiene sus propios problemas.  Preferimos pensar en qué nos hace falta y qué más queremos en lugar de buscar satisfacer las necesidades de los que están a nuestro alrededor.  Egoísmo puro.  ¡Por eso hay tanto sufrimiento en este mundo!  Por ese egoísmo que dejamos florecer matando al mismo tiempo la posibilidad de amar al prójimo.  La Real Academia define hospitalidad como una virtud que se ejercita prestando asistencia con quienes la necesitan.  ¡Una virtud!  Si hay personas que ayudan y no tienen a Cristo en sus corazones, ¡cuánto más nosotros deberíamos ejercitar la hospitalidad en nuestras vidas!
No soy una persona que se detenga a ayudar a cada persona que se cruza en mi camino.  Al contrario.  Me parece que soy bastante egoísta.  Te pido que, si eres como yo, meditemos y pidamos a Dios que cambie nuestros corazones.  Dejemos ese egoísmo atrás y quitémonos el lastre de estar pensando tanto en nosotros. Busquemos practicar la hospitalidad.  Tal vez abriendo las puertas de nuestra casa para que se estudie la palabra de Dios.  Pide al Señor que abra tus ojos para que puedas ver en dónde y cómo quiere que trabajes y practiques la hospitalidad.

Oración

Señor: quiero dejar mi egoísmo atrás.  Quiero ser una persona que practica la hospitalidad con su prójimo.  Quiero ser una persona que ama a su prójimo y da testimonio de Tu amor a través de mis actos.  Corrige mis pasos.  Trae luz a mi camino.  Te lo pido en el precioso nombre de tu Hijo Jesús.  Amén.