martes, 31 de octubre de 2023

¿Seré yo?

 


¿Seré yo?

“Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni se alzó contra mí el que me aborrecía, porque me hubiera ocultado de él; sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía, y mi familiar; que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios”. Salmos 55:12-14

“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo”. Salmos 55:22

Este versículo es escrito por David después de la traición de uno de sus amigos, Ahitofel (2 Samuel 15:31), un amigo de muchos años que conspiró con Absalón (su hijo) contra él, para derrocarlo de su reinado. Una de las mayores heridas que se puede recibir es la traición de alguien que parece ser un compañero íntimo, un amigo o un familiar. Recordemos que Jesús también fue traicionado de igual manera por uno de sus amigos, en Marcos 14 :18-19 dice: “Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar. Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré yo?”

En esta situación David va a Dios y echa su carga, su angustia, su tristeza, su amargura sobre el Señor, porque sabe que el Señor lo puede levantar. Cuando somos lastimados emocionalmente por alguien cercano, debemos acudir a Dios, antes de cualquier deseo de venganza y debemos entregarle nuestros sentimientos de frustración y decepción que están afectando nuestra vida, para que Dios nos calme y traiga paz a nuestro corazón. Este Salmo en el verso 23 nos propone conducirnos a una decisión de fe: “Pero yo en ti confiaré”, el Señor nos sostendrá, no permitirá que seamos removidos de su favor, nos da su seguridad.

De alguna manera, todos hemos experimentado una traición alguna vez en la vida y hubiésemos querido que no fuera esa persona que estaba tan cerca de nosotros; por eso, necesitamos recurrir a Dios para entregarle nuestras heridas y recordar que Él siempre nos sustentará, porque no dejará caído para siempre al justo, Él es nuestra justicia y el único que puede restaurar un corazón roto. El Señor puede redimir nuestra alma, Salmos 55:18.

Ahora pensemos en esto, cuando conocemos a Jesús y nos comprometemos con Él, podemos tener actitudes o acciones que pueden traicionarlo, podemos negarlo cuando vivimos una vida carnal y actuamos como incrédulos, o al seguir la corriente de este mundo. Negamos la verdad de Cristo cuando no lo obedecemos y nos comportamos distinto a como Él nos enseña en su Palabra, cuando rechazamos su autoridad sobre nuestra vida y hacemos nuestra voluntad; hoy podemos estar expresando lo que los discípulos del Señor dijeron cuando Él les dijo que uno de ellos lo iba a traicionar: ¿Seré yo?

El Señor hoy nos está invitando a amarle tanto, que su voz sea más atractiva que todas las voces que nos invitan a alejarnos de Él, que la vida que nos ofrece sea tan plena que solo queramos vivir para Él. Revisemos nuestro corazón y miremos qué actitudes podrían estar traicionando a Cristo.  Oración.

«Amado Jesús, así como tú, he experimentado la traición de alguien cercano a mí, sabes el dolor que se siente y la decepción profunda que esto causa en nuestra alma, por eso hoy te pido que me ayudes a ser fiel a ti, porque tu amor nunca cambia, siempre permaneces fiel. Enséñame a llevar mis cargas delante de ti para que restaures mi corazón, en el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

lunes, 30 de octubre de 2023

No estorbemos el fluir de su gracia

 

No estorbemos el fluir de su gracia


“Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.» 2 Reyes 4:3

“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.» Efesios 3:20

Nunca estaremos estrechos en Dios ni en las riquezas de su gracia, porque Él es generoso, la estrechez está en nuestra mente por la falta de fe y obediencia, dudamos de lo que el poder de Dios es capaz de hacer en nuestras vidas y en la de otros. Lo que falla es nuestra fe y no sus promesas. El Señor siempre da más de lo que pedimos.

En este pasaje una viuda de uno de los profetas fieles al Señor, consultó a Eliseo sobre un serio problema: su difunto esposo había muerto sin pagar una deuda. Según la costumbre de la época, para sufragar la deuda el acreedor podría hacer esclavos a sus dos hijos, Levítico 25:39-42; ella en su desesperación buscó ayuda en el siervo de Dios, quién le pregunta en medio de su escasez qué tiene ella para ofrecer, a lo que contesta: que solo una vasija de aceite; el profeta le dice algo absurdo: “Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas”, y ella obedeció sin refutar la orden que le dio, después le pide que se encierre con sus hijos y empiece a llenar todas las vasijas, y… ¡hubo un verdadero milagro!, el aceite siguió fluyendo mientras ella tuvo vasijas vacías en qué recibirlo; así su participación personal y la ausencia de Eliseo sirvieron para que ella se diera cuenta de que el poder para resolver su problema procedía de Dios y aumentaría aún más su fe.

Aprendemos una lección espiritual de este relato, Dios hace milagros en vasijas vacías, Él es suficiente y está listo para derramar su poder en nosotros, pero es necesario que primero estemos vacíos de todo orgullo, altivez, incredulidad, autocomplacencia, temores, dudas, etc., porque mientras estemos llenos de todas estas cosas no queda espacio para que Él obre en nosotros.

Recordemos que Él da más de lo que pedimos; si hubiera más vasijas hay bastante en Dios para llenarlas; Él es suficiente para todo y su suficiencia absoluta no se detendrá hasta suplir las necesidades de los pecadores y de salvar sus almas, porque el anhelo de su corazón, es lo que dice la Escritura: “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”, 1 Timoteo 2:4

Tengamos cuidado de no limitar las bendiciones de Dios y de estar estorbando el fluir de su gracia por la falta de fe y de obediencia a su Palabra, porque Él es capaz de dar más de lo que pedimos o imaginamos. No olvidemos que no se trata de nuestro aceite sino del suyo, que es la presencia poderosa de su Espíritu Santo en nosotros, para que toda la gloria y honra sean para Dios.   Oración.

«Amado Señor, gracias por recordarme hoy, la fe y la obediencia a tu Palabra, haz que siga el ejemplo de la viuda, que se caracterizó por su obediencia y por eso obtuvo más de lo que pidió, pues pudo pagar su deuda y vivir tranquila con sus hijos, no permitas que estorbe el fluir de tu gracia en mi vida y en la de otros por la falta de fe y de obediencia, en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

domingo, 29 de octubre de 2023

¿Cuál es nuestra perspectiva?

 


¿Cuál es nuestra perspectiva?

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. 2 corintios 4:18

Hoy más que nunca debemos poner nuestros ojos en Jesús, orando, leyendo su Palabra y alabándolo, pues el mundo ha perdido totalmente la perspectiva de Dios, el Señor ha sido sacado de todos los ámbitos terrenales. Como creyentes tenemos la capacidad de elegir nuestra perspectiva, o colocamos nuestro enfoque en el mundo o en las cosas eternas, pues como personas espirituales percibimos las cosas que no son visibles por medio del Espíritu Santo, mientras que el hombre natural ve solo las cosas que son visibles.

Toda la hermosura y lo agradable de las cosas que experimentamos en esta tierra, algún día terminarán, pero las cosas que no se ven son eternas, por eso Pablo nos hace un llamado a que nuestro hombre interior siga creciendo cada día, aumentando el tesoro de la gracia de Dios y la esperanza del gozo de la eternidad.

David es un ejemplo de alguien que eligió la perspectiva correcta, por encima de sus circunstancias, pues dijo en el Salmo 73:26 “Mi carne y mi corazón desfallecen; más la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”. Su mirada estaba puesta en Dios, conocía el corazón del Señor, sabía que lo amaba, entendía que el poder de Dios era mayor que sus problemas, por eso conocer a Dios da perspectiva en tiempos difíciles. Él siempre nos acompaña en cualquier temporada buena o mala y nos da su apoyo.

Pablo que pasó por diversas pruebas se mantuvo como viendo al invisible, como lo hizo Moisés, Hebreos 11:27; porque sabía que un día sus sufrimientos terminarían y obtendría el reposo de Dios. Debemos entonces concentrarnos en la recompensa de nuestra fe y en el gozo que permanece para siempre. Como dice Isaías 35:10 «Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido”.

Recuerda que adoptar una perspectiva verdadera es una elección personal. Hermanos pongamos los ojos en Jesús que es la imagen visible de Dios y pensemos que nuestros problemas son temporales y nos están preparando para la gloria eterna que hará que ellos no parezcan nada, por eso debemos mantener nuestra mente en las cosas que no se pueden ver. Elegir una mentalidad eterna, es la perspectiva correcta.  Oración.

«Señor Jesucristo, ayúdame a colocar mis ojos en ti para tener una perspectiva divina en medio de las dificultades de esta vida, siguiendo tu verdad que me da seguridad, porque sé que nunca me abandonarás, aunque pase los peores días, tu poder es lo suficientemente grande para sostenerme, en ti tengo toda mi esperanza, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

sábado, 28 de octubre de 2023

Cada hijo de Dios es llamado a servirle

 

Cada hijo de Dios es llamado a servirle


“Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve; ¿qué te he hecho yo? Y se volvió, y tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía”.1 Reyes 19:19-21

El llamamiento de Dios es para quién Él elige, muchas veces no entendemos por qué el Señor lo hace, pues somos personas comunes y corrientes. El pasaje de hoy dice: “… halló a Eliseo, hijo de Safat”. Eliseo, cuyo nombre hebreo significa “Mi Dios es salvación”, era el hijo de un hacendado procedente de Abelmejola. Este sitio se ubicaba en la parte norte de la cuenca del río Jordán. Aparentemente era de una familia pudiente, ya que tenían, según el relato, 12 yuntas de bueyes; lo que no era común.

Elías encontró a Eliseo por orden divina mientras estaba trabajando en el campo, no estaba desocupado, sin embargo, su corazón fue tocado por el Espíritu Santo, a tal punto que nada de este mundo lo sacaría de su llamamiento celestial, pues estuvo listo para dejarlo todo y ayudar en el ministerio a Elías.

Eliseo deja todo alegremente para acompañar a Elías, solo pidió un poco de tiempo para despedirse de su familia y amigos e hizo un banquete de despedida, quemó hasta el arado con que trabajaba, lo que implicaba que no volvería a su trabajo de agricultor.

Dice que Elías “echó sobre él su manto”, con este acto estaba invistiendo a Eliseo para el servicio de profeta. Ahora Eliseo es quien realiza una acción simbólica que no admite ninguna duda; al matar a una de las yuntas y al quemar el arado, estaba diciendo que su vida anterior terminaba, no solo acepta su llamamiento, sino que hace una ofrenda sacrificial a Dios en entrega total a Él.

Lo mismo hicieron los discípulos de Cristo, lo dejaron todo para seguirle. Recordemos las palabras de Jesús cuando dice en Juan 15:16: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”.

Cada hijo de Dios es llamado a servirle, por eso, solo cuando experimentamos el poder de Dios y su transformación en nosotros por medio de la investidura y unción del Espíritu Santo, estaremos listos para ofrecernos voluntariamente a Él, sin importar lo que tenemos que dejar, renunciando a la comodidad de nuestra vida y a los bienes materiales.

Cuántos, por amor a su nombre, hemos seguido su llamado, hemos renunciado a la familia, los amigos y a las ocupaciones aparentemente más provechosas, para cumplir con su propósito. En forma similar Jesús hoy sigue llamando a muchos en medio de las ocupaciones, corresponde a cada uno de nosotros sentir la energía de su gracia obrando poderosamente en nuestra vida, para rendirnos sin reservas a su llamamiento.

¿Hemos escuchado su llamado?,¿Cuál es el arado que debemos quemar?, ¿Nos preocupa el cuánto, cómo y cuál será el costo de servir al Señor?, ¿Pensamos que el servicio es algo reservado para unos pocos? ¿Creemos que somos demasiado mayores, o demasiado jóvenes, o que estamos demasiados ocupados, o cansados para hacer lo que el Señor nos pide?    Oración.

«Amado Señor, gracias por elegirme entre tantas personas para ser tu hijo y tu siervo; hoy muéstrame qué arado debo quemar para poder cumplir con el propósito que tienes para mí, no permitas que nada de este mundo me distraiga del llamamiento celestial que me has hecho, sé que tus planes son mejores que los míos, quiero servirte con todo mi corazón, en Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

viernes, 27 de octubre de 2023

Las promesas para el que es fiel

 


Las promesas para el que es fiel

“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Apocalipsis 3:10-12

La promesa de Cristo resucitado en este pasaje del apocalipsis es que todos los que guardan sus mandamientos serán guardados, porque la lealtad tiene su recompensa segura. La “Palabra de mi paciencia”, habla de la clase de resistencia que Jesús vivió en su vida terrenal, la resistencia de Jesucristo es algo que tenemos que aprender y que suple tres cosas en nosotros: nos provee un ejemplo, nos aporta una inspiración, nos da valentía para resistir los tiempos de prueba.

Por eso debemos caminar mirándolo a Él, que por el gozo que fue puesto delante de Él soportó la cruz y la vergüenza del calvario, Hebreos 12:1, si Él pudo dejar todo a un lado para centrarse en salvarnos, porque no dejamos a un lado la vergüenza que nos da decir que somos cristianos y compartir con otros el evangelio de salvación, entendiendo que Él nos da la entereza para resistir nuestras batallas mientras estemos en esta tierra, en Hebreos 2:18 dice: “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados”. El que es fiel a Cristo estará a salvo bajo su protección.

 

En el versículo 11 se combinan la advertencia y la promesa, el Señor nos promete venir pronto, por eso no podemos estar desapercibidos, porque Él vendrá como ladrón en la noche y tendremos que dar cuenta de nuestras acciones al que viene a juzgar a vivos y a muertos, 1 Pedro 4:5. También es un aliciente para todos aquellos que han sido fieles pero que siguen sufriendo, porque pronto llegará el final de sus angustias. Hebreos 10:37 “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”, nos exhorta a ser pacientes porque muy pronto regresará nuestro amado Jesús.

El Cristo resucitado le dice a la iglesia de Filadelfia que retengan lo que tienen, para que nadie les prive de su corona. Por eso hay que guardar el evangelio, que enseña la paciencia y perseverancia en la expectativa de su venida, Gálatas 1:9 “Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema”. Cristo ahora está esperando con paciencia, hasta que el usurpador sea arrojado fuera y todos sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies, así también nosotros, su iglesia, debemos soportar este tiempo hasta recibir el gozo que se nos ha prometido en el reino venidero.

El Señor premia la fidelidad, el fiel será un pilar en el templo de Dios, un pilar de la iglesia, un soporte grande y honorable, ya no vivirá en inseguridad, se da la promesa de estabilidad serena en la paz que Jesucristo provee. Es una vida de bondad inalterable que disfrutaremos, después de tantas luchas en la tierra cuando estemos en su majestuosa presencia.

El Cristo Resucitado escribirá en el cristiano fiel el nombre de Dios, el nombre de la nueva Jerusalén y su propio nombre nuevo, haciendo referencia a que en la antigüedad cuando moría un sacerdote después de una larga vida de fidelidad, se le honraba erigiendo un nuevo pilar en el templo en el que hubiera servido e inscribiendo su nombre y el de su padre en él. Así es que esto podría referirse al honor permanente que confiere Cristo a sus fieles servidores. El sentido es que los fieles llevarán la señal inconfundible de pertenecer a Dios y de la ciudadanía de Jerusalén, la ciudad donde habita su presencia.  Oración.

«Gracias mi amado Señor, porque hasta ahora no has dejado de cumplir tu Palabra, quiero ser fiel hasta el fin, y así, disfrutar de esas promesas que has guardado para el que permanece en fidelidad, mi residencia futura será la nueva Jerusalén, donde estaré siempre en tu Presencia Santa, tendré una ciudadanía en el reino futuro, todo será nuevo, puro y seguro. ¡Gloria a ti Señor!, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

jueves, 26 de octubre de 2023

Un hijo profundamente amado por Dios

 

Un hijo profundamente amado por Dios


“El hijo sabio alegra al padre; más el hombre necio menosprecia a su madre”. Proverbios 15:20

“El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura a la que lo dio a luz”. Proverbios 17:25

La Biblia tiene mucha información sobre la crianza de los hijos y de la relación entre los padres e hijos, nuestro amor por nuestros hijos es instintivo y poderoso, siempre queremos lo mejor para ellos. Algunos pueden traernos muchas alegrías; pero también, pueden causarnos dolor, por eso desde temprana edad hay que enseñarles a distinguir entre lo necio y lo sabio en los diferentes aspectos de la vida.

Saber que tenemos un Padre que nos ama incondicionalmente, que fue capaz de enviar a su Hijo a dar su vida por nosotros, debe hacernos reflexionar cómo estamos viviendo como hijos de Dios, si somos hijos sabios o necios, si estamos trayendo alegría o tristeza a nuestros padres y al corazón de Dios.

Recordemos que los necios alardean, mientras que los sabios hablan con moderación, Proverbios 18:2, el necio no se complace con el entendimiento se complace en revelar la insensatez de su corazón. La Palabra de Dios dice que hasta un necio pasa por sabio cuando guarda silencio, Proverbios 17:28. Los sabios aman la rectitud y la verdad, se conducen por la vida con prudencia. La forma como vivimos, hablamos y nos comportamos dice si somos sabios o somos necios.

Por eso es tan importante cómo nos vemos a nosotros mismos en relación con Dios, si nos vemos como hijos de Dios profundamente amados y aceptados por Él, podemos fortalecernos en su amor, derrotar la baja estima, la culpabilidad y la condenación; disfrutar así, de la libertad que nos ha dado viviendo la vida en el Espíritu, esto conduce a una vida de plenitud y paz, Romanos 8:6.

Nos convertimos en hijos de Dios no por nuestro nacimiento físico, sino cuando nacemos de nuevo por el Espíritu, y desde ese momento somos guiados por el Espíritu de Dios, Romanos 8:14; no hay por lo tanto excusas para vivir neciamente cuando hemos recibido su presencia, toda la sabiduría divina y el dominio propio para guiar nuestras vidas. Nuestro objetivo es glorificar al Padre con todo lo que hacemos, como dice Mateo 5:16: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Podemos ser los hijos de Dios que Él quiere que seamos.

Así como queremos que nuestros hijos conozcan y experimenten nuestro amor y se fortalezca nuestra relación con ellos, Dios Padre quiere que estemos seguros de su amor y de su relación con nosotros, como lo expresa Romanos 8:16 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”, seamos entonces, la alegría de nuestros padres terrenales, pero el mayor gozo y complacencia para nuestro Padre Celestial, como lo fue Jesús, Mateo 3:17.   Oración.

«Amado Padre, no hay estatus más alto que ser tu hijo, he sido adoptado por el puro afecto de tu voluntad, me siento amado “y privilegiado de llamarme hijo de Dios”, de pertenecer al Creador del universo, puedo tener por medio de la sangre de Cristo intimidad contigo y llamarte “Abba Padre”, por eso, ya no tengo ningún temor, porque me has dado seguridad, pertenencia y la certeza de que disfrutaré de una eternidad de amor contigo, ayúdame a ser sabio y fiel, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

miércoles, 25 de octubre de 2023

Busca la libertad en Dios

 


Busca la libertad en Dios

“Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden. Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán”. Oseas 4:1-3

“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”. Oseas 4:6

Este pasaje refleja la triste realidad del mundo de hoy, lamentablemente los seres humanos se han olvidado de los mandamientos de Dios, aún más, hay un total desconocimiento de ellos, su amor no está puesto en Dios, sino en sí mismos y en las cosas del mundo. Tenemos que entender que aquello que llega a ser nuestro amor más grande en esta tierra, es aquello que servimos y adoramos.

Este pasaje provee una ilustración de lo que Jesús dijo acerca del pecado en Juan 8:34-36 “Jesús les respondió: De cierto,de cierto os digo,que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”; los que pecan son esclavos del pecado y terminarán arruinando sus vidas, además de su falta de conocimiento de Dios, que los lleva a la esclavitud y a la perdición. Por lo tanto, es decisión de cada uno vivir bajo la guía del Espíritu o seguir siendo esclavos del pecado y sus consecuencias.

Oseas 1:1 nos recuerda que todo lo que dice el profeta, es la Palabra que Dios le ha dado y es un llamamiento para que su pueblo escuche y responda por sus pecados y proceda al arrepentimiento, antes de que venga su juicio sobre la tierra.

La acusación que trae es grave: en la tierra se ha roto el pacto con Dios, no hay verdad, la confiabilidad y fidelidad se ha perdido en las relaciones personales, tanto en acciones como en palabras, fallándole a Dios y a otros. No hay lealtad, ya no hay amor recíproco mostrándose leal en cada situación, sin embargo, Dios sigue dándonos su amor inmerecido a pesar de nosotros. En cuanto al pacto con Él, no se ve el amor leal que debemos expresarle en obediencia a sus mandamientos, cada día vemos más de lo que dice Oseas 4:2 “Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden”.

No hay conocimiento de Dios, así lo expresa Oseas 4:6 “mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”, si no conocemos a Dios, no podremos tener una relación íntima con Él que incluya saber la voluntad revelada por su palabra, la comunión personal y también el reconocimiento de su soberanía absoluta. Él es el “gran rey”, el Soberano de las naciones, conforme al pacto que estableció desde la antigüedad.

Con los Diez Mandamientos como la base, Oseas muestra el camino a la destrucción: en lugar de verdad se ve perjurar, engañar y falsear; en vez de lealtad se ve, asesinar, robar y adulterar; finalmente, en lugar del conocimiento de Dios se ven los hechos de sangre y adoración a ídolos violando así todos los mandamientos establecidos por el Señor; esto es prueba de la falta de conocimiento de Dios y su Palabra, hoy persiste la ignorancia espiritual y siguen creciendo todos estos actos de violencia, desamor y falta de misericordia en el mundo. La sentencia futura ante la responsabilidad del pecado es que la tierra está en duelo, desfallecerá y morirá.

Hoy más que nunca, Dios necesita Oseas que se levanten a proclamar el evangelio de salvación, a revelar el amor de Jesús, para que los hombres se vuelvan en arrepentimiento, le busquen y le conozcan para actuar en misericordia, en justicia y en verdad, sólo así vendrá la anhelada libertad que todos queremos.   Oración.

«Amado Dios, no puedo ser ajeno a la realidad que vivo, hoy más que nunca se ve reflejado la falta de conocimiento de tu Palabra, la desobediencia a todos tus mandamientos; no hay verdad, ni lealtad entre los seres humanos y mucho menos hacia ti, por eso, así como Oseas, quiero ser ese instrumento que proclame tu verdad y el amor de Cristo, que es el Único que puede transformar y liberar los corazones. En Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

martes, 24 de octubre de 2023

No seas incrédulo sino creyente

 


No seas incrédulo sino creyente

“Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”. Juan 20:24-29

Las apariciones de Jesús resucitado tenían el propósito de efectuar una transición de lo visible a lo invisible, de lo temporal a lo eterno, de lo limitado a lo universal, de lo físico a lo espiritual. En medio de esta situación, el pequeño grupo de discípulos estaba experimentando una transformación: de un grupo temeroso, a ser uno confiado, de ser espectadores, a ser testigos, de ser impotentes, a ser llenos del Espíritu Santo, de ser vacilantes, a tener autoridad en el nombre de Jesús. Por eso la resurrección de Cristo debe marcar la diferencia en nuestra vida; ya no podemos ser los mismos de antes al tener un encuentro con Jesús resucitado.

Juan en este pasaje quiso cumplir dos propósitos. Con la expresión “estando las puertas cerradas”: recordó que el miedo de los discípulos después de la muerte de Jesús no había desaparecido y aclarar que su aparición fue un milagro en sí. Jesús no llamó a la puerta y nadie se la abrió. Solo Juan menciona este detalle y quiere dejar constancia de que Jesús pasó por la puerta cerrada, el cuerpo de Jesús no estaba sujeto a las leyes físicas, pues no era visible ni tangible; sin embargo, Él se hizo visible y tangible para convencer a los discípulos de la realidad de su resurrección.

Mostró sus manos y el costado para asegurarles que era el mismo que había sido crucificado, una prueba inconfundible de su identidad y del cumplimiento de su misión en esta tierra. A partir de ese momento lo reconocen como “su Señor”, digno de toda adoración. La promesa que les había hecho en el aposento alto se había cumplido: Juan 14:18 “no os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.» a partir de ese momento, ellos lo verían y su tristeza se convertiría en gozo.

El gran error de Tomás comenzó por su duda y por su falta de confianza en el testimonio de sus propios compañeros. No debemos olvidar que los otros discípulos que habían creído en la resurrección lo hicieron basados en la evidencia que ellos habían visto personalmente. Parece que ninguno creyó solamente por el testimonio de otros. Pero Tomás es el más exigente, demandando un toque con sus propias manos.

Jesús había sido un oyente invisible de la demanda de Tomás, por eso se concentró en él, como si fuera el único propósito de su visita. Jesús lo desafía a cumplir con lo que quería. En esta ocasión tuvo que enseñar a Tomás que la realidad de Jesús no era sólo espiritual. La fe cristiana no puede basarse enteramente en lo tangible, ni en lo intangible, sino en un sano equilibrio entre los dos. El mandato de Jesús, “no seas incrédulo sino creyente”, traduce un imperativo en el tiempo presente, que enfatiza la terminación de una cosa y el comienzo de otra: “No continúes siendo incrédulo, sino creyente”. Tomás fue convencido de la realidad de la resurrección por la vista, como los otros discípulos, sin haberle tocado. La afirmación “¡Señor mío, y Dios mío! muestra una relación personal de fe, que declara más explícitamente la completa divinidad de Jesús. Esta confesión surge de la profundidad de su alma, mientras que caía de rodillas a los pies del Señor. Tomás fue más allá de la creencia en la resurrección de Jesús, se somete a Él como su Señor absoluto y lo reconoce como Dios mismo.

El Señor nos recuerda que la bienaventuranza que pronunció en esa ocasión, es para nosotros, Jesús estaba mirando hacia adelante, hacia su futura iglesia, a esas personas que tendríamos que creer sin poder ver y pronuncia esa bendición sobre nosotros. Nuestra fe no se basa en señales, sino en el creer lo que su Palabra dice acerca de Él, en todo lo que ha hecho y en todo lo que sigue haciendo y en todo lo que hará, por eso: “No continúes siendo incrédulo, sino creyente.   Oración.

«Señor Jesús gracias por recordarme a través de tu Palabra que independientemente de que esté triste, desesperanzado o asustado, me has dado promesas que derriban mi incertidumbre y me recuerdan que eres un Cristo vivo, que cada día experimento tu presencia a través de tu Espíritu Santo, que no estoy solo porque estás conmigo hasta el fin del mundo, cualquier situación de mi vida está en tus manos. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

lunes, 23 de octubre de 2023

Sublime gracia

 


Sublime gracia

“Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió”. Mateo 9:9

“Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”. Lucas 5:30-32

Mateo era un recaudador de impuestos, los recaudadores eran odiados socialmente por su fama de ladrones y embusteros. En la sociedad judía en tiempos de Jesús, un publicano estaba en la misma clase social que una prostituta, no se le permitía la entrada a la sinagoga e incluso se consideraba traidor de su nación por recolectar dinero para el imperio romano.

Lo increíble del llamamiento de Mateo es que siguió a Jesús al instante, ya tenía una predisposición en su corazón frente al llamado y no dudó en seguirlo. Como todos nosotros antes de conocer de Cristo, su corazón estaba lastimado por el pecado y por el rechazo de la gente, pero encontró refugio estudiando las Escrituras del Antiguo Testamento, esperando como muchos en ese tiempo, al mesías prometido. Al encontrarse con Jesús no vaciló en reconocer que era el Mesías esperado y el hecho de que lo hubiera invitado a seguirlo significaba que era perdonado de lo que una vez fue, su conversión fue tan radical que dejó su antigua vida para siempre. Su convicción sobre Jesús fue tan clara que inmediatamente invitó a sus amigos publicanos a un gran banquete para que conocieran a Jesús y poder compartir con ellos su experiencia espiritual.

Mateo es la viva prueba de que Dios no hace acepción de personas y que Él puede usar al más quebrantado y al más pecador, porque Jesús escoge a quien nadie mira y transforma su vida, quizás podemos identificarnos un poco con Mateo y entender lo que dice 1 Corintios 1:27-29 “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”. No debemos envanecernos sino siempre recordar de dónde nos sacó el Señor.

Esa es la naturaleza de nuestro amado Dios, se sienta a la mesa con el más vil y despreciado, con el más enfermo y rechazado; cosas que nunca pudieron entender los fariseos y escribas por eso juzgaron mal a Jesús porque se sentaba a comer con pecadores. Si te has sentido indigno de la gracia de Dios, si estás en el fondo del abismo por el pecado y piensas que no puedes salir de ahí, mira a Jesús, Él nos llama y escoge no por ser justos, sino por ser pecadores y todos necesitamos de su gracia infinita, Dios quiere trabajar en nuestros corazones, quiere perfeccionar su obra en nosotros porque Él viene a deshacerse de lo que somos y transformarnos en lo que Él quiere que seamos, Él quiere mostrar su gloria en cada uno de nosotros, ¡nuestro Dios es digno de toda la honra y gloria!    Oración.

«Amado Señor, te doy gracias por lo increíblemente maravilloso que eres, porque me amas y me aceptas como soy, gracias por tu sangre derramada en la cruz por mí, esa gracia me alcanzó y me dice que ya no estoy sujeto al pecado, sino que soy libre, que he sido restaurado para hablar a otros de tu inmenso amor. En el nombre de Jesús, amén.     Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                      

domingo, 22 de octubre de 2023

No basta con buenas intenciones

 

No basta con buenas intenciones


“Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios. Y David tuvo pesar, porque Jehová había quebrantado a Uza; por lo que llamó aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy”. 1 crónicas 13:10-11

El deseo de David era restaurar el culto al Dios verdadero, por eso David quería traer el arca de Dios a Jerusalén, su intención era buena, pero su método no, pues el Señor ya había establecido en la ley de Moisés cómo debería ser trasladada el arca del pacto y no precisamente en un carruaje tirada por animales, sino en los hombros de los levitas que eran responsables de esta función.

Con ese episodio tan desafortunado Dios tenía que mostrarle a David que no alcanza con las buenas intenciones, sino que las cosas hay que hacerlas a su manera, en obediencia a sus mandatos. Y a pesar de que todo marchaba a los compases de la alabanza y adoración y con mucho gozo con el pueblo, Dios no tolera la desobediencia y David tuvo que asumir las consecuencias inevitables de su decisión, por eso cuando vio lo que le sucedió a Uza, sintió pena, tristeza y confundido, quizás se preguntó lo que a veces muchos de nosotros nos preguntamos: ¿por qué pasó eso, si solo queríamos traer el arca y adorar a Dios?

Esta situación lo llevó a la ley de Moisés y allí descubrió cómo debía trasladarse el arca: “Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas; porque a ellos ha elegido Jehová para que lleven el arca de Jehová, y le sirvan perpetuamente”, 1 Crónicas 15:2. Desde ese momento lo haría de acuerdo a la voluntad de Dios.

Así como David es necesario repasar constantemente las Escrituras para comprender cuál es la voluntad de Dios y no hacer las cosas en nuestra propia prudencia como dice Proverbios 3:5 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”, cuántas veces tomamos decisiones de acuerdo a nuestro razonamiento y no consultamos al Señor, cuántas veces actuamos a la ligera pensando que lo estamos agradando a Él; el Señor quiere que obremos conforme a su Palabra, no podemos relacionarnos con Dios como nosotros creemos conveniente, podemos acercarnos con libertad a su presencia a través del sacrificio de su Hijo Jesucristo, como lo dice su Palabra.  Oración

«Amado Dios, enséñame a obedecer tu Palabra, a dejar de actuar bajo mis razonamientos y pensamientos, a recordar continuamente tus mandamientos, preceptos y estatutos, que son la guía que me has dado para protegerme de mis malas decisiones. En Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

sábado, 21 de octubre de 2023

Jesús es mi estandarte

 

Jesús es mi estandarte


“Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi” Éxodo 17:15

“Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa”. Isaías 11:10

Jehová- nisi en el hebreo es traducido como bandera, estandarte, pendón, señal, símbolo. En el diccionario de la lengua española es una insignia distintiva de los regimientos, batallones o agrupaciones militares; una bandera colgada de una hasta que representa a una institución, grupo o nación; y si esta se alza significa un triunfo.

Recordemos en la batalla contra Amalec que cuando Moisés alzaba sus brazos, Israel prevalecía; cuando los bajaba, Amalec avanzaba. Cuando Aarón y Hur se dieron cuenta de esto, le sostuvieron las manos a Moisés hasta acabar la batalla. Ese día Dios les dio la victoria y en agradecimiento, Moisés edificó un altar y lo llamó Jehová-nisi diciendo con esto que Jehová era su bandera, su estandarte mostrando que el Señor le había dado la victoria frente a su enemigo.

En lo espiritual Jesús es nuestro pendón, nuestro estandarte y su señal es de victoria, fue alzado en la cruz, venciendo al enemigo de nuestras almas. Dios mismo lo elevó como estandarte ante toda la humanidad, cumpliéndose así, las palabras que Jesús dijo en Juan 12:32-33 “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir”. Una señal visible para muchos. La muerte de Cristo en la cruz sería un atractivo al mundo, y lo sigue siendo porque muchos hemos sido atraídos a Él por su sacrificio redentor.

La cruz llegaría a ser como un imán que tiene un poder atrayente, un poder magnético, que atrae a algunos, pero no tiene efecto en otros. En la cruz Jesús atraería a todos, indicando la iniciativa de Dios para llevar la salvación a todo el mundo, llegando hasta los gentiles. Aún dos milenios después de ser levantado de la tierra, el Cristo crucificado sigue atrayendo millares a la fe en Él como el Salvador del mundo. El poder atrayente de la cruz se debe al hecho de que Dios reveló su amor a través de su Hijo Jesucristo, dándolo en propiciación por nuestros pecados, Romanos 5:8.

Jesús es el estandarte de salvación para el mundo entero. Debemos aferrarnos a Él, puesto que también enfrentamos batallas diariamente, luchando contra el sistema de este mundo, que nos quiere apartar de la presencia de Dios, contra los malos deseos de nuestra vieja naturaleza y contra Satanás, nuestro enemigo, que quiere hacernos sentir esclavos del pecado. Hoy necesitamos ampararnos bajo la bandera de Cristo quién ha vencido en la cruz, al mundo, a la carne y a los poderes demoníacos y nosotros hemos recibido los beneficios de su victoria, Colosenses 2:13-15: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Toda la gloria y honra a nuestro amado Salvador.  Oración.

«Gracias Jesús por ser mi estandarte, mi bandera, porque tu muerte en la cruz me dio la victoria sobre la carne, el mundo y Satanás; ahora puedo ampararme bajo tu presencia y entender que contigo soy más que vencedor, que nada me podrá hacer frente, porque tú ya triunfaste en la cruz y me has dado vida eterna y bendición. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

viernes, 20 de octubre de 2023

¿Quién te habló de Cristo?

 


¿Quién te habló de Cristo?

“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” Romanos 10:13-15

Para responder a la pregunta del título del devocional, debo ir a la época del colegio cuando tenía 12 años, estaba pasando un momento difícil y había perdido la esperanza de vivir, fue en un abrir y cerrar de ojos que mi enfoque de la existencia cambió; en su misericordia Dios colocó a una compañerita de mi edad, para compartirme el evangelio de la gracia de Dios; recuerdo exactamente que el versículo que más impactó mi vida en ese momento fue Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”, yo quería esa vida en abundancia que me estaba ofreciendo Jesús y por eso sin dudarlo lo invité a entrar a mi corazón. Ese fue el comienzo de una vida con propósito, hasta convertirme en lo que ahora soy, una sierva del Señor. Qué afortunada fui y qué agradecida estoy con aquella persona que Dios usó para predicarme el evangelio de Cristo.

Pensemos un poco en las personas que nos rodean, las situaciones por las que quizás están pasando, muchos están desesperados y han perdido la esperanza, ¿será que hemos sido sensibles a su necesidad?, ¿cuántas de ellas han escuchado el mensaje por nuestra boca, ese mensaje que transformó nuestra vida y cambió nuestro destino eterno?

Hemos sido salvos por la gracia de Dios, pero no debemos ser egoístas con aquellos que necesitan salvación, se nos ha dado un mensaje para compartir y aquí, el apóstol Pablo es contundente con esta exhortación: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?”.

Entendamos que para que alguien invoque el nombre de Cristo debe creer en Él, pero para que crea, necesita escuchar el mensaje de salvación y de una persona que se lo anuncie. La respuesta a la pregunta de Pablo es que Dios nos ha encomendado esa tarea a todos los que somos creyentes, nos dice en Marcos 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

Somos mensajeros del evangelio y podemos al predicarlo, estar definiendo el destino eterno de la gente que está cerca de nosotros, ese mensaje está en su Palabra y nosotros hemos creído en lo que el Señor dice en ella, además nos ha dado su Santo Espíritu que es el que convence a cada individuo que le hablamos, de pecado, justicia y juicio, como lo hizo conmigo de niña, por eso, no debemos callar, permitamos que muchos se beneficien del poder salvador y transformador del evangelio.

Pablo declara en Romanos 1:14 “A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor”, haciendo alusión a su sentido de obligación ¿Por qué? Porque el hombre está muerto y necesita vida, el hombre va por un camino de perdición y necesita liberación, porque el hombre vive sin esperanza y necesita volver a Dios, Jesús es la única solución para el hombre pecador que está perdido y necesita ser encontrado, Lucas 19:10 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.

Hermanos, la respuesta a las preguntas que el Señor nos hace a través del apóstol Pablo en este pasaje, es que “alguien” necesita ser enviado a predicar de modo que otros puedan oír y creer, ¿no crees que ese “alguien” somos nosotros?   Oración.

«Padre amado, aquí estoy dándote gracias y adorándote porque un día una persona me habló de tu amor expresado a través de la vida de tu Hijo Jesús, quien vino a morir para salvarme y darme una vida nueva, gracias por esa persona que utilizaste para que me compartiera el evangelio; donde quiera que esté bendícela y ayúdame a seguir su ejemplo, pues anhelo que aquellos que me rodean crean en ti e invoquen tu nombre. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

jueves, 19 de octubre de 2023

De lo genuino a lo falso

 


De lo genuino a lo falso

“Al quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, y lo saqueó todo; también se llevó todos los escudos de oro que Salomón había hecho. Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los dio a los capitanes de los de la guardia, quienes custodiaban la puerta de la casa real. Cuando el rey entraba en la casa de Jehová, los de la guardia los llevaban; y los ponían en la cámara de los de la guardia” 1 Reyes 14:25-28

Así como pasó en el reinado de Roboam, hijo de Salomón, el pecado en nuestras vidas hace que ese tesoro escondido, que es Cristo, se opaque y no brille como debería. El pecado deja al descubierto nuestra miseria humana, nos empobrece y nos debilita.

Miremos un poco la vida de Roboam: reinó después de su padre y no tuvo un corazón perfecto para Dios; su idolatría e inmoralidad fueron más importantes que Dios, llevando al pueblo al pecado y a alejarse paulatinamente del Señor; esto causó su ruina espiritual y material, pues fueron saqueados por Sisac rey de Egipto. Como no quedaba oro, Roboam mandó a reemplazar los escudos de oro, robados por Sisac, por copias de bronce; aquí se muestra el declive del reinado de la casa de David.

Lo genuino y valioso fue cambiado por lo aparente y de menor valor. Quizá, esto es una de las artimañas que usa Satanás para corromper los valores verdaderos del cristianismo y reemplazarlos por el sistema de antivalores de este mundo, para que la gente siga contenta y satisfecha con lo que está haciendo. Entendamos que el peor error que podemos cometer es retirar a Dios de nuestras vidas, pues hace que todo lo demás se vuelva inútil o se derrumbe por causa de nuestro pecado.

Las filosofías e ideologías actuales han reemplazado la misericordia divina por la tolerancia humana; el creacionismo bíblico, por la evolución científica; el amor verdadero, por el sexo libre; y a Jesús, por el sincretismo religioso. La iglesia ha olvidado que el mensaje de salvación más importante para la humanidad es que Jesús, el Hijo de Dios, vino a este mundo para morir por nuestros pecados y salvarnos de la condenación eterna; sin embargo, se ha reemplazado por doctrinas de prosperidad y realización personal, basados en el esfuerzo humano, quitándole toda la gloria a Jesús; quien murió en la cruz, quien fue nuestro sustituto perfecto por nuestra iniquidad y quien al morir nos dio salvación, perdón de pecados y vida eterna.

Cristo es irremplazable. No podemos reemplazar el gozo de la salvación por los placeres de este mundo; no podemos reemplazar la santidad y la palabra de Dios por nuestras propias reglas y conductas, las cuales nos llevan a la perdición; no podemos reemplazar su presencia y nuestra comunión diaria por prácticas religiosas, culturales y de rito.

Dios nos pide un corazón sincero delante de Él y una vida cristiana transparente, como dice Hebreos 10:22 “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”. Un corazón donde resplandezca Cristo, nuestro tesoro en vasos de barro, como lo expresa 2 Corintios 4:6-7: “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.

Es agradable saber que el evangelio brilla en nuestros corazones. Así como la luz fue al principio de la creación, también, en la nueva creación, la luz del Espíritu iluminó nuestra alma cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón; el tesoro de luz y gracia del evangelio, que es Cristo, está puesto en vasos de barro. Por eso, hoy más que nunca el mundo necesita cristianos auténticos, genuinos, que prediquen la verdad y no permitan que la mentira, el pecado y los antivalores de este mundo opaquen el resplandor de la gloria de Cristo en sus vidas.   Oración.

«Amado Jesús quiero ser un verdadero siervo tuyo; por eso, permite que tu luz resplandezca a través de mi vida, con palabras sinceras, acciones correctas, con un corazón puro y una mente renovada; que nada de este mundo reemplace tu presencia gloriosa en mi vida, eres mi más preciado tesoro, me escogiste para propagar a otros tu luz, porque eres la única manifestación verdadera y completa del resplandor y gloria de Dios Padre, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

miércoles, 18 de octubre de 2023

Trabajando con fervor

 

Trabajando con fervor


“Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel. Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri. Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos. Junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías, hijo de Cos, y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de Baana. E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor” Nehemías 3:1-5

“Después de él Baruc hijo de Zabai con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote” Nehemías 3:20

En este capítulo se revela la gran unidad entre el pueblo de Dios para reconstruir las murallas de Jerusalén, fue un tremendo reto; por eso, unos 40 grupos trabajaron simultáneamente. Partes de la muralla se hicieron completamente nuevas, mientras que otras fueron solo reparadas. Aquí se destacaron las grandes dotes de Nehemías como líder y organizador. Recordemos que este siervo de Dios era un simple copero del rey de Persia, pero usado de manera sorprendente al ser guiado por Dios para reconstruir la Santa Ciudad.

Cada vez que nos sintamos incompetentes ante cualquier desafío, pensemos lo que Dios es capaz de transformar en nosotros para lograr sus planes, y siempre recordemos que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece (Filipenses 4:13). Esta unidad también anticipa el propósito y metas que caracterizarían a la iglesia cristiana; veamos Filipenses 1:27-28 “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, más para vosotros de salvación; y esto de Dios”.

También en este pasaje se muestra a los que trabajan con diligencia para la obra de Dios, como fueron los sacerdotes, levitas y las personas más humildes; entre ellos, se destaca Baruc que lo hizo con todo fervor (Nehemías 3:20); en contraste con los que fueron perezosos para hacerlo, como es el caso de los tecoítas, que no se prestaron para ayudar; a estos se les llamaba los “grandes”, haciendo referencia a su estatus social y económico, y que no quisieron involucrarse. En el libro de Nehemías se conmemoraron los nombres de todos los que repararon el muro, pues fue una obra de amor, patriotismo y servicio para darle tranquilidad y seguridad al pueblo de Dios en medio de tantos enemigos que lo rodeaban.

Tenemos que entender que la obra de Dios solo se hace con su poder; sin embargo, como en este caso, habrá personas en la iglesia que piensan que son demasiado sabias o importantes para trabajar arduamente, perdiéndose el privilegio de servir y ver la manifestación sobrenatural de Dios en sus vidas. Dios le dio sabiduría a Nehemías para que cada sacerdote reparara la pared frente a su propia casa, además de otras secciones; si cada uno era responsable de la parte del muro que estaba cerca de su casa, estarían más motivados para construir, no desperdiciarían tiempo trasladándose a otros lugares, estarían defendiendo su propia casa si eran atacados y harían de la construcción un esfuerzo familiar.

¡Qué hermoso ejemplo para hacer la obra de Dios en nuestra iglesia!, sentir que cada proyecto es propio y que es una tarea de todos; lo haríamos con más amor y entusiasmo. Pidamos al Señor que entendamos que Él necesita gente como Baruc para hacer el trabajo con responsabilidad, excelencia y gozo; saber que, con pocos Baruc, se puede transformar el mundo, así como Jesús lo hizo con sus 12 discípulos. Hoy sigamos el consejo de Pablo en Romanos 12:11 “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.  Oración.

«Señor enséñame a amar tu obra de tal manera que la realice con amor, responsabilidad, cuidado y entusiasmo, porque es para la construcción de tu reino en esta tierra; y para gloria y alabanza de tu nombre. Que nada me parezca demasiado cuando se trata de hacer tu voluntad. Llena mi corazón de fervor, diligencia y entrega para servirte. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

martes, 17 de octubre de 2023

Fruto de labios

 

Fruto de labios


“Y dirá: Allanad, allanad; barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado” Isaías 57:14-16

“He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré” Isaías 57:18-19

¡Qué palabra más hermosa que manifiesta el amor de Dios para nosotros! Las repeticiones tales como “allanad, allanad” y más adelante “paz, paz”, muestran el amor expansivo de Dios que va más allá del pueblo de Israel hasta todas las naciones de la tierra, mostrándose como el Dios Salvador, el libertador soberano, con su gran misericordia y paciencia, cristalizando así su oferta de gracia para el que está lejos como para el que está cerca. Pablo interpreta este pasaje como un anticipo a la inclusión de los gentiles dentro del plan de salvación de Dios; recordemos Efesios 2:17 “Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca”.

El Alto y Sublime Dios bajó a nuestro nivel para salvarnos, para vivificar a todos los quebrantados de espíritu, aquellos que le buscan y confían en Él. Para nosotros es imposible subir a su nivel a salvarnos a nosotros mismos, por eso, Jesús se despojó a sí mismo, se hizo semejante a los hombres y tomó la forma de siervo para ir a la cruz y extender su misericordia y su gracia sobre cada uno de nosotros, a pesar de ver nuestra vida llena de pecado (Filipenses 2:6-8).

¿Qué quiere Dios con esta oferta de gracia?, que confiemos en Él, es la única manera de ser salvados, sanados y restaurados. Lastimosamente el orgullo y la justicia propia son las piedras de tropiezo que hay en el camino que conduce al reconocimiento de Cristo. Por eso, Él dice que allanemos ese camino para que la gracia de Dios obre en nuestras vidas. Necesitamos humillarnos delante del Alto y Sublime y reconocer nuestra necesidad de su amor y salvación, reconocer nuestra condición de pecadores. Tendrá tierno cuidado de quienes reflexionan en su condición y temen su ira; hará su morada en aquellos que han humillado su corazón, para vivificarlos y consolarlos.

Dios “no contenderá para siempre con su pueblo”, porque nuestro espíritu sería aplastado por causa de nuestra rebelión contra Él. Dios ha visto nuestros caminos que son pecaminosos, sin embargo, extiende su misericordia para sanarnos, para restaurarnos; Dios nos conducirá por la senda del arrepentimiento para que seamos perdonados, porque no abandonará la obra de sus manos ni derrotará lo comprado por la sangre de su Hijo.

Hará que los hombres se vuelvan a Él con acción de gracias (Hebreos 13:15), como dice el pasaje de hoy: “He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios”; fruto de labios que prediquen, oren y confiesen su poderoso nombre.   Oración.

«Gracias amado Señor por sacarme de mi condición de pecador por medio de tu abundante gracia derramada en la cruz; por salvarme, sanarme y restaurarme al poner mi confianza en ti. Haz que por la influencia del Espíritu Santo y el nuevo corazón que me has dado, brote alabanza agradecida de mis labios, que me vuelva a ti de todo corazón y recuerde la promesa de Isaías 55:7 “deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

lunes, 16 de octubre de 2023

Dios nos convoca a orar


 

Dios nos convoca a orar

“En el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años” Daniel 9:2

“Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti. Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos. De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado” Daniel 9:3-9

La oración es la respuesta a la iniciativa de Dios. Daniel era un hombre con quien Dios habló de manera directa. En este caso, Daniel estaba estudiando el libro del profeta Jeremías, y la palabra escrita se apoderó de sus pensamientos y sintió el impulso de orar. Ojalá fuera igual para nosotros al escuchar o leer la palabra de Dios y prestar atención a todo lo que ya está determinado en ella, permitiendo que la profecía del fin de los tiempos nos mueva a orar más por este mundo perdido e interceder de la manera como Daniel lo hizo por el pueblo de Israel.

El propósito por el que Dios nos habla es convocarnos a orar; somos privilegiados al tener en nuestras manos la palabra escrita, puesto que las visiones pueden desaparecer; al igual que la voz de Dios o de otra persona que enseña o predica la palabra, esta puede borrarse poco a poco de nuestra mente. Debemos estar agradecidos que se nos ha dado la palabra escrita y el estímulo del Espíritu Santo, porque sus palabras no van a desaparecer. Daniel no necesitó oír una voz, se sintió atrapado por la promesa escrita de Dios; él observaba que los hechos que lo rodeaban contrastaba con las palabras escritas por Jeremías, esto le originó una tensión interior que lo llevó a interceder, había esperanza para su pueblo de regresar del exilio a su tierra natal.

Hay conflicto cuando tomamos la palabra de Dios superficialmente porque no sentimos preocupación por este mundo en caos; quizá la falta de clamor en nuestras vidas indica la falta de lectura de su palabra, que nos lleva a esa lucha espiritual interna y nos motiva a orar por otros. Nuestra tensión debería ser como la de Daniel al leer la palabra profética e interceder sobre lo que el Señor ya ha determinado para este mundo. La tensión por las cosas espirituales puede ser creativa y generadora de vida y cambiar nuestro enfoque al observar nuestra realidad y compararla con lo que Dios dice; esto haría que nos entregáramos más a la oración, a la súplica y al ayuno, para que el Señor responda a pesar de las situaciones que vemos.

Esta intercesión muestra los elementos básicos de la oración: adoración, confesión y súplica, apela a la misericordia para todos. Daniel destaca el carácter de Dios (Daniel 9:4); el Dios cuya majestad llena el universo y que mostró sus hechos poderosos para con su pueblo, pero también sus temibles juicios; el Dios cuyos pactos son inviolables y cuyo poder no tiene fin. Los ruegos, las súplicas de intercesión, solo pueden nacer de un corazón que conoce a Dios.   Oración.

«Padre amado cuán grande es tu nombre sobre toda la tierra, cuán bondadoso eres Señor, lento para la ira y grande en misericordia; hoy intercedo por este mundo perdido, todos hemos pecado y nos hemos separado de ti, desde los más grandes hasta los más pequeños, te ruego Señor extiendas tu misericordia sobre esta tierra y nos lleves al arrepentimiento, a convertirnos de nuestros malos caminos y a volver nuestra mirada a ti, ten piedad de nosotros Rey Salvador. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                     

domingo, 15 de octubre de 2023

¿Reconocen otros que hemos estado con Jesús?

 

¿Reconocen otros que hemos estado con Jesús?


“Y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto? Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús” Hechos 4:7-13

Un milagro hecho por los apóstoles Pedro y Juan desató la controversia y persecución de la iglesia; los primeros creyentes al ver a Cristo resucitado acrecentaron su fe, de tal manera que proclamaban sin temor que la sanidad del cojo se había realizado en el nombre y poder de Jesús, confirmando así su autoridad.

Tristemente los primeros impedimentos contra la misión de la iglesia eran de origen religioso interno, no de afuera. Los saduceos eran una minoría de la aristocracia rica y de gran influencia, tanto en el templo judío como en el gobierno; por eso les molestó mucho el milagro que se había dado, quizá, porque esto les restaría prestigio y poder para mantener sus relaciones amistosas con los romanos.

Eso seguirá ocurriendo cada vez que el poder de Dios se manifieste en medio de nosotros; así como en esa época, muchos hoy se levantan en contra de la resurrección de Jesús, desconocen la autoridad que tiene su nombre. La palabra resurrección sugería revolución y el establecimiento milagroso de un nuevo orden, por lo que los saduceos concluyeron que dejar avanzar este movimiento cristiano sería un caos, por lo cual pidieron el arresto de los discípulos del Señor.

Pero, por muchos opositores que haya, nadie podrá quitar nuestra fe en Jesús resucitado y reconocer su obra poderosa de transformación en nosotros, por haber creído en su nombre. Eso fue lo que le sucedió a Pedro y Juan cuando en el Sanedrín sus acusadores reconocían que ellos habían estado con Jesús, sabían que eran hombres sin letras e indoctos que ahora predicaban con denuedo el evangelio.

Eso nos debe recordar que la prueba más incontrovertible del cristianismo es la evidencia innegable del carácter cristiano en nuestra vida, el cual hemos recibido por el poder del Espíritu Santo. Nuestra vida es la Biblia que otros pueden leer, como dice 2 Corintios 3:3 “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”. Así como los apóstoles, no podemos dejar de hablar acerca de aquellas cosas que hemos visto y oído, determinando así que somos fieles a nuestra experiencia personal.

No sé cuánto tiempo llevemos de vida cristiana, pero lo que hará que otros vean a Jesús en nosotros es cuán estrechamente nos hemos relacionado con el Hijo de Dios, cuánto hemos asimilado sus palabras, su forma de mirar a las personas, de sentir y de hablar, además de ser llenos del Espíritu Santo para ser sus testigos.

Un discípulo que ha estado con Jesús se destaca en su manera de hablar, porque lo hace con autoridad, manifiesta convicciones firmes; nadie quebranta su fe, porque sabe en quién ha creído. A la pregunta hecha en Hechos 4:7 “y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?”, ellos contestaron: “sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano” (Hechos 4:10).

No olvidemos cuán poderoso es el nombre de Jesús, usémoslo entonces con sabiduría y reverencia, como dice Filipenses 2:9-10 “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”.   Oración.

«Amado Jesús, quiero que todos te vean a través de mi vida; por eso, por amor a tu nombre, estoy dispuesto a transmitir tu mensaje de que en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Me has dado autoridad, una convicción firme y la disposición para llevar el evangelio. Gracias por venir a salvar al mundo y por transformar la vida de todos los que creen en tu nombre, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito