sábado, 31 de octubre de 2020

Las columnas inconmovibles de nuestro testimonio cristiano

 


Las columnas inconmovibles de nuestro testimonio cristiano

Oración.

«Señor Jesucristo, despierta el amor en el corazón de tu siervo de manera que al utilizar las capacidades que me has dado, lo haga lleno y controlado por tu Santo Espíritu, de lo contrario sólo seré un instrumento que hace ruido y nada más. Que mi mayor prioridad sea el amor, porque es la única manera de proclamar la salvación y llevar a muchos a vivir una vida nueva de bendición, glorificando tu nombre. Amén.»

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. 1 corintios 13:13

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”. 1 corintios 13: 1-2

Hay tres cosas que durarán para siempre la fe, la esperanza y el amor, pero el amor, es la mayor de ellas, el amor es eterno y nunca pasará. Con esta Palabra el apóstol ha insistido mucho en el amor como factor imprescindible que le da valor al ministerio espiritual, pero no quiere que nos olvidemos del sagrado «trío», que son necesarios para el desarrollo de la vida cristiana en todos los aspectos.

El amor “ágape” al que se refiere fue dado por revelación de Jesucristo mismo, es el amor que ama a un mundo rebelde hasta el punto de entregar su vida por él, como recordamos en Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Es el amor que ha de ser reflejado en la vida de cada creyente por medio del Espíritu santo, quién es el único que puede producirlo en nosotros.

Y así como dice Corintios nada somos si no amamos de esta manera, seremos simplemente instrumentos que no hacen más que ruido. Muchos procuran los dones mayores, quizás los más espectaculares como lenguas, profecía, misterios, ciencia y fe, de verdad son necesarios para la edificación de la iglesia, pero de nada sirven si se ejercen sin amor. No hay nada más desagradable que el sonido de las lenguas sin amor, son como un metal que resuena y hace ruido sin sentido.

La profecía es la que comprende y anuncia claramente el mensaje de Dios, pero si se da sin amor no alcanzará almas para Cristo. La ciencia es la capacidad espiritual de profundizar en las revelaciones de la Palabra de Dios, pero si no se hace con amor simplemente es una acumulación de conocimientos. Y el don de fe que es el que opera poderosamente haciendo cosas extraordinarias sólo movería las emociones, pero no el espíritu cuando se ejerce sin amor. El amor es el filtro para hacer las cosas de manera que agraden a Dios. Oración.

«Señor Jesucristo, despierta el amor en el corazón de tu siervo de manera que al utilizar las capacidades que me has dado, lo haga lleno y controlado por tu Santo Espíritu, de lo contrario sólo seré un instrumento que hace ruido y nada más. Que mi mayor prioridad sea el amor, porque es la única manera de proclamar la salvación y llevar a muchos a vivir una vida nueva de bendición, glorificando tu nombre. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

viernes, 30 de octubre de 2020

Mediadores de paz

 

Mediadores de paz


“Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; más te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva. No haga caso ahora mi señor de ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. Él se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú enviaste. Ahora pues, señor mío, vive Jehová, y vive tu alma, que Jehová te ha impedido el venir a derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor. Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor, sea dado a los hombres que siguen a mi señor. Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días”. 1 Samuel 25: 23-28

En este relato bíblico, vemos a una valerosa mujer que se levanta, sin perder tiempo, para salvar a su pueblo de la imprudencia de su esposo Nabal que había ofendido e insultado a David y este estaba dispuesto a pelear contra él, porque decía que le había pagado mal por bien. Con su actitud pacificadora, Abigail impidió la guerra.

Abigail sabía que, si no hacía algo la vida de su marido y de todos sus sirvientes estaría en peligro, por eso toma la decisión de salir al encuentro del injuriado para tratar de pacificarlo. La misión es difícil porque las cosas podrían salir al revés, moralmente tiene que pedir perdón y a la vez no dejar mal a su marido. David no sólo es cautivado por la belleza de Abigail, sino por su sabiduría, su poder de persuasión y su oratoria.

Abigail usa su destreza retórica para no ser desleal a su cónyuge y al mismo tiempo para no justificar la afrenta que le hizo a David, diciendo estas palabras: “Lo hizo porque: es así y no hay que tomarlo muy en cuenta, Nabal no es un hombre completamente normal». Esto dice mucho de las palabras que usamos cuando hay un conflicto que nos afecta, podemos atizar el fuego de la discusión o apaciguarlo con palabras de sabiduría. Como dice Proverbios 15:1 “La blanda respuesta quita la ira; más la palabra áspera hace subir el furor”. Esta mujer cubrió los pecados de su esposo demostrando amor por sus semejantes.

En Mateo 5:9 dice: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. Dios nos ha puesto como pacificadores para apaciguar el fuego del enemigo, nos ha dado sabiduría para usar las palabras adecuadas para intervenir con amor y paz en medio de los conflictos y darle a conocer con nuestra actitud.  Oración.

«Señor Jesús, sé que el amor cubre multitud de faltas. Por eso enséñame a ser sabio para hablar, especialmente en los momentos de dificultad, con mansedumbre y humildad, reconociendo mis errores para poder traer paz en medio de los conflictos cotidianos. Amoroso Dios, haz que mis palabras y acciones te honren y glorifiquen. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

jueves, 29 de octubre de 2020

Vivir como una nueva criatura

 

Vivir como una nueva criatura


“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia” Romanos 5:17

Lo que el apóstol Pablo quiere explicar en este versículo es que por el pecado de Adán toda la raza humana quedó contaminada con él y separada de Dios, pero por la justicia de Jesucristo toda la humanidad es justificada y vuelve a estar en la correcta relación con Dios. Por Adán vino la muerte, pero por Jesús vino la vida a través de su resurrección, por eso es necesaria nuestra relación con Cristo, ya que, en nuestra relación con Adán como representante de toda la humanidad, su pecado fue el de todos los seres humanos al heredar la muerte espiritual, como dice Romanos 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, como la muerte es la consecuencia del pecado ejerce el dominio sobre todos nosotros.

Y es entonces cuando Jesús entró a este mundo, para ofrecer su perfecta bondad y así de la misma manera en que por el pecado de Adán todos fuimos implicados, por Jesús todos seamos justificados en su obra en la cruz que conquistó la muerte y nos dio vida eterna. En Cristo quedamos absueltos para poder vivir. La pregunta es ¿quiero vivir como una nueva criatura?

La gracia triunfó sobre el pecado, Jesucristo triunfó sobre Adán con su regalo de justicia, porque todos los que lo aceptamos y recibimos en nuestro corazón estamos llamados a vivir en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de Él.

La muerte espiritual es el problema más grave de la humanidad, porque sin Cristo estamos todos muertos y experimentamos todas las consecuencias de la naturaleza caída, como son: las enfermedades, roturas en nuestras relaciones, deudas, vicios, miedos, fobias, odios, muerte, etc.

Cristo nos ha dado nueva vida. Vivamos entonces como nacidos de nuevo, en una perfecta relación, bendita y amorosa con Dios, dando testimonio de esto, hablando, pensando y comportándonos como hijos de Dios, porque estamos enriquecidos con su abundante gracia. Es entonces decisión de cada uno optar seguir bajo el dominio del pecado y la muerte o vivir en la libertad que Cristo nos dio por medio de su sacrificio en la cruz y su resurrección.  Oración.

«Mi amado Jesús, tu gracia está en acción a través de tu obra redentora en favor de toda la humanidad, gracia que tuvo el poder de conquistar mi corazón, por eso ahora sólo te pido que me ayudes a vivir como nacido de nuevo, limpio, como una nueva criatura, porque has cambiado tu juicio por perdón. Quiero que mi vida sea un testimonio vivo, que todo lo que piense, hable y haga sea en victoria porque me has rescatado y la vida eterna es mía ahora y siempre. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

miércoles, 28 de octubre de 2020

Todos Juntos

 


Todos Juntos

“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. Hechos 2:42-47

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. Juan 13:34-35

Muchas veces quizás hemos oído la palabra “koinonía” en el griego pero, ¿sabemos lo que realmente significa? Se nos dice que es la comunión entre hermanos, se ve en términos de igualdad, libertad y fraternidad. Fue un gran desafío para los judíos de la primera iglesia ya que muchos no podían reconocer a los gentiles conversos iguales a ellos, por su cultura religiosa los consideraban incircuncisos y esto trajo algunas divisiones.

El Señor nos llama a ser uno en Él, porque un hombre en Cristo es parte del cuerpo de Cristo y mi parentesco con Jesús involucra un parentesco con todos los que han sido redimidos por Él. Entendamos que Cristo salva a individuos y llegamos a ser nuevas personas viviendo en una relación con Él y en relación con otros en comunidad, porque es la manera de desarrollar nuestro carácter cristiano, cuando aprendemos amarnos los unos a los otros con todas nuestras diferencias.

Nuestra primera y primordial koinonía es con el Señor y es el Espíritu Santo quien nos enseña nuestra unión vital con Él, cuando le recibimos en nuestro corazón como nuestro Señor y Salvador personal. No solo es un don sino una exigencia, ya que nos lleva a tener koinonía con nuestros hermanos en Cristo. No podemos negar como los judíos, que todos hacemos parte del cuerpo de Cristo, nos estaríamos engañando.

Una iglesia unida y llena de amor es un imán para los que están en el mundo carentes de esto. Jesús oró por la unidad de la iglesia, oró por nosotros para que fuéramos testimonio vivo de su amor en el mundo como dice Juan 17:20-21 “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.

Debemos entonces retomar los fundamentos de la iglesia primitiva y ser una iglesia que persevere en la doctrina, en la comunión, en la oración, que sea solidaria, que esté llena de gozo y donde las señales y maravillas se dan por la presencia viva del Señor Jesucristo en medio de ella.  Oración.

«Amado Dios, gracias porque a través de tu hijo amado Jesucristo, ahora podemos estar unidos a ti y en comunión contigo, en una relación de koinonía que me lleva a la unidad con mis otros hermanos comprados con la sangre preciosa de Jesús. Nos has llamado a la unidad para que el amor entre unos y otros sea nuestro distintivo y también lo que marque la diferencia en este mundo carente de amor y de perdón. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

martes, 27 de octubre de 2020

El fuego que nos impulsa a seguir

 


El fuego que nos impulsa a seguir

“dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude”. Jeremías 20:9

“¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman”. Jeremías 6:10

“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”.Salmos 139:7-8

En este lamento Jeremías expresa una profunda angustia por que ha sido perseguido por causa del mensaje de Dios, su oficio como profeta no le trajo sino burlas y abusos; y a pesar del deseo de no proclamar más el mensaje, no puede detenerse. Se encuentra atrapado entre el llamamiento divino y el rechazo de su pueblo y amigos. Pero en medio de esa frustración y desesperanza por lo que está viviendo exclama en Jeremías 20:7 “Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí”. Reconocía la influencia del Espíritu de Dios en él y por eso proclamó con fidelidad su Palabra aunque no recibió nada a cambio más que persecución y dolor. Aun cuando se abstuvo de proclamar la Palabra de Dios por un tiempo, esta se volvió como fuego en sus huesos hasta que ya no pudo contenerla más.

Pablo lo dijo así: “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada” (1Corintios 9:16-17). Pablo sentía la obligación moral de predicar el evangelio, debido a que dependía completamente de Cristo por amor. Predicar fue su don y llamado y no podía dejar de hacerlo, estaba dependiendo absolutamente de la voluntad de Dios.

Esto nos puede suceder cuando nos encontramos desanimados en nuestra vida cristiana y deseamos no haber empezado nunca; es cuando debemos recordar que la gracia poderosa de Dios es la que nos sostiene en medio de la desesperación, los problemas y el deseo de rendirnos. Solo en su presencia encontraremos el consuelo, protección divina y la motivación para seguir en el propósito de Dios.

Dejemos que el mensaje de Dios quebrante nuestro propio corazón.  Oración.

«Señor, hay en mi corazón un fuego ardiente que no permite que me rinda, es la presencia de tu Santo Espíritu que mora en mi interior como fuego consumidor. No dejes que abandone tu llamado divino a pesar del rechazo de los que me rodean, tu fuego en mí es más poderoso que cualquier dificultad y no puedo resistirme al poder de tu presencia, no puedo escapar de ti, tu palabra ha sido mi sustento y no puedo olvidarla, por el contrario, tengo que proclamarla con el poder de tu Espíritu. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

lunes, 26 de octubre de 2020

Caminar con Dios

 


Caminar con Dios

Génesis 5:21-24 “Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que en Génesis 5:21-24 “Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”.

1 tesalonicenses 4:15-17 “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

o a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”.

1 tesalonicenses 4:15-17 “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

Enoc es una de las personas anteriores al diluvio de quién se sabe muy poco. Sólo se nos dice que caminó con Dios y desapareció porque Dios se lo llevó. Fue removido de esta tierra y llevado al cielo, no experimentó la muerte física.

La expresión “caminó con Dios” indica comunión continua con Dios. En hebreos 11:5 dice: “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios”. No vio la muerte como resultado de su fe y de la vida que llevaba que era un testimonio agradable a Dios.

Sabemos por la Palabra de Dios que también el profeta Elías subió al cielo sin experimentar la muerte física, y el apóstol Pablo nos enseña en 1 Tesalonicenses que algunos creyentes estarán vivos al regreso del Señor, y serán arrebatados y transformados sin experimentar la muerte física, para reunirse con el Señor junto con los otros creyentes que están muertos y resucitarán en ese mismo momento. Realmente es nuestra fe en Jesucristo la que nos concede finalmente la victoria sobre la muerte física, porque nos ha dado la seguridad de una vida eterna.

Cuando caminamos con Dios es porque hemos sido reconciliados por el sacrificio de Cristo en la cruz y, hemos experimentado la regeneración del Espíritu Santo que ha venido a habitar en nuestros corazones para ayudarnos a llevar una vida santa y recta delante de Dios. Caminar con Dios es tener una relación permanente de confianza, amor y sinceridad con nuestro amado Dios, actuar siempre bajo su mirada, tratando de agradarle en todo. Es dejar de vivir para nosotros mismos y empezar a vivir para Dios.

El premio tanto para Enoc, Elías y nosotros es el cielo si caminamos en santidad de la mano de Él, con la seguridad de que mientras estemos en esta tierra nos sustentará en medio de las tormentas de la vida.   Oración.

«Amante Padre celestial, el mayor anhelo de mi corazón es caminar en íntima comunión contigo y agradarte en todo. Qué ejemplo tan maravilloso el de Enoc, anduvo toda su vida de principio a fin en una relación continua, sincera y de amor contigo y lo premiaste llevándolo vivo al cielo. Así como Enoc, quiero que mi corazón esté cerca de ti todos los días de mi vida, amándote y obedeciéndote hasta el final. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

domingo, 25 de octubre de 2020

La seguridad en el Señor, alienta el corazón

 


La seguridad en el Señor, alienta el corazón

“Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”. Salmos 27:13-14

Cuentan que uno de los grandes líderes de la Reforma escocesa, Roberto Bruce, fue perseguido por causa de su fe en Jesús, y un día cuando estaba huyendo de sus enemigos y parecía que iba a ser atrapado, se refugió en una cueva, allí oró al Señor pidiendo su protección. Desde la oscuridad pudo observar una gran araña que tejía su tela en la misma entrada de la cueva. Cuando llegaron sus perseguidores y vieron la tela de araña intacta, intuyeron que nadie había entrado a ese lugar y así se preservó la vida del servidor de Dios. Roberto dando testimonio decía: “Con Dios, una tela de araña es como un muro; pero sin Dios, un muro es como una tela de araña.”

La esperanza de nosotros como cristianos frente al temor, es Dios. Debemos estar seguros de que Él actuará en esta vida; por eso David cuando estuvo en peligro de muerte exclamó: “veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes”. La vida con Dios no se trata solamente de una huida futura al cielo, sino que su bondad se manifestará en nuestra vida presente. El Señor en su Palabra nos dice en Nahúm 1:7 “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían”.

Merece entonces la pena esperar en Dios, porque Él cumplirá todas sus promesas y esto tiene que ver con ser pacientes hasta que haya dado la solución a nuestros problemas. Pero también significa que debemos tener esperanza porque Él hará lo que es mejor para nosotros. En el caso de David, le tocó vivir una etapa en soledad y temor; mientras tanto Dios forjaba su carácter para que fuera el futuro rey de Israel. Necesitó ser probado pero igualmente experimentó el cuidado de Dios, su protección y sustento en los momentos más difíciles. Dios siempre le dio evidencia de su presencia en su vida. Recordemos entonces que el mejor refugio es a los pies del Señor. Oración.

«Amado Dios, en medio de las dificultades de la vida, no me dejes perder de vista tu bondad. Haz realidad esta Palabra en mí: “Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”. La seguridad que tú me das anime mi corazón siempre. Gracias por ser mi fuerza y mi fuente de amor para continuar. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

sábado, 24 de octubre de 2020

¿Qué presentaré en el tribunal de Cristo?

 


¿Qué presentaré en el tribunal de Cristo?

“Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras”. Romanos 2:5-6

“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. 2 corintios 5: 10

Dios sólo anhela que seamos sus siervos. La pregunta es: ¿queremos ser sus siervos? Si no estás tan seguro, hay tres motivaciones para impulsar nuestro servicio a Dios.

La primera es que algún día tendremos que presentarnos delante de Dios y rendirle cuentas por nuestro servicio. Esto debería motivarnos a servirle con entrega y amor. En el tribunal de Cristo sólo se presentarán los creyentes, ahí estará nuestro juez Jesucristo. No será un juicio sobre nuestros pecados puesto que Él ya pagó en la cruz por ellos y fueron borrados por su sangre preciosa. Este tribunal de Cristo será como un pódium para recibir la recompensa por nuestro servicio.

En ese tribunal seremos juzgados por la obra de fe que hayamos llevado a cabo en nuestras vidas y por la forma como hemos vivido nuestra vida cristiana. Nuestro anhelo es oír al Señor decirnos estas palabras tan gratificantes cuando evalúe nuestro servicio: «Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21).

El segundo motivo es el temor reverente al Señor, que nos lleva a persuadir a las personas con el evangelio de Cristo a que reconozcan que todos somos pecadores y necesitamos ser salvos. Por eso debemos predicar como lo hizo el Señor, para buscar y salvar a los perdidos; y que conozcan la realidad del juicio de Dios.

El tercer motivo es que el amor de Cristo nos constriñe, nos impulsa para predicar su Palabra. Hizo tanto por nosotros al morir en la cruz, nos salvó, nos perdonó, nos dio vida nueva y nos regaló la eternidad, que esto debe motivarnos a compartir de Jesús a otros. Ahora nuestra vida debe estar dedicada a Él para traer gloria y honra a su nombre. ¿Estamos listos para presentarnos en el tribunal de Cristo?    Oración.

«Amado Señor, gracias por haberme salvado y haberme dado una nueva vida que anhelo vivir para ti. No quiero llegar al cielo con las manos vacías, sino con tesoros espirituales de mi servicio fiel en esta tierra. Soy tu siervo y predicaré tu evangelio hasta el final, para llevar a muchos a encontrarse contigo. Espíritu Santo, ayúdame a hacer la voluntad de Dios en esta tierra. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

viernes, 23 de octubre de 2020

 


APRENDAMOS A ESPERAR EN DIOS

“Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré ante ti y esperaré.”, Salmos 5:3

Qué difícil es esperar, sobre todo en la sociedad actual, donde podemos tener algo con un sólo click o con manipular nuestro teléfono. ¿Pero cuándo es el momento propicio para hacer algo o comprar algo? ¿No será que muchas cosas las hacemos sin esperar el tiempo de Dios? De seguro que esto traerá consecuencias. Habrá otras cosas que por mucho que las deseemos no las tendremos cuando queramos. Así que tendremos que aprender a esperar, y este principio es muy importante, hace parte del carácter que Dios quiere que formemos, pues por no saber esperar cometemos muchos pecados. Por ejemplo, no esperamos hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales, lo que lleva a la fornicación y al desorden sexual, no esperamos el tiempo adecuado para un negocio, lo que lleva a la ruina, a perder la tranquilidad ante las deudas, queremos ya el último dispositivo inteligente, la última ropa de moda, queremos ya y pagamos después, lloramos al final.

Dios quiere guiarnos a su verdad y enseñarnos a esperar en su voluntad (Salmo 25:5) y darnos las cosas en el tiempo preciso, ya que en ese tiempo exacto es cuando será una bendición para nosotros (Salmo 145:15-16). Él sabe que antes de tiempo no estaremos preparados, y si recibimos lo que estamos pidiendo será para nuestro mal. ¿Acaso Dios quiere hacernos algún mal? Por supuesto que no, así que vale la pena esperar con paciencia que nuestro Dios venga a ayudarnos y a proveernos lo que pedimos; mientras tanto esperemos sin quejas, sin contiendas y con paciencia, fortalecidos en el poder de su Espíritu, (Lamentaciones 3:24-26). Hermano, piensa en este momento en aquello que le estás pidiendo a Dios y que necesitas, pídele que te dé la paciencia y la fortaleza para esperar el momento que Él disponga, mientras tanto se diligente en prepararte para el día en que recibirás de Dios su bendición y una vez la recibas no te olvides de honrar y darle la gloria a Dios. Oración.

"Gracias mi Señor, estoy seguro que me darás lo que estoy pidiendo conforme a tu voluntad, en la forma y el tiempo que tu consideres apropiado, mientras tanto esperaré en ti con paciencia, fortalecido en ti y con gozo. Amén.     Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

jueves, 22 de octubre de 2020

Haré que te levantes

 


Haré que te levantes

“La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová”. Ezequiel 37:1-6

Esta visión dada a Ezequiel muestra el poder vivificante de Dios que puede hacer volver a la vida a alguien que está muerto. Es una clara alusión a la resurrección. En este caso, es un llamado al pueblo de Israel que se encontraba exiliado y espiritualmente muerto. Se le manda a Ezequiel a proclamar esta palabra vivificadora para que el pueblo salga de su condición de muerte espiritual y vuelvan a vivir, restaurando su relación con Dios.

Pero este pasaje, también representa el poder y la gracia de Dios en la conversión, cuando saca al pecador de la muerte espiritual a vida y coloca su Espíritu dentro de él para restaurarlo y darle poder.

Cuando el Señor le pregunta a Ezequiel “¿Vivirán estos huesos?” Él sólo contesta: “tú lo sabes”, dándonos a entender que la fe deja toda posibilidad en manos de Dios, para el cual nada es imposible. Es creer que Dios puede responder a cualquier situación por difícil que esta sea. Nosotros sus hijos, tenemos su Palabra para pronunciarla, proclamarla y efectuar los propósitos que Dios tiene a través de ella. Él ha prometido vivificarnos como dice Romanos 8:11: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros”. Dios promete una nueva vida y restauración espiritual.

Por eso, animémonos con esta promesa, porque Dios puede restaurar a cualquier persona por seca o muerta que esté espiritualmente. Pidamos que Dios renueve y restaure las vidas de las personas que conocemos y que aún no se han rendido al Señor. La esperanza y nuestra oración es que Dios avive su Espíritu Santo dentro de nosotros, para que seamos testigos fieles de su amor.  Oración.

«Señor Jesucristo, no permitas que la intensidad de esta vida y la rutina diaria, me hagan decaer en mi comunión contigo y lentamente llevarme a ese estado de sequedad espiritual. Yo sé que nunca me abandonas, aun en esos momentos estériles y sin fruto, porque me has dado el Espíritu de vida que mora en mi corazón, para que vuelva a levantarme, darme aliento y renueve mi unción para amarte y servirte con todo mi ser. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

miércoles, 21 de octubre de 2020

TU NOMBRE ESTÁ ESCRITO EN EL CIELO

 

TU NOMBRE ESTÁ ESCRITO EN EL CIELO


“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”, Apocalipsis 21:27

“Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”, Lucas 10:20

¿Alguna vez nos hemos imaginado ser perdonados de la muerte eterna por estar en la lista del libro de la vida? Esta lista no se refiere a personas importantes, o estudiantes de una universidad, o a los miembros de una organización, o de alguna iglesia. Esa lista contiene los nombres de todos aquellos que entrarán al reino de los cielos por haber creído en Jesucristo, quien como el Cordero quitó el pecado del mundo, y con su sangre preciosa nos salvó y nos dio vida eterna.

No es un libro que registra las buenas obras, o una lista de personas que siempre hicieron lo correcto, se llama el “Libro del Cordero” porque todo el mérito es dado a Jesucristo por haber dado su vida por la humanidad sin que ésta lo mereciera y la única razón para esto fue su amor. Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.

Ninguno puede escribir su propio nombre en el libro del Cordero y no será escrito por nuestro buen comportamiento, actitudes e intenciones, es escrito por el Señor cuando creemos y aceptamos lo que Él hizo por nosotros, pagando un precio en la cruz por nuestra redención. Él nos salvó de la perdición eterna por su gracia y su amor. No hay que ganar la vida eterna, sino recibirla por la fe en Cristo Jesús.

El Señor Jesucristo se ofreció a sí mismo una vez y para siempre a fin de quitar los pecados de muchas personas y vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados sino a llamar a lista a todos los que hemos creído y esperado con anhelo su segunda venida, para llevarnos a su reino y disfrutar eternamente de su presencia.

Qué hermoso será oír nuestro nombre en la boca del Rey de reyes y Señor de señores ese día. Debemos gozarnos de que nuestros nombres estén escritos en los cielos. Animémonos a vivir en integridad y gratitud con Cristo. Démosle la gloria, la honra, el poder y todo el honor al Cordero de Dios. Oración.

"Gracias Jesús por el regalo maravilloso de la vida eterna, que he ganado sólo por creer en ti y aceptar la obra que hiciste por mí en la cruz. Tanto me amaste sin medida, que entregaste toda tu sangre para liberarme del pecado y la condenación eterna. Gracias Cordero de Dios, porque has escrito mi nombre en el libro de la vida y tengo la certeza de que estaré disfrutando de tu presencia en el cielo por la eternidad. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

martes, 20 de octubre de 2020

Dios es fuente de todas nuestras necesidades diarias

 


Dios es fuente de todas nuestras necesidades diarias

Salmos 37:25 “Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan”.

Santiago 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.

Todo lo que es bueno y perfecto es un regalo de Dios. Su Palabra dice que: “Él nunca cambia, ni varía como una sombra en movimiento”. Qué seguridad más grande nos da entender que es nuestro Dios inmutable, que nos ha traído hasta donde hemos llegado, que nos ha provisto de oportunidades, nos ha dado capacidades, un trabajo y la habilidad para resolver los problemas. Esta seguridad derrumba todo orgullo que nos lleve a pensar que todo lo hemos logrado por nosotros mismos.

El Salmo 145:16 nos dice: “Abres tu mano, y colmas de bendición a todo ser viviente”. Aunque muchos no lo reconozcan, Dios está detrás de toda bendición que tenemos. Dios tiene todo el poder, sólo debe abrir su mano para proveernos lo que necesitamos. La pregunta es entonces: ¿Por qué hay tantos que sufren hambre?

Primero por el pecado y egoísmo humano que se ha olvidado de sus semejantes y ha abierto brechas muy grandes de desigualdad generando cada día más pobreza. Otros porque ignoran a ese Dios proveedor que puede suplir sus necesidades, lo han olvidado y tratan de llevar su vida por sí solos. Necesitamos de la intervención de Dios en nuestras vidas porque fuimos diseñados para depender de Él.

Dios está preparado para oír las oraciones, está presente en todo lugar, está cerca de los que lo invocan para ayudarles en tiempo de necesidad. Como dice el Salmo 145:18 “Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras”. Está cerca para que tengamos lo que pedimos, para que hallemos lo que buscamos, si lo hacemos sinceramente. Nos muestra su gracia y misericordia al suplirnos y sostenernos.

No nos olvidemos entonces de buscarlo, recordemos que su grandeza es inescrutable, que Él lleva a cabo grandes obras a través de las generaciones, que Él es justo, clemente con los que se acercan de corazón. Que hace llover sobre justos e injustos porque es lento para la ira y grande en misericordia.

Su bendición, complacencia, amor sustentador y fidelidad divina se pueden experimentar cuando vivimos justamente como dice el Salmo 37:25 “Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan” Oración inicial

«Padre reconozco que eres mi proveedor, dame el pan de cada día, sé que todo lo que tengo te lo debo a ti, me brindas sin reservas tu provisión para cada día, gracias por sostenerme aún en tiempos de necesidad, por darme capacidades y habilidades para trabajar y generar recursos, tu promesa se ha cumplido y cuando miro atrás, he visto tu bondad en medio de las circunstancias difíciles. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

lunes, 19 de octubre de 2020

VASOS VACÍOS O VASOS LLENOS

 


VASOS VACÍOS O VASOS LLENOS

” y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.”, Colosenses 2:10

Sin Cristo somos como un vaso vacío, que sin líquido no está cumpliendo el propósito para el cual fue fabricado. Por esto, el hombre sin Cristo en el corazón, no está cumpliendo el propósito para lo cual fue creado.

Entonces, el hombre sin Dios intenta cubrir ese vacío con cosas temporales, pero nunca podrá llenarlo y sólo logra que cada día se abra más ese espacio, esa incertidumbre.

Cuando recibimos a Cristo, Él ilumina nuestro corazón con su luz para que podamos entender la gloria de Dios, su grandeza y su poder. Esta buena noticia (La Palabra de Dios) que nos llenó, es un gran tesoro que contenemos nosotros como si fuéramos vasos frágiles de barro, porque este gran poder no viene de nosotros sino de Dios (2 Corintios 4:6-7), y si hemos sido llenos, es para que así mismo, por nuestro anuncio y por compartir su Palabra, otros dejen de ser vasos vacíos y sean llenos del conocimiento de aquel que nos sacó de las tinieblas a la luz verdadera.

Por esta razón, somos llenos y completos en Cristo, porque ahora tenemos un propósito que implica una responsabilidad, ya que se nos ha confiado un inmenso tesoro, el más grande que puede existir en la tierra: el evangelio y la Palabra de Dios. Recordemos que “…a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. “(Lucas 12:48b) Oración.

"Gracias Señor porque me llenaste del amor de Cristo, y es por tanto mi responsabilidad anunciar a otros el tesoro que has confiado en mí, para que sean llenos de tu gracia y del conocimiento de la Palabra de verdad. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

domingo, 18 de octubre de 2020

Nada es secreto para Dios

 


Nada es secreto para Dios

“Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del corazón. Proverbios 20:27

Señor, delante de ti están todos mis deseos, Y mi suspiro no te es oculto. Salmos 38:9

La autoconciencia que está en el espíritu del hombre es un don de Dios. Como dice 1 Corintios 2:11 “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. Es la capacidad del espíritu de revelar el porqué de las acciones de manera que no tenemos excusa de no saber lo que estamos haciendo. Por eso se compara con una lámpara que alumbra y examina todas nuestras disposiciones y motivos frente a la voluntad revelada de Dios.

Todos los seres humanos tenemos la capacidad de discernir lo bueno o lo malo, pero cuando conocemos a Cristo, nuestra conciencia se agudiza con la Palabra de Dios y entendemos lo bueno y lo malo a la luz de la Revelación de Dios.

Sabemos que el espíritu humano es la dimensión que nos permite relacionarnos con Dios, esta dimensión tiene tres funciones: La intuición espiritual que es la que recibe todas las impresiones de Dios y percibe todas las ideas espirituales como dice 1 Corintios 2:14 “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. La conciencia o nuestra lámpara interior que es la facultad común de todos los hombres para discernir entre el bien y el mal. Como dice Hebreos 13:18 “Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo” y la comunión, es la función que nos impulsa a tener intimidad con Dios, como dice Salmos 25:14 “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto”; o sea que nuestro espíritu es el punto de contacto con nuestro amado Dios.

El espíritu humano es sólo la lámpara, el recipiente que contiene la luz, y hasta que no estemos llenos del Espíritu Santo, no nos convertimos en la luz, por eso es tan importante recibir a Cristo para que la luz de Él llegue a nuestros corazones por medio de su Espíritu. Sólo Dios puede ponernos cara a cara con la verdad porque Él nos conoce profundamente, dice que conoce todos nuestros deseos y aún nuestros suspiros no le son ocultos.

Dejémonos examinar por Dios para que Él sea guardándonos del mal y nos guíe a caminar en su perfecta voluntad.  Oración.

«Amado Señor, gracias por conocerme, porque sabes los secretos más profundos de mi corazón, pongo ante ti todos mis deseos y aun lo que suspiro, para que me guíes con la luz de tu Palabra, examina mi mente y mi corazón, para que me inclines a hacer lo bueno y para alejarme del mal. Recuérdame que eres el Señor de mi vida, gobierna en mi interior por medio de tu Espíritu. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

sábado, 17 de octubre de 2020

Una firme ancla de esperanza

 


Una firme ancla de esperanza

“para que, por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”. Hebreos 6:18-20

“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”. Colosenses 2:9-10

A veces el vacío del corazón es una característica de un mundo sin Dios. Los hombres buscan llenar ese vacío interno con cosas superficiales. Bien decía San Agustín: “Señor, nuestros corazones estarán inquietos hasta que se aquieten en ti” y el Salmista dice: “Sólo en Dios halla descanso mi alma, de él viene mi esperanza” Salmo 62:1 (NVI).

Dios confirmó con juramento la promesa de que todos los descendientes de Abraham serían benditos; esta promesa alcanza a la iglesia cristiana porque se hizo realidad en Jesucristo. Abraham jamás perdió la esperanza, ni la confianza en la promesa de Dios. En la antigüedad, el ancla era un símbolo de esperanza.

El autor de Hebreos nos dice que el cristiano tiene la mejor ancla y esperanza del mundo, Jesucristo, quien entró más allá del velo al lugar santísimo como sumo sacerdote, abriendo el camino para todos los hombres. Entró como precursor, en griego “prodomos”, que significa un pionero que se adelanta para ver si el terreno es seguro. Jesús entró en la presencia de Dios para que todos pudiéramos seguirlo a salvo, abrió ese camino con su sacrificio en la cruz una vez y para siempre y fue acepto por el Padre. Ahora Dios es amigo de todos por medio de Cristo y podemos gozar de su Plenitud y de todas las promesas eternas, aun mientras estamos aquí sin haberlas recibido.

La ascensión de Cristo fue nuestra promoción al cielo, su Palabra nos dice que estamos juntamente sentados con Él en los lugares celestiales, como dice Efesios 2:6. Si sentimos que algo nos falta recordemos que Pablo dijo: “que estamos completos mediante la unión con Cristo”. Dios está presente en nuestros corazones y tenemos el poder del Espíritu de Cristo dentro de nosotros y eso es lo que nos hace completos. Jesús ha ido al santuario celestial y se ha sentado, ha terminado su obra de redención y nos ha hecho libres de pecado y condenación, su sangre preciosa fue suficiente para darnos todo.  Oración.

«Señor, tú eres mi ancla segura, donde puedo estar firme, eres mi sumo sacerdote que entraste con antelación al lugar santísimo para abrirme el camino a la presencia del Padre; con tu sacrificio y muerte en la cruz, tu resurrección y ascensión, me diste la entrada a los lugares celestiales. Ahora mi vida está escondida en ti mi Señor, quiero poner mis ojos en las cosas eternas y vivir siempre en la plenitud de tu Espíritu. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

viernes, 16 de octubre de 2020

Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros

 


Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros

Isaías 41:1-4 “Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio. ¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata? Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado. ¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros”.

Apocalipsis 22:13 “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”.

Jeremías 9:24 “Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”.

Las naciones tienen que esforzarse por buscar a Dios como dice su Palabra: “esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio”. Estar juntamente a juicio con Él, es ponerse de acuerdo con su voluntad, y sólo podrá hacerse si aprendo temor o respeto reverente hacia el poderoso Dios del universo. Sólo por el Espíritu podemos entender esta perspectiva en el Señor y no bajo nuestra mente carnal, que solo quiere hacer su egoísta voluntad. Saber que Él es soberano sobre nuestros tiempos y que es la solución para todas las necesidades de nuestra vida.

Cuando dice la palabra: “¿Quién llama las generaciones desde el principio?” debemos entender que somos una realidad en algún momento de la historia, porque tuvo nuestros nombres en su memoria desde antes de la fundación del mundo. Antes de que Jesús creara el mundo llamó las generaciones. Porque la historia no es una combinación de hechos aleatorios, sin significado y sin dirección, tampoco es un ciclo destinado a repetirse una y otra vez, es Dios el que dirige todos los asuntos humanos, por su infinita grandeza y soberanía, Él que se llamó a sí mismo el Primero y el Postrero. Es antes y después de la historia humana, Él empieza y termina todo, por eso tiene autoridad sobre todas las cosas y sobre nosotros como su creación más sublime. Esto implica que hay un plan diseñado por Dios para cada uno de nosotros que Él cumplirá a cabalidad.

Como dice el Salmo 33:8-9 “Tema a Jehová toda la tierra; teman delante de él todos los habitantes del mundo. Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió”. Sin esta comprensión espiritual nunca podemos entender cuando Jesús dijo: “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”, se lo dijo al apóstol Juan, un anciano experimentado en quebranto, que aprendió humildad, mansedumbre y temor en su trato con Dios.

Para desarrollar temor a Dios, debemos esforzarnos por conocer y entender quién es Él. Esto sólo se logra en una relación directa, genuina y de amor con nuestro amado Dios.  Oración.

«Amado Dios, sé que tu plan de salvación abarca todas las generaciones, por eso seguirás obrando en cada una de ellas, ya viste mi pasado y conoces mi futuro, me tuviste en mente antes de nacer, ahora solo anhelo entenderte y conocerte, para eso debo permanecer en una genuina relación de amor contigo, aprendiendo temor reverente y caminando en santidad, permitiendo que enseñes a mi corazón humildad y mansedumbre para hacer tu voluntad. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

jueves, 15 de octubre de 2020

Dios es por nosotros

 


Dios es por nosotros

“No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor. He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo. Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel”. Isaías 41:14-16

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Romanos 8:31

Hay dos cosas que pueden paralizar una vida a pesar de los muchos dones y cualidades que tenga, y estas son: la incredulidad y el temor; y cuando dejamos que gobiernen nuestros pensamientos, entonces podemos empezar a dudar de las promesas de Dios, dudar de su grandeza y poder; y lo peor, dudar de su infinito amor. Pensar de este modo hace que quitemos la divinidad del mismo Dios, y si no es el Dios en que podemos confiar, tampoco es el Dios a quien debemos adorar.

Así se sintió Israel, como un gusano, acobardado y empequeñecido delante de sus adversarios. Y el Señor a través de Isaías lo reconoce como lo que se siente: “gusano”. Pero quizás este es el punto de partida para la gracia de Dios, cuando nos sentimos pequeños, apocados y débiles frente a los obstáculos y problemas, es ahí cuando necesitamos de Dios, porque con su ayuda ningún obstáculo es demasiado grande. Debe animarnos oír lo que el Señor le dice a su pueblo: “yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor”.

Como contraste le dice a Israel “He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo”. El trillo era lo más sólido de los objetos, hecho con pedazos de tablones y tachonados con retazos de pedernal, lo arrastraban sobre el grano recogido para separar la paja y la cáscara y poder moler el grano. Jehová hará de su pueblo un trillo nuevo, un instrumento que en sus manos pulverizará todas las dificultades. Estos versículos constituyen un llamado a esperar la liberación que viene de Dios.

Así como en Israel la iglesia de hoy, seremos instrumentos de trilla en este mundo, para separar lo malo y lo que no sirve, de la Verdad de Dios, seremos aptos para ser usados, nuevos y con punzones agudos, y esto tiene cumplimiento en el triunfo del evangelio de Cristo sobre las potestades de las tinieblas de este mundo.

Independientemente de lo que somos, Dios es el que nos empodera para que seamos capaces de hacer las cosas que Él nos pide. Sólo Dios puede tomar al débil gusano y volverlo fuerte y fructífero. Dios nos ha equipado con su Espíritu para tener victoria sobre el pecado y sobre cualquier obstáculo que se nos presente.  Oración.

«Amado Señor, Gracias por estar conmigo, gracias por ser el Dios de toda gloria y poder, gracias porque me amas con amor inagotable. Tu Santo Espíritu me empodere, para cumplir el propósito para el cual me creaste y entienda que soy ese trillo nuevo para derribar todo obstáculo que se levante en contra. Tu eres mi Dios fuerte y poderoso, ¡quién como tú! Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Una raíz de amargura. Parte 2

 


Una raíz de amargura. Parte 2

“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”, 2 Corintios 13:5

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.”, Salmos 139:23-24

Una raíz de amargura no se ve a simple vista, así como la raíz de las plantas que está cubierta, nosotros en muchas ocasiones disfrazamos o no admitimos que hay enojo en nuestro corazón, o que hemos guardado rencor, temor o desilusión por algún conflicto que hayamos tenido.

Por ejemplo, cuando una persona ha caído en la amargura, si alguien le hace un reclamo o le pide explicaciones, empieza a buscar en la otra persona los defectos, para tapar sus propias faltas y justificar su amargura.

Por esto debemos examinarnos en la presencia de Dios, ya que la oración es la medicina eficaz para que Dios quite toda raíz de amargura, pero esta medicina debe ser tomada diariamente y con toda diligencia, colocando toda ansiedad, preocupación, temor o dolor en manos de Dios, porque Él cuida de nosotros (1 Pedro 5:7).

Hermanos, aunque Dios sabe todo de nosotros y conoce nuestro corazón, es su voluntad que le hagamos conocer todo lo que nos inquieta y que Él nos examine en lo más profundo de nuestro interior, para ver si hay alguna raíz de amargura o perversidad, si hay algo en lo que lo estemos ofendiendo, para que Él nos muestre y coloque en nosotros el pensar correcto, el sentir adecuado y el camino íntegro que debemos seguir.  Oración.

Señor, te pido que examines en lo más profundo de mi ser y que quites toda raíz de amargura si no he perdonado verdaderamente a alguien, o si no estoy haciendo lo que te agrada, guíame por el camino recto y sáname de toda herida emocional y espiritual que haya en mí. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

martes, 13 de octubre de 2020

Las bendiciones eternas

 


Las bendiciones eternas

“Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho. Que sea engrandecido tu nombre para siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti. Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica”. 2 Samuel 7:25-27

“Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo. Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre”. 2 Samuel 7:28-29

Las promesas de Dios son inmutables y sus bendiciones eternas, por eso debemos apropiarnos de ellas tal como David lo hizo. Somos sus siervos y también, reyes y sacerdotes escogidos para Él. Dios es Soberano y tiene el timón de nuestras vidas en sus manos; por eso al conocer a Jesucristo hemos entrado en el reposo de su presencia, que es la máxima expresión de la vida bendecida por Dios. Por eso la promesa de 2 Samuel 7:28-29, es para nosotros.

Le debemos todo a Dios, y quizás creemos que no somos nada en este mundo, pero para Dios sí, y ha prometido que somos herederos de la promesa que le dio a Abraham, que seríamos bendecidos, como dice Romanos 4:16 “Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros”.

Dios estableció un pacto de trascendencia eterna con David, esta promesa de Dios, aplicada a todos los creyentes, es una realidad dentro del nuevo pacto con Jesucristo. La seguridad de la salvación del creyente está basada en el pacto eterno que Dios ha hecho con cada creyente mediante el sacrificio de Jesucristo y con su reinado a través del Mesías, por eso en Jesucristo encontramos la culminación del cumplimiento de la promesa hecha a David.

En Cristo vemos la relación filial entre Padre e Hijo que heredamos, Él es nuestro Padre al hacernos sus hijos a través de Jesucristo, tenemos el eterno reinado de Dios y su Plenitud habitando en los hombres, no en un templo hecho de manos, sino Él morando en cada creyente por medio de su Santo Espíritu.

Reconozcamos entonces esa gracia inmerecida de Dios y digamos: ¿Quiénes somos para que hayas tenido misericordia de nosotros? Por eso, enséñanos a andar en tus caminos y a servirte con fidelidad.  Oración.

«Señor, hoy reconozco tu soberanía absoluta sobre mí, gracias por tu relación de gracia inmerecida para conmigo, me has adoptado como hijo y me has hecho partícipe de todas tus promesas al habitar en mi corazón por medio de tu Santo Espíritu. Gracias Señor por tu grandeza con la que has llenado mi vida, continúa afirmando mi casa y bendiciendo a mi descendencia como lo has prometido. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

lunes, 12 de octubre de 2020

 


No vuelvo atrás. Segunda parte

Oración.

«Amado Jesús, qué bueno entender que sólo tú tienes palabras de vida eterna, me ofreces esperanza y un futuro seguro en tu presencia. Cuando me enfrento con tu cruz, me revelas el verdadero carácter de tu misión y el costo que implica seguirte, sé que no va a ser fácil, pero quiero hacerlo, no quiero volver atrás, sino estar contigo hasta el fin, pase lo que pase. Amén»“Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios”. Lucas 22:15-16

“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo”. Juan 6:51

“Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”. 1 corintios 5:7

El mismo Señor Jesucristo explicó que su muerte en la cruz del calvario, sería el cumplimiento de la pascua que el pueblo de Israel había celebrado en Egipto y el cumplimiento definitivo para la humanidad, ya que no sólo sería realizado en favor de los judíos, sino que tendría el valor suficiente para salvar al mundo. El apóstol Pablo lo ratificó cuando dijo que: “la pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”.

Aunque este sacrificio sustitutorio libraría a los pecadores de la ira de Dios y les traería libertad, es necesario que el ser humano se apropie de él por medio de la fe en Jesucristo. Y parece una paradoja, pero para tener vida eterna es necesario creer en un Cristo que fue sacrificado, murió y resucitó. La resurrección de Cristo por muerte en la cruz es una base de la esperanza y garantía de inmortalidad.

Cuando el Señor dijo: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo”. El Señor no estaba instituyendo aquí la Santa Cena, sino que usó este símbolo para que los que oyeran entendieran que no se trataba de comer o beber su sangre literalmente, sino de creer en Él y en el sacrificio que iba a realizar en la cruz.

El Señor nos está llamando a un grado mayor de compromiso con Él. Esto genera diferentes reacciones, pues no todos están dispuestos a seguir a Jesús. Recordemos que un grupo de seguidores regulares se volvieron atrás, los judíos y sacerdotes se escandalizaron ante las profundas verdades que apuntaban a su muerte en la cruz y los apóstoles vieron en sus palabras la vida eterna y se quedaron con Él, como lo dice Juan 6:68-69 “Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” Oración.

«Amado Jesús, qué bueno entender que sólo tú tienes palabras de vida eterna, me ofreces esperanza y un futuro seguro en tu presencia. Cuando me enfrento con tu cruz, me revelas el verdadero carácter de tu misión y el costo que implica seguirte, sé que no va a ser fácil, pero quiero hacerlo, no quiero volver atrás, sino estar contigo hasta el fin, pase lo que pase. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

domingo, 11 de octubre de 2020

VIVIENDO EN LA GRACIA DE JESUCRISTO

 


VIVIENDO EN LA GRACIA DE JESUCRISTO

“Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor”, 1 Corintios 1:4-9

Fuimos llamados a estar en comunión con Jesucristo por medio de su obra que cambió totalmente nuestra relación con Dios. Ahora podemos entrar con confianza a su presencia, a su trono de gracia. Y sólo podemos hacerlo a través del Espíritu Santo derramado en nuestros corazones. Cristo hizo realidad la promesa de Joel 2:28-29 “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días”.

Nos dio la salvación, como un regalo inmerecido del amor de Dios y que nos coloca en una relación perfecta con Dios, algo que no podíamos lograr por nosotros mismos. Y fuera de eso nos dotó de dones como un depósito para usarlos como Él nos diga, para la gloria de Dios y bien de los demás.

Hemos sido consagrados a Dios mediante el sacrificio de Cristo, esto hace que pertenezcamos a Dios de una manera muy especial, por eso hemos sido llamados a ser un pueblo dedicado a Dios, recibiendo su llamamiento y mostrando en nuestra vida un carácter santo. El cristiano debe ser diferente a las demás personas porque pertenece a Dios y está a su servicio.

Hemos sido enriquecidos en Cristo con todos los dones espirituales en Palabra y conocimiento, es el poder que nos ha dado para servirle y testificar hasta que Él vuelva. Regocijémonos como Pablo en la gracia de Dios que obra en nuestro pasado, presente y futuro y que nos garantiza los propósitos eternos de Dios para con nosotros. Permanezcamos en comunión con Jesucristo, privilegio de todo aquel que ha creído y lo ha recibido en su corazón. Oración.

"Qué privilegio tan grande haber recibido tu gracia por medio de tu obra redentora, de haber sido dotado de dones espirituales para revestirme de tu poder y ser testimonio en esta tierra. Y mayor privilegio poder tener una comunión contigo Señor, una relación perfecta donde me uno a ti por tu Santo Espíritu para crecer en santidad y ser confirmado hasta el fin. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

sábado, 10 de octubre de 2020

No vuelvo atrás. Primera parte

 

No vuelvo atrás. Primera parte


“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. Juan 6:35

“El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”. Juan 6:63-67

El verdadero pan del cielo nos fue dado en Jesucristo, por eso debemos ir a Él con la plena certeza de que calmará nuestra hambre y nuestra sed espiritual. Sin embargo, así como en tiempos de Jesús la mayoría de las personas sólo querían satisfacer sus necesidades materiales y forzaban al Señor a ser un líder terrenal que les resolviera todas sus expectativas económicas, políticas y religiosas; cuando Él no estuvo dispuesto a complacerlos, lo rechazaron. Hoy también muchos no entienden que Él es el Pan de Vida para el espíritu y el alma, lo rechazan y se niegan a creer.

Mientras que los Israelitas comieron el maná y murieron, Cristo promete que quién come de Él viviría eternamente, tanto espiritual como físicamente. Cristo es el que da vida y restaura nuestra relación con Dios y esa vida comienza aquí y ahora, porque Él “tiene la vida eterna”. Como dice Juan 6:54 “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. Este lenguaje les resultó a muchos muy difícil de entender porque tenía un sentido espiritual que aludía a su muerte en la cruz y no había otro modo de lograr la salvación para los hombres si no era dando su vida por ellos.

Entonces hermanos, “comer y beber” sirve para enfatizar el grado de intimidad que tenemos con el Señor, habla de nuestra relación personal con Él. En nuestra vida diaria cuando comemos o bebemos algo, eso no sólo aporta energía y vida a nuestro organismo, sino que forma parte inseparable de nosotros mismos. Y de la misma manera, cuando creemos en Cristo, somos unidos con él en una comunión vital y existencial, de la misma manera que Él está unido al Padre Celestial.

Al oír el evangelio se repite nuevamente la pregunta de Jesús: “¿Queréis acaso iros también vosotros?” Será que como Pedro podemos contestarle: “¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”  Oración.

«Amado Jesús, tú eres mi única esperanza y garantía de inmortalidad, gracias por haber descendido del cielo, por ser el maná que sustenta mi vida, quiero permanecer en comunión contigo cada día, para ser fortalecido en mi espíritu. Ilustraste por medio del pan la necesidad de creer en ti como aquel que fue enviado por el Padre para que disfrutara de la vida eterna. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.