jueves, 30 de junio de 2022

Queremos hallar refugio en tu presencia

 


Queremos hallar refugio en tu presencia

«Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío», Salmo 84:3.

«Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte; cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos», 2 Corintios 1:8-11.

En este pasaje Pablo no dice lo que le sucedió al enfrentar tribulaciones, pero sí dice que sintieron que perderían sus vidas y que no podían hacer nada ante esta situación. No podían hacer nada para salvarse, simplemente tuvieron que depender de Dios. Casi siempre dependemos de nosotros mismos, de nuestras habilidades, conocimientos y destrezas cuando la vida se nos presenta fácil, pero ante las adversidades que se salen de nuestras manos sentimos impotencia para solucionarlas nosotros mismos, es aquí cuando nos damos cuenta de cuán importante es depender de Dios y de nuestra propia pobreza sin Él. Es el momento entonces de intensificar la oración. Sigamos el ejemplo del rey David, quien al igual que Pablo, fue un gran hombre de oración porque permanentemente estuvo en peligro (Salmo 84:10-11).

La persona que se deleita en pasar tiempo con Dios verá su propia adversidad como un motivo para volver a experimentar la fidelidad de Él. Si andamos por valle de lágrimas en el día de hoy, tengamos la seguridad de que nos conducirá hacia Dios y no lejos de Él. La fidelidad de Dios es tan grande que su Palabra dice que aún el gorrión encuentra nido cerca de los altares de Dios. Dios muchas veces nos lleva a situaciones difíciles para que dependamos completamente de Él.   Oración.

«Señor haznos hombres y mujeres de oración, que permanezcamos de rodillas ante ti y de pie ante las adversidades de la vida, dependiendo totalmente de ti, entendiendo que frente a las dificultades debemos orar hasta encontrar la paz que necesitamos en el nombre de Jesucristo tu Hijo Amen.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 29 de junio de 2022

La misericordia de Dios

 


La misericordia de Dios

«Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él», 2 Crónicas 16: 9a.

«Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo», Joel 2:13-14.

Sabemos que Dios, nuestro Padre, es misericordioso. Con la misericordia el Señor se compadece de nuestras angustias, de nuestras penas producidas por la desobediencia y las circunstancias de la vida. Pero Él también es un Dios PODEROSO, GRANDE Y FUERTE que promete su ayuda a quienes son fieles. Es decir, su misericordia es dada para todo aquel que se acerca a sus pies y cree en Él, pues su amor es tan grande que perdona y acoge a todos sus hijos; pero la ayuda es para aquel que además de acercarse toma la decisión de vivir conforme a su Palabra, quien decide serle fiel.

Tal vez llevamos años pidiendo experimentar el poder de Dios, aprendiendo de su Palabra pero sin hacerla realidad en nuestras vidas, por eso no hemos llegado al punto donde Él nos quiere ver. ¿Fiel en qué? En todo, en las ganancias, en las relaciones familiares, sentimentales, en nuestro trabajo, en el tiempo y en nuestra relación con Él. Recordemos que todo esto es otorgado por Dios. La reflexión hoy es: ¿quiero seguir viviendo solo de la misericordia de Dios o quiero experimentar su poder y su ayuda, cuando le soy fiel?    Oración.

«Señor, gracias por tu misericordia, porque siempre nos tratas mejor de lo que nos merecemos, queremos ser fieles en todo, porque tú siempre permaneces fiel. Ayúdanos a caminar en rectitud, a saber, el camino por donde debemos andar y enséñanos a hacer tu voluntad. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 28 de junio de 2022

Dios es nuestra prioridad

 


Dios es nuestra prioridad

«Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,

aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor» Efesios 5: 15-17.

«Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» Mateo 6:33.

Frecuentemente quisiéramos hacer muchas cosas, pero sabemos que el tiempo no alcanza, esta vida es tan agitada que escasamente nos da unos ratos libres. Esto es real, al analizar nuestras labores cotidianas, la idea es que estas den fruto, que se cumpla a cabalidad con lo que se nos encomendó. Sin embargo, Dios también quiere parte de ese tiempo, quiere que nos acerquemos a Él, en un momento establecido dentro de nuestro horario, como algo indispensable para nuestra vida y que siempre cumplamos esa importante cita. No hay mejor momento para encontrarnos con nuestro Padre, que uno sin afán ni el estrés cotidiano. Finalmente, Él en este tiempo desea bendecirnos, desea que lo conozcamos, desea darnos la seguridad, fortaleza y tranquilidad para cumplir todas las tareas que tenemos a diario, pero sobre todo, desea tener una relación cercana y de amor.

Buscarlo a Él en primer lugar, es querer saturar nuestros pensamientos con sus deseos, es llenarnos de su Palabra para poder actuar en el día a día con su sabiduría, es querer hacer su voluntad y obedecerle en todo. Es ordenar nuestras prioridades. ¿Qué es lo más importante para nosotros? Siempre habrá personas, objetos, metas y otros deseos que compiten en cuanto a prioridad y que pueden desplazar a Dios del primer lugar si no decidimos enfáticamente darle el primer lugar en todos los aspectos de nuestra vida.   Oración.

«Padre celestial, haznos entender que tener tiempo de intimidad contigo es la clave para una vida bendecida, queremos que tú seas nuestra prioridad, buscando primeramente el reino de Dios y su justicia, sabemos que las demás cosas nos serán añadidas. Señor, queremos pasar más tiempo contigo.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 27 de junio de 2022

¿Dominados por la ira?

 


¿Dominados por la ira?

“El necio da rienda suelta a toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega.” Proverbios 29:11

¿Cuántas veces hemos tenido sujeta la ira pero sentimos que está pidiendo a gritos la dejen salir? ¿Y nos ha pasado que cuando dejamos fluir la rabia pensamos haber hecho lo correcto pues esa era la única forma de desahogarnos y no reprimir nuestro sentir?

Si observamos lo que dice la palabra veremos cómo Dios nos invita a no apresurarnos ni a dejarnos dominar por el enojo, pues este reposa en el seno de los necios (Eclesiastés 7:9) Y es que el necio es considerado como ignorante, terco, imprudente y falto de razón, quien al momento del conflicto está sumamente preparado para reaccionar pero con ira, pero ¿será que esto es lo que Dios desea en nosotros? ¿No será que lo que Dios anhela ver en ti y en mi es que seamos un reflejo de Él, en donde seamos lentos para la ira y grandes en misericordia, siendo sabios y prudentes en nuestra manera de hablar, aplacando la ira con blandas respuestas, no guardando ningún enojo en nuestro corazón, etc.?

Hermanos, si hay algo que debemos aprender es a permitir que el Espíritu Santo desarrolle en nosotros el dominio propio, una de las características de su fruto, pues si continuamos dejándonos dominar por el enojo podremos llegar a destruir relaciones y aún hogares, causar divisiones, perder oportunidades, entre otras. Es importante recordar que para que el Espíritu Santo pueda desarrollar este fruto en nuestras vidas debemos tener una relación personal con Él a través de la oración y la lectura de la palabra.   Oración.

«Padre perdóname porque muchas veces al dejarme dominar por el enojo he ofendido a mi prójimo y no he permitido que sea reflejado tu amor a través de mi vida. Te pido que con la ayuda de tu Espíritu Santo pueda tener dominio propio en aquellas situaciones que a veces me disgustan, pero que pueden ser la oportunidad para manifestar tu amor y misericordia. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 26 de junio de 2022

Honrando a papá

 


Honrando a papá

“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” Efesios 6:2-3.

¡Cuán privilegiados somos al tener papá! Pues desde pequeños recibimos de ellos corrección, protección, dirección, amor y un sinfín de cosas que son dignas de admirar. Han sido padres de hijos pródigos, dispuestos a recibirnos con brazos abiertos, llenos de amor y misericordia (Lucas 15:20-24); padres de fe como Abraham, quien con su ejemplo nos enseña cuán importante es creer en Dios (Génesis 22:8); padres protectores como Noé, quien por su obediencia a Dios resguardó a su familia en un arca para que no los tocase el diluvio (Génesis 7:5-7); padres adoptivos como José, quien por amor recibió a María y se convirtió en el papá adoptivo de nuestro Señor Jesús (Mateo 1:18-25); y cómo no mencionar al Padre más excepcional, nuestro Padre Celestial, quien de tal manera nos ha amado que dio a su único Hijo para que todo aquel que en Él cree no se pierda mas tenga vida eterna, por eso gracias a Jesús y a su obra redentora podemos decir que somos hijos de Dios (Juan 3:16, 1 Juan 3:1a).

Como vemos, son diferentes tipos de papás, con diversas personalidades, carácter, pero a todos ellos, sin excepción, se nos ha dado el mandato de honrar, respetar, cuidar y amar. De ahí que es momento de reflexionar ¿estamos honrándolos como se debe? ¿Estamos cuidando de papá tanto en la salud como en la enfermedad, llamándolo, respetándolo, proveyéndole en amor, dedicación y aún para sus necesidades materiales? ¿O tal vez nos hemos enfocado en cumplir parte de ese mandamiento solo cuidando de nuestra madre? Pero como dice la palabra, para que nos vaya bien y seamos de larga vida, debemos honrar no solo a nuestra madre sino también a nuestro padre.

Hermanos, si no lo estamos haciendo es momento de cambiar, de pedirle a nuestro Ayudador que ponga en nosotros el querer como el hacer de honrar en todo momento a nuestro papá.  Oración.

«Señor, gracias te doy por la vida no solo de mamá sino también por papá, porque en él también he podido ver el reflejo de tu amor y protección. Tú dices en tu palabra que debo honrarlos, pero si examinas mi corazón sabrás que en ocasiones no lo he hecho y te pido perdón. Hoy te pido que me lleves a amarlos como tú los amas, pues quiero corresponderles a ellos con tu perfecto amor. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 25 de junio de 2022

¡Levántate y salva vidas!

 

¡Levántate y salva vidas!

“Entró Jesús otra vez en Capernaum después de


algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico” Marcos 2:1-4.

Cuán importante es despojarnos de nuestra comodidad para levantarnos y llevar a los pies de Jesús a aquellos paralíticos espirituales que se encuentran en el mundo. Y es importante que reflexionemos ¿cuántos de nosotros hemos sido como aquellos cuatro hombres que relata el evangelio y hemos roto tejados de pena, indiferencia, pereza, temor, para llevar a aquellos paralíticos más que físicos, espirituales, a que conozcan del amor de Dios? Pues meditemos, ¿qué sería de la vida de aquél paralítico si esas cuatro personas no se hubieran levantado, lo hubieran cargado, descubierto el techo para hacerlo descender y así lograr que tuviera su propio encuentro con el Señor? Sin duda alguna su vida no tendría sentido, ni propósito, pues estaría muerto (espiritualmente) en sus delitos y pecados (Efesios 2:1) De igual manera habría sucedido con nosotros si alguien no hubiese tomado la iniciativa de compartirnos del Señor, pues seguiríamos perdidos, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

Hoy el Señor nos pregunta “¿cómo puedes llevar a otros a que me conozcan?” Quizás hemos respondido: no lo puedo hacer yo solo; entonces busquemos a una, dos, tres personas para que nos ayuden a levantar a esos paralíticos espirituales, pero no podemos quedarnos más tiempo quietos pues ellos también necesitan tener un encuentro con Jesús; ¿no sé cómo hablarles de Jesús o qué compartirles? No nos preocupemos, pues no somos nosotros los que hablamos sino el Espíritu Santo de Dios (Marcos 13:11b, Juan 16:8-11)

Hermanos, el tiempo sigue corriendo y cada vez está más cerca el gran día en el que el Señor vendrá por sus hijos y ¿cuántos hombres se quedaran por fuera de su reino? Es tiempo de que nos levantemos y ganemos más vidas para Cristo.  Oración.

«Padre, hoy decido dejar mi comodidad e indiferencia pues no quiero seguir pasando de largo cuando veo en el mundo a aquellos paralíticos espirituales. Quiero ser como aquellas cuatro personas valientes que decidieron tomar al paralítico y llevarlo a los pies de tu Hijo Jesús, para que pudiera experimentar lo que es tener salvación, perdón de pecados y vida eterna. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 24 de junio de 2022

Autenticidad

 


Autenticidad

“Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” Mateo 7:28-29.

¿Cómo dejar de comportarnos como hipócritas religiosos para actuar como auténticos cristianos, como Jesús, quien es consecuente y obra de acuerdo a los principios de su Padre Dios? Evidentemente el ser cristianos auténticos no se da como resultado de esfuerzos humanos, sino que surge como fruto de la comunión íntima que tenemos con Dios, pues su palabra dice que Él es quien pone en nosotros el querer como el hacer y lo hace por medio de su Espíritu Santo (Filipenses 2:13, Ezequiel 36:27); por lo tanto, al obrar el Espíritu Santo en nuestras vidas, a medida que se lo permitamos, desarrollará en nosotros tres características de su fruto (fe, mansedumbre y templanza), las cuales son necesarias para que podamos andar y permanecer en integridad.

La fe es esencial, pues sin ella es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6a); y es que ella es la que nos impulsa, primero, a creer en que la dirección que Dios nos está dando es la correcta, y segundo, es la que me lleva a que pase de un creer a un actuar (obediencia), pero no podríamos obedecer si en nuestra vida no tuviéramos la humildad y la templanza, pues ellas son las que nos conducen a que sometamos nuestra mente, emociones y voluntad a la voluntad de Dios, no haciendo lo que nosotros consideramos, sino lo que verdaderamente es bueno y justo ante Dios, tal como lo hizo nuestro Señor (Juan 6:38).

Hermanos, de Jesús, sin duda alguna podemos aprender lo que es andar en autenticidad e integridad, pues Él no solo lo demostraba en su hablar, sino también en su manera de actuar; por eso admiraban su autoridad y esto mismo es lo que quiere que nosotros reflejemos ante el mundo, pues nosotros también podemos ser cristianos auténticos, pero si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo de Dios.  Oración.

«Señor, quiero ser un digno ejemplo tuyo, vivir como tú viviste aquí en la tierra, con coherencia, integridad y autenticidad. Mi anhelo es que, cuando veas y examines mi corazón, puedas hallar en mí un mismo sentir, pensar, hablar y actuar, pues no quiero vivir en hipocresía, sino en autenticidad. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 23 de junio de 2022

Hipocresía religiosa

 

Hipocresía religiosa


“Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen” Mateo 23:1-3

¿Por qué Jesús enseñaba que ni sus discípulos ni la gente en general debían imitar el comportamiento de los escribas y fariseos?, porque al examinarlos no encontraba congruencia entre lo que enseñaban y lo que hacían, pues por fuera los fariseos aparentaban tener justicia e integridad, pero por dentro solo estaban llenos de robo, hipocresía e iniquidad.

¿Qué es lo que origina que, tanto en los fariseos como en cualquier otra persona, se comience a vivir bajo la hipocresía religiosa, esa que no nos conduce a andar en integridad?, el orgullo, más conocido como soberbia, altivez o arrogancia; pues este es el que nos impulsa a que cuando escuchamos la palabra de Dios no la queramos practicar, ya que quita de nosotros la humildad, aquella que es la que nos conducirá a admitir ante Dios que estamos actuando mal, que le necesitamos para corregir nuestra manera de pensar, hablar y actuar, a fin de andar en integridad.

Hermanos, reflexionemos ¿estamos viviendo bajo la hipocresía religiosa? ¿Diría el Señor de nosotros “escuchen lo que enseñan, mas no hagan conforme ellos, pues no tienen congruencia a la hora de actuar”? Debemos recordar que nosotros no somos como los fariseos, considerados como sepulcros blanqueados, pues por la fe en Cristo y en su palabra hemos sido limpiados y lo que ahora nos corresponde hacer es permanecer en Él (Juan 15:3-4), para que la obra de Jesús sea la que se refleje en nuestro exterior y entonces ser conocidos como personas con autoridad e integridad, al igual que nuestro Señor, pero ¿cómo se hace esto?, encuentra la respuesta en el siguiente devocional.   Oración.

«Padre, quiero que en mí haya congruencia en todo tiempo, pues no quiero ser como aquellos fariseos que por fuera lucían hermosos, pero en su interior eran como sepulcros; quiero aprender de tu Hijo, quien en todo momento practicaba lo que enseñaba. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 22 de junio de 2022

De tumbas a jardines. Parte 3

 

De tumbas a jardines. Parte 3


“Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban” Marcos 5:18-20.

Es tan importante conocer y apropiarnos de la única Verdad que da libertad (Jesús), porque afuera están millones de personas que tienen áreas sumergidas en tumbas, cuando deberían estar disfrutando, viviendo en jardines de la libertad que Cristo por fe ya nos obsequió.

Por lo tanto, hoy Jesús nos dice lo mismo que le dijo al Gadareno, “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti“. Él nos hace esta invitación de ir y contarles a aquellos hombres y mujeres sumergidos en el descontrol, sin lucidez, aislados, apartados, rechazados y que están comiendo de la basura que ofrece el mundo, la carne y Satanás, que solo en Cristo hay libertad.

La biblia no relata cuánto conocimiento tenía este Gadareno de la palabra de Dios, solo nos revela que bastó tener ese encuentro con Jesús para ir por toda Decápolis y contar lo bueno y misericordioso que Jesús había sido con él. Por lo tanto, no tenemos excusa, porque todos podemos hablar de ese encuentro que tuvimos con Jesús en donde conocimos su amor y experimentamos su libertad.

Por eso levantemos nuestra voz “Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra” Hechos 13:47. Tenemos que ir con el poder del Espíritu Santo de Dios y con las armas espirituales a sacar a esas personas de los sepulcros en los que se encuentran para que sean impactados con su amor.

Hermanos, preguntémonos ¿cómo podemos ser instrumentos de Dios para llevar a las personas que están en tumbas, a los jardines de la libertad y el amor de Dios? Haciendo lo mismo que el Gadareno, obedeciendo al mandato del Señor (Marcos 16:15).  Oración.

«Padre, no quiero callarme más y guardarme lo bueno y misericordioso que has sido conmigo, quiero ser como aquel Gadareno que fue por toda una región compartiendo que todo aquel que cree en ti puede gozar de tu amor y libertad. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 21 de junio de 2022

De tumbas a jardines. Parte 2

 

De tumbas a jardines. Parte 2

“Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del


demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal” Marcos 5: 15a.

Jesús ha venido a dar libertad por medio de la verdad, tanto a los cautivos por el pecado como a los oprimidos por el enemigo, pues Él mismo manifestó “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32), y es que conocer la verdad significa conocer a Jesús (Juan 14:6) y su obra redentora, la cual nos es revelada por medio de su palabra, pues en ella se nos declara que por amor Él pagó nuestras deudas y que Dios ofreció a Jesucristo como sacrificio por nuestros pecados, por eso cuando creemos esto Dios perdona todos nuestros pecados, nos da salvación y vida eterna.

Por lo tanto, al Gadareno tener un encuentro con la Verdad (Jesús) pudo ser liberado de la esclavitud del pecado y del tormento en el que lo tenía sometido el enemigo. De igual manera ha sucedido con nosotros, pues no solo fuimos liberados de la esclavitud del pecado cuando creímos en Cristo, sino también incluso ahora somos liberados de aquellas opresiones en las que el enemigo nos quiere tener sumergidos, pues es el Espíritu Santo quien nos recuerda que ya no debemos estar sujetos al yugo de la esclavitud cuando Cristo ya nos libertó (Gálatas 5:1).

Hermanos, no hay por qué seguir viviendo en sepulcros cuando ya hemos conocido la Verdad; pues al igual que el Gadareno después del encuentro que tuvo con el Señor no volvió a ser el mismo (con locura, atormentado y agresivo), sino una persona consciente del amor de Cristo y de su nueva identidad; nosotros también debemos vivir siendo conscientes de que somos libres por medio de la fe en Jesús y por la obra del Espíritu Santo, pues donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (2 Corintios 3:17).   Oración.

«Padre, gracias por recordarme que por la fe en tu Hijo Jesús soy libre y que conforme a esa libertad que Cristo me ha dado debo andar. Ayúdame, Espíritu Santo de Dios, a tener presente esta verdad en mi mente y corazón cada vez que el enemigo me quiera impulsar a sumergir áreas de mi vida en sepulcros. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 20 de junio de 2022

De tumbas a jardines- Parte 1

 

De tumbas a jardines- Parte 1


“Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él.” Marcos 5:1-6.

¡Cuánto daño puede causar el enemigo en la vida del hombre! Y es que vemos en este pasaje que no ha hecho otra cosa que robar, matar y destruir; pues ha robado la cordura, la paz, ha intentado matar pues lo ha hecho al herirse con piedras, ha destruido la posibilidad de que se pueda relacionar con los demás, pues lo ha arrojado a vivir en aislamiento, en soledad a causa de la agresividad; y por si fuera poco ha llegado a experimentar lo que es estar sin Cristo, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

Pensaremos, ¿este relato en qué nos afecta? Pues por nuestra fe en la obra de Jesucristo sabemos que ninguno de nosotros puede ser poseído físicamente por espíritus inmundos pues Dios nos ha sellado con su Espíritu Santo quien garantiza que somos propiedad del Señor (Efesios 1:13-14). Claramente esto es cierto, sin embargo, la biblia nos muestra que aunque no podemos ser poseídos por ellos si podemos ser oprimidos, pues la manera en la que el enemigo quiere oprimirnos es impulsándonos a caer en pecado para que cuando lo hagamos y desobedezcamos a Dios pasemos a vivir en tumbas tales como: la culpa, la depresión, la soledad, los vicios, la ansiedad, con pensamientos de temor, etc., lo que nos terminará llevando a dejar de orar, a no congregarnos, a no servir más en nuestra iglesia, a alejarnos de Dios.

Permitámosle en este día al Señor examinar nuestro corazón y pidámosle que nos revele por medio de su Espíritu Santo cuáles son aquellas áreas de nuestra vida que necesitamos, pasen de vivir en tumbas de esclavitud, a los jardines de la libertad que Cristo ya nos dio, pero ¿cómo se hace esto? Espera la respuesta en el devocional de mañana.  Oración.

«Gracias Padre por tu Hijo Jesús quien es el que me ha permitido vivir en los jardines del amor y la libertad. Ayúdame a permanecer en tus jardines y que no vuelva a creer las mentiras del enemigo las cuales me impulsan a tener áreas de mi vida en tumbas de tristeza y soledad; en el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 19 de junio de 2022

¿Por qué busco a Jesús?

 


¿Por qué busco a Jesús?

“Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.” Juan 6:26

Hoy el Señor nos está llamando a reflexionar acerca de cuál es el motivo principal por el cual le buscamos. Si observamos las Escrituras nos daremos cuenta que las multitudes le seguían a donde se dirigiera porque esperaban recibir del Señor una sanidad, un milagro, una liberación y demás; pero también podemos ver con este ejemplo que estas intenciones que estaban presentes en la multitud, en el tiempo de Jesús, siguen estando en nuestra actualidad, pues al día de hoy seguimos viendo cómo millones de personas se acercan al Señor porque necesitan una provisión, un trabajo, una reconciliación, etc.

Es claro que el realizar peticiones a Dios por alguna necesidad especial no está mal, pues su palabra nos exhorta a que podemos acercarnos a Dios para pedir por nuestras necesidades, las de nuestros familiares y el mundo en general y claramente el Señor nos escuchará y nos proveerá (Mateo 7:7-11). Sin embargo, lo que sí está mal es que ese sea el objetivo principal por el cual nos acercamos a Él. Reflexionemos, ¿nos gustaría que nuestro esposo (a), hijos, familiares, amigos u otra persona se acercaran y nos buscaran solamente porque necesitan obtener algo a cambio? Seguramente tu respuesta y la mía sería no, pues anhelaríamos que esas personas se interesaran en buscarnos, más que por necesidad, porque quieren pasar tiempo de calidad con nosotros, porque quieren conocernos. De igual forma sucede con el Señor, pues no quiere que le busquemos porque necesitamos obtener algo de él, sino más bien porque en nuestro corazón está el anhelo de conocerle, de tener una relación de amistad con Él.

En este día meditemos ¿por qué buscamos a Jesús? Si al analizar nuestra respuesta encontramos que las intenciones de nuestro corazón y pensamiento son incorrectas, pidámosle al Señor que cambie esa manera errónea, tanto de sentir como de pensar, pues lo que primero debemos anhelar buscar es su reino y su justicia para que todas las demás cosas de las cuales tenemos necesidad vengan, pero por añadidura (Mateo 6:33).   Oración.

«Señor, hoy me acerco a ti porque quiero que me reveles cuáles son las verdaderas intenciones de mi pensamiento y corazón al momento de acercarme a ti en oración. No quiero ser como aquellas multitudes que solo te buscaban porque tenían necesidad de ser saciados en lo material. Perdóname Dios si mi deseo no ha sido el correcto pues lo que más anhelo es que todo momento tenga hambre y sed, pero de ti. En el nombre de Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 18 de junio de 2022

Excelencias de la sabiduría - Parte 2

 

Excelencias de la sabiduría - Parte 2


“Entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios” Proverbios 2:5.

“Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único” Génesis 22:11-12.

Entender el temor de Jehová y hallar el conocimiento de Dios son consideradas como las excelencias de la sabiduría, pero ¿qué significa esto? Muchos han definido erróneamente el temor de Jehová como el miedo o pavor que se le debe tener al Señor; sin embargo, cuando observamos las escrituras, vemos cómo Dios nos revela que “no hay por qué tener miedo a quien tan perfectamente nos ama, pues cuando conocemos su perfecto amor, es su amor el que elimina cualquier temor” y es que, cuando decimos que le tenemos miedo a Dios solo estamos demostrando que no estamos absolutamente convencidos del amor que Él nos dio (1 Juan 4:18).

Entonces, ¿cómo podemos definir el temor de Jehová? Pues el verdadero temor es aquél que nos conduce a respetar la autoridad del Señor, pero no por miedo, sino por amor; como en el caso de Abraham, pues vemos con su ejemplo que decidió obedecer e ir al lugar que Dios le mandó para hacer el sacrificio de su hijo, no por miedo a Dios, sino por amor; y es que, por amor decidió demostrar, con su obediencia, cómo respetaba en todo momento la voluntad de Dios. Y podríamos preguntarnos ¿en todo momento respeto al Señor? y ¿puedo decir que soy como Abraham quien por amor obedeció a Dios?

Abraham pudo entender cuán importante era para Dios que se respetara su palabra, pero también pudo ver cómo el Señor se le reveló como Dios fiel y proveedor (Génesis 22:13,17-18); de la misma manera, el Señor anhela que le respetemos; ¡recuerda! no por miedo o pavor, sino por amor.   Oración.

«Padre, mi oración en este día es para que me lleves a entender tu temor y me permitas hallar tu conocimiento. Tu palabra dice que puedo clamar a ti y tú mismo, por medio de tu Espíritu Santo que vive y mora en mí, me darás a conocer esas cosas grandes y ocultas que yo no conozco; hoy yo creo que se cumple esa verdad en mí, pues te lo he pedido en el nombre de tu precioso Hijo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 17 de junio de 2022

Excelencias de la sabiduría - Parte 1

 


Excelencias de la sabiduría - Parte 1

“Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros” Proverbios 2:1-4.

El Señor a través de las Escrituras nos revela dos claves importantes, recibir y guardar su palabra para llegar a experimentar las excelencias de la sabiduría. Dos claves que sin duda alguna, personajes como Abraham supieron implementar. ¿Recuerdas el momento en el que Dios le pide que sacrifique a su único hijo Isaac a quien él amaba? Si observamos su respuesta veremos cómo Abraham no solo recibió, aceptó, acogió la orden dada por Dios; sino también cómo guardó de manera intacta, sin alteración, el mandato del Señor; pues sin dudarlo obedeció, sin importar sus propios razonamientos, ni sus sentimientos, pues sujetó su voluntad humana a la voluntad de Dios (Génesis 22:3).

Todos nos asombramos ante la respuesta de este gran hombre, pero nos hemos preguntado ¿por qué Abraham recibió, guardó y obedeció lo dicho por Dios sin dudar, sin refutar, sin titubear? Y la respuesta es porque Abraham creía en Dios porque le conocía; y podía decir que le conocía porque tenía una relación de amistad con el Señor y sabía que si Dios le estaba haciendo esta petición de entregar en sacrificio a Isaac, tendría un propósito; pues él estaba seguro que Dios le amaba y porque le amaba sabía que Él no lo conduciría a planes de calamidad, sino de bienestar. Pero también Abraham conocía que Dios es un Dios proveedor, capaz de dar un cordero para el sacrificio (Génesis 22:8), y aun cuando eso no sucediera y el sacrificio se llevara a cabo, sabía que Dios era Poderoso para hacer resucitar a Isaac aun de entre los muertos (Hebreos 11:19)

Con este ejemplo podemos ver el problema que muchos de nosotros enfrentamos en la actualidad y es que nos cuesta recibir (aceptar) y guardar (sin modificar) lo que Dios nos dice en su palabra porque no le conocemos. Así que hoy el Señor nos está llamando a que dediquemos tiempo en conocerle a través del estudio de su palabra, en la congregación, en nuestros tiempos de devocional, porque si conociéramos quien es Dios y quien es el que nos está diciendo “recibe y guarda mi palabra”, entonces sin titubear lo haríamos y Él sin duda alguna nos conduciría a experimentar, como Abraham, las excelencias de la sabiduría, a entender el temor de Jehová (respetar su autoridad) y hallar el conocimiento de Dios; excelencias que veremos en el siguiente devocional. Oración.

«¡Señor! Sé que tú me hablas a través de tu palabra, pero hoy medito en: ¿la he recibido y guardado correctamente? Examina mi corazón Dios y permíteme conocer si lo estoy haciendo fielmente. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 16 de junio de 2022

¿Somos grato olor de Cristo?

 

¿Somos grato olor de Cristo?


«Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.», 2 Corintios 2: 14-17

Todos los cristianos deberíamos ser reconocidos por usar la fragancia de Cristo, ese perfume no se puede comprar en una vitrina de cosméticos, ni siquiera se puede embotellar y vender en las iglesias, esta fragancia surge solamente de nuestra comunión íntima, personal y continua con Cristo y debe desprender una influencia sobre los demás. De tal manera que si alguien se cruza con nosotros dejemos una grata impresión, de modo que si andamos con Cristo los demás sientan su presencia en nosotros. Nuestra suficiencia, nuestra capacidad, viene sólo de Cristo, por eso es necesario que mengüemos para que Él crezca. Llevemos una vida devocional consistente, llenándonos cada día de su Santo Espíritu, entregándole lo que somos, para que nos transforme en instrumentos de bendición.

La salvación de Jesús debe ser como un perfume derramado en todo lugar a través de cada uno de nosotros. Lastimosamente para algunos el evangelio es olor de muerte, ya que lo rechazan. Para otros, el evangelio es un olor de vida cuando lo aceptan. La obra del Señor es grande, y no tenemos fuerza en nosotros mismos en absoluto; toda nuestra suficiencia viene de Dios, crezcamos en Él y cuidemos nuestro testimonio llenando nuestro corazón de su amor y gracia, para que compartir el evangelio sea algo sincero que lleve a otros a seguirle con confianza. ¿Qué olor estamos esparciendo a nuestro alrededor?  Oración.

«Señor, nos has dado una gran responsabilidad en el mundo y es llevar las buenas nuevas a todos los que nos rodean, pero debemos ser un testimonio vivo del amor de Cristo, ya que el destino de otros es un asunto serio y somos pieza importante para que ellos tomen la mejor decisión. Señor que seamos grato olor de Cristo, para que muchos sean salvos.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 15 de junio de 2022

¿Estoy dando de lo que Dios me ha dado?

 

¿Estoy dando de lo que Dios me ha dado?


“No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir (…) ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, ¿déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.”, Lucas 6:37-38,41-42

¿Estoy dando a los demás conforme lo que Dios me ha dado? Es muy fácil responder con agrado cuando todo va bien, es fácil amar a quiénes nos aman, tratar de forma amable a quien con amabilidad nos trata. Sin embargo, cuán difícil es saber reaccionar cuando la situación cambia.

Por ejemplo, ¿qué es lo que sale de nuestro corazón si nuestro esposo (a), hijos, padres, amigos, u otra persona nos ofende? Reaccionamos conforme al perdón que Dios nos ha dado y decimos ¡Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen! o por el contrario, ¿respondemos con palabras ofensivas, guardamos resentimiento y los ignoramos? O peor aún, ¿nos quedamos callados porque no queremos decir “nada hiriente” pero por dentro; en nuestra mente y corazón; estamos diciendo lo que en voz alta no debemos?

Es claro que ante estas circunstancias la mayor parte del tiempo no reaccionamos conforme lo que la palabra nos enseña, pues al analizar nuestro actuar vemos que es nuestro orgullo por quien nos dejamos dominar; pues es quien se levanta en contra de lo manifestado por Dios y nos impulsa a victimizarnos; a persistir en la rabia, en la tristeza y el dolor que causó la ofensa; a rebeldizarnos; a juzgarlos y aún a querer castigarlos.

Ahora, ¿reaccionamos igual cuando nosotros somos los que cometen la ofensa? Acaso ¿anhelamos que nuestra familia, amigos y demás seres queridos nos midan con la misma vara con la que medimos? O, por el contrario, ¿queremos ser tratados con gentileza?

Como vemos, en esta situación se cumple lo que la palabra nos dice, intentamos sacar la paja que hay en el ojo de nuestro prójimo, pero bajo la severidad, bajo la fuerza; y nos hemos olvidado que en nuestro propio ojo hay una gran viga que es la que nos está impidiendo ver a los demás bajo la lupa del amor de Dios.

Hermanos, hemos sido llamados para dar de lo mismo que nuestro Señor Jesucristo nos dio; amor, perdón, paciencia, benignidad, bondad, misericordia; pero también para tratar a los demás como queremos ser tratados (Lucas 6:31).    Oración.

«Padre, tú me has dado amor, has sido misericordioso conmigo y por eso te alabo, porque no me has tratado conforme mis actos sino conforme a tu gracia y bondad. Perdóname Señor porque de eso tan abundante que me has dado yo no he sabido manifestar. Quiero ser como tú, pues tú hablas con bondad, tratas con benignidad y llevas en todo momento paz. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 14 de junio de 2022

¡Consolados!

 

¡Consolados!


“Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro)” Juan 20:11-16

¿Cuántas veces hemos estado sumergidos en llanto ante una situación difícil? Al igual que María ante arduas situaciones nos sumergimos en la tristeza y tomamos malas actitudes en las que nos apartamos y no queremos que nadie nos hable, pues si alguien lo hace, no estamos interesados en escucharle ya que no queremos dar explicaciones de nuestros sentimientos, no deseamos palabras de consuelo, ni de aliento, pues consideramos que esto no hará que cese el dolor.

Entonces concluiremos que al único que necesitamos es a Jesús porque solo con Él nos podemos desahogar, pero ¿qué pasa cuando estamos frente a Él? Sucede que nuestro dolor, llanto y emoción nos tienen tan sumergidos que impiden que podamos escuchar y reconocer Su voz, aquella voz que siempre está presta a preguntarnos ¿por qué lloras?

Seamos sinceros ¿cuántas veces hemos ido delante de su presencia y creído erróneamente que Él no está ahí? Pues terminamos expresando, como María: ¡dime dónde está mi Señor para que yo vaya! Cuando su palabra nos manifiesta que Él siempre ha estado, que nunca nos ha dejado, ni abandonado, que cuando le hemos buscado Él no es de los que se esconde, ni de los que nos rechazan; sino que ha sido el que ha oído nuestro clamor cuando le invocamos, cuando vamos y le buscamos en oración, y lo hallamos; porque como dice su palabra, le buscamos de todo corazón (Jeremías 29:12-13).

Hermanos, si hoy estamos pasando momentos difíciles, el Señor quiere recordarnos que, así como estuvo con Moisés, estará con nosotros, pues nunca nos dejará ni desamparará (Josué 1:5b); que aunque en el mundo tengamos aflicciones debemos confiar, tener paz en Él, porque Jesús ya ha vencido al mundo (Juan 16:33); que Él no nos ha dejado solos, ni huérfanos, pues nos ha dado al Consolador, el Espíritu Santo de Dios quien es el que nos consuela en todas nuestras tribulaciones y nos recuerda todas las cosas que ya Jesús nos ha enseñado (Juan 14:16-18, 26).   Oración.

«Padre, ¡gracias por consolarme en momentos de angustia! Por traer ánimo a mi vida por medio de tu palabra ¿qué sería de mí en esos momentos de dolor si tu voz no la escuchara? Hoy te doy gracias porque ella es mi consuelo en mi aflicción y quien me ha vivificado. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 13 de junio de 2022

Si crees verás la gloria de Dios

 


Si crees verás la gloria de Dios

“Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”, Juan 11:20-27

Las Escrituras nos revelan la amistad que tanto Marta, María y Lázaro tenían con Jesús, y es que tal era su cercanía que vemos cómo la palabra nos menciona que el Señor les amaba (Juan 11:5). Y al leer esto seguramente se pasará por nuestra mente, pero si Jesús les amaba ¿por qué no corrió al llamado de Marta y María cuando le solicitaban? Porque su llamado era de vida o muerte, pero vemos que lo que el Señor decide hacer no es ir a Betania, sino, quedarse dos días más en el lugar donde se encontraba. Y dirás, qué identificado me siento con este relato pues ¿cuántas veces he clamado a Dios por una respuesta, y al igual que Marta y María, he quedado a la espera y no llega? Tal vez en nuestro caso han sido no solo días, sino meses, años de espera.

Pero cuando al fin llega ¿cómo reaccionamos? ¿Como Marta o María? Saldríamos corriendo a los brazos de Jesús con un reclamo preparado o ahogados en llanto diciendo: “Señor, si hubieras estado aquí” cuando te llamé, cuando te necesité, no estaría pasando esto, has llegado demasiado tarde.

O tal vez, ¿ya no reaccionamos? Pues como Lázaro, en nosotros ya no hay llanto, ni dolor, más bien pequeñas tumbas en donde están encerradas nuestras emociones, pues ya toda esperanza está como muerta.

Sin embargo, con cualquiera de estos tres personajes que nos identifiquemos, lo primero que quiere recordarnos Dios es que Él nos ama; así como Jesús manifestó que amó a Marta, a María y a Lázaro; Él nos lo manifiesta a nosotros, más que con palabras, con su gran acto de amor (Juan 3:16). Y podemos no solo decir que nos ama, sino también que está en y con nosotros, pues Él no nos ha dejado huérfanos (Juan 14:16-18). ¿Y por qué es importante tenerlo presente? Porque al igual que Jesús estuvo con María y su hermana en medio de la tristeza, entendiendo su dolor, llorando con ella; así mismo lo hace con nosotros, comprende nuestra difícil situación, pero no nos deja sumergirnos en la tristeza, pues con su palabra siempre nos recuerda que debemos recobrar el ánimo: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10.

Y aun cuando nuestras emociones nos digan que debemos dejar morir toda esperanza, el Señor nos trae a la memoria su palabra pues quiere que nuestra vida sea reconfortada y que tengamos viva nuestra esperanza en Él: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová” Salmos 27:13-14.

Hermanos, hoy Dios nos quiere recordar que el Señor no ha retardado su respuesta, ni sus promesas, solo está probando nuestra fe, pues quiere que permanezcamos firmes en Él; independientemente si ha llegado o no una respuesta; pues es solo por fe que veremos la gloria de Dios.  Oración.

«Padre, hoy entiendo que tú has estado en todo momento conmigo, que eres fiel con tus promesas cuando me dices que nunca me dejarás, ni me abandonarás y que siempre me sustentarás con la diestra de tu justicia. Gracias Dios por tu fidelidad, por sujetarme con tu mano poderosa en medio de la dificultad. Ayúdame a permanecer siempre firme en fe, a no desfallecer y a esperar pacientemente en ti. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 12 de junio de 2022

Impactados por su amor

 

Impactados por su amor


“Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” Lucas 4:17-21

¡Cuán impactante es nuestro Dios! ¿Lo sabías? Es el único que tiene el poder de, con tan solo hablar, crear, dar vida, ordenar, llenar. Es aquel que conmueve los cielos y la tierra, que encierra con puertas el mar. Es tan Poderoso que no solo vemos que impacta con su hablar, sino también con su manera de amar (Juan 3:16).

¿Y por qué lo mencionamos? Porque es justamente en el evangelio de Lucas que vemos a Jesús, el amor de Dios Padre hecho acción, revelando a través de su palabra que había llegado el momento en el que todos los abatidos, ciegos, con corazón quebrantado, cautivos y presos por el pecado; conocerían lo que sería el ser impactados por su amor. Y es que sin duda alguna, el poder de su amor fue el que hizo al paralítico, andar; al sordomudo, hablar y escuchar; al endemoniado, liberar; al necesitado, saciar, y al que estaba muerto, resucitar.

Pero ¿qué pasa con las personas de la actualidad? ¿Podemos, aún nosotros, ser impactados con su manera de amar? ¡Claro que sí! También para ti y para mí está disponible esta palabra, pues Jesús vino al mundo para dar su vida en rescate por muchos (Mateo 20:28b). Y ahí estamos incluidos tú y yo; pues antes de creer en Jesucristo; también éramos considerados como pobres, de corazón quebrantado, ciegos y oprimidos por el pecado, sin embargo, desde el momento en el que creímos en Jesús fuimos impactados por su amor, liberados, sanados, saciados, resucitados.

Reflexionemos, ¿cuántas personas tuvieron que predicar el evangelio para que tú y yo le permitiéramos a Jesús entrar en nuestras vidas, tocar nuestro corazón e impactar nuestra existencia? Sin lugar a dudas, fueron muchos hombres y mujeres que se dieron a la tarea de expandir las buenas nuevas de Dios, y sabemos no fue tarea fácil pues se vieron enfrentados por causa del evangelio a: persecuciones, prisiones, vituperios, azotes y aún fueron muertos a filo de espada ¿para qué? Para que la palabra de Dios impactara no solo la vida de los judíos, sino también, la de nosotros los gentiles. Y meditemos, cuán distinto es para nosotros en la actualidad expandir la palabra del Señor, pues estamos tan solo a un “clic” de compartir del amor impactante de Dios a nuestro prójimo y no lo hacemos, tenemos a nuestro alcance la palabra y no la enseñamos, y aun así anhelamos que todos sean impactados por Dios pero cómo lo serán ¿si no creen en Él? “¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?” Romanos 10:14b-15a.

Hermanos, nosotros hemos sido, al igual que Jesús, ungidos por el Espíritu Santo para predicar el evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones (Mateo 24:14a); y enviados por Él para que el mundo sea impactado por su amor y cuando esto suceda, entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán, el cojo saltará como un ciervo, y la lengua del mudo cantará (Isaías 35:5-6a)   Oración.

«Padre, te alabo y te bendigo por tu grandeza; y como lo manifestó el salmista, me asombro y maravillo al ver tus grandiosas obras, tu impactante amor. Quiero que el mundo te conozca Señor, pero ¿cómo sucederá si no abro mi boca para predicar? Ayúdame a hablar con denuedo tu palabra, a hacerlo a tiempo y fuera de tiempo con el poder y la unción de tu Espíritu Santo. En el nombre de Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 11 de junio de 2022

De una vida en ignorancia a una vida en santidad

 


De una vida en ignorancia a una vida en santidad

“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”, 1 Pedro 1:13-16

Antes de aceptar a Cristo en nuestro corazón vivíamos en un estado de ignorancia, pues no éramos conscientes de que esclavos éramos del pecado. ¿Dónde surgió esta esclavitud? En el huerto del edén. A raíz de la desobediencia que el hombre tuvo contra Dios, generó en la naturaleza del ser humano una gran contaminación, tanto, que Romanos 5:12 nos revela que de ahí en adelante todo ser humano (a excepción de Jesucristo) obtiene una herencia contaminada, lo que llamamos naturaleza pecaminosa. Esta naturaleza es la que nos impulsa a estar siempre en contra de la ley de Dios, a querer ser rebeldes ante Su Autoridad y a persistir cometiendo pecado.

Sin embargo, su palabra nos dice que fuimos rescatados de esa vana manera de vivir gracias a la preciosa sangre de Jesucristo, ese cordero sin mancha y sin contaminación que se ofreció en aquella cruz por amor a nosotros como sacrificio perfecto para satisfacer la justicia de Dios (1 Pedro 1:18-19). Dado lo anterior, es que por la fe en Jesús, tú y yo podemos disfrutar ahora de una nueva condición, pues somos:

• Redimidos: Libres de la esclavitud del pecado porque Jesucristo pagó el precio.

• Reconciliados: Podemos tener una relación íntima, personal de amor con Dios.

• Identificados con Cristo: Todo lo que es verdad acerca de Él, viene a ser verdad en nosotros por la obra de su Santo Espíritu.

• Santificados: Apartados como posesión de Dios para siempre.

• Justificados: Justos delante de Dios por nuestra fe en Jesús.

• Regenerados: Al nacer de nuevo, tenemos un espíritu vivo que nos permite pasar de ser egocéntricos a ser Teocéntricos.

Y todo esto nos lo ha dado el Señor Jesús como un regalo, como un don inmerecido; para que lo disfrutemos y vivamos, ya no conforme al viejo hombre que solo está viciado de pecado, sino conforme a la justicia y santidad que por Cristo nos ha sido entregado (Efesios 4:22-24)

La pregunta es: ¿Cómo seguiremos viviendo de ahora en adelante? ¿Bajo la ignorancia? o ¿bajo la santidad? Pues si hemos creído en Él, la palabra de Dios nos dice que como justos, debemos caracterizarnos por vivir en fe y lo que esto implica, pues al hacerlo estaremos siendo; no como los que se vuelven atrás y acaban por perderse viviendo bajo la ignorancia; sino, de los que tienen fe y viven por ella para preservación del alma (hebreos 10: 38a-39)   Oración.

«¡Señor! Desde el momento en el que te abrí las puertas de mi corazón me permitiste entender que, antes de conocerte, vivía bajo la ignorancia, pues mis actos estaban viciados conforme a los deseos engañosos. Más ahora, que mis ojos te ven, puedo creer que ya no vivo bajo esta condición, sino bajo mi nueva identidad de justicia y santidad, la cual me ha sido entregada por amor, gracias a ti Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 10 de junio de 2022

Siervo bueno y fiel

 

Siervo bueno y fiel


“Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo, el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor”, Mateo 25:14-18

¿Con cuál de estos tres siervos te identificas? ¿Con los que actuaron diligentemente y administraron de forma correcta lo que se les había entregado? O tal vez con el que escondió su talento por temor y no lo administró.

Quizá al leer este pasaje te identifiques con los dos primeros hombres de esta historia y digas ‘yo soy como ellos, lo que Dios me ha entregado lo he sabido administrar bien gracias a la ayuda y guía del Espíritu Santo’; pero, probablemente, este no sea tu caso, pues quizá digas “yo soy como el último de los siervos, no los he administrado porque no sé cuáles son los talentos que Él me ha dado; y si los conozco, no sé cómo usarlos, no me han enseñado y no estoy capacitado”; y pensaremos que con esta respuesta tendríamos una justificación válida ante Dios y que recibiremos de su parte un “Claro ¡no te preocupes! yo te entiendo”, pero la verdad es que esa respuesta nunca la escucharemos, pues al igual que el señor de este siervo, no se nos expresarán palabras de felicitación, sino que se nos llamará la atención, pues habiendo alternativas para poner en movimiento lo que se nos ha confiado, hemos decidido ignorar su llamado (por maldad y negligencia) y esconder aquellos talentos que nuestro Señor nos ha encomendado.

Y es que con este actuar estamos manifestando que hemos intentado gestionar esos talentos espirituales bajo nuestra carne; emociones, pensamientos y voluntad; cuando únicamente se pueden administrar, de manera espiritual, es decir, con la ayuda, guía y dirección del Espíritu Santo, quien ya sabemos mora en nosotros, pues Él es quien nos capacita para que vayamos y llevemos fruto, fruto que permanece (Juan 15:16b, Gálatas 5:22-23)

Ahora, pensaremos, como el Espíritu Santo es quien hace la obra, entonces ¿yo no debo hacer nada más? Claro que hay algo que nos corresponde hacer: Buscar intencionalmente a Dios en oración; escudriñar las Escrituras; congregarnos, pues necesitamos compartir tiempo con nuestros hermanos en la fe, ser enseñados por nuestros pastores, líderes; hacer los niveles bíblicos para conocer si lo que me están enseñando va conforme la sana doctrina; testificarle a mi familia, a mis amigos, al mundo de la obra de Cristo; obedecer, practicar lo aprendido.

Por lo tanto, no podemos seguir estancados en el “no tengo las capacidades, el talento que se necesita”, pues ya vimos que esa no es una razón justificable, pues recordemos que a ¡todos! Dios nos ha dado talentos; ya sea uno, dos, cinco o más; están bajo nuestra responsabilidad y debemos administrarlos con la ayuda de su Espíritu Santo.

Reflexionemos, ¿cuáles son los talentos que me ha dado Dios y qué estoy haciendo con ellos? Con el talento de hablar, de leer, de escribir, por lo menos alguno de ellos debo tener, pero ¿los estoy poniendo al servicio del Señor? o ¿me los estoy reservando?

En este día digámosle al Señor: Señor aquí tienes lo que te corresponde, he trabajado gracias a tu Espíritu Santo con los talentos que me has dado y te entrego otros más. Entonces saldrá de la boca de nuestro Señor: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Mateo 25:21b   Oración.

«Padre, hoy me rindo delante de ti y te pido me ayudes a poner a tu servicio esos talentos que me has entregado; quizá he puesto muchas excusas para no servirte, pero no quiero esquivar más mi responsabilidad. Hoy me dispongo delante de ti y te pido me uses como tu instrumento. Gracias por hacerme entender que no es en mis fuerzas que se administran los talentos que me has dado, sino con la guía y el poder de tu Espíritu Santo que vive en mí. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 9 de junio de 2022

Caminando por convicción

 

Caminando por convicción


“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.”, Mateo 14:28-32

¿Cuántos de nosotros hemos experimentado lo que Pedro? Hemos dicho al Señor: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas” pero cuando es probada nuestra fe ¿cuál ha sido el resultado? Como Pedro, damos por convicción unos pequeños pasos los cuales nos hacen andar por un momento sobre las aguas; pero al final, cuando dejamos interferir nuestra parte emocional, terminamos hundiéndonos en el mar y pidiéndole a gritos al Señor que nos salve.

Lo peligroso de dejarnos dominar por la emocionalidad, es que al hacerlo, estaremos dando paso a la duda que es la que genera que nuestro ánimo mantenga vacilando entre dos opiniones, “puedo hacerlo” o “no puedo hacerlo”, como las ondas del mar, quienes son arrojadas de un lado a otro dependiendo de hacia dónde el viento quiera soplar. Nos convertimos sin darnos cuenta en hombres y mujeres de doble ánimo, lo que hace que terminemos siendo inconstantes en todos nuestros caminos (Santiago 1:6b, 8). Pero el problema de la duda es que no va sola, pues lleva consigo a su amiga la incredulidad, que es claramente la que no nos permitirá experimentar lo que Dios quiere para nuestras vidas.

Pedro, en este pasaje, se ha dejado llevar por la duda e incredulidad y Jesús se lo manifiesta: “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” pero ¿por qué viene la duda? Porque en esos momentos no permitimos que en nuestra mente se arraiguen pensamientos de fe, pues si Jesús me llama es porque en Él lo puedo hacer; sino nuestros propios pensamientos que dicen: no es lógico que esté caminando sobre las aguas, yo no tengo esa capacidad; hay vientos, mares, me voy a hundir y ahogar. ¿Vemos el error? Pensamos que si Dios nos llamó a hacer algo es solo porque tenemos la capacidad de hacerlo, pero no es así.

Citemos otro ejemplo, cuando llamó Dios a Abraham y le hizo la promesa de que su descendencia sería tan numerosa que no se podría contar, acaso Abraham le creyó porque ¿él y su esposa Sara estaban en la capacidad de hacerlo? ¡No!, pues Abraham sabía que su cuerpo estaba ya como muerto al tener casi cien años, y aún su esposa era estéril; pues su fe no se debilitó ni al considerar esto. “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido” (Romanos 4:20-21). La diferencia entre la historia de Abraham y Pedro, es que Abraham se aferró a Dios, al conocimiento que tenía del Gran Yo Soy, pero Pedro falló y se hundió en las aguas porque no se mantuvo caminando por convicción.

Así que hermanos, basta ya de andar bajo la emoción, es tiempo de empezar a caminar permanentemente por convicción.   Oración.

«Padre, tú me conoces por completo y sabes que, aunque quiero caminar por convicción, en algunos momentos de mi vida fallo y termino siendo movido bajo lo que dice mi emoción, y esto sucede porque trato de caminar en mis fuerzas y no con la ayuda de tu Espíritu Santo que has puesto en mí. Ayúdame a permanecer firme en ti y no permitas que mi fe se debilite en momentos de angustia. Llévame como a Abraham a que mi fe se fortalezca. En el nombre de Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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