martes, 31 de diciembre de 2019

El sacrificio de alabanza


El sacrificio de alabanza
“Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová”.
“Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres; Ofrezcan sacrificios de alabanza, Y publiquen sus obras con júbilo”.
“Te ruego, oh Jehová, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca, Y me enseñes tus juicios”
A medida que desarrollemos el hábito de la alabanza, tendremos días en los que nos será difícil reunir las fuerzas necesarias para alabar. Puede que hoy, ayer y anteayer hayamos alabado a Dios siete veces al día, y que le hayamos alabado con la misma constancia la semana pasada o el mes anterior. Pero llega el día en que simplemente nos es imposible proferir alguna alabanza. Son días en los que a uno lo agobia el dolor, la oscuridad total o los problemas más graves. En tales días, uno se encuentra tan agobiado que, incluso, derrama lágrimas de auto compasión. ¿Cómo es posible que en tales días podamos alabar a Dios? Si se siente herido, dolido y atribulado. Pues la respuesta más obvia no consiste en alabar, sino en lamentarse. Se siente que lo más normal sería murmurar en lugar de dar gracias, y no hay deseos de alabar ni se piensa en hacerlo.
Al tomar en cuenta las circunstancias y el estado en que uno se encuentra, pensamos que alabar no es lo más apropiado. En ese preciso instante deberíamos recordar que el trono de Jehová permanece inmutable, que su nombre no ha cambiado y que su gloria no ha mermado. Uno debe alabarlo simplemente por el hecho de que Él es digno de ser alabado. Uno debe bendecirlo por la sencilla razón de que Él merece toda bendición. Aunque uno esté agobiado por las dificultades, Él sigue siendo digno de alabanza; entonces, a pesar de estar angustiados, somos llevados a alabarlo.
En ese momento, nuestra alabanza viene a ser un sacrificio de alabanza. Esta alabanza equivale a sacrificar nuestro becerro gordo. Equivale a poner lo que más amamos, nuestro Isaac, en el altar.
Así, al alabar con lágrimas en los ojos, elevamos a Dios lo que constituye un sacrificio de alabanza.
¿En qué consiste una ofrenda? Una ofrenda implica heridas, muerte, pérdida y sacrificio. En presencia de Dios, uno ha sido herido y sacrificado. Delante de Dios, uno ha sufrido pérdida y ha muerto. (Ha perdido el mundo y ha muerto al pecado). Sin embargo, uno reconoce que el trono de Dios permanece firme en los cielos y no puede ser conmovido; y, entonces, uno no puede dejar de alabar a Dios. En esto consiste el sacrificio de alabanza. Dios desea que Sus hijos le alaben en todo orden de cosas y en medio de cualquier circunstancia. Oración.
Padre Nuestro que permaneces en el trono celestial, alto y sublime, digno de darte honor, honra y gloria. Merecedor de alabanza y adoración; Sacrificaré en tu tabernáculo sacrificios de júbilo, entonaré y cantaré salmos a tu nombre, por tu gran amor y misericordia que has tenido conmigo. Gracias Señor Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 30 de diciembre de 2019

Amor incomparable


Amor incomparable

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”, Romanos 5:8
Un hombre de gran edad decía: «no recuerdo que mi padre o mi madre me hayan dado un abrazo cuando niño». Y así muchas personas han vivido sin conocer el amor, otros han sufrido rechazo, y miramos las consecuencias. Hoy en día impera el odio, el rencor, se aborrecen unos a otros, hay guerras en diferentes países y se matan unos a otros sin siquiera conocerse.
¿Qué es el Amor? Hay tantas definiciones como hombres puedan existir. A la luz de la Biblia el amor es una inmutable generosidad de gracia divina y una inmensurable buena voluntad, que siempre busca el bien de la otra persona, sin importar lo que esta haga. Es, el amor, sacrificial cuando da libremente sin pedir nada a cambio. También tiene que ver con la voluntad, más que con los sentimientos, porque es una decisión y no una emoción. Dios decidió amarnos hasta dar la vida de su Único Hijo para morir en una cruz y darnos vida eterna, perdón de pecados y una vida abundante; esto es un amor incondicional por la humanidad.
Dice la Biblia: “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5), por tanto es el amor de Dios el que debe albergar nuestro corazón y con esta clase de amor tenemos que amar a los demás. Ese amor que nos habla Pablo en 1 Corintios 13:4 “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”.
Ahora, el amor no se expresa tan solo con palabras, sino con hechos. De qué nos hubiera servido a los humanos que Dios tan solo nos hubiera dicho «los amo»; no nos hubiera servido de mucho, pero Dios demuestra su eterno e incomparable amor a través de Jesucristo.
Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros de manera incondicional. Oración.
Amado Dios, te ruego que todo vacío de mi corazón por falta de afecto en mi vida, lo llenes con tu perfecto e incondicional amor, quiero refugiarme y vivir a plenitud en tu presencia, fuente inagotable de amor. ¿Quién me podría amar como tú lo haces? Solo tú mi gran Señor y quiero amarte con todas mis fuerzas, mi mente y mi alma, no me cansaré de decirte: Te amo mi Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 29 de diciembre de 2019

Vestíos del nuevo hombre, creado según Dios


Vestíos del nuevo hombre, creado según Dios
“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”, Mateo 6:31-32
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él”, Efesios 1:3-4
Se acerca el fin de año y la mayoría de la gente se aglomera en los almacenes, en los supermercados y se tensiona por los preparativos de la despedida de un año más, pero realmente es un año menos de vida y esto nos debería llevar a reflexionar cuánto hemos madurado espiritualmente, cuánto de nuestra anterior manera vana de vivir, nos hemos despojado. La Biblia dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, […] y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:22-24)
Dice la biblia que el que está en Cristo nueva criatura es y estar en Cristo es participar de todo lo que Cristo es y todo lo que Él hizo por nosotros, pues Dios nos bendijo con toda bendición espiritual en Cristo. Nos escogió con anterioridad, para hacernos sus hijos por medio de Jesucristo, y por su gracia tenemos el perdón de pecados, fuimos comprados con alto precio, su sangre derramada en la cruz, además nos hizo sobreabundar en toda sabiduría e inteligencia. Hemos recibido herencia incorruptible según su voluntad y quienes hemos creído, fuimos sellados con el Espíritu Santo de la promesa, para alabanza de su gloria. ¡Que abundante riqueza nos ha dado el Señor! ¿Qué más podríamos pedir?
Hermano todo lo que necesitamos para vivir una vida abundante como creyentes, es permitir que Cristo viva en nuestro corazón, solo en Cristo estamos completos, pues nuestro destino es el Cielo y una eternidad en su presencia. Oración.
Padre amado, cada día me despojo de la manera vana de vivir, de toda iniquidad de mi corazón, de toda maldad y de todo afán del mundo. Hoy me apropio de las bendiciones que tú me has dado y me visto del nuevo hombre escogido por ti, lleno de misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre, paciencia, perdón y sobre todo de amor, que es el vínculo perfecto. Te amo Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 28 de diciembre de 2019

Quiero permanecer firme y constante


Quiero permanecer firme y constante
«Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”, 1 Corintios 15:58
Pablo escribe esta carta a la iglesia situada en la ciudad de Corinto, un puerto famoso por su decadencia, corrupción y prostíbulos, que servían a los marineros que llegaban ahí. Sabemos que la iglesia de Corinto era problemática, pues los creyentes estaban divididos luchando unos contra otros por tomar la dirección de la congregación, iban a los prostíbulos con regularidad, llevaban una vida sexual desordenada, entablaban demandas legales entre ellos en los tribunales paganos. Por lo tanto, Pablo llama a los corintios a afirmarse, precisamente porque eran débiles en la fe y a crecer en la obra de Cristo.
Ahora bien, para alcanzar un crecimiento espiritual hay que tomar la firme decisión de caminar en integridad, sin la cual no se alcanza la madurez espiritual, ni se recibe el bien. La Biblia nos dice: “Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad” (Salmo 84:11). Tal vez hoy la integridad no parezca importante, pero la falta de ella traerá consecuencias amargas. Ser íntegro, significa que nuestras acciones concuerdan con nuestras palabras y nuestro comportamiento refleja lo que realmente somos. Hemos sido llamados a caminar en integridad. David dijo: “Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié. Integridad y rectitud me guarden, porque en ti he esperado”. (Salmo 25:20-21)
Hermano, la Biblia nos habla de forma personal y profunda, como si estuviéramos en batalla, nos pide que estemos firmes e inquebrantables, sabiendo que todo lo que hacemos por la obra, es tomado en cuenta por el Señor, pues el trabajo con el Señor no es en vano. Oración.
Amado Señor, me has llamado a estar firme e inconmovible, a crecer constantemente en la fe de Jesucristo, y esto requiere de integridad, y por ello te ruego me ayudes en mis debilidades; ya no quiero ser igual, quiero renovarme para glorificarte y adorarte con un nuevo corazón. Te amo Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 27 de diciembre de 2019

Dios da buenas dádivas a los que le piden


Dios da buenas dádivas a los que le piden
“¿Qué hombre hay de vosotros, que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”, Mateo 7:9-11
Dios es infinitamente bueno, Él da buenas cosas a los que le piden, e inclina su oído al clamor de sus hijos, está atento a la oración de su pueblo y sus respuestas son las mejores.
Jesús hace referencia en primer lugar al alimento “pan y pescado”, esta es una necesidad básica del ser humano y por la cual el hombre se preocupa mucho, pero Él nos recuerda que por su amor y clemencia nos cuida y nos da su provisión cuando le piden sus hijos.
El padre terrenal siempre busca el bienestar de sus hijos, sin duda, él escucha atento cuando sus hijos lloran o gimen y se preocupa por cubrir sus necesidades; cuanto más lo hará nuestro Padre celestial. La biblia dice: “Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien” (Salmo 34:10). Sus manos siempre están llenas de provisión. David declara: “joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.” (Salmo 37:25). El testimonio de la provisión de Dios siempre será visible en la vida de aquellos que lo buscan en el lugar secreto.
Es clara la Palabra cuando nos dice que nos dará “buenas cosas”, y sin duda, según su criterio, serán las mejores cosas para nuestra vida, todas aquellas que nos convienen y nos conducen a su maravilloso plan divino.
Leemos en la biblia que el rey Salomón, pidió a Dios que le diera sabiduría y ciencia para gobernar correctamente al pueblo de Israel, y Dios le dijo: “Por cuanto hubo esto en tu corazón […] sabiduría y ciencia te son dadas, y también riquezas, bienes y gloria como nunca antes tuvieron los reyes de Israel” (2 Crónicas 1:10-12).
Hermano, Dios es poderoso para darnos mucho más de lo que pedimos o entendemos, por supuesto, de acuerdo a sus planes y voluntad. La Biblia dice: “mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4:19. Oración.
Amado Señor, me acerco a ti en lo secreto de mi oración, buscando tu presencia y ver la provisión sobrenatural en mi vida. Confío que seré protegido y cuidado por ti, tus promesas son firmes, pues tú dices que “No quitarás el bien a los que andan en integridad” y que tú Jehová eres mi pastor; nada me faltará. Te amo Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 26 de diciembre de 2019

Busca a Jesucristo con diligencia


Busca a Jesucristo con diligencia

“[Jesús] Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de Él, vino y se postró a sus pies. La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama”, Marcos 7:24-30
Hemos vivido o tal vez hemos escuchado acerca de situaciones que parecen insólitas al seno de las familias, se desatan riñas sin motivo, se arman y se hieren con lo que encuentran, los hijos le pegan a sus padres, y parecen poseídos por demonios. Esta es una gran actividad del reino de las tinieblas, pero la Biblia nos enseña que con Cristo somos más que vencedores.
El pasaje leído cuenta que el Señor Jesús quería estar a solas, quería estar en aquella casa sin que nadie lo supiese y aparece una mujer que lo busca, y lo hace intensivamente, pues lo encontró donde Él se estaba escondiendo de la gente. Notemos la diligencia con la que esta mujer llegó a la presencia de Jesús, pues su situación era difícil, porque tenía una hija que estaba siendo abatida por un espíritu inmundo, y ese aprieto familiar hizo que ella acudiera a Jesús, de quien había oído hablar anteriormente y creyó que en Él encontraría la solución.
Esta mujer era sirofenicia y por tanto no sería bien recibida por los discípulos ni por aquellos judíos que estaban con Jesús, pero su fe y gran humildad hizo que el poder de Cristo obrara a su favor. Ella perseveró hasta estar delante de Jesús y al llegar ante Él se postró a sus pies, reconociendo su gran poder.
Ahora, debemos tener discernimiento del mundo espiritual, identificar los espíritus inmundos, que puede verse reflejado en situaciones extrañas, conflictivas y depresivas hasta provocar locura, alteraciones de comportamiento y sólo Jesús puede restablecer, curar, renovar y liberar.
Precisamente para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Cristo, hoy día sigue haciendo milagros, sanando, restaurando, liberando a los cautivos.
Hermano, es tiempo de reflexionar ¿cómo está nuestra familia? ¿Cómo están nuestros hijos? Es tiempo de clamar, rogar y buscar la presencia de Dios, pues todo poder demoniaco en su presencia se desvanece. Oración.
Amado Señor, hoy veo con gran tristeza situaciones espeluznantes dentro de algunas familias, por lo cual acudo a ti, busco tu presencia con diligencia, y coloco la congregación, mi familia y mi vida en tus manos para que en el nombre de Jesucristo toda acechanza del diablo se desvanezca. Quiero vivir bajo el abrigo del Altísimo, porque sólo allí estoy seguro. Te amo Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 25 de diciembre de 2019

Los tesoros en el cielo no se agotan


Los tesoros en el cielo no se agotan
«No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón», Lucas 12:32-34
El Señor Jesús lleva a sus discípulos a poner sus ojos en el reino de Dios para que su proceder sea generoso y de servicio aquí en la tierra, y esta palabra de hace dos mil años es tan fresca que nos habla también a nosotros. Solo Dios conoce el corazón del hombre cuan avariento es, cuan pegado a las cosas materiales vive, por eso nos habla de esta manera.
Vemos con claridad casos en la Biblia cómo las cosas materiales pueden ser como el hueso que provoca una pelea entre dos perros callejeros: es el caso dramático en el Antiguo Testamento en la ciudad de Samaria, cuando el hambre hace que dos mujeres acuerden matar y comer a sus hijos, pero la segunda esconde al suyo y no lo mata. Brota una pelea, y las dos mujeres acuden al rey para exigir una determinación (2 R 6:26-30).
Asimismo, vemos cuando un hombre se acerca a Jesús pidiendo que obligue a su hermano a partir la herencia con él, el Maestro le responde: “Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15) Jesús aprovecha la ocasión para advertirle que el mayor problema es la avaricia que se asienta en el corazón del hombre.
Jesús también cuenta la parábola del rico insensato diciendo: “La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios” (Lucas 12:16-21).
Hermano, plantea en tu vida la perspectiva correcta sobre la posesión de los bienes materiales, grava en tu corazón esta palabra: “haceos tesoros en el cielo, … Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (Mateo 6:20-21) Oración.
Padre Bueno, ayúdame a quitar de mí toda avaricia, todo apego al dinero y a los bienes materiales, a tener un corazón dadivoso y caritativo, pues tú amas al dador alegre y cuanto más se abra mi mano para dar, más abierta queda para recibir de tu gracia y tu bondad que es inagotable. Gracias Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 24 de diciembre de 2019

Nuevas de gran gozo


Nuevas de gran gozo
“Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor”, Lucas 2:8-11
En gran número de países del mundo se celebra la navidad y se asocia con luces, árboles adornados, pesebres, comidas, bebidas, regalos, etc., y no pasa de ahí. Miremos un pesebre, el menos visible es el niño del pesebre y quizá hoy en día es la situación en la que vivimos, no percibimos la presencia del Dios viviente.
Ahora, vemos la importancia que se da a los reyes magos de tal manera que se celebra fiesta de reyes, éstos eran hombres dedicados a la astronomía y venían siguiendo una rara estrella que los guiaba lejos de su tierra y anunciaba el nacimiento de un rey. Ellos llegaron al sitio donde la estrella se había parado, entraron donde estaba el niño, abrieron sus tesoros, le ofrecieron: oro, incienso y mirra.
En cambio, para los pastores que conocían y esperaban la promesa del Mesías, Dios envió un mensajero muy especial dándoles todas las instrucciones diciéndoles: “os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” Los pastores se regocijaron, pues era el cumplimiento de una profecía tan esperada. Ese privilegio lo tuvieron los pastores, pues a ellos Dios mismo les da el mensaje, en cambio a los reyes magos son guiados por una estrella.
Hay muchos que aun teniendo a Dios delante manifestado en Cristo, no lo reconocen, no lo aprecian, a ese tipo de personas solo los deja con señales o mensajes silenciosos como la estrella, pero aquellos que tienen humildad, que bajan su corazón, y están dispuesto a oír lo que Dios dice, Dios se revela y muestra de manera sobrenatural lo que Él significa.
Jesús dijo: bienaventurados los humildes porque ellos verán a Dios, bienaventurados los pobres en espíritu, los que reconocen su debilidad, su necesidad y su dependencia porque ellos serán saciados, así como sucedió con los pastores que la gloria del Señor los rodeó de resplandor. Oración.
Amado Señor, que el verdadero significado de la Navidad sea la motivación para adorarte y glorificarte. Has nacido como mi Señor y mi Salvador en el pesebre de mi corazón, vive en él con todo tu poder y que tu gloria resplandezca sobre mí. Te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 23 de diciembre de 2019

Consejo de Dios: sabiduría e inteligencia


Consejo de Dios: sabiduría e inteligencia
“En los ancianos está la ciencia, y en la larga edad la inteligencia. Con Dios está la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y la inteligencia”, Job 12:12-13
Todos acumulamos años de vida llenos de experiencias, pero no son los años los que dan sabiduría, pues la sabiduría viene de vivir las experiencias con Dios a través de sus verdades y revelaciones. David decía: “Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin” (Salmo 119:33)
No todos estamos dispuestos a aprender, porque pensamos que lo sabemos todo y hemos cerrado la mente al aprendizaje, pasando por la vida con suprema autosuficiencia. Así era el pueblo judío, dice la Biblia: “Muchas veces los libró; mas ellos se rebelaron contra su consejo, y fueron humillados por su maldad. (Salmo 106:43)
Cuántas veces nosotros hemos desechado las amonestaciones de Dios, hemos sido indiferentes a su Palabra, pero es sabio escuchar el consejo, sabio aprender de las experiencias, sabio aprender de las lecciones de vida de otros, o sea, es bueno querer aprender, saber observar y saber escuchar. Jesús dijo: «Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”. (Lucas 11:28)
Dice también la Biblia: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti”. (Salmo 32:8-9)
Hermano, el Señor quiere instruirnos, guiarnos y aconsejarnos, por eso nuestra respuesta debe ser de sometimiento y aceptación a Él. Puede ser que tengamos la fuerza del caballo, pero, aun así, como éste, necesita ser sujetado con freno en su boca para que quien lo monta pueda dirigirlo. Oración.
Señor, reconozco mi condición de pecador, de creerme autosuficiente, pero me acerco a ti con corazón humillado para oír tu Palabra, tu consejo y adquirir ciencia y sabiduría, porque sólo en tu boca está la inteligencia. Te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 22 de diciembre de 2019

Tiempo de regocijo, paz y amor


Tiempo de regocijo, paz y amor
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”, Filipenses 4:6-7
Se acerca la Navidad y vemos cómo este tiempo se ha convertido en una época exclusivamente de regalos, reuniones sociales, banquetes y licor, las casas y las calles se han llenado de luces, pero Jesús que es el protagonista de la celebración no ha sido invitado; aquel que dijo “Yo Soy la Luz del mundo” está ausente.
El mundo ignora que sin Jesucristo en el corazón, la navidad simplemente, es una festividad más. Termina este tiempo de festín y de nuevo se enfrentan a las preocupaciones, deudas, desesperanza, conflictos y ansiedad.
El tiempo de navidad, nos debe recordar el pacto que Dios hizo con su pueblo para redimirlo, el inicio de una vida triunfante y victoriosa, pues fue la apertura del camino al reino de Dios que estaba cerrado por el pecado. Este es tiempo de regocijarnos en el Dios de nuestra salvación, es tiempo de paz y amor.
Hermano, invita a aquel que es paz y amor, a Jesucristo, para que sea el Señor y salvador de tu vida, Él alegrará tu corazón no solo por un mes, sino por el resto de tus días. Solo Él puede dar la paz tan anhelada, esa paz que sobrepasa los pensamientos del hombre. Depende de ti vivir en paz o vivir ansioso, pues el Señor dice: “Por nada estéis afanosos”. Oración.
Padre Amado, te ruego por quienes acuden a este devocional, para que sus corazones sean tocados por ti, que vivan el verdadero sentido de la navidad, que huya la insignificancia y se llenen del amor y la paz que solo proviene de ti. Que tu presencia permanezca en medio de sus familias, en estos tiempos de disolución. Te amo Señor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 21 de diciembre de 2019

Buenos administradores de la gracia de Dios


Buenos administradores de la gracia de Dios
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las Palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo, sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”, 1 Pedro 4:7-11
Han transcurrido alrededor de dos mil años, desde cuando Pedro escribió esta epístola, y como él mismo escribió: “que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”, pues dos mil años equivaldrían a dos días que no son nada comparados con la eternidad, por eso Pedro escribe “el fin de todas las cosas se acerca”, pues cada día que pasa se acerca aún más el regreso del Señor Jesucristo, por tanto, debemos asegurarnos de estar cumpliendo con los mandatos de su Palabra, la Biblia dice: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”. (Mateo 24:42).
No olvidemos, hay un día señalado para esa gloriosa venida de Cristo, que pude ser hoy, puede ser mañana o cualquier día, así que los creyentes debemos vivir cada día como si fuera el último, siendo sobrios, sabios, hospitalarios, velando en oración, teniendo un ardiente amor entre los que nos rodean y expresándonos con palabras sazonadas que edifiquen a los oyentes.
Es extraordinaria la multiforme gracia de Dios que nos ha sido dada, pero qué gran responsabilidad es ser buenos administradores de esa gracia divina e incomparable, la cual solo se logra con el poder y fuerza que Dios da, para que en todo sea glorificado por Jesucristo.
Hermano, debemos dar prioridad a las cosas eternas e invisibles, conscientes de que hoy pudiera ser el día de la venida de Cristo. También, vivir la vida que Dios nos llama a vivir al preservar nuestra comunión con él, profesar el amor a los hermanos y concentrarnos en el servicio a Dios. Oración.
Padre eterno, mientras espero la gloriosa venida de Jesucristo, viviré en sobriedad, velando en oración y acción de gracias. Ayúdame Señor a profesar un ferviente amor por los demás, a ser caritativo y buen administrador de la Gracia divina que me ha sido dada, pues tuyo es el honor, la honra y la gloria por los siglos de los siglos, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 20 de diciembre de 2019

Presencia de Dios en tu vida


Presencia de Dios en tu vida

“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz”, Salmo 139:7-12
Este salmo nos da prueba de la Omnipresencia de Dios, o sea, Él está en todo lugar y en todo tiempo, un atributo, sólo de Dios. Muchas veces hemos buscado la noche, hemos cerrado las cortinas, nos hemos ocultado en cuatro paredes para pecar deliberadamente, pero a los ojos de Dios todo está descubierto. La Biblia dice: “Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos”. (Proverbios 15:3)
Debemos tener completa convicción que cuando recibimos a Jesucristo en nuestro corazón, como Señor y único Salvador, el Espíritu Santo viene a nuestra vida y nos sumerge en Él y permanece con nosotros todos los días de nuestra vida, revelándonos las verdades del Reino de los cielos y ayudándonos en nuestras debilidades.
Dios es ineludible, ¿a dónde huiremos de su presencia?, pues no hay lugar para esconderse de Dios, aunque pretendamos ocultarnos entre sombras, como lo hizo Adán y Eva que se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto, así como también ocurre que ignoramos la omnipresencia del Santo Espíritu y somos indiferentes a sus manifestaciones.
Recordemos, cuán gran privilegio tenemos los creyentes, Dios siempre está a nuestro lado, cuida nuestra salida y nuestra entrada, nos estrecha y nos guía con su mano derecha y la noche resplandecerá alrededor de nosotros. Dios está allí aunque no lo percibamos.
Hermano, vive tu vida en santidad, camina en la presencia del Señor y tu vida será transformada, para la gloria de Dios. Oración.
Amado Dios, perdóname porque quizá muchas veces me oculté tras las sombras, ignorando que tu mirada estaba puesta en mí. Hoy y siempre quiero vivir y caminar en tu presencia, bajo tu dulce y tierna contemplación, haciendo tu santa, buena, agradable y perfecta voluntad. Gracias Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 19 de diciembre de 2019

Espíritu Santo eres Maestro e Intercesor


Espíritu Santo eres Maestro e Intercesor

“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”, Romanos 8:26-27
Jesús les comunicó a sus discípulos que era necesario que él se fuera pero no los iba a dejar huérfanos, enviaría al Espíritu Santo, quien los guiaría a toda verdad, los instruiría en todo y les recordaría todo lo que les había dicho. Jesús era su maestro, pero al regresar al Padre prometió mandar un nuevo maestro, el Espíritu Santo.
Del mismo modo que nos enseña las verdades sobre Jesús y el Padre, el Espíritu Santo nos enseña a orar y aún más, ora con nosotros cuando no sabemos hacerlo. EI Espíritu conoce nuestra debilidad e intercede por nosotros con gemidos que no pueden ser expresados en palabras humanas. Cuán significativo es que esa intercesión sea de acuerdo con la perfecta voluntad de Dios.
Ahora, es Dios quien escudriña el espíritu de todas las personas, así como también Él conoce las intenciones de nuestro corazón, sean buenas o malas, porque nuestros pensamientos no están ocultos a Él. La Biblia dice: “Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”. (Jeremías 17:10). Dios nos da la oportunidad de escoger el camino, si el de la vida o de la muerte, si aceptamos a Jesucristo en nuestro corazón o lo rechazamos o si aceptamos ser hijos de Dios o hijos del padre de la mentira.
Pablo da testimonio y dice: «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. […] El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo». (Romanos 8:14-17a)
Por lo tanto, el Espíritu Santo trabaja activamente en nuestra vida, para guiarnos, enseñarnos e interceder por nosotros siempre. El Espíritu Santo nos muestra nuestra identidad de hijos de Dios y confirma en nuestros corazones que Dios es verdaderamente nuestro Padre. Oración.
Padre Bueno, que privilegio me has concedido sin merecerlo, al bautizarme con tu Santo Espíritu, pues Él me enseña la Verdad y me revela tus secretos, Él es mi Maestro, el Mediador en mis caídas, la fortaleza en mi debilidad y clama por mí con palabras celestiales. Gracias Señor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 18 de diciembre de 2019

Levántate y haz tu parte que Cristo hace el milagro


Levántate y haz tu parte que Cristo hace el milagro
“Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo”, Juan 5: 2-9
Jesús hablaba con autoridad, daba sus mandamientos a los hombres, y en la medida que éstos obedecían recibían los milagros.
Cuando Jesús le pregunta al hombre si quería curarse, pareciera que es una pregunta que no cabe. ¿Quién no quiere sanarse? El hombre había esperado treinta y ocho años y quizá ya había perdido la esperanza, hasta es posible que en lo más íntimo de su corazón se sintiera satisfecho de seguir siendo un inválido, porque, si se curaba, tendría que enfrentarse con el peso de la vida y sus responsabilidades. Pero la respuesta de este hombre fue inmediata. Quería curarse, aunque no veía cómo, puesto que no había nadie quien lo ayudara.
Hoy igualmente se presenta esta situación con nosotros, pues Jesús viene y nos dice: “¿Realmente quieres cambiar?” Si en lo más recóndito de nuestro corazón estamos contentos con ser como somos, no puede haber ningún cambio, porque el deseo de las cosas divinas debe inflamar nuestro corazón. Jesús, pues, le dijo al hombre que se levantara, pues es como si le hubiera dicho: “¡Hombre, doblega tu voluntad! Haz un esfuerzo supremo y tú y yo lo lograremos juntos”. El poder de Dios no prescinde del esfuerzo del hombre. Dios le dijo a Josué: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente” (Josué 1:9).
Ningún hombre puede vegetar, y esperar que suceda el milagro. El milagro sucede cuando nuestra voluntad y el poder de Dios cooperan para hacerlo posible. “Levántate” le dijo. Ciertamente, Jesús estaba ordenando al hombre que intentara lo imposible. El hombre podría haber dicho, que eso era exactamente lo que no podía hacer, que durante treinta y ocho años el lecho había sido su soporte. Pero una vez más, el hombre hizo el esfuerzo a la par de Cristo, y sucedió el milagro.
Hermano, aquí tenemos el camino para lograr lo que anhelamos. Hay tantas cosas en este mundo que nos vencen, nos derrotan y se apoderan de nosotros, pero el esfuerzo y la fe en Cristo harán manifiesto su poder y el milagro vendrá.  Oración.
Amado Señor, he vivido postrado y agobiado por la carga del pecado que por años se arraigó dentro de mí, pero hoy me he levantado y me he sumergido en las aguas de tu palabra que lava, purifica, santifica y restaura. Gracias señor porque soy nueva criatura en ti. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 17 de diciembre de 2019

Dios usa nuestras vidas


Dios usa nuestras vidas
«Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres»
Dios usó a Elías en el monte Carmelo para hacer descender fuego desde el cielo sobre los profetas de Baal. Y sin embargo se desplomó bajo las amenazas de Jezabel. Como fugitivo, huyendo de la reina, y deseando morirse. En el momento en que desvió su atención de Dios al enemigo, se vio desbordado. Entonces el Señor le volvió a hablar, aunque esta vez no lo hizo de forma espectacular, sino con “un silbo apacible y delicado”, llevándole a un lugar apartado para que descansara y pasara tiempo con Él. Cuando la nación volvió a ver a Elías después de este episodio, éste ya se había fortalecido espiritualmente.
Entonces, responde a la pregunta: “¿Has desviado tu atención, de Dios a “las cosas que tienes que hacer”? Si es así, necesitas tiempo a solas con Dios. Cuando Él te llame para que te apartes a
descansar, hazlo inmediatamente
Hay dos peligros que le siguen a todo triunfo: Primero, pasar demasiado tiempo escuchando los elogios del mundo. Segundo, dar por hecho que tienes todo lo necesario para triunfar en tus propias fuerzas. Si haces una de esas dos cosas, te desconectas de Dios, la fuente de toda fortaleza. David exclamo: “El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?”. Sólo puedes ser audaz y valeroso si tu fe está cimentada en Dios.
Además, Dios envió a Eliseo para que asistiera a Elías; Él también puede enviar a la persona adecuada para ayudarte a ti. Él sabe lo que necesitas para volver a levantarte y seguir adelante. Oración.
Padre Amado, te ruego que mis pensamientos sean cautivados por ti, que mi atención se centre en tu Palabra para que mi fe se fortalezca, y mi confianza esté cimentada en tu ley. Quiero servirte con toda firmeza, integridad y santidad. Te amo Señor. Amen.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 16 de diciembre de 2019

Evaluando mi vida


Evaluando mi vida
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”, Salmo 139:23-24
Hoy vivimos una vida extremadamente activa o tal vez muy acelerada, sin hacer un alto en el camino para evaluar nuestra vida, para reflexionar sobre lo íntimo de nuestro ser y esto nos lleva a cometer los mismos errores o pecados y seguimos cargando con las mismas culpas. Un maestro escribió: “El hombre tiene muchas pieles en sí mismo, que cubren las profundidades de su corazón. El hombre conoce tantas cosas y se desconoce a sí mismo”.
Qué bueno es volver los ojos hacia adentro y con el lente del Espíritu Santo, mirar nuestro propio corazón y nuestra propia alma, y con lápiz y papel hacer un diario espiritual que exprese cómo es nuestro andar con Dios, pues a nuestro parecer podemos creer que estamos obrando correctamente, pero solamente en su presencia conocemos si hay en nosotros camino de perversidad y sólo Jesucristo nos puede guiar en el camino eterno.
Ahora, no es fácil reconocer los propios errores y menos cuando creemos no tenerlos, David decía: “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; que no se enseñoreen de mí; entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío”. Salmo 19:12-14
Esta era la actitud de David delante de Dios, abría su corazón para ser examinado, pues sólo Dios sabe y muestra lo que hay en él, y nos ayuda a despojarnos de toda maldad.
Hermano, camina con Dios hacia tu interior y conócete a ti mismo, despójate de toda maldad y no dejes que nada, ni nadie, ocupe el lugar de Dios en tu vida. Oración.
Oh mi Dios y mi Rey, me presento delante de ti descubriendo mi corazón para que tú lo examines y mires si aún alberga perversidades, ayúdame a despojarme de toda maldad y coloca en mí un nuevo corazón y un espíritu renovado que camina hacia el reino de Dios. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 15 de diciembre de 2019

Quiero levantar alas como las águilas


Quiero levantar alas como las águilas
“Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”, Isaías 40:29-31
El Señor Jesús dijo: en el mundo tendréis aflicción, pues él no vino a prometernos una vida color de rosa. Porque su propósito fue más alto y sublime: darnos la salvación eterna, una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible.
En nuestro diario vivir, todos afrontamos necesidades y aflicciones que nos agobian, nos cansan y fatigan, a veces hasta agotar todas nuestras fuerzas; y aquí el profeta recuerda cómo renovar nuestras fuerzas y dice: “los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas” o sea, los que dependen y esperan en Dios, manteniendo su fe en medio de la adversidad, tienen nuevas fuerzas a cambio de su debilidad.
Es fantástica la asimilación que la Biblia hace de levantar alas como las águilas, pues a los 40 años las águilas están envejecidas y tienen que renovar sus garras, su pico y su plumaje en un doloroso proceso, de lo contrario morirían; y cuando de nosotros se trata, cuando tenemos que someternos a un proceso de cambio, no es fácil, pues tenemos que empezar por renovar nuestra manera de pensar, despojarnos del viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos del mundo, dejar tanto orgullo y arrogancia, así como el águila sacó su pico con la peña para que crezca uno nuevo. Además, las águilas usan su fuerza solamente para iniciar el vuelo, baten sus alas y se esfuerzan hasta ganar cierta altura, y allí aprovechan la fuerza de los vientos y se dejan llevar por ellos. Qué extraordinaria semejanza con nosotros, sólo tenemos que tomar la decisión de aceptar a Jesucristo como único Salvador y su Santo Espíritu nos ayudará a remontarnos a las alturas. David dijo: “Dios es el que me ciñe de poder, y me hace estar firme sobre mis alturas” (Salmo 18:32-33b).
Hermano, dispongámonos a una total renovación, porque si no lo hacemos, caemos en una parálisis espiritual y emocional y será difícil levantar el vuelo. No hay duda de que seremos fuertes sólo en el poder de Dios. Oración.
Amado Dios, he tenido momentos donde las fuerzas se me agotan, momentos llenos de impotencia, pero tú extendiste tu mano a mí, y me diste nuevas fuerzas para levantar alas como las águilas. Hoy mi esperanza y mi confianza están puestas en ti, y te clamo como David decía: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” Gracias Señor, Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 14 de diciembre de 2019

No seas sabio en tu propio concepto


No seas sabio en tu propio concepto

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal”, Proverbios 3:5-7
Muchos tienen su seguridad y confianza en sus propias fuerzas, en sus capacidades y habilidades, en su inteligencia, en su empleo, en el dinero que poseen. Seguramente les irá bien, pero caminan lejos de la voluntad de Dios, pues no hay mayor enemigo para el temor del Señor que la arrogancia de su propia sabiduría.
Temer a Dios significa obedecer su Palabra, pues Él sabe lo que es correcto y lo que es bueno para cada uno. Dios está profundamente interesado en el ser humano y por eso ha dictado mandamientos y estatutos para protegerlo.
Ahora, al hombre le corresponde tomar la decisión de confiar y obedecer a Dios o hacer según sus propios criterios confiando en sí mismo. Ambas opciones traen resultados. El obedecer a Dios resulta en bendición, pero desobedecer resulta en maldición.
Pablo le dijo a Timoteo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15). En otras palabras, el consejo dice: “Confía en el Señor de todo tu corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él allanará tus sendas”
Confiar en el Señor con todo nuestro corazón, es lo que Él mismo nos solicita y sabemos que esto sólo puede lograrse a través de la fe en Jesucristo. Confiar es depender de Él, y también buscar ser guiados por su Palabra en cada circunstancia de nuestra vida.
Hermano, confiar en el Señor trae recompensa y bendición, pues nos diseñó para tener una dependencia absoluta de Él y todas las decisiones necesitan de la guía de Dios. Oración.
Amado Señor, he cometido errores y decisiones equivocadas, por apoyarme en mi propia sabiduría y la búsqueda de mi propio camino. Hoy decido confiar plenamente en ti, despojarme del orgullo de creer que no me equivoco. Me aferro a tus mandamientos, y los grabo en mi corazón, para poder hacer como tú quieres. Elijo tu sabiduría, pues tú conoces lo que es mejor para mí. Tu forma de actuar está por encima de la mía. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 13 de diciembre de 2019

Protocolo de la realeza


Protocolo de la realeza
“En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”, Salmo 6:1-5
Pertenecer a una familia real tiene múltiples privilegios como lo es el poder, la riqueza y lujos, pero también significa seguir ciertas reglas, muchas de las cuales insólitas. No cualquiera puede tener una audiencia con un rey o un presidente, pues para lograr entrevistarse hay que seguir un estricto protocolo. Ahora, en el campo espiritual, ¿qué protocolo debemos seguir para presentarnos ante el Rey de Reyes? ¿qué debemos cambiar para lograr mayor nivel de intimidad con el Creador?, o ¿simplemente nos quedaremos en el pórtico fuera del palacio, sin pasar detrás del velo al lugar santísimo donde sólo pocos logran entrar?
En primer lugar sabemos que hay un sólo camino para llegar al Rey y es Jesucristo, pero muchos sólo pasaron la puerta del palacio y se quedaron allí; sin embargo, para entrar en la recámara del Rey y permanecer en la intimidad del lugar santísimo, debemos dejar de ser como somos, villanos, y acomodarnos a los protocolos del reino de Dios, porque muchas veces pretendemos que el Rey se acomode a nuestra manera de ser, de pensar y de actuar. Nos aferramos a los prototipos mundanos y nos repetimos: “yo soy así y punto”, y no queremos aprender cómo llegar al Rey, mucho menos ofrendar lo que Él pide. Si no tienes nada que ofrecerle, pues ofrécete a ti mismo en obediencia, santo y agradable a nuestro Rey.
Isaías tuvo una gloriosa visión de un Dios que reina, que está sentado en un trono alto y sublime, y su túnica cubría el templo; ese es el lugar santísimo detrás de la cortina de santidad que envolvió a Isaías purificándolo primeramente de su pecado.
Hermano, ¿Dios es Soberano en tu vida, es tu Rey? Seamos sobresalientes aprendiendo el protocolo para entrar al Rey y ser parte de sus escogidos. Oración.
Amado Señor, eres el Rey eterno, y solo a ti te daré la gloria, el honor y la honra. Tú eres el Rey de Reyes y el Señor de señores, a ti elevaré mi canto de adoración y con mis labios purificados con fuego exclamaré: “Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos, la tierra está llena de tu gloria”. Te alabo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 12 de diciembre de 2019

Escucha a Jesús y echa la red en su nombre


Escucha a Jesús y echa la red en su nombre “Aconteció que, estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red”, Lucas 5:1-5
La fe viene cuando se oye la palabra de Dios, cuando se tiene un anhelo profundo por oír la voz de Dios. La Biblia dice que la gente se amontonaba para oír las enseñanzas de Jesús. Ellos anhelaban la palabra del Señor. El salmista dice: “¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca”, Salmos 119:103.
Genesaret, significa: “Jardín de riquezas”, “Jardín del príncipe”, y esto es lo que ellos allí encontrarían: a Jesucristo, el Hijo de Dios, enseñando las riquezas de la revelación del reino de Dios. Jesús está enseñando en todo lugar, en todo momento, en toda circunstancia, a través de sus sermones y su ejemplo, pero en aquellos días, así como hoy, no siempre estamos dispuestos a aprender. Fácilmente las circunstancias adversas nos afligen, y nos perdemos de grandes enseñanzas. Por eso, muchas veces superamos la dificultad por su misericordia, pero sin aprender la enseñanza contenida en la prueba.
Jesús les enseña desde la dificultad, veamos: “ellos lavaban sus redes” y “nada habían pescado”, había desánimo, decepción, y fatiga. Les enseñaba desde su lugar de trabajo: la barca. Así hace con nosotros, nos sigue enseñando, ya que Él nunca dejará de ser nuestro Maestro; pero debemos tener un corazón dispuesto a aprender, manso y humilde.
Tengamos presente que la fe es una prueba de confianza donde el discípulo deposita su corazón en las palabras de su Maestro. Pedro venía de pescar toda la noche, las redes estaban ya lavadas y Jesús le ordena volver a pescar. Jesús era Maestro de las Escrituras y no pescador, sin embargo, Pedro le dice: “en tu palabra echaré la red”.
Hermano, la obediencia debe imponerse sobre la razón, pues el razonamiento es un obstáculo para los milagros, y así como Pedro en dicha ocasión, obedezcamos a pesar de las adversidades. Oración.
Señor Jesucristo, muchas veces he sido como aquellos pescadores que han trabajado mucho sin lograr nada, pues no estabas dentro de mis planes. Hoy te doy gracias por haber llegado a mi vida y hablado a mi corazón; yo escuché tu voz y mi vida se transformó para bien, he vivido nuevas experiencias contigo, y llenaste mi red a rebosar. Gracias Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 11 de diciembre de 2019

El propósito de Dios es bendición


El propósito de Dios es bendición
“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía”, Génesis 28:15-16
Recordando la historia, Jacob viene huyendo de su hermano Esaú, quien quería matarlo, porque Jacob le había robado la bendición de la primogenitura a Esaú. Pero Dios le muestra a Jacob que Él es su protector y proveedor, y aunque estaba solo en tierra extraña y lejana, Él no lo abandonaría. Dios no abandona sus propósitos, pues con Abraham había hecho un pacto, el cual confirmó a su hijo Isaac y ahora a su nieto Jacob, y Dios le dice: “Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente”, Gén 28:13-14. No hay nada que pueda detener los propósitos del Señor.
Muchas veces los creyentes ignoramos la presencia de Dios y sus designios; así como le pasó a Jacob cuando dijo: “Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía”. El Señor lo ha dicho una y otra vez en su Palabra, que no nos dejará, ni nos desamparará, que estará con nosotros todos los días de nuestra vida hasta que él haya cumplido su propósito en nuestra vida.
Hermano, nuestro corazón puede descansar en la fidelidad y el poder de Dios; pues por su eterno e incondicional amor siempre lucha a nuestro favor, Dios no nos soltará hasta terminar la buena obra que inició en nosotros según su buena, perfecta y agradable voluntad. Oración.
Amado Dios, tú has prometido que me guardarás por donde quiera que yo vaya, que cumplirás tu propósito en mí; y he creído en tu Palabra, he descansado en tu fidelidad, pues tú eres mi escudo, mi fortaleza y mi alto refugio. Señor, te doy gracias por estar presente en mi vida, por ser mi protección y mi provisión. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 10 de diciembre de 2019

Enamórate de Dios


Enamórate de Dios
“Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento; y a tu prójimo como a ti mismo”

  Anhelas estar cerca de Dios pero te sientes lejos, algo le falta a tu relación con Dios, es porque que hace falta enamorarse de Dios.
El estar enamorado trae consigo acciones, la necesidad de estar cerca del ser amado, de agradarle, hay alegría y satisfacción de poder compartirlo todo.
El amor de Dios es lo más constante que existe, a Él no le hace falta enamorarse de ti, porque él siempre está amando, su amor es eterno. La necesidad de enamorarse está en ti, en corresponder a tanto amor, en cultivar esa relación con Él, en tener un acercamiento real, íntimo y personal.
Es necesario llegar a conocer íntimamente a Dios para poder experimentar su amor, desear realmente su compañía, dejarse envolver en su presencia, olvidando todo lo que sucede alrededor, tener tiempo de calidad con Él, Buscad a Jehová y su poder, buscad su rostro continuamente.
Dios sigue estando ahí, su amor por ti no cambia. Él aún espera cada día ese encuentro contigo, a veces la soledad o esos extraños sentimientos de que algo falta es solo la necesidad de estar cerca de Él, es tu corazón que lo anhela.
Enamorarte de Dios, más que sentimientos, es una serie de acciones que alimentan tu relación con Él, estar interesado en hacer su voluntad, cumplir lo que Él desea, en buscarlo cada instante, mostrar agradecimiento, compartir tus sueños y una comunicación constante.
Tan grande es el amor de Dios, que a pesar de los errores que cometemos permanece intacto, pero no podemos olvidarnos de corresponderlo, de cuidarlo, de hacer todo lo posible por mantenerlo en nosotros, que las circunstancias no te alejen, más bien sean oportunidades para demostrarle que confías y esperas en Él, aprovecha cada uno de tus días para demostrarle cuanto lo amas. Oración,
Amado Dios eres todo para mí, gracias por brindarme un amor puro, sin reservas, Dios eres mi esperanza, mi alegría, mi fortaleza, gracias por las cosas grandes que has hecho y harás en mi vida. Deseo con todo mi corazón acercarme más a ti, depender de ti cada día de mi vida, te entrego mi corazón, mi alma y todo mi ser. Te amo Señor Jesucristo. Ame. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 9 de diciembre de 2019

Verdaderos Adoradores


Verdaderos Adoradores

“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”, Juan 4:23
Dios busca verdaderos adoradores, pues fuimos creados para adorarle. Dice La Biblia: “Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”. (Isaías 43:7). Es maravilloso saber que fuimos creados para sus propósitos y es nuestro amor hacia Él que nos lleva a exaltar su nombre, a contemplar la hermosura de su santidad, a adorarlo en espíritu y en verdad. Pero el verdadero amor a Dios requiere entrega sin reservas, Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37), este es un amor apasionado por Él, un amor que disfruta de su intimidad y lo secreto de Dios.
Adorar a Dios también implica sometimiento y obediencia, pues no son solo palabras dulces y afables que broten de los labios, sino de un corazón cautivado por su Palabra, donde ha conocido a Dios con todos sus atributos, su carácter y obra. Es entonces cuando nos rendimos y nos deleitamos en contemplar su gloria.
El motivo más sublime para adorar al Padre, es la entrega de su Unigénito Hijo para que muriera en la cruz y nos abriera la puerta al cielo; esto debe estar arraigado en nuestro corazón y ser la razón de la adoración.
Hermano, si queremos ser verdaderos adoradores tenemos que dejar de pensar en nosotros mismos para concentrar toda nuestra atención en Dios, pues Él es la razón de nuestra vida y ahora es el momento para adorarlo. Oración.
Amado Dios, he grabado tus dichos en mi corazón, pues tu Palabra ha cautivado mi ser, por eso me gozo y regocijo alabándote y adorándote. Rindo mi vida ante ti en adoración, al contemplar la hermosura de tu santidad, tu majestuosidad y tu gran amor. Te amo Señor con todo mi corazón y mi alma. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 8 de diciembre de 2019

Vestíos con paciencia y esperad en Dios


Vestíos con paciencia y esperad en Dios

“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.”, Salmo 40:1-3
¿Qué hizo David para que el Soberano Dios se inclinara a él y lo escuchara? Sencillamente esperar con paciencia; pero esa paciencia implica absoluta confianza en Dios. Las circunstancias en las que se encontraba David eran de extrema angustia, tal que lo llama “el pozo de la desesperación”, pues David era asediado por el Rey Saúl a causa de su celo enfermizo contra él y aun su propio hijo lo quería matar, pero David esperó pacientemente la respuesta de Jehová y en estos tiempos de prueba experimento la ayuda de Dios.
Ahora, en este tiempo no es fácil esperar y ser paciente, pues vivimos en un mundo acelerado y todo lo queremos al instante; por tanto, tenemos que aprender a ser pacientes. La Biblia dice: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Colosenses 3:12)
Hermanos mantengámonos constantes en la oración, postrados delante de Dios, hasta que Él atienda nuestro clamor, nos saque del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, de la cisterna oscura y del valle de la sombra de muerte, y nos ponga sobre la peña, en lugar alto, en lugar seguro. El Señor Jesucristo es esa roca, es esa piedra, esa seguridad. Por tanto, abramos nuestro corazón para que Él more en nosotros y haya en nuestra boca un cántico nuevo de alabanza a nuestro Dios. Oración.
Padre Amado, cuántas circunstancias me han llevado a desesperarme, a sentirme agobiado a punto de desmayar, pero tú ahí estabas para inclinar tu oído a mi clamor, extenderme tu mano, sacarme del pozo de la desesperación y del lodo del pecado. Gracias porque me pusiste sobre la roca firme que es Cristo, y enderezaste mis pasos. Gracias Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 6 de diciembre de 2019

Con mi voz clamaré a Jehová


Con mi voz clamaré a Jehová
“Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él expondré mi queja; delante de él manifestaré mi angustia. Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo. Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida. Clamé a ti, oh Jehová; dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo”, Salmo 142:1-6
David luego de escapar de la espada de Saúl, huyó a la cueva de Adulam, éste fue el lugar de refugio para vivir como fugitivo. Adulam significa refugio, pero la cueva no iba a ser el refugio de David, pues Dios mismo quería ser el refugio de David en este tiempo de angustia y soledad.
La cueva estaba cerca del lugar donde David había derrotado a Goliat, donde tuvo la gran victoria sobre los filisteos; se detiene ahora allí mismo, huye como un criminal, y desde allí compone el Salmo 142, en el cual describe el desánimo de su corazón y expone su queja y manifiesta su quebranto.
En la cueva, Jehová lo fortaleció y le preparó para lo que tenía que continuar. David ora a Dios con un corazón contrito y humillado, él dice: “Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece. Él enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que me acosa; Dios enviará su misericordia y su verdad.” (Salmo 57:2-3). Y continúa alabando a Dios con todo su corazón.
Con frecuencia pensamos que primeramente tenemos que salir de nuestra cueva para luego glorificar a Dios. No importa cuáles sean nuestras angustias y circunstancias, desde allí alabemos y glorifiquemos a Dios, Él conoce nuestra senda, y Él cumplirá su propósito en nosotros como lo hizo con David, lo ungió y lo constituyó en rey de Israel. Oración.
Amado Dios, he buscado refugios equivocados en medio de mi aflicción y quebranto, pero ahora vengo a ti, consciente de mi necesidad, y clamo a ti oh Jehová, tú eres mi esperanza, tú eres mi castillo y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha mi voz con que a ti clamo y llena mi vida de tu presencia. Te amo Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 5 de diciembre de 2019

Cara a cara con Dios


Cara a cara con Dios
“Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.”
Han pasado veinte años desde que Jacob huyó de su hogar en Beerseba donde su vida había sido amenazada por su hermano Esaú. Estos años habían sido años de adquisición: rebaños, hacienda, esposas, hijos. Aun así había algo que lo hacía sentir vacío. Jacob ahora está en su camino de regreso al hogar y se encuentra cara a cara con Dios.
Jacob cambió de carácter. Su nombre fue cambiado de “Jacob”, que quiere decir falso, tramposo, a “Israel”, que significa un príncipe con Dios. De ahora en adelante Jacob tendría que vivir a la altura de su nombre. Hasta ese momento había sido un hombre torcido, siempre tratando de arreglar las cosas en provecho propio.
A ti y a mí, Dios nos ha cambiado de nombre, nos ha llamado: “Hijo mío, hija mía eres tú” ¿vivimos a la altura de ese nombre?
Jacob experimenta un nuevo poder. Su nuevo nombre de Israel implica que él evidentemente Jacob recibió el poder de Dios. Cada nueva experiencia espiritual trae una comprensión mayor del poder de Dios en nuestra vida.
Jacob experimentó una nueva bendición: “Y lo bendijo allí”. A menudo de las crisis en nuestra vida surgen las bendiciones más grandes de parte de Dios.
Todo lo que Dios se propone y lleva a cabo en la vida de su pueblo está preparado para bendecirlo. Sus caminos pueden parecer extraños y difíciles de entender, pero su propósito es bendecirnos.
Jacob aprendió que los planes de Dios son mejores que los que el hombre forja por su propia cuenta. Aprendió que la providencia de Dios es lo que el hombre necesita, por eso dijo: “Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma”.
Cada vez que nos colocamos cara a cara con Dios tenemos la posibilidad de un cambio en nuestro carácter, un nuevo poder dentro de nosotros, una nueva bendición y una nueva experiencia en el aprendizaje. Oración.
Padre Amado, mi encuentro contigo es real y allí he mirado tu infinita misericordia, tu gran amor y gran perdón a mi pecado, he experimentado un cambio desde lo más profundo de mi ser, me has colmado de tu bendición. Gracias Señor por ese encuentro cara a cara contigo cada día. Te amo Señor. Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 4 de diciembre de 2019

Jehová es la fortaleza de mi vida


Jehová es la fortaleza de mi vida
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado”, Salmo 27:1-3
En la Biblia encontramos dos formas de temor, el uno es el temor del Señor, el cual es beneficioso y debe ser avivado, pues es un temor reverencial a Dios, es un reconocimiento de todo lo que Él es. El temor del Señor conlleva muchas bendiciones. En Proverbios 19:23 dice, “El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre; no será visitado del mal”.
No obstante, el segundo tipo de temor mencionado en la Biblia es perjudicial y debe ser superado pues no es beneficioso en absoluto. Este es el “espíritu de cobardía” mencionado en 2 Timoteo 1:7 donde dice, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder de amor y de dominio propio”. Es decir, que este miedo no viene de Dios, ni la voluntad de Él es que estemos afligidos y llenos de temores.
Cuenta la Biblia que el éxito de David en la guerra contra los filisteos provocó la envidia del rey Saúl, y mientras David tocaba el arpa, un espíritu maligno se apoderó de Saúl, e intentó clavarlo con la lanza, pero David la esquiva, de modo que la lanza quedó clavada en la pared y David tuvo que huir.
En estas circunstancias, ¿quién no siente miedo? David huye del palacio y de la ciudad. Sabe que el rey ha determinado quitarle de en medio y que no hay ningún lugar seguro en Jerusalén. Pero David lleva sus miedos al Señor, y proclama: «Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida».
Este Dios, que se llama Jehová, «yo soy el que soy», es el que te buscó, él que envió a su Hijo para llamarte, y te dio el perdón y la vida eterna, si has creído en Él.
Cuando sabes y conoces que Jesucristo te ama y dio su vida por ti, entonces sabrás que Él es la fortaleza de tu vida y no habrá enemigo que te pueda hacer frente. Oración.
Señor, a veces he tenido miedos profundos, temores reales y no reales que han sido tormento a mi existir, pero tú llegaste a mi corazón, fuiste mi luz y mi salvación, fuiste la fortaleza de mi vida, desechaste mis temores y hoy puedo proclamar a viva voz que aunque se levante guerra contra mí, yo estaré confiado, porque Jehová es la fortaleza de mi vida. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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