domingo, 30 de abril de 2023

El Espíritu y la esposa dicen: ven

 

El Espíritu y la esposa dicen: ven


“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. 2 Timoteo 4:8

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. Apocalipsis 22:17

¿Cuánto anhelamos la venida de Cristo?

Pablo con certeza dice que ya tiene reservada la corona de justicia, que el Señor no sólo le dará a él, sino a todo aquel que ama su venida. Pablo en la medida que se acercaba al final de su vida pudo decir con seguridad que fue fiel a su llamado y que sabía que sería premiado por Cristo, ¿será que poseemos la misma seguridad y expectativa de Pablo de encontrarnos con Cristo?

La recompensa celestial no es sólo para los gigantes de la fe, como Pablo, sino también para todos aquellos que esperan con ansias la segunda venida de Cristo. Pablo dijo estas palabras para animar a Timoteo en primera instancia, pero también a nosotros; de que no importa cuán difícil parezca la batalla de la fe, hay que seguir peleando. Descubriremos, cuando estemos con Cristo, que todo valió la pena.

Por eso debemos como iglesia, esposa de Cristo, estar alertas y preparados para su segunda venida, con nuestras lámparas llenas de aceite, que es la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Mateo 25: 1-13, es una invitación a preparar el corazón de la iglesia para recibir a Jesús en su regreso y estar siempre listos como las vírgenes prudentes. Es un llamado a la santidad, a la consagración y a la comunión con Dios, en estos tiempos de oscuridad que estamos viviendo. Como las vírgenes prudentes debemos tener las lámparas encendidas, porque la iglesia debe brillar en medio de la oscuridad de este mundo.

El clímax del apocalipsis es un llamado evangélico, dirigido a aquellos que aún permanecen afuera, tanto el Espíritu y la esposa (la iglesia) ofrecen la invitación. La invitación a venir, es efectiva mientras la iglesia es aún la novia comprometida, como también “ven” es la oración del Espíritu y de los creyentes en respuesta a la promesa de Cristo que dice que viene pronto, Apocalipsis 22:7. Tenemos que oír con gozo el anuncio de Cristo y poder decir “ven Señor Jesús”.

Tanto el Espíritu Santo como la Esposa, la iglesia, extienden la invitación a todo el mundo para que vengan a Jesucristo a calmar su sed, y tomen del agua de la vida gratuitamente, una vez más es entender que la salvación es por gracia, es un regalo para todo aquel que quiera. Por eso, no podemos dejar de anunciar el mensaje a todas las almas sedientas para que acudan a Jesús; si hemos sido hallados para Cristo, debemos hallar a otros para Él. Recordemos Juan 6:35 “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.

Es nuestro deseo como iglesia que cada uno que oiga o lea estas palabras, desee de inmediato aceptar la invitación de gracia y recibir a Jesucristo en su corazón.   Oración.

«Señor Jesucristo, cuánto amo tu venida, mi anhelo es encontrarme contigo cara a cara, por eso permíteme pelear la buena batalla de la fe y así como Pablo, tener la seguridad que algún día estaré contigo en el cielo disfrutando de tu plenitud, mientras tanto prepara nuestro corazón para tu regreso, lléname de tu Santo Espíritu para que mi lámpara esté encendida; y que pueda decir a otros “vengan” y tomen del agua de la vida gratuitamente, en Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 29 de abril de 2023

Voces en el desierto

 

Voces en el desierto


“Como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas. Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados; y verá toda carne la salvación de Dios”. Lucas 3:4-6

En el primer Adviento, Juan Bautista fue la voz que gritó en el desierto anunciando que el Mesías llegaría. Después de cuatrocientos años de silencio, fue el profeta que Dios levantó para anunciar las buenas nuevas, este llamado vuelve a ser eco con el segundo Adviento. La palabra latina “adventus” significa venida, en el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo.

El mensaje de Juan ahora está en nuestra boca para proclamar la segunda venida de Cristo, por eso debemos decir lo mismo: “Preparad el camino, enderezad sus sendas”; espiritualmente Dios anhela que los corazones de los hombres se preparen y se enderecen para su reencuentro con el Señor Jesucristo.

Por eso es un llamado a la santidad, todos necesitamos enderezar lo que está torcido y suavizar lo que está áspero en nuestras vidas. En nuestros corazones hay orgullo, egoísmo, deshonestidad, envidia y muchas otras cosas más. El Señor nos invita a consagrarnos a Él ante su regreso, dice 1 Tesalonicenses 5:23 “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.

Hoy los creyentes somos esa voz que clama en el desierto de este mundo, anunciando la salvación. La iglesia de Cristo es el instrumento de salvación en estos tiempos. Por eso debemos despertarnos y levantarnos del sueño para que nos alumbre la luz de Cristo, Efesios 5:14. Somos los mensajeros para anunciar la segunda venida, preparando el camino delante de Él. “Y verá toda carne la salvación de Dios”.

La voluntad de Dios es muy clara, nos dice en 1 Timoteo 2:4-5 “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. ¿Será también ésta nuestra preocupación? Veamos Romanos 13:10-12 “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Y esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz”.

Hoy es el tiempo de compartir el evangelio, después no se podrá hacer nada. El día del Señor vendrá y no quiere encontrarnos desapercibidos sino atentos; si realmente amamos a los demás, ese debe ser el motor para levantarnos y hablar el mensaje de Cristo. Se nos dice que la salvación está más cerca que cuando creímos; entonces, no hay lugar para la tibieza espiritual, porque la noche está avanzada y se acerca el día de su regreso.

La pregunta es: ¿Nos estamos preparando para su venida?, ¿Estamos enderezando las sendas?, ¿Estamos mostrando el verdadero camino? Hoy es nuestra responsabilidad, somos la voz de Dios en este tiempo, somos la iglesia militante que se levanta a proclamar que el Rey ya viene y quiere que todos le conozcan. ¿Qué impide que lo estemos haciendo? La falta de amor por los perdidos, recordemos que ese perdido puede estar muy cerca de nosotros.  Oración

«Amado Padre, hoy me recuerdas que soy la voz que clama en el desierto de este mundo sediento de ti. La iglesia de Cristo es el instrumento de salvación en estos tiempos, para preparar el camino para tu segunda venida; por eso, despiértanos y levántanos para que nos alumbre la luz de Cristo, somos tus mensajeros, testigos de tu amor y enviados a proclamar el evangelio a los que no te conocen. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 28 de abril de 2023

 


La cirugía divina

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. Hebreos 4:12-13

En este pasaje se nos dice que la palabra de Dios no es algo inerte, sino “viva”, porque produce un efecto en la vida de las personas que la escuchan con atención. Y es “eficaz” porque está llena de poder para alcanzar los resultados que Dios se propone; es activa y efectiva como dice Isaías 55:11: “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.

También es sumamente filosa y aguda, eso con el propósito de cumplir con una de las funciones que es penetrar profundamente, por eso se compara con una espada, como lo dicen las Escrituras en Efesios 6:17 dice: “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”; y en Apocalipsis 1:16 dice:” Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza”.

La palabra de Dios atraviesa fuerte y cortante nuestro interior y va discerniendo los pensamientos y las intenciones de nuestro corazón. En la versión de la Biblia internacional dice de esta manera: “penetra hasta lo más profundo del alma y el espíritu, hasta la médula de los huesos”. Ahí donde el hombre piensa que Dios no puede llegar, allí donde el ser humano atesora y guarda sus secretos, hasta allí llega el Señor.

Dios como cirujano y la palabra de Dios como espada, hace una incisión interna para lograr una transformación en nuestro ser. Todo comienza con un corte algo que no es agradable; eso nos hace entender la incomodidad que sentimos cuando somos confrontados con la verdad de la palabra de Dios. El Señor como cirujano sabe dónde, cuándo y cómo hacer cortes en nuestra vida. Jesús lo expresó de esta manera a sus discípulos, en Juan 15:2-3 “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”. Nos enseña lo importante de cortar, de podar todo aquello que no nos deja producir fruto.

Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de Dios, él discierne, revela, expone y nada se esconde de Él. Con Dios no hay fachadas, ni máscaras, nos ve tal como somos. La palabra “discierne” viene del griego “kritikos”; es la capacidad para juzgar, estima lo bueno y lo malo, la palabra de Dios es apta para emitir un juicio, evalúa todo y determina qué está bien y qué está mal en nosotros.

Tenemos al mejor aliado con nosotros el Espíritu Santo, que escudriña nuestros corazones y nos redarguye para que andemos conforme a la voluntad de Dios.

Sin embargo, hay muchos que no quieren enfrentarse a la cirugía divina y prefieren seguir caminando en este mundo con el tumor del pecado a cuestas, ¿qué es preferible? la incomodidad que nos produce por un momento ser desnudados con la palabra de Dios o sentir el dolor que produce una vida sin Cristo o una vida carnal, cuando ya conoce de Cristo, pero que no permite que Él tome el control de ella.   Oración.

«Señor gracias por tu Palabra santa, viva, eficaz y cortante como espada, gracias porque me muestras quien soy y cuánto necesito ser cambiado por ti. Gracias por discernir mis pensamientos y las intenciones de mi corazón, quiero que sigas limpiando mi vida, podando cada área de ella, que no te glorifica. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 27 de abril de 2023

El carácter de Cristo

 

El carácter de Cristo


“Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”. Juan 13 :15

“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”. Gálatas 4:19

Para empezar esta reflexión tenemos que entender que el carácter es el conjunto de cualidades psíquicas heredadas o adquiridas que forman la personalidad de un individuo y condicionan su conducta y su manera de ser. Es lo que somos y nos caracteriza.

Lo que más anhela nuestro Padre celestial es que nos parezcamos a Jesús, es una meta muy alta, pero para parecernos a Él, tenemos que conocerlo. El Señor dijo en Juan 17:3 “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien has enviado”. Cuando queremos ser como alguien, debemos seguir su ejemplo; y ser como Jesús sólo se logra por el poder del Espíritu Santo en nosotros.

Pablo también demuestra su angustia por la iglesia de Gálatas, porque ellos estaban yendo en una dirección contraria al evangelio de Cristo y él deseaba ver a Cristo visible en sus vidas. Es lo mismo que le expresó a los corintios en 2 Corintios 3:18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. Nuestra transformación a la imagen de Cristo sólo puede ser posible cuando ya no vivimos en los deseos de nuestra carne, sino que vivimos llenos y controlados por el Espíritu Santo, Gálatas 5:16-17, Gálatas 5:22-23.

Dios es el más interesado en que Cristo sea formado en nosotros y no escatimará ninguna cosa que nos pase, para cumplir su propósito en nuestras vidas, como dice Filipenses 1:6 “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Si para perfeccionarnos tiene que someternos a diversas pruebas, lo hará.

En el Sermón del monte en Mateo 5:1-11 se hace una descripción del carácter de Cristo y de lo que Dios quiere ver en nosotros, sus hijos; pero este sermón es para aquellos que han escuchado el llamado de Jesús, que lo siguen y que suben al monte a estar con Él y que llama “bienaventurados”, o sea, benditos y felices. Si vemos estas cualidades podríamos decir: ¿qué tienen de bienaventuradas este tipo de personas?: los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de limpio corazón, los pacificadores, y los que sufren persecución y vituperio; y lo único que podemos concluir es que el mundo espiritual es diferente al secular y por eso Jesús nos llama a ser como Él, con un total desapego a lo que este mundo ofrece: las riquezas, el placer y la vanagloria, que no conducen a la verdadera felicidad.

La consecuencia de parecernos a Cristo es que seremos sal y luz del mundo y otros glorificaran a Dios por lo que ven en nosotros, como dice Mateo 5:16: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.  Oración.

«Amado Jesús cuánto anhelo ser como tú, sé que formar tu carácter en mí implica pasar por muchas cosas para que mi ego mengüe y tú crezcas dentro de mí. Ser como tú es vivir lleno y controlado por tu Santo Espíritu, renunciando a todo lo que este mundo ofrece, viviendo en dependencia y santidad para poder ser luz y sal para esta tierra. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 26 de abril de 2023

Dispuestos a entregarlo todo

 


Dispuestos a entregarlo todo

“Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra familia, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le declaramos conforme a estas palabras. ¿Acaso podíamos saber que él nos diría: ¿Haced venir a vuestro hermano? Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños. Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre”. Génesis 43:7-9

“Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo”. Génesis 43:14

En esta porción del Génesis se nos muestra a Jacob el padre de las doce tribus de Israel, cuyo padecimiento iba en aumento, no había superado la desaparición de su hijo José, que llevaba casi veinte años extraviado y que creía muerto, ahora había una gran hambruna sobre la tierra de Canaán, Génesis 43:1 y enfrentaba la posibilidad de perder a su hijo menor, Benjamín. Les preguntó a sus hijos ¿por qué le habían causado ese mal diciendo en Egipto, que tenían un hermano menor?

Ya había perdido a José y pensó que no resistiría perder a otro hijo, pero tenía que entregarlo para que en Egipto les dieran comida para sobrevivir, por eso se resignó diciendo: “Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo”. No tuvo más que confiar en Dios y dejar ir a Benjamín, pero cuando lo hizo, las cosas cambiaron.

Judá entendía la agonía por la que estaba pasando su padre y sabía que, si perdía a Benjamín, probablemente moriría de pena. Judá era un hombre cambiado ahora estaba dispuesto a dar la vida para salvar a su hermano menor, lo que no hizo con José, Génesis 44:32-34.

Conocemos la historia y sabemos que José seguía con vida, pero estaba probando a sus hermanos, para ver qué había en su corazón; en medio de todas estas circunstancias se estaban cumpliendo los propósitos de Dios revelados en sueños a José, Génesis 43:26-28, cuando vio a sus hermanos y especialmente a Benjamín, se conmovió tanto que tuvo que buscar un lugar donde llorar, Génesis 43:30.

Si vemos esta historia a la luz del Nuevo Testamento, se nos recuerda que nuestro Padre Dios, entregó a su unigénito Hijo, para calmar el hambre y la sed espiritual de la humanidad y salvarnos. Jacob envió a su hijo menor, para salvar de la hambruna a su familia.

Ante situaciones difíciles como ésta, tenemos que soltar y dejar todo en manos de Dios, porque a menudo no es hasta que abandonamos y consagramos una causa en manos del Señor, que Él actúa a nuestro favor. Recordemos lo que dice el Salmo 37:5: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará”.

El Señor nos está llamando a actuar en nombre de quienes padecen hambre, no sólo física sino espiritual. ¿Cuánto estamos dispuestos a sacrificarnos, siendo compasivos, misericordiosos y llevando el mensaje del evangelio para saciar el hambre espiritual de este mundo?  Oración.

«Amado Padre celestial, gracias por la maravillosa manera de llevar a cabo tus planes en mi vida y en la de todos los que confían en ti. Quiero soltar en tus manos, cada situación que me parece imposible, para que actúes en mi favor y especialmente haz que no sea indiferente al hambre espiritual y física de los que me rodean; que sea un instrumento de compasión y de misericordia para ayudar a quienes lo necesitan y especialmente ayúdame a llevar tu Palabra para calmar su hambre espiritual. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 25 de abril de 2023

El Sermón de Abel. Parte 2

 

El Sermón de Abel. Parte 2


“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. Hebreos 11:4

“A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”. Hebreos 12:24

Ayer se nos enseñaba que la fe verdadera se acerca a Dios mediante el sacrificio correcto: Jesucristo. Hoy la fe de Abel nos enseña que Dios declara justo a todo aquel que se acerca a Él confiando en la ofrenda que Él proveyó.

Hebreos 11:4 nos dice también “por lo cual alcanzó testimonio de que era justo”. Abel fue justificado por presentar la ofrenda que Dios le pidió, en ese entonces un sacrificio de sangre, de un animal muerto sobre el altar.

Ahora somos justificados por la fe en la ofrenda que Cristo presentó por nosotros, su propia vida. Romanos 5:1-2 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. Es por medio de nuestro Señor Jesucristo, no por medio de nuestras obras que somos justos.

Ser justificados, significa que Dios toma nuestra maldad y nuestras transgresiones y las quita de nosotros y nos vuelve a traer a una relación de justicia con Él, porque tomó nuestros pecados y los puso sobre Cristo y ante Él somos declarados personas justas por medio de Jesucristo. ¿Estamos viviendo en paz con Dios o todavía creemos que tenemos que hacer algo más por nuestra salvación? Examinemonos. Ya Jesús nos dio la victoria en la cruz. Recordemos Romanos 5:9 dice: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”.

Hebreos 11:4b dice: “dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. Aun después de tantas décadas la fe de Abel aún predica. La fe de los mártires de la iglesia aún sigue predicándonos. Por último, se nos enseña que la verdadera fe no puede ser silenciada.

La verdadera fe todavía habla, habla aún después de la muerte de aquel que tenía fe. Después de milenios, el testimonio de Abel todavía nos enseña, y hoy el sermón de Abel nos predica “creer en Cristo”, el sacrificio perfecto. Es una fe verdadera porque se ha preservado en el tiempo, porque la verdadera fe no puede ser callada. Estamos viviendo tiempos donde muchos movimientos políticos e ideologías humanas están tratando de callar la fe cristiana. Pero miremos lo que dice 1 Pedro 1:25 “Más la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada”.

Si la Palabra de Dios permanece para siempre, el fruto de la Palabra de Dios, que es la fe también debe permanecer, Romanos 10:17. Si queremos dejar un legado que quede para siempre pongamos nuestra fe en Cristo, es lo mejor que podemos heredarles a nuestros hijos. Esa fe va a hablar para siempre porque la Palabra de Dios que despierta verdadera fe, no puede ser silenciada.

Hoy por medio de la fe hay que seguir predicando y debemos dejar un legado a las generaciones futuras porque creímos en el sacrificio de Cristo y fuimos justificados por fe. Nuestra fe debe predicar hasta la eternidad, entonces no tengamos miedo del futuro porque hemos confiado en aquel que nos dejó su mensaje de salvación para que podamos compartirlo.  Oración.

«Amado Señor, Gracias por haberme declarado justo por medio de la fe en tu sacrificio perfecto en la cruz. Tu Palabra en hebreos 11:6 me dices: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan”. Que mi fe siga hablando por generaciones, no puedo silenciarla porque tu Palabra permanece para siempre y está implantada en mi corazón. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 24 de abril de 2023

El Sermón de Abel. Parte 1

 


El Sermón de Abel. Parte 1

“Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante” Génesis 4:1-5

“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella” hebreos 11:4

bel fue un hombre de fe, de una fe diferente a la de Adán, porque Adán caminó con el Señor, estuvo en el huerto con Él, lo vio con sus ojos, estaba en la presencia de Dios, fueron amigos; Adán conocía a Dios y hablaba con Él, vivía en comunión íntima con su Creador. El privilegio de estar en su presencia lo perdió cuando pecó.

Abel, en cambio, fue el primero en confiar en Dios sin verle; de acuerdo con Jesús, Abel fue bienaventurado porque fue el primero que creyó en Dios sin haberlo visto. Recordemos Juan 20:29 “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.

Aprendemos de estos pasajes lo siguiente:

La fe verdadera se acerca a Dios mediante el sacrificio correcto, “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín”; ambos jóvenes se acercaron a Dios con sacrificios, los dos trajeron algo delante de Dios el mismo día y en el mismo lugar, pero solo uno fue recibido por Dios.

El Señor miró con agrado a Abel y su ofrenda, no solo le gustó lo que Abel le trajo, sino que le gustó el corazón de Abel, su disposición; pero no miró con agrado ni la ofrenda ni la disposición de Caín, ¿por qué?, porque Dios le habló a Abel y él respondió en fe presentando el sacrificio que Dios pedía. La forma correcta de acercarse a Dios es por medio de la revelación divina, por medio de lo que Dios nos habla a través de su palabra.

Abel representa a todo aquel que se acerca a Dios por medio de la revelación divina, porque recibió la palabra de Dios y trajo la ofrenda que el Señor pidió, no trajo lo que él quería; Abel no quiso inventar una forma nueva de traer ofrenda, él simplemente obedeció.

¿Cómo sabemos que ese es el tipo de sacrificio que Dios le pidió a Abel?, porque el Señor mismo provocó la primera muerte en la historia de la creación, en favor de los pecadores, para cubrir la vergüenza y cubrir el pecado de Adán y Eva; y este sacrificio sería la antesala de todos los sacrificios del Antiguo Testamento para que Dios pudiera expiar los pecados de ese entonces, pero también sería la antesala del único y gran sacrificio que quitaría el pecado y traería salvación a la humanidad: el de Jesucristo con su muerte en la cruz.

Por otra parte, la forma incorrecta de acercarse a Dios fue como lo hizo Caín, quien se acercó por medio del razonamiento humano porque probablemente pensó que ofrecería el fruto de todo el trabajo duro de un año, llevando una ofrenda de su cosecha; creía que era justo traerle a Dios algo que le costó, fruto de su esfuerzo. Esto es tratar de agradar a Dios con nuestras propias fuerzas y razonamiento, y de esa forma Caín se convierte en el creador de la primera religión falsa, porque la esencia de toda religión falsa es: voy a agradar a Dios con mis obras.

La Biblia nos dice que todo es por gracia, no podemos hacer nada por nuestra salvación porque es un regalo de Dios a través de Jesucristo, quien hizo todo por nosotros. La primera enseñanza, entonces, es que el obedecer es mejor que los sacrificios y el prestar atención a lo que Dios dice (1 Samuel 15:22). Nuestra verdadera fe es acercarnos a Dios por medio de la fe en Jesucristo. Cristo en la cruz es suficiente para darnos la victoria sobre el pecado; acerquémonos a Dios por medio de la fe en el sacrificio perfecto, el de Cristo.   Oración.

«Amado Jesús, gracias por ese sacrificio perfecto en la cruz del calvario, fuiste la ofrenda agradable a Dios en favor de nosotros los pecadores, gracias porque por ese único y suficiente sacrificio volví a tener una relación correcta con mi Padre, abriste un camino nuevo a su presencia por medio tu sangre preciosa. Ahora quiero adorarte como dice tu palabra, en espíritu y en verdad, me acerco confiadamente a tu trono de gracia para alcanzar el oportuno socorro. En el nombre de Jesús, amén   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 23 de abril de 2023

¿Cuál es nuestra motivación?

 


¿Cuál es nuestra motivación?

“Al tiempo que señalaré Yo juzgaré rectamente. Se arruinaban la tierra y sus moradores; Yo sostengo sus columnas” Salmos 75:2-3

“porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor” Gálatas 5:6

¿Tú crees que Dios necesita algo de nosotros? Dios no necesita nada, somos nosotros los que necesitamos de Él; sin Él nos falta todo.

No importa lo que pase a nuestro alrededor, podemos enfrentar muchas cosas, pero debemos tener la certeza de que quien sostiene las columnas de la tierra es Dios; Él sabe lo que necesitamos, pero Él no es el “Dios apaga incendios”, al que acudimos cuando estamos en emergencias y que después de ver su respuesta lo olvidamos.

Si queremos ser bendecidos, restaurados, prosperados en todas las áreas de nuestra vida, debemos entender lo que dice Gálatas 5:6 “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor”.

El amor es el dunamis de la fe. Dunamis en griego significa fuerza, poder milagroso; por eso, si no hay intimidad, presencia de Cristo, búsqueda de Dios, si Jesús no está presente en todos los asuntos de nuestra vida, si no hay una verdadera motivación y una actitud correcta hacia Él, nunca seremos prosperados como Él quiere. En Marcos 7:6 dice “Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, más su corazón está lejos de mí”.

Recordemos cómo el pueblo de Israel en el desierto estaba tan lejos del corazón de Dios que no veían su amor cuando los sustentaba, les dio pan, agua, carne, les dio su protección y cuidado, todo lo que necesitaban, pero ellos siempre se quejaban y lo deshonraban.

Lo mismo nos puede pasar a nosotros, podemos conocer todos sus mandamientos, sus principios, pero si mi amor por Jesús no es mi motivación la fe no puede operar; y esto es en todos los ámbitos de nuestra vida, en nuestro matrimonio, en nuestra relación con nuestros hijos, en nuestro ministerio, en nuestra área financiera, entre otras. La fe obra por el amor, todo funciona a partir de esto.

1 corintios 13:1-2 dice “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”.

El amor nos enseña a darle a Dios lo mejor de nosotros y podemos esperar lo mejor de Él. El Salmo 37: 4 dice “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón”.  Oración.

«Gracias Señor por tu entrega sin reservas en la cruz, por amarme y salvarme. Que mi amor por ti sea la motivación de cada día para conocerte más y más; me has bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, tengo una nueva naturaleza que refleja la presencia de tu Santo Espíritu, quiero darte mi amor, dinamizar mi fe, confiar en tus promesas. Gracias porque contigo lo tengo todo. Eres el Dios soberano que sostienes mi vida y esta tierra, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 22 de abril de 2023

Tu historia tiene poder

 

Tu historia tiene poder


“Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él”. Juan 9:1-3

“Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo”. Juan 9:25

Aunque existen numerosos métodos de evangelización, campañas evangelísticas donde presentamos el sencillo mensaje del evangelio, la manera más contundente de atraer otras personas a Cristo es contando nuestra propia historia. El testimonio personal es la oportunidad que tenemos de contarle a otros lo que Cristo ha hecho en nuestra vida.

Aunque muchos de los que nos escuchan no conocen a Jesús y quizás piensan de Él, como pensaban los fariseos de ese entonces, que lo consideraban un lunático, un charlatán, un pecador y hasta un endemoniado por las señales que hacía, podemos decir como el ciego: “si es pecador, yo no lo sé, lo único que sé es que Él me salvó, me sanó, me liberó, me transformó, etc”.

La Palabra de Dios está llena de testimonios de hombres y mujeres cambiados por el conocimiento y el poder de Cristo, además millones de personas siguen testificando sobre la transformación de sus vidas al haberse encontrado con Jesús. Vemos profetizada en el Antiguo Testamento una dimensión de la obra del Mesías en Isaías 29:18 dice: “En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas”; y eso fue lo que hizo Cristo.

La sanidad de este ciego debería ser la señal más clara de su divinidad, apoyando el reclamo que le hacían los religiosos de su época porque decía ser el Hijo de Dios. Este episodio reúne los dos aspectos del ministerio de Jesús, el de ser la luz del mundo que ilumina a los que creen, pero a la vez el que resulta en juicio y ceguera espiritual para los que lo rechazan. Nuestra ceguera no fue física pero el Señor nos sanó de nuestra ceguera espiritual, para que diéramos testimonio de lo que ha hecho en nuestra vida.

Jesús repudia el vínculo automático entre el pecado y el sufrimiento, los fariseos asumieron que el hombre estaba ciego porque había nacido sumido en el pecado. Y ante la pregunta de sus discípulos: ¿Quién pecó éste o sus padres?, Jesús les dice que ni él, ni sus padres, esto sucedió para que la obra de Dios sea evidente en su vida.

Jesús sana a ese hombre con sus palabras y sus manos tocándolo con profundo amor y respeto. Cuando el hombre dio su testimonio de sanación atacaron a Jesús, veamos Juan 9:16 “Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos”.

Este hombre solo cuenta su historia una y otra vez, no tiene las respuestas para todas las preguntas complejas que le hacen los religiosos; cuando finalmente se siente frustrado por el cinismo y escepticismo de los fariseos, les manifiesta que no sabe las respuestas a todas sus preguntas, pero dice: “lo único que sé es que habiendo yo sido ciego, ahora veo”.

Este es el poder del testimonio, esta es una forma casi incuestionable para responder a las objeciones que nos hacen sobre Jesús: “antes éramos así, ahora somos diferentes”. Es la diferencia que Jesús ha hecho en nuestras vidas, por eso, contar nuestra historia es uno de los aspectos claves para comunicar nuestra fe a los que nos rodean, como lo fue para ese ciego en esos tiempos.  Oración.

«Señor, quizás mi testimonio no es tan dramático como el del ciego de nacimiento, pero todos tenemos una historia que tiene poder para acercar a otros a Cristo, por eso, ayúdanos a contar nuestro testimonio desde nuestro corazón, con honestidad y autenticidad. Gracias por el poder de nuestro testimonio cuando mostramos que ahora somos diferentes, oro para que mis hermanos en la fe puedan testificar de lo que Cristo ha hecho en sus vidas, ayúdanos como iglesia a ser una comunidad conocida por nuestro amor, lealtad, bondad y fidelidad de tal manera que otros se sientan atraídos hacia ti. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 21 de abril de 2023

Tan comprometidos como Jesús. Parte 2

 

Tan comprometidos como Jesús. Parte 2


“Aconteció que, estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud”. Lucas 5:1-3.

Escuchar la Palabra de Dios por medio de Jesús transformó la vida de Simón. Este hombre es una parábola viviente, su nombre significaba junquillo, pajita, algo inestable, incrédulo, una caña frágil; pero Simón apartó la barca de la orilla para que Jesús entrara y la usara como púlpito y transmitiera su mensaje. Este acto de apartar la barca de la orilla es un paralelo de apartar nuestra vida del mundo y permitir a Jesús que entre en nosotros y asuma el control de nuestro ser. Fue cambiado su nombre por Pedro que significa roca, algo firme y fuerte.

Igual que Pedro el Señor puede moldear nuestra vida de tal manera que podamos ser otras personas a la imagen de Cristo. Por eso, nadie puede señalarnos, nadie tiene derecho a llamarnos Simones, excepto nuestro alfarero, porque somos vasos de barro dentro de los cuales hay un tesoro, que es Cristo; como dice: 2 Corintios 4:7. Hoy el Señor quiere dirigirse especialmente a aquellos que se han identificado con Simón, que se sienten frágiles e inestables, pero que han prestado su barca, o sea su vida para que Dios los use y ser transformados en instrumentos de bendición para otros.

El Señor nos ruega que apartemos nuestra barca de la orilla, o sea del mundo, la mediocridad, el conformismo, la lógica, para que, a través de ella, o sea de nuestra vida Él pueda enseñar a la multitud. Ese apartar es también ser santos apartados para Él. Necesitamos limpiar las redes, vaciarnos de la suciedad de nuestro corazón que hemos acumulado por el pecado y el mundo, para poder dar fruto, reconociendo nuestra debilidad e incapacidad de hacer cualquier cosa para Él en nuestras fuerzas. Necesitamos su ayuda dice Lucas 5:4-5, “Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red”.

Pedro y sus compañeros no habían pescado nada, así es cuando nos sentimos estancados, cuando no vemos resultados, cuando hemos estado tanto tiempo quietos que necesitamos de su ayuda. “En su Palabra echaremos la red”, significa entonces, actuar en fe incluso en medio de nuestras circunstancias de frustración, cansancio y ansiedad. Cuando Jesús da la orden se recoge una pesca abundante. El Señor en medio de las circunstancias difíciles nos pide ir contra la corriente de este mundo, y echar la red para pescar, ir contra el “no se puede”, “no es posible”, “no sé hacerlo”, etc.

Pedro no sólo atrapó una gran pesca, sino que captó y entendió la visión de lo que Jesús podía hacer con su vida. Tres años después predicó un sermón en que tres mil personas se convirtieron en un mismo día, estableció los cimientos de la iglesia primitiva porque hizo que muchos profesaran el nombre de Jesús.

No veremos totalmente desarrollado nuestro potencial hasta que no confiemos plenamente en lo que Él es capaz de hacer a través de nosotros y hasta que no obedezcamos a su Palabra independientemente de nuestra situación. Hay que profundizar en el conocimiento de Dios, para poder ser instrumentos y ganar muchas almas para Él. Sin bogar mar adentro es imposible, no podemos quedarnos en la orilla, necesitamos apartarnos del mundo y conocerle, arrojarnos sin temor en las profundidades de su presencia, en una relación de intimidad y sinceridad, activando nuestra fe con su Palabra para que así veamos resultados.

Lucas 5:11 “Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron”. ¿Estamos decididos a seguirle y conquistar este mundo perdido para Él? ¿Estamos dispuestos a estar tan comprometidos como Cristo?   Oración.

«Señor Jesucristo, tú me escogiste para que no siguiera siendo un débil Simón, sino para ser una roca firme, instrumento de bendición para esta humanidad, llamado a nadar en contra de la corriente de ese mundo; por eso, necesito entrega total, renuncia, compromiso y obediencia absoluta a ti. Examina oh Dios mi corazón y muéstrame qué cosas están atándome a la orilla de este mundo. Quiero bogar mar adentro en tu presencia, en tu conocimiento y en una relación de intimidad y sinceridad, para que mi fe crezca y pueda seguirte sin vacilación. En Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 20 de abril de 2023

Tan comprometidos como Jesús. Parte1

 


Tan comprometidos como Jesús. Parte1

“Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Galilea”. Lucas 4:43-44

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Filipenses 2:5-8

Nadie ha tenido un ministerio tan poderoso como el de Jesús, nunca nadie estuvo tan comprometido como Él. Pero ¿Cómo podía hacerlo?, ¿Cuál era su secreto y la fuente de su poder? su secreto era estar en línea directa con el Padre. Dice Lucas 5:16 “Más él se apartaba a lugares desiertos, y oraba”.

La oración fue el eje fundamental de la vida de Jesús, muchos ansiaban oír su predicación y ser sanados de sus enfermedades, muchas cosas reclamaban su atención, pero Él nunca descuidó la prioridad de estar con su Padre en quietud, más cuando su vida no tenía reposo, estaba siempre bajo el escrutinio de los religiosos de su época, la oposición hacia Él era evidente y no habría más que un final que Él ya conocía: la cruz. Por eso siempre se apartaba a lugares desiertos a orar, para renovar sus fuerzas y llenarse de la paz de Dios, para tomar decisiones, para pedir dirección en su ministerio terrenal, para encontrar el amor y la aprobación de Dios en todo lo que hacía, para prepararse para la batalla más grande de su vida, vencer el mal en la cruz.

Pablo nos pide que en nosotros haya el mismo sentir de Cristo, eso implica entrega, renuncia, compromiso y obediencia. Jesús estuvo siempre dispuesto a predicar, lo veía como una necesidad urgente. Todos querían su auxilio, dice Lucas 5:15 “Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades”.

Qué gran ejemplo para nosotros antes de iniciar nuestro día a día, antes de comprometernos a hacer cosas y más aún de trabajar para la obra del Señor. Debemos dedicar tiempo para buscar a Dios. La fortaleza y la sabiduría vienen de Dios y solo las podemos conseguir cuando pasamos tiempo con Él.

Nunca podremos sobrellevar las exigencias de la vida en el reino de Dios a menos que recarguemos nuestras energías por medio de nuestra comunión diaria con Dios. Cuando nos disponemos a tener intimidad con el Padre y a congregarnos para escuchar su Palabra, nos dará la visión de lo que quiere hacer con nuestra vida.

Cuando estaba listo para juzgar al mundo, escogió a Noé, cuando estaba listo para formar una nación, vino a Abraham, cuando oyó los gemidos de los hijos de Israel, levantó a Moisés para librarlos de la esclavitud, cuando agotó todos los recursos a través de los patriarcas, profetas y ángeles para llevar el mensaje de salvación a la humanidad, tomó la iniciativa más trascendente por amor a nosotros, envió a su Hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados. Así como todos estos hombres de la biblia y como su Hijo Jesús, hoy nos está invitando a participar de su obra.

El Señor sigue mostrando su actividad redentora en el mundo, el oye nuestros gemidos por un mundo que se pierde y escoge obrar por medio de nosotros, aquellos que hemos creído y aceptado la obra de Jesús en nuestra vida, para llevar a cabo sus propósitos.

Respondamos a su llamado meditando en este versículo: “Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Galilea”, Lucas 4:43-44 ¿Estamos dispuestos a orar y a ir al lugar donde Él nos llama?   Oración.

«Jesús gracias por tu ejemplo de oración, porque en los momentos más decisivos de tu vida, de tomar decisiones en tu ministerio, de enfrentarte a la oposición, y de prepararte para ir a la cruz, buscaste el rostro del Padre, fortaleciéndote y llenándote de su paz. Igual que tú quiero buscar un lugar tranquilo para orar y entrar en tu presencia, hallar descanso y prepararme para anunciar el evangelio de salvación teniendo el mismo sentir tuyo, por este mundo perdido. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 19 de abril de 2023

Escucha a Dios mediante las palabras de Jesús

 


Escucha a Dios mediante las palabras de Jesús

“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd”. Mateo 17:1-5

La forma más común de Dios hablarnos es a través de las Escrituras. Por eso las palabras de Jesús registradas en el Nuevo Testamento, son las Palabras de Dios. Claramente el Señor Jesucristo en el monte de la transfiguración se reveló como Dios, en toda su majestad y poder; y el Padre celestial cubrió con su presencia a todos los que estaban allí y se escuchó su voz confirmando la deidad de Jesús, la misma imagen del Dios invisible, la esencia gloriosa de Cristo eterno traslució el velo de su cuerpo y se dejó ver por sus discípulos, revelando la gracia de Dios.

Se vio una nube brillante y se escuchó una voz desde el cielo dando un mandato: “a Él oíd”. La presencia de Moisés y Elías sirvió como una aprobación implícita de Jesús como el Mesías, pero la voz desde el cielo fue una aprobación explícita. La misma voz que se escuchó en el bautismo de Jesús y que aprobó el comienzo de su ministerio terrenal, se oía ahora confirmando la finalización del mismo, faltando pocos meses para su muerte.

El propósito principal de la voz del cielo tenía que ver con los discípulos. Habían reconocido que Jesús era el Mesías, el Hijo del Dios viviente, Lucas 16:16, pero no habían entendido lo del “Siervo Sufriente”, Isaías 53:3-6. Pedro quiso impedir que Jesús fuera a la cruz, pero, él y sus compañeros tenían que aprender de una vez que Jesús estaba en el centro de la voluntad del Padre. No sólo el Padre lo reconoció como su Hijo amado, y del cual él se agradaba, sino que mandó a los discípulos que le oyeran. Pedro, y probablemente los otros, estaban más dispuestos a instruir a Jesús en cuanto a la cruz, que a ser instruidos. El mandato: “a él oíd” es un imperativo del tiempo presente y denota acción continua y repetida. Significa oír con atención lo que Jesús decía en cuanto a la cruz y la de ellos.

Al leer las palabras de Jesús y atesorarlas en nuestro corazón, escuchamos realmente la voz de nuestro Padre Dios. Jesús advirtió a los discípulos que recibirían ataques, habló dos veces sobre el sufrimiento que experimentaría en la cruz y habló de la resurrección. Mateo 16: 21; no obstante, en vez de escuchar a Jesús Pedro intentó persuadirlo, realmente no estaba escuchando la voz de Dios y su propósito con la humanidad a través de Él.

Hoy se predica el mismo mensaje, la muerte y resurrección de Cristo, sin embargo, muchos nos quieren oír, muchos no tienen en mente los intereses de Dios, la salvación de la humanidad.

De pronto, para muchos son palabras demasiado duras para aceptarlas, ya que seguir a Cristo no es tener una vida de confort y seguridad, por el contrario, seguirlo implica negarnos a nosotros mismos, es tomar nuestra cruz; seguirlo es entender que el propósito de nuestra vida es de mayor importancia que todo lo que podemos tener en esta vida: bienes terrenales, posesiones, fama y éxito del mundo. Es mejor no tener todo esto, que perder nuestra alma.  Oración.

«Amado Jesús, anhelo entrar en tu gloriosa presencia por medio del Espíritu Santo, quiero mirar tu rostro que brilla como el sol, postrarme en adoración y sentir tu toque diciéndome: “no temas yo estoy contigo”, ayúdame a entender tus palabras que son vida y paz; y así poder compartirlas con otros, para que les llegue la luz de tu presencia y sean salvos como yo. En Cristo Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 18 de abril de 2023

Tú tienes las llaves. Segunda parte

 

Tú tienes las llaves. Segunda parte


“De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Otra vez os digo, que, si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Mateo 18:18-20

Las llaves del reino se reciben por fe, para recibirlas primero hay que entender y reconocer quién es Jesús. Por eso cuando Pedro entendió repentinamente, que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente, por esa declaración de fe revelada por el Padre, Jesús dio a Pedro las llaves del reino, haciéndole entender que iba a edificar su iglesia sobre la fe en Él, que es la Roca inconmovible, Mateo 16:15-17.

Las llaves del reino simbolizan poder y autoridad. Jesús promete la misma autoridad a todos los apóstoles. La autoridad se refiere a la enseñanza, la predicación, la sanidad y liberación; es tener acceso al cielo para atar y desatar en la tierra, es todo lo que necesitamos para que la iglesia cumpla con la misión gloriosa de proclamar el evangelio, para librar a los hombres de la condenación e introducirlos al reino de Dios donde hay vida eterna.

Los creyentes fieles de todos los siglos han utilizado la misma autoridad, las llaves del reino, para introducir millones en el reino de Dios. Si proclamamos fielmente el evangelio, estaremos ratificando lo que ya está determinado en el cielo: que las personas reconozcan sus pecados, los confiesen con arrepentimiento y de corazón y confíen que Jesús murió en la cruz por sus pecados, entonces serán perdonados y tendrán vida eterna.

Estaremos debidamente preparados para emplear correctamente las llaves, cuando andemos en la plenitud del Espíritu, cuando nos acerquemos a Jesús la piedra viva para ser edificados como iglesia, como casa espiritual y sacerdocio santo para glorificar su nombre. 1 Pedro 2:4-5 dice: “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.

Podemos disfrutar del maravilloso privilegio de ver a la gente recibir la predicación de la buena noticia del reino y la libertad. Podemos gozarnos al ver personas liberadas, sanadas y salvadas porque nos atrevimos a usar las llaves para abrirles el reino de los cielos. Podemos de ahora en adelante aceptar desafíos con confianza porque estamos participando de autoridad espiritual que nos fue delegada por Jesús.

La iglesia avanza y las puertas del Hades retroceden, esto tiene que ver con pararse en lo que Él ya hizo en la cruz, la sangre ya fue derramada y nos da su autoridad, pero tenemos que accionar sobre lo que Jesús ya hizo por nosotros. Pidamos al Señor que queremos ver más evidencia del reino de los cielos en nuestra vida, en nuestra casa, en nuestra ciudad y en el mundo, por eso debemos congregarnos y orar juntos, para que la presencia de Cristo se manifieste en medio de nosotros con poder. Nuestras palabras son las que dan autoridad, son las que desatan o las que atan. Abramos puertas y veremos vidas cambiadas.    Oración.

«Gracias Señor, bendíceme ahora y aquí, irrumpe en mi vida, en mi casa y en mi iglesia; por el poder de tu Espíritu, comienza a abrir el cielo, rompiendo cadenas, en las mentes y corazones de cada persona de mi familia, de mi entorno, de mis hermanos en la fe. Espíritu Santo empieza a guiarnos a partir de hoy. Colocamos nuestra vida bajo la autoridad de Jesucristo y su gobierno, quita los velos y trae convicción a nuestra vida de quiénes somos en Cristo y toda la autoridad espiritual que nos ha delegado como iglesia y digámosle a Cristo que recibimos las llaves para que venga su reino a esta tierra. En Cristo Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 17 de abril de 2023

Tú tienes las llaves.

 

Tú tienes las llaves.


“Y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”. Apocalipsis 1:18

“Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”. Mateo 16:19

En el NT vemos que Jesús es el que tiene las llaves; en Apocalipsis 1:18 dice: “y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”. Aquí Jesús claramente se refiere a Él como: “el que vivo y estuve muerto”. Recuerda que, por medio de su muerte y resurrección, ha logrado la salvación de la humanidad, nos ha dado la vida eterna y ostenta la autoridad de tener las llaves de la vida y de la muerte.

De manera sorprendente Jesús delega a Pedro y a la Iglesia las llaves del reino de los cielos, veamos Mateo 16:19 “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”. Qué gran privilegio se nos ha otorgado, esto debería ser suficiente para que no hubiera ningún cristiano que se sienta sin fuerzas y sin ninguna clase de autoridad espiritual.

“Atar” y “desatar” eran términos rabínicos para referirse a “prohibir” y “permitir”. Las llaves sirven para cerrar y abrir puertas. Las llaves del reino probablemente se refieren a la autoridad para abrir el reino a los que reúnen las condiciones para entrar: arrepentimiento y fe en Cristo.

El primer sermón de Pedro evidenció que el Señor le entregó las llaves del reino a su iglesia, con su predicación después del pentecostés abrió la puerta a 3000 personas, abrió la evangelización, pero también lo vemos en los otros apóstoles que cuando empezaron a ser perseguidos extendieron el reino de los cielos por varias regiones; y qué decir de Pablo, que después de su conversión, con sus misiones plantó, edificó, varias iglesias en el mundo gentil. Ahora somos la iglesia militante en este momento en la tierra, ahora se nos han entregado las llaves.

Qué responsabilidad y privilegio que Jesús nos concede como iglesia. Nos da las llaves del reino, como si dijera: “tendrán acceso libre y total al reino de Dios, las llaves que abren toda y cada una de las puertas, no más barreras entre el cielo y la tierra, un si en la tierra es un si en el cielo y un no en la tierra es un no en el cielo.

¿Estamos dispuestos a ejercer la autoridad espiritual que Jesús nos ha delegado?   Oración.

«Amado Señor Jesús, gracias porque por la fe en ti y en tu obra redentora me has entregado las llaves del reino del cielo, qué privilegio tan grande y qué responsabilidad. Por eso, cuando me encuentre sin fuerzas y falto de autoridad espiritual recuérdame que fuiste tú quien me dio el privilegio de proclamar las buenas nuevas de salvación y que tengo el aliado más grande el Espíritu Santo, que me dará palabras y me usará para abrir las puertas del reino de los cielos en esta tierra. En el Nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 16 de abril de 2023

¿Hasta cuándo?

 


¿Hasta cuándo?

“¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta cuándo pondré consejo en mi alma, con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara. Más yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación. Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien”. Salmos 13:1-6

Este salmo de David es un lamento y una súplica individual en un momento de angustia; David estaba rodeado por sus enemigos, quizás Saúl y Absalón su hijo, que querían destruirlo. En su lamento repite cuatro veces: ¿hasta cuándo? Esto muestra la impaciencia humana cuando no vemos una respuesta rápida de Dios. Puede ser una pregunta que a menudo hacemos cuando sufrimos y pareciera que Dios no escucha nuestras oraciones; empezamos a dudar de su poder, pensamos que el Señor nos ha olvidado y nos sentimos lejos de su presencia y aún más, pareciera que los problemas prevalecieran sobre nosotros.

Cuando Dios está en silencio es porque está obrando, pero creemos que se ha ocultado de nosotros y no tenemos comunión con Él como antes. Esto solo es una mezcla de angustia, sufrimiento y duda, que genera un gran conflicto interior, que nubla nuestro entendimiento para que no veamos el amor de Dios y su actuar en nuestra vida. Entonces, ¿Cómo deberíamos reaccionar en momentos así?

El mismo salmo nos da la respuesta, en el hay tres cosas que deberíamos seguir haciendo, en medio de las angustias; y evidentemente David lo hizo:

1) Siguió orando: a pesar de su debilidad en la carne prosiguió con su clamor: “Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara”. Esto implica derramar el corazón ante Dios, por eso no dejemos de orar aun cuando pareciera que Dios no está.

2)Siguió confiando: aun sin ver la respuesta: “más yo en tu misericordia he confiado”. Nuestra fe tiene que tener la base en la misericordia de Dios, porque el Señor es fiel y nunca falla.

3)Siguió regocijándose y alabando al Señor: “mi corazón se alegrará en tu salvación. Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien”. Dios era su fuente de gozo. En medio de su experiencia vio la bondad de Dios. Es lo mismo que debemos hacer cuando estemos en desesperación, traer a memoria todo lo que el Señor ya ha hecho por nosotros y glorificar su poderoso nombre.

Cuando empezamos a adorar y a alabar a Dios, nuestros problemas se ponen en perspectiva; debemos afirmar nuestra fe basados en lo que Dios es y en sus promesas, recordando lo bueno que ha sido con nosotros y confiando en que su amor nunca falla.

Todo ese clamor termina en un silencioso descanso, con una oración de confianza y exaltación que traen paz al alma.  Oración.

«Señor Jesús, quiero que mi oración delante de ti sea una oración sincera, derramo mi corazón en tu presencia, perdóname si te pregunto ¿Hasta cuándo?, pero es que estoy viviendo momentos de angustia. Confío en que me conoces y sabes lo que necesito, sé que por tu misericordia has escuchado mi clamor y me responderás en el momento oportuno. Enséñame a esperar en tu amor que nunca falla, en tu fidelidad que es nueva cada día y en tu salvación que llena de gozo mi corazón. En Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 15 de abril de 2023

“Dios me ha hecho”

 

“Dios me ha hecho”

“Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el


primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre. Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción”. Génesis 41:50-52.

“Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia”. Génesis 42:21.

A veces pasamos por valles de lágrimas, son los valles de la formación del alma y un ejemplo de esto fue la vida de José. Durante 13 años comprendidos entre los 17 y los 30 pasó por muchas tribulaciones: despreciado por sus hermanos, arrojado a una cisterna, vendido como esclavo a otra nación e injustamente encarcelado; quizás se habría preguntado muchas veces: “¿Por qué Dios me permite sufrir de esta forma?”. Había experimentado rechazo, injusticia, decepción, sin embargo, su corazón era correcto, había permanecido con el Señor en medio de todas las pruebas. José había comenzado mal, pero su fe en Dios hizo que su vida concluyera bien. Esto es lo que realmente importa, no si estamos en un periodo de luchas o de bendición, sino que a pesar de todo lo que nos sucede permanezcamos cerca de Dios.

Los 13 años de esclavitud y encarcelamiento habían terminado. Hasta entonces había pasado por un entrenamiento particular, el impetuoso adolescente que una vez irritó a su familia había llegado a ser un hombre sabio e íntegro que terminó en un palacio, siendo el segundo al mando después del Faraón y lo más importante, lleno del Espíritu de Dios, Génesis 41:38. De este modo, José fue profeta y gobernador sabio, tuvo una visión divina del futuro y gobernó Egipto con el Espíritu de Dios, de manera que los países vecinos fueron librados de la hambruna de ese entonces.

Dios le permitió prosperar en Egipto y le concedió dos hijos a uno le llamó Manasés, que significaba ‘Dios ha hecho que me olvide de todos mis problemas’ y llamó el nombre del segundo Efraín, que significaba “Dios me ha hecho fecundo en esta tierra donde he sufrido”; el hilo conductor entre ambos nombres se resume en una frase: “DIOS ME HA HECHO”; con esto reconocía que el Señor siempre había tenido el control de su vida, con un propósito mayor que el que imaginaba.

Esto debe animarnos a seguir adelante a pesar de las pruebas, no importa dónde comencemos, podemos tener un gran final si estamos con Dios; no permitamos que nuestro corazón se amargue en momentos de sufrimiento, reconozcamos que Dios es soberano sobre nuestra vida y situación, además de que siempre tiene un propósito, aunque en ese momento no lo visualicemos.

A diferencia de José sus hermanos tuvieron que vivir muchos años atormentados por el engaño y la culpabilidad, por eso al reencontrarse con José estaban llenos de miedo. Con todo esto, los sueños originales de José se cumplieron a cabalidad; Dios permitió todo con el fin de que fuera un instrumento en sus manos para salvar miles de vidas en tiempos de escasez y hambruna. Todo comenzó mal, pero terminó bien, por eso no nos desanimemos, seamos fieles a Dios, confiemos en Él y Él hará, Salmos 37:5.

Dios aún puede levantarnos para hacer grandes cosas en nosotros y a través de nosotros. Nos ha llamado a calmar y saciar el hambre y la sed espiritual en este mundo, por eso gocémonos si estamos pasando por diversas pruebas, Dios está formando nuestro carácter para ser instrumentos de bendición para otros.  Oración.

«Señor, ayúdame a llevar una vida de integridad y fe, a no desfallecer cuando pase por tribulaciones, sino que entienda que me estás formando para un propósito especial, quizás en este momento no alcance a verlo, pero confío en que eres Soberano y tienes el control de mi vida, y quizás un día pueda decir como Jacob: “Dios me ha hecho”, cuando esté dando testimonio a otros de tu obra en mí. En Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 14 de abril de 2023

La senda recta conduce a la vida

 

La senda recta conduce a la vida


“Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos”. Proverbios 2:6-8.

“Para librarte del mal camino, de los hombres que hablan perversidades, que dejan los caminos derechos, para andar por sendas tenebrosas; que se alegran haciendo el mal, que se huelgan en las perversidades del vicio; cuyas veredas son torcidas, y torcidos sus caminos”. Proverbios 2:12-15.

En esta vida necesitamos transitar por muchas situaciones que requieren la sabiduría de Dios, para no actuar según nuestro propio razonamiento y evitar así, hacernos daño a nosotros mismos o a los demás. La sabiduría divina nos prevendrá de andar en sendas extraviadas y a mantenernos en el camino correcto, al igual que nos ayudará a ser íntegros, alineando nuestra mente y corazón con los principios de Dios.

La sabiduría nos lleva a la fe y al conocimiento de Dios: su carácter, sus mandamientos, sus bendiciones; y Pablo dice en Colosenses 2:2-3 “para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”. Poseeremos la verdadera sabiduría cuando tengamos un conocimiento más profundo de nuestro Señor Jesucristo. Todas las riquezas de pleno entendimiento son algo que nos orienta hacia la eternidad. Es alcanzar lo que es y tiene Jesucristo, y a Él no le falta nada.

Esta sabiduría divina sirve para construir todo buen camino; su propósito es enriquecernos para protegernos del peligro, como dice en el versículo de hoy “es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos”; nos ayuda a ser fructíferos en nuestra manera de vivir, siendo justos y rectos. Esta sabiduría no debe ser algo pasivo en nosotros, sino que debe motivarnos a crecer interiormente, ella nunca aplasta el espíritu humano, sino que lo potencializa con la verdad de Dios para hacer lo bueno y recto.

Contrario a las personas que dejan los caminos derechos y andan en la vanidad de sus pensamientos; que hablan perversidades y se gozan del mal, personas que habiendo conocido “lo recto”, deciden abandonarlo y andan por sendas tenebrosas promoviendo conductas llenas de antivalores.

La sabiduría de Dios es un regalo para tomar decisiones correctas cada día ayudándonos a evaluar nuestras acciones y sus consecuencias.   Oración.

«Gracias Señor por la forma en que utilizas mis momentos difíciles, para que evalúe cómo estoy caminando contigo, no quiero extraviarme de la senda justa y andar en caminos tenebrosos; ayúdame a crecer en sabiduría, en conocimiento e inteligencia estudiando tu Palabra, a estar confiado en ti y transitar con madurez frente a los desafíos que se me presentan a diario. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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