lunes, 31 de octubre de 2022

Hagamos brillar la luz de Cristo

 


Hagamos brillar la luz de Cristo

“En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía” Jueces 17:6

“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” Juan 8:12

A diario vemos atrocidades en las noticias; el abuso de menores, la trata de personas, la esclavitud moderna, la corrupción y la violencia, nos hacen ver que vivimos en un mundo oscuro, pero tenemos esperanza, porque la luz de Cristo alumbra a través de su iglesia.

En el libro de jueces este versículo es el resumen de un periodo oscuro de la historia del pueblo de Israel, que, llamado a vivir en una estrecha relación con Dios, se fue tras ídolos y siguieron las costumbres paganas de los pueblos que los rodeaban. En aquella época no había rey en Israel y se relatan los terribles excesos de los malvados en una tierra sin ley y sin Dios; aquel fue un tiempo de total oscuridad. Una sociedad puede caer en un caos absoluto cuando rechaza a Dios y a sus leyes.

En el lenguaje bíblico, la oscuridad se refiere a las fuerzas del mal que pueden seducirnos y alejarnos de caminar en la dirección correcta hacia la luz de la vida, que es Jesús, porque “en él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:4).

Jesús asegura que Él es la luz del mundo. Un mundo sin Dios es un mundo en tinieblas, pero Jesús aseveró “el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Esto ha sido una realidad en cada uno de nosotros, porque cuando nos volvimos a Jesús, salimos de la oscuridad, de una vida sin Dios, a la luz de la vida con Él. Porque dice Pedro: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).

Salimos de las tinieblas del paganismo, de la ignorancia espiritual, del error, del pecado, del dominio del príncipe de este mundo, a la luz espiritual de Dios que es Jesucristo, “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9). Jesús nos llama de las tinieblas, el conflicto y la muerte, a la luz de la vida y el amor, dándole propósito a nuestras vidas

La misión de la Iglesia es proclamar las excelencias de Dios, es decir, testificar a las personas acerca de las obras maravillosas de Dios. Con su misma vida, el cristiano debe testificar de lo que Dios en Cristo ha hecho por él. Marquemos la diferencia, porque podemos brillar en un mundo en oscuridad con el amor de Cristo, viviendo vidas íntegras, con amabilidad y sencillez, como dice Filipenses 2:15 “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”.

Nuestra finalidad es cultivar la vida espiritual con el cumplimiento de la gran comisión; tenemos que establecer un contraste entre la luz y las tinieblas, por eso, debemos ser hijos de Dios sin mancha en medio de una generación mala y perversa. La figura de la luz describe a una comunidad de creyentes caracterizados por vivir en armonía, integridad de testimonio, que tienen como objetivo agradar a Dios y cumplir con la misión para la cual nos aparta y santifica.   Oración.

«Señor, gracias por sacarme de las tinieblas a la luz admirable y hacerme parte de una comunidad de creyentes, llamados a traer la luz de la vida, el amor y el gozo a este mundo en oscuridad; a resplandecer como luminares en medio de las tinieblas, llevando esperanza a los que están lejos de ti. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

domingo, 30 de octubre de 2022

Las ataduras se rompen. Parte 2

 


Las ataduras se rompen. Parte 2

2. Lee la palabra de Dios

“¿No sabéis que, si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” Romanos 6:16.

¿Nos hemos preguntado, porque Satanás está empeñado en poner ataduras en la vida de las personas? Hay por lo menos dos razones: La primera razón, es que dondequiera que haya una atadura del mal, el enemigo será el señor de esa área en particular, él quiere gobernar y ser obedecido; y en realidad, la Palabra de Dios nos dice que: “a quién obedecemos, es aquel a quién adoramos”. Por eso no podemos permitir que esas ataduras permanezcan en nuestra vida, porque le estaremos adorando a él y siguiendo sus caminos.

La segunda razón, es que las ataduras nos privan de ver y conocer a Dios. Cuando comenzamos a conocer a Dios y su Camino, no deseamos seguir las huellas del mundo; pero, el trabajo de Satanás es mantenernos enceguecidos hacia la plenitud, bendición, felicidad, prosperidad y satisfacción que encontramos en la vida abundante que Cristo nos ofrece. El enemigo no quiere que conozcamos a Dios, es por eso, que levanta argumentos y mentiras en contra del Señor, para seducirnos.

En efecto, todas las ataduras están basadas en mentiras, dice 2 Corintios 4:4 “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. El enemigo no desea que la gente conozca a Jesús y sea salva; pero lo más peligroso es que el arma favorita de él es cegar también los ojos de los santos.

Ya el Señor nos ha dado las armas espirituales para poder derribar todos los pensamientos y acciones sin control que se han convertido en fortalezas y ataduras en nosotros. 2 Corintios 10:4-5 dice: “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levante contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”.

Hagamos de Cristo el Señor de cada área de nuestra vida, identifiquemos y confesemos pecados específicos, arrepintámonos, oremos, ayunemos y renovemos nuestra mente con su Palabra de Verdad. Pidamos la llenura del Espíritu Santo para estar firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres. (Gálatas 5:1)    Oración.

«En el nombre de Jesús, y por medio de su sangre derramada, destruyo cualquier razonamiento que se oponga al conocimiento de Dios y llevo cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo; someto cada área de mi vida a tu gobierno mi Señor y te pido Espíritu Santo, que obres en mi mente y corazón renovando mis pensamientos y cambiando mis actitudes. Lléname de tu Presencia para que todo lo que haga glorifique el nombre glorioso del Señor Jesucristo. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

sábado, 29 de octubre de 2022

Vivir como una nueva criatura

 Vivir como una nueva criatura

“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia” Romanos 5:17

Lo que el apóstol Pablo quiere explicar en este versículo es que por el pecado de Adán toda la raza humana quedó contaminada con él y separada de Dios, pero por la justicia de Jesucristo toda la humanidad es justificada y vuelve a estar en la correcta relación con Dios. Por Adán vino la muerte, pero por Jesús vino la vida a través de su resurrección, por eso es necesaria nuestra relación con Cristo, ya que, en nuestra relación con Adán como representante de toda la humanidad, su pecado fue el de todos los seres humanos al heredar la muerte espiritual, como dice Romanos 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, como la muerte es la consecuencia del pecado ejerce el dominio sobre todos nosotros.

Y es entonces cuando Jesús entró a este mundo, para ofrecer su perfecta bondad y así de la misma manera en que por el pecado de Adán todos fuimos implicados, por Jesús todos seamos justificados en su obra en la cruz que conquistó la muerte y nos dio vida eterna. En Cristo quedamos absueltos para poder vivir. La pregunta es ¿quiero vivir como una nueva criatura?

La gracia triunfó sobre el pecado, Jesucristo triunfó sobre Adán con su regalo de justicia, porque todos los que lo aceptamos y recibimos en nuestro corazón estamos llamados a vivir en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de Él.

La muerte espiritual es el problema más grave de la humanidad, porque sin Cristo estamos todos muertos y experimentamos todas las consecuencias de la naturaleza caída, como son: las enfermedades, roturas en nuestras relaciones, deudas, vicios, miedos, fobias, odios, muerte, etc.

Cristo nos ha dado nueva vida. Vivamos entonces como nacidos de nuevo, en una perfecta relación, bendita y amorosa con Dios, dando testimonio de esto, hablando, pensando y comportándonos como hijos de Dios, porque estamos enriquecidos con su abundante gracia. Es entonces decisión de cada uno optar seguir bajo el dominio del pecado y la muerte o vivir en la libertad que Cristo nos dio por medio de su sacrificio en la cruz y su resurrección.  Oración.

«Mi amado Jesús, tu gracia está en acción a través de tu obra redentora en favor de toda la humanidad, gracia que tuvo el poder de conquistar mi corazón, por eso ahora sólo te pido que me ayudes a vivir como nacido de nuevo, limpio, como una nueva criatura, porque has cambiado tu juicio por perdón. Quiero que mi vida sea un testimonio vivo, que todo lo que piense, hable y haga sea en victoria porque me has rescatado y la vida eterna es mía ahora y siempre. Amén. 

 

viernes, 28 de octubre de 2022

Respuesta para el sediento

 


Respuesta para el sediento

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado” Juan 7:37-39

El actor Robert Williams, en su canción “Feel” (Sentir), expresó lo siguiente: “Solo quiero sentir amor verdadero (…) hay un hueco en mi alma, puedes verlo en mi rostro”; la verdad es que ese “hueco en el alma” es la realidad de todos los seres humanos, pues nacemos separados de Dios por el pecado; es un vacío que no podremos llenar con cosas materiales, ni placeres ni conocimientos, ese hueco solo tiene la forma de Dios y es llenado cuando el Señor Jesús viene a morar en nuestros corazones, por medio de su Santo Espíritu.

Por eso, en una de las enseñanzas más trascendentales de Jesús, Él describe cómo puede ser llenado ese vacío espiritual. El contexto de este pasaje indica que se estaba celebrando la fiesta judía de los tabernáculos (Juan 7:2), llamada también “fiesta de las cosechas”, donde las familias judías dejaban sus hogares y vivían en tiendas temporales (sucots) durante ocho días de celebración; conmemoran lo que vivieron durante su travesía de cuarenta años por el desierto, tras la liberación de la esclavitud en Egipto; festejaban la terminación del ciclo agrícola con la vendimia y la cosecha de aceitunas, y daban gracias por el agua.

Esta fiesta apunta a algo que tiene que ver con nuestra fe como cristianos; busca recordarnos que Dios es el Redentor de su pueblo por medio de su Hijo Jesucristo, quien nos liberó de la esclavitud del pecado, quien provee para todas nuestras necesidades en nuestro peregrinar por este mundo y que mora en medio de nosotros.

Este fue el escenario escogido por Jesús para enseñar acerca del Espíritu Santo que da vida; se puso en pie y alzó su voz para ser oído por todos los que estaban allí. Las veinticuatro palabras en el idioma griego, que iba a pronunciar, serían las más significativas que cualquier ser humano podría escuchar, porque era una promesa que cambiaría por completo su existencia. Señaló “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”.

Era la promesa para cada persona con un vacío en el alma; aplica para todos los que no han experimentado al Espíritu Santo, pero también, para todos aquellos que se sienten insatisfechos espiritualmente porque no han aprendido a vivir en el Espíritu y se sienten frustrados con su nivel se santidad o anhelan tener una relación más estrecha con el Señor.

La condición para que esa promesa sea verdad en una persona, es creer en Jesucristo; es tan sencillo como eso. Pidamos la llenura de su Santo Espíritu, entonces, fluirán ríos de agua viva, para que, a través de nuestra vida, saciemos la sed de los solitarios, vacíos y necesitados de este mundo.  Oración.

«Señor Jesucristo, hoy vengo a ti, lléname de nuevo con tu Santo Espíritu, con ríos de agua viva, para darte a conocer a los que me rodean; que las palabras que hable hoy, sean espíritu y vida para los que las escuchen. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

jueves, 27 de octubre de 2022

Eres responsable delante de Dios

 


Eres responsable delante de Dios

“Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios” Eclesiastés 11:9

“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” Salmos 90:12

No importa la edad que tengamos, si ya somos personas conscientes de nuestra existencia, todos somos responsables delante de Dios por nuestros hechos; por eso, es importante aprender a contar nuestros días, ya que la vida es efímera y todo lo que hagamos y planeemos en esta tierra, es pasajero, lo único inmortal es el alma y Dios nos pide dos cosas: sabiduría y sentido común para vivir.

El apóstol Pablo también en el libro de Efesios 5:16 nos dice “aprovechando bien el tiempo porque los días son malos”, refiriéndose a lo corta que es la vida y cómo los años pasan volando. Al reflexionar sobre la muerte debemos aprovechar la vida y la mejor manera de hacerlo es viviendo en el temor de Dios, haciéndolo partícipe de todo lo que nos sucede cada día.

Qué privilegio para los que hemos tenido la fortuna de buscar a Dios, desde nuestra niñez o juventud, conociendo de su palabra, llenándonos de sabiduría y sentido común, porque nos evitamos muchas tristezas al tomar decisiones correctas con la guía del Espíritu Santo, sin tener que lamentarnos, como muchos otros que se han equivocado al no tener en cuenta a Dios en sus vidas. Pero, aunque lo ideal es buscar a Dios desde niños, hoy el Señor está dando la oportunidad de nacer de nuevo, nacer del espíritu (Juan 3:3); y no importa la edad en que comencemos, el Señor quiere darnos una vida plena y bendición.

Para ello, debemos colocar nuestra fe en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, porque murió y resucitó por nosotros para perdonar nuestros pecados y hacernos nuevas criaturas, como dice 2 Corintios 5:17 “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

Traer sabiduría al corazón, es empezar a vivir bajo los principios de Dios y construir nuestra vida en integridad, de acuerdo a sus propósitos, estableciendo una relación personal con Dios, con oración y estudiando su palabra, conociendo su voluntad para nosotros.

Es también vivir en la gracia de Dios con su favor; y para esto, debemos permitir que Cristo viva y controle cada aspecto de nuestra vida por medio de su Santo Espíritu, no dependiendo de nuestro esfuerzo personal, sino de su amor y su poder. Somos responsables de cómo vivimos y un día tendremos que dar cuentas de ello a nuestro amado Dios.   Oración.

«Señor, enséñame a ser responsable de mí mismo, viviendo en tu presencia cada día, para que, a través de la guía de tu Santo Espíritu, pueda tomar las decisiones correctas que me llevarán a vivir en bendición y plenitud; gracias por encontrarme en el camino y darme la oportunidad de tener una nueva vida, trae sabiduría a mi corazón para disfrutarla siempre dentro de tus propósitos. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

miércoles, 26 de octubre de 2022

¿Cómo no voy a creer?

 


¿Cómo no voy a creer?

“Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: ¿Toma tu lecho y anda? Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar” Juan 5:12-13

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre” Juan 5:24-27

“Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero” Juan 5:31-32

Este pasaje de Juan se centra directamente en la persona de Jesús y su autoridad como Hijo de Dios; aquí Jesús hace una declaración formal de su unidad con el Padre, su comisión y autoridad divina y las pruebas de ser el Mesías, con la única intención de llevar a los hombres a creer en Él como el Hijo de Dios. Esta declaración enfureció a los judíos que lo acusaron de blasfemia y procuraban matarlo.

Jesús inicia su propia “defensa” cuando es atacado por sanar al paralítico de Betesda y hace una fuerte afirmación: se declara a sí mismo “Hijo de Dios” y su dependencia del Padre. Su propósito era convencer a los judíos, si estaban dispuestos a oírlo, de que sus obras estaban en perfecto acuerdo con las de Dios y de su voluntad eterna. Esta relación íntima con el Padre y la subordinación a su voluntad, establecen la autoridad de Jesús para sus enseñanzas y sus obras.

Jesús presenta cuatro testimonios para mostrarles quién era realmente Él. El primer testimonio es Juan Bautista; en Juan 5:32-33 dice “Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad”. Juan vino para dar testimonio de Jesús; igual que él, hoy somos muchos los que damos testimonio de quién es Jesús por lo que ha hecho en nuestras vidas.

Su segundo testimonio es la obra de su propia vida; Juan 5:36 dice “Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado”. Este testimonio tiene más peso que el primero, pues es la tarea que el Padre le encomendó que llevara a cabo; esta tarea empezó con la cruz y terminó con la resurrección y la cumplió plenamente.

El tercer testimonio es el del Padre; Juan 5:37-38 señala “También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis”. Hoy podemos también experimentar el testimonio del Padre en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (Juan 15:26).

El cuarto testimonio mencionado por Jesús son las Escrituras; en Juan 5:39 dice “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Toda la Biblia trata acerca de Jesús, es el tema unificador entre el Antiguo y Nuevo testamento, por eso, debemos estudiarla profundamente para conocerlo y tener una relación más íntima con Él.

Jesús indicó que, a pesar de todas las pruebas que presentó, muchos no quisieron ir a Él para tener vida (Juan 5:40).  Oración.

«Amado Señor, afianza mi fe, no quiero ser como los fariseos que dudaron de ti a pesar de todas las pruebas que daban testimonio de quién eres, el Hijo de Dios; se te dio toda la autoridad de dar vida y de juzgar, el Padre entregó todo juicio en tus manos, como otra evidencia de la deidad e igualdad con Él. También mi testimonio es verdadero, porque con tu obra redentora me diste perdón y vida eterna; soy libre y feliz gracias a ti, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

martes, 25 de octubre de 2022

Embajadores del reino

 


Embajadores del reino

“Más la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” Proverbios 4:18

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” Mateo 11:12

“Más a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento” 2 Corintios 2:14

El anhelo de Dios es que la luz vaya creciendo en nosotros, de adentro hacia afuera, y seamos de influencia en esta generación.

Cuando Jesús vino por primera vez acercó el reino de los cielos a esta tierra; ahora su iglesia extiende el reino en este momento hasta su regreso. Su reino será establecido plenamente cuando regrese por segunda vez, va a ser un reino físico sobre toda la tierra. Recordemos Romanos 14:11 “Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios”.

Toda la tierra confesará que Jesucristo es el Señor y el Rey de reyes; pero mientras tanto somos embajadores del reino. Cada persona que conoce a Jesús y se salva es porque el reino de los cielos llegó hasta ella. Tenemos la bendición de predicar este evangelio del reino y extenderlo hasta lo último de la tierra, pero debemos saber que esto va a generar oposición, porque el imperio de las tinieblas, el mundo que está bajo el dominio de Satanás, se va a resistir. 1 Juan 5:19 dice “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno”.

Los valientes son los que enfrentan los miedos y arrebatan o atraen el reino con adoración e intercesión. Es una guerra espiritual y por eso Pablo le dice a su discípulo Timoteo “pelea la buena batalla de la fe” (1 Timoteo 6:12a). No nos conformemos con lo que sucede a nuestro alrededor, no nos rindamos ante la enfermedad, el pecado, la muerte, ante el desorden, somos familias del reino, debemos pelear la buena batalla de la fe; es dar nuestra vida por lo que creemos, es no conformamos a lo normal del mundo, tenemos que vivir lo sobrenatural del reino.

Para ello, es importante vivir como ciudadanos del reino; cuando vivimos en justicia extendemos el reino de Dios y estamos echando fuera el imperio de las tinieblas, eso se hace con violencia espiritual y no con pasividad. Recordemos 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. Pidamos al Espíritu Santo que se active la valentía del reino en nuestra vida, para ser verdaderos embajadores de Cristo.   Oración.

«Amado Jesús, Rey Salvador, dame la valentía para ser embajador de tu reino y extenderlo en esta tierra; lléname de tu inmenso amor, para tener dominio propio y manifestar así el grato olor de tu conocimiento a los que no te conocen y sean salvos. Haz que tu luz vaya en aumento en mi vida. Lléname con tu Santo Espíritu y dame la fortaleza para resistir el imperio de las tinieblas, con tu palabra y oración. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

lunes, 24 de octubre de 2022

Dios está con nosotros

 


Dios está con nosotros

“Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres. Habla mentira cada uno con su prójimo; hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón” Salmos 12:1-2

“Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice Jehová; pondré en salvo al que por ello suspira. Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra purificada siete veces” Salmos 12:5-6

En este salmo, David pone en una balanza las palabras humanas y la palabra de Dios; hace un lamento por la condición de la sociedad donde vivía. Menciona mentiras, engaños, arrogancia, codicia y egoísmo, y presenta su clamor ante Dios. Una sociedad no muy distinta a la nuestra. La verdad, es que lo único que debemos hacer ante esto es orar, ya que, como David, podemos decir que ya no hay gente fiel y sincera en este mundo, no hacen sino mentir los unos a los otros, sus labios hablan con doblez de corazón, se nota una autosuficiencia y adoración a sí mismos.

Esto nos hace pensar en los medios de comunicación de hoy en día, en los avisos que predominan en la sociedad de consumo, lo que la mayoría escucha en redes sociales y cómo influencian esta sociedad. Cada vez hay menos espiritualidad, confiabilidad y veracidad a nuestro alrededor. Ante la disminución de los valores en la sociedad, la respuesta es la oración pidiendo la acción divina.

También debemos mantener nuestra confianza en la palabra del Señor, porque es una palabra perfectamente pura y fiel, pues hasta el día de hoy Dios no ha dejado de cumplir lo que ha dicho; así lo expresa Jesús en Mateo 5:18 “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”. En contraste con las mentiras, adulaciones y engaños que se escuchan en el mundo, la palabra de Dios es totalmente pura y libre de cualquier defecto (purificada siete veces). Como creyentes tendremos que decidir si nos confundimos y desorientamos por las palabras del hombre o descansamos sobre la palabra de Dios.

Dios ha prometido actuar en respuesta a nuestra necesidad y en contra del mal. “Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice Jehová; pondré en salvo al que por ello suspira” (Salmos 12:5).

Afirmemos nuestra confianza en Dios; aunque estemos rodeados de mentiras y engaños, el Señor está de nuestro lado, “Él es el que salva” y se agrada cuando nosotros, con nuestra fe, ejercemos influencia sobre la sociedad donde vivimos. No podemos apoyar ninguna cosa que exalte la vileza, sino seguir pidiendo para que nuestra generación sea guardada de la maldad y las mentiras. David dice en Salmos 12:7-8 “Tú, Jehová, los guardarás; de esta generación los preservarás para siempre. Cercando andan los malos, cuando la vileza es exaltada entre los hijos de los hombres”. Unámonos en una sola voz para clamar a Dios por este mundo.   Oración.

«Amado Padre celestial, gracias porque puedo recurrir a ti cuando me siento rodeado de maldad; quiero clamar y orar por mi ciudad, por mi país, por el mundo entero, porque la maldad se ha multiplicado, vivimos en mentiras y engaños que han afectado a los niños, jóvenes y a muchas personas a mi alrededor. Confío en la verdad y pureza de tu palabra, porque cumplirás todas tus promesas; sé que no estamos solos, tenemos al Todopoderoso de nuestro lado. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

domingo, 23 de octubre de 2022

Oremos por un buen liderazgo

 


Oremos por un buen liderazgo

“Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel” Jueces 2:7.

“Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel. Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová” Jueces 2:10-12.

Vivimos en un mundo desordenado y caótico que no es diferente a la sociedad en los tiempos de los jueces en Israel. La nueva generación que entró a la tierra prometida no logró controlar el pecado y la idolatría, a pesar de todas las advertencias que Dios hizo a través de Moisés, Josué y los padres de las tribus de Israel.

Después de la muerte de Josué y de los padres de las tribus, se levantó una generación que no conocía a Dios. La pregunta que nos podemos hacer es: ¿qué pasó después del liderazgo de Josué y de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras de Dios?, ¿por qué esa nueva generación olvidó el pacto con Dios y empezó a vivir a su manera?, ¿falló acaso el liderazgo dejando de trasmitir a la nueva generación los mandamientos de Dios? Pareciera que así fue.

Uno de los grandes errores fue que se olvidaron de las advertencias de Dios y permitieron que algunos pueblos paganos convivieran con ellos, y empezaron a amoldarse a sus costumbres y prácticas religiosas, convirtiéndose en “espinas clavadas en el costado” y una tentación constante para ellos (Jueces 2:1-3).

Dios no quiere que hagamos concesiones con las cosas malas, sino que cortemos de raíz todo lo que nos separe de la devoción a Él. Israel cayó en un círculo vicioso de desobediencia una y otra vez, clamaban por liberación y Dios levantaba jueces que los libertaran, pero estos líderes solo trajeron una paz temporal, no definitiva. La palabra juez en hebreo es “shophel” que significa “libertador” es decir cualquiera que trae justicia y hace las cosas bien.

Dios levantó estos jueces para ayudar a su pueblo, sin embargo, a pesar de que el Señor guardaba inviolable su promesa de bendición para Israel, ellos con sus notorias y repetidas violaciones al pacto con Dios, perdieron todo derecho a sus beneficios al desobedecer la voluntad de Dios, dedicarse a la idolatría y exponerse a las tentaciones del mundo pagano; Dios los dejaría entonces sufrir las consecuencias de sus malas decisiones, para ver si así se arrepentían y volvían a Él.

Así como en tiempos de los jueces, hoy el mundo necesita buenos líderes que marquen la diferencia, fortalecidos por el Espíritu Santo, que perseveren en la Palabra de Dios y comuniquen las buenas nuevas, para que nuestra generación conozca que Jesús es el gran libertador, que es el Salvador del mundo; líderes que se levanten a proclamar la gran obra que ha hecho Dios en medio de nosotros, al enviar a su Hijo Jesucristo a morir por la humanidad para dar liberación, perdón de pecados y vida eterna.  Oración.

«Amado Dios, hoy te clamo por un buen liderazgo; hombres y mujeres que consagremos nuestras vidas a ti y nos levantemos a proclamar que Jesús es nuestro gran libertador, que es el único que puede traer liberación, perdón y vida eterna; que el Espíritu Santo que ahora vive en mí, me dé el poder y la sabiduría para poder trasmitir a esta generación el mensaje de salvación. Señor quiero marcar la diferencia, en Cristo Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

sábado, 22 de octubre de 2022

Jesús derriba todas las barreras

 


Jesús derriba todas las barreras

“La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” Juan 4:9-10

“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?” Santiago 2:1-4

La iglesia cristiana debe ser notoria por su amor, por eso, los que profesamos la fe en Cristo como el Señor de gloria, no debemos hacer acepción de personas por las solas circunstancias o apariencias externas; debemos, como discípulos, ser humildes como Jesús, acogiendo a las personas independientemente de su género, raza o estilo de vida.

Jesús vino a derribar todas las barreras sociales y eso lo vemos en el pasaje de hoy, donde demostró que la ruptura de las divisiones es una de las maneras mediante las cuales la sociedad puede ser transformada.

Él se encuentra en el pozo de Jacob con una mujer samaritana y entabla una larga conversación con ella; en primer lugar, hablar en público con una mujer contradecía todos los convencionalismos de ese entonces y, más aún, un religioso con una mujer de dudosa reputación, ya que los que eran religiosos no se mezclaban con pecadores, por eso, sus discípulos son los primeros sorprendidos cuando lo ven; miremos Juan 4:27 que dice “En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?”

La división entre judíos y samaritanos venía desde tiempo atrás; los samaritanos eran una minoría despreciada y relegada. Jesús rompe con las barreras del racismo, la guerra de clases, la discriminación, la segregación racial y social, su amor rompe estos muros de separación, porque es para todas las personas sin acepción y así lo manifestó siempre.

Dios nos ama a todos por igual, no importa quienes seamos; aún más, Él ama a personas imperfectas como nosotros. Jesús se acerca a la samaritana de una manera humilde, pidiendo agua, ella era una mujer marginada, con un pasado de relaciones rotas, rechazada y repudiada por su propia gente, tanto que iba a la hora más calurosa al pozo a sacar agua, para no toparse con ninguno; pero: ¡gloria a Dios!, ese día tuvo el mejor encuentro, el misericordioso Jesús que no la condenó ni la rechazó por su estilo de vida o posición social.

Debemos entonces ser una iglesia amorosa, que le dé oportunidad de salvación a toda persona. En última instancia, es el Espíritu Santo quien logra la transformación de las personas y de la sociedad, porque es el que trae la unidad, rompiendo las divisiones y posiciones sociales, como pasó con la samaritana ese día.

Recordemos que después de la visión del lienzo con animales limpios e inmundos, el apóstol Pedro tuvo que aprender que Dios no hace acepción de personas (Hechos 10:34); Dios no tiene favoritos.  Oración.

«Señor Jesucristo, sé que viniste para derribar barreras raciales y sociales entre nosotros; todas las personas necesitan el agua viva de tu presencia, viniste a saciar su sed de aceptación, amor y soledad. Entiendo que la transformación de una sociedad empieza por mi propio cambio, que solo lo puedo lograr por medio del Espíritu Santo que mora en mí; ayúdame a no hacer acepción de personas y amar a los que me rodean sin discriminación, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

viernes, 21 de octubre de 2022

En la cruz, la misericordia y la justicia se encuentran

 


En la cruz, la misericordia y la justicia se encuentran

“En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, ¿sino solamente a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí” Mateo 12:1-6

“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia” Isaías 42:1-3

Jesús rechazó por completo el legalismo de los fariseos; en este caso específico, era evidente el hambre ocasionada por la escasez de provisiones de Jesús y sus discípulos, por lo que, el Señor defiende este acto de arrancar las espigas y de comerlas, explicando que lo hacían por necesidad. El acto mismo era expresamente permitido según Deuteronomio 23:25, que dice “Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo”; lo que indica que no era el trabajo de cosechar, sino de saciar una necesidad momentánea.

Les reitera a los fariseos que no habían leído cuando David y los que andaban con él, teniendo hambre, entraron en la casa de Dios y comieron los panes de la proposición que solo podían comer los sacerdotes. Este ejemplo fue muy apropiado: El hombre que era “conforme al corazón de Dios”, de los que los judíos siempre se jactaban, sufrió escasez cuando fue perseguido, pidió al sumo sacerdote el pan, lo que según la ley era ilegal hacer.

Sin embargo, los fariseos no pudieron ni quisieron ver más allá del tecnicismo de las leyes; ellos insistían en un sistema de religión de manifestaciones externas, donde guardar la ley y las tradiciones eran según su interpretación. Jesús insistía en lo contrario; un sistema de devoción interna, en el cual lo más importante era mantener una relación correcta con Dios y con los demás, con actos de amor, misericordia y compasión.

La justicia y el legalismo se oponen, por eso, Jesús incumplió las demandas de los fariseos para poder sanar y liberar, aun en el día de reposo; y les decía: “Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo” (Mateo 12:12).

El amor es algo que se ha perdido en estos tiempos; Jesús lo expresó en Mateo 24:12 “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”.

El Señor nos enseña a combinar la misericordia y la justicia; Él está lleno de amor y compasión, por eso a Jesús se le aplica el pasaje de Isaías 42:1-3, donde dice que no acabará de romper la caña quebrada, ni apagará la mecha que apenas arde, hasta que haga triunfar la justicia; en palabras más sencillas, hay momentos en la vida en los que estamos física, emocional o espiritualmente frágiles como una caña quebrada o una mecha que apenas arde. A diferencia de muchos, Jesús sigue mostrando misericordia, amor y compasión, aun cuando somos débiles y frágiles nos trata con mayor cuidado.

Recordemos esa caja que guardamos con mucho esmero porque su etiqueta dice “frágil”. La vida cristiana sería más fácil si pegáramos esa etiqueta sobre una persona que se siente vulnerable y necesita nuestra misericordia. Jesús hizo un gran sacrificio cargando el castigo de nuestro pecado y sus consecuencias en la cruz, y en su lugar impidió que fuésemos aplastados por el peso de la justicia de Dios; se puede decir que en la cruz la misericordia y la justicia se encontraron. Hoy exaltemos a Jesús porque en ese madero derramó su inmenso amor por nosotros y ahora podemos acercarnos al lugar santísimo sin ningún impedimento.   Oración.

«Gracias Señor por anteponer tu amor a las tradiciones legalistas; me llenas de confianza porque siempre actúas en justicia y misericordia. Ayúdame a mirar a otros con tus ojos de amor y compasión, para aprender a ser justo y misericordioso como tú lo eres; enséñame a tratar a los más frágiles con cuidado, mostrando tu amor, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

jueves, 20 de octubre de 2022

Vive un avivamiento personal

 


Vive un avivamiento personal

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” 2 Crónicas 7:14

Si anhelamos un avivamiento personal, o de la iglesia en general, debemos vivir este versículo de 2 Crónicas 7:14 en nuestras vidas. Se nos pide hacer cuatro cosas para experimentar sus bendiciones: humillarnos, orar, buscar el rostro del Señor y convertirnos; esta es la fórmula para pelear nuestras batallas diarias y vivir en victoria.

Cuando hacemos esto, la respuesta de Dios se hace evidente mediante tres promesas: oír nuestras oraciones, perdonar nuestro pecado y sanar nuestra tierra.

Aquí Dios no le está hablando a extraños, sino a sus hijos; aquellos que, para formar parte del pueblo de Dios, se humillan delante de Él, reconociéndolo como su Señor y Salvador, que abandonan su pecado, le oran y someten sus deseos a la autoridad de su palabra y a su voluntad. Es un nuevo estilo de vida, que viene de dejar los malos caminos en arrepentimiento genuino, convirtiéndonos de corazón y avivando una relación personal y sincera con nuestro Padre celestial.

En 2 Crónicas 20:3-4 dice “Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a toda Judá. Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová”; este es el ejemplo del rey Josafat, quien fue asediado por sus enemigos y se humilló delante de Dios, reconociendo el poder de Dios. Dice en 2 Crónicas 20:6 “y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?”

Este hombre se esmeró en depositar toda su confianza en Jehová cuando dijo: “(…) no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos” (2 Crónicas 20:12b) ¡Qué hermoso ejemplo para el espíritu, cuando el creyente se ve asaltado por el temor y la confusión! El apóstol Pablo supo lo que esta verdad significaba para el que confía en Dios, por eso dijo: «porque por fe andamos, no por vista» (2 Corintios 5:7).

Humillarse ante Dios no es perder fuerza o prestigio, es entrega absoluta al que todo lo puede, al que es más grande que cualquier enemigo, problema o situación que tengamos. Frente a nuestras batallas personales, familiares, laborales y aún espirituales, entendamos que el más poderoso está de nuestro lado; humillémonos en su presencia y daremos paso a la victoria, porque le estamos dando el lugar a Él para obrar.   Oración.

«Dios, en medio de las batallas de mi vida, me acerco a ti, con un corazón contrito y humilde, reconociendo que he pecado, me arrepiento y deseo volver a tu presencia; sé que todo lo puedes, que eres más poderoso que cualquier situación que me agobia, me aferro a tu promesa de que, si me humillo y te busco de todo corazón, tú me perdonarás, oirás mi clamor, responderás a mis necesidades y avivarás mi espíritu, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

miércoles, 19 de octubre de 2022

Tomemos posesión de lo que Cristo nos ha dado

 


Tomemos posesión de lo que Cristo nos ha dado

“Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?” Josué 18:3

“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” 1 Corintios 1:27-31

A Israel se le dio en propiedad la tierra, antes de que tomaran posesión de ella y la disfrutaran; por eso Josué les dice ¿hasta cuándo van a esperar para tomar posesión del territorio que les otorgó el Señor Dios de sus padres?

La actitud de los líderes de las tribus de Israel es desconcertante, ya que por años anduvieron por el desierto para llegar hasta la tierra prometida y, teniéndola ante sus ojos, no entraron a poseerla; hasta que Josué les dice ¿qué es lo que están esperando?

Esto parece semejante a la actitud de aquellos cristianos que ruegan a Dios por soluciones a sus problemas; piden recursos económicos y oportunidades de trabajo, pero cuando tienen los recursos, cuando se les presentan las oportunidades, cuando ven la solución delante de sus ojos, no asumen las responsabilidades y tareas que éstas conllevan y se quedan sin poseer lo que Dios les ha concedido.

Espiritualmente puede pasar lo mismo; cuando conocemos a Jesús, recibimos perdón, justificación, redención, sabiduría, poder, acceso directo a Dios, victoria sobre los poderes demoníacos, autoridad sobre el mal y el don más grandioso que es la presencia del Espíritu Santo; fuera de todo esto, nos pertenecen todas las promesas de Dios en su palabra.

Si vemos bien, es una gran herencia ganada por Cristo en la cruz para nosotros; sin embargo, no siempre tomamos posesión y disfrutamos plenamente de todas estas bendiciones espirituales en nuestras vidas. Olvidamos que “el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo ya nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3), y seguimos viviendo como si no tuviéramos nada.

Así como Israel recibió la tierra como un don del Señor, nosotros hemos recibido en Jesús todas las bendiciones espirituales. La pregunta es ¿cuánto tiempo esperaremos hasta que comencemos a tomar posesión de estos dones?

Dios nos escogió para bendecirnos con las bendiciones que no se pueden encontrar más que en el cielo, cosas que están fuera de nuestra capacidad; nos escogió para hacernos mejores, para darnos solo lo que Él puede dar, para manifestar su poder y gloria a través de nuestra vida; nos escogió para que fuéramos santos e irreprensibles para Él, como dice Colosenses 1:21-22 “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él”.

También puede que hayamos entregado nuestra vida a Jesús, pero no le permitimos a Él tomar posesión de todos los aspectos de ella como: las finanzas, trabajo, amigos, matrimonio, familia, vida de oración y demás; ¿qué es lo que estamos entonces esperando?   Oración.

«Señor, gracias porque me has bendecido en Cristo con muchas bendiciones espirituales, dones y habilidades; ayúdame a tomar posesión de lo que es mío por la fe en Jesús, para vivir una vida de sabiduría, humildad, integridad y fidelidad delante de ti. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

martes, 18 de octubre de 2022

Experimenta la presencia de Jesús Vivo

 

Experimenta la presencia de Jesús Vivo


“No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día” Lucas 24:6-7.

“Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron, así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron. Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” Lucas 24:24-27.

¿Cómo podemos encontrarnos con Jesús hoy? La resurrección no solo fue un hecho histórico, sino un encuentro para muchas personas con el Cristo resucitado. Hoy también podemos experimentar su presencia, para eso necesitamos entender que su resurrección cambió el mundo para siempre. Un mundo en oscuridad por el pecado, encontró la luz; un mundo en muerte, halló la vida; un mundo seducido por el enemigo, encontró la libertad; porque Cristo venció la muerte, el pecado y las tinieblas, levantándose victorioso de su tumba.

Jesús ganó una gran victoria para nosotros, no se trató simplemente de una presencia espiritual, su cuerpo físico resucitado y transformado se hizo presente a sus discípulos y se reveló a ellos de dos maneras:

La primera manera, es que se les apareció físicamente, primero a las mujeres, después a los dos discípulos en el camino de Emaús y luego a los once cuando estaban reunidos. La Biblia a través del apóstol Pablo asevera que se apareció a más de quinientos hermanos, en 1 Corintios 15: 5-6 dice: “y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen”.

Se le apareció a Jacobo y por último dice Pablo que a él; y todas estas personas estuvieron dispuestas a morir por esa verdad. La pregunta hoy, es: ¿de qué manera se nos ha aparecido a nosotros? De pronto no lo hemos visto físicamente, pero se ha manifestado de manera poderosa en nuestras vidas por la presencia vivificante de su Espíritu que mora en nosotros.

La segunda manera, es por medio de las Escrituras: “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”. ¿Alguna vez has sentido que tu corazón arde cuando estás leyendo o escuchando su Palabra?, eso es lo que debería suceder cada vez que se nos revela a Jesús a través de la Biblia. En Lucas 24:32, fue revelado a sus dos discípulos: “Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”

Cada vez que estamos reunidos Jesús se hace presente en medio de su iglesia; Él lo prometió y lo cumple. Recordemos Mateo 18:20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Si queremos experimentar la presencia del Cristo Vivo en nuestras vidas, asegurémonos en primer lugar de congregarnos para compartir unos con otros y en segundo lugar escuchemos con profundo anhelo su Palabra, para que arda nuestro corazón cada vez que Cristo es revelado a través de ella.   Oración.

«Padre amado, gracias porque Jesús está vivo, has que mi corazón arda cuando estudio tu Palabra y también al congregarme con mis hermanos en la fe para experimentar tu presencia por medio de tu Santo Espíritu. Quiero verte más, no solo en mi vida personal sino también en mi iglesia. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

lunes, 17 de octubre de 2022

¿Qué camino elegirás?

 

¿Qué camino elegirás?


“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” Mateo 7:13-14

“Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte” Jeremías 21:8.

En estos versículos se presentan dos opciones: dos caminos y dos destinos, pero una sola decisión. Tenemos que hacernos conscientes del peligro de no vivir nuestra vida cristiana como Dios quiere, podemos tener un pie en las cosas de Dios y otro en las cosas del mundo, lo que hará que en un momento dado fallemos espiritualmente.

Todo puede parecer respetable en la superficie, podemos aparentar ser santos y piadosos, pero debajo, escondido, puede acechar el pecado. Los demás no pueden ver los comportamientos de nuestra vida donde reside el pecado, pero Dios sí puede verlo todo.

Hay dos caminos: una puerta ancha y un camino ancho, que conduce a la perdición; y una puerta estrecha y un camino estrecho que conduce a la vida, y es Jesús. Dice el Señor que pocos encuentran este camino, pero es el camino a seguir, aunque sea pedregoso, no es el más fácil, pero es el único seguro a la vida eterna.

La puerta ancha representa el inicio del camino que lleva a la perdición; es descrita como “ancha”; evidentemente es una puerta que permite entrar a muchos sin ningún sacrificio de su parte, no requieren dar nada, les está permitido traer cualquier cosa de equipaje: el materialismo, el prejuicio, el odio implacable; por eso lo escoge mucha gente, porque no hay restricciones relacionadas con las creencias o conductas. Es el camino abierto de menor resistencia. El camino ancho no requiere ninguna reforma o cambio en nuestro estilo de vida.  Oración.

«Señor, vengo delante de ti arrepentido a pedirte perdón, porque teniendo la opción de escoger, he transitado por el camino fácil, me he contaminado con las cosas que este mundo ofrece y he permitido que en áreas de mi vida se oculte el pecado. Hoy elijo la senda de tu voluntad para mi vida, de santidad y de honra. Elijo la bendición y no la maldición, elijo la vida que eres tú, Jesús; esa puerta estrecha y ese camino estrecho que me guiarán a la vida eterna, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

domingo, 16 de octubre de 2022

Jesús, Único y Singular

 

Jesús, Único y Singular


“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” Juan 1:1-5.

Todo el evangelio de Juan es una respuesta a la pregunta que muchos se hacen: ¿Quién es Jesucristo? La respuesta de Juan es: Jesús es Dios, es Singular y Único. El propósito de Juan es llevarnos a creer y a tener una comunión con Dios por medio de Jesucristo. Por eso es necesario entender quién es.

Es la Palabra única de Dios: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). Jesús es llamado la Palabra, el Verbo, el Logos. Es el «memra» de las Escrituras hebreas, esta palabra tiene su equivalencia al griego con la palabra logos que es traducida al español como Verbo. Este vocablo «Logos» no puede ser explicado por la filosofía griega, sino por el tetragrama hebreo:

“YHVH” = Jehová. ¡Él es el Jehová! ¡Él es el Verbo! ¡Él es la Palabra viviente! ¡Él es el que es!

El Verbo o Palabra, es uno de los nombres más elevados y más profundos que se le da al Señor Jesucristo. Jesús es el Verbo, y este nombre reúne todo lo que fue dicho acerca de Jehová en el Antiguo Testamento. Jesús no sólo estaba con Dios al principio: “el Verbo era Dios”, lo que nos aclara que Jesús es Dios.

Es el único creador de todo: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3). Por medio de Él, Dios hizo todas las cosas. Colosenses 1:16 dice: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”.

Es la única luz del mundo: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:4). La luz es un sinónimo de bondad y verdad y es más fuerte que la oscuridad. La oscuridad no puede prevalecer contra la luz.

Es el único transformador de vidas: “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13). Creer en Jesús significa la mayor y más significativa transformación: Dios nos hace hijos y nos recibe en su familia.

Es la única revelación de Dios: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan 1:18). Jesús es la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15).

Pidamos al Espíritu Santo que nos dé entonces una fresca revelación de quién es Jesús, tener una comprensión más profunda de lo que significa ser hijos de Dios y así darlo a conocer a otros.  Oración.

«Amado Padre celestial, gracias porque te has revelado en la persona de Jesucristo lleno de gracia y verdad, por ayudarme a comprender que Jesús es mi Único Salvador que ha venido a darme luz y a transformar mi vida. Quiero tener un entendimiento más profundo de lo que significa ser tu hijo. Ayúdame a tener la claridad para decirle a otros quién es Jesús y cómo pueden conocerle. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

sábado, 15 de octubre de 2022

ÁRBOL QUE DA BUEN FRUTO

 


ÁRBOL QUE DA BUEN FRUTO

“No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.”, S. Mateo 7:18-20

Al final, no seremos conocidos por nuestras buenas intenciones, sino por nuestras acciones. Y ¿cómo queremos ser conocidos, por hacer lo que agrada a Dios o por hacer lo que la tendencia al pecado nos arrastra? De seguro, hacer la voluntad de Dios siempre será mejor. Entonces necesitamos un cambio interior si queremos que el resultado de nuestras acciones sea correctas, íntegras, con una meta diferente al egoísmo o a la ambición de las cosas temporales. Este cambio interior ocurre cuando nos acercamos por fe a Cristo, Él renueva nuestro interior colocando la disposición en nosotros, para hacer las cosas que agradan y dar fruto verdadero. Si creemos en Jesús, Él hace de nosotros un campo fértil donde puedan florecer obras buenas, cosecha abundante de buenos frutos.

Si queremos que el resultado o fruto de nuestro trabajo, estudio o lo que estemos haciendo sea verdadero, duradero y bueno, no queda otro camino que la obediencia a Cristo y a su Palabra. Todo aquel que quiera que la cosecha de su vida sea abundante, sin perdida y llena de paz, debe ajustar sus planes a la voluntad de Dios, entonces Él mismo tomando el control de lo que hacemos nos ayudará a que el resultado de nuestra determinación sea bueno, agradable y conforme al corazón de Dios. Oración.

"Señor, tú miras el corazón y conoces mis intenciones, límpiame mi Dios para ser un terreno fértil que da buenos frutos, que hace tu voluntad. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

viernes, 14 de octubre de 2022

Mi posición en tu futuro reino

 

Mi posición en tu futuro reino

“Pero vosotros sois los que habéis permanecido con


migo en mis pruebas. Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel”. Lucas 22:28-30

Estos versículos hacen parte del discurso de Jesús en la última cena con sus discípulos, antes de ir a la cruz, en donde les anunció nuevamente su muerte, la traición de uno de ellos, la negación de Pedro y su posición en el futuro reino. Por eso les dice muy conmovido: “Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios”. (Lucas 22:15-16).

Todas esas advertencias, antes de morir, eran necesarias para que ellos supieran que, después de su crucifixión, vendrían tiempos difíciles, donde su fe sería probada. Era un momento de reflexión para todos; muchos pensaron que no serían capaces de traicionar y negar al Señor, pero si somos sinceros, nosotros debemos reconocer la fragilidad humana y cómo podríamos traicionarlo o negarlo en los momentos de prueba que vienen sobre el mundo, antes de su regreso.

Hubo una discusión entre los discípulos de quién sería el mayor en su reino, por la cual Jesús les dijo que Él había ocupado la posición más baja, porque estaba entre ellos como “el que sirve” (Lucas 22:27). Cuando Jesucristo vino a la tierra, toda la humanidad debería haberse convertido en su siervo; en cambio, Él sirvió a la humanidad; ocupó nuestro lugar en la cruz; Él preparó la mesa de la salvación y nos ha invitado a la gran fiesta de la salvación.

Sabemos que los apóstoles ocuparán un lugar especial en el Reino; se les dará una posición prominente y no solo comerán y beberán en la mesa en que esté el Señor, sino que se sentarán en tronos para juzgar a las 12 tribus de Israel. Esa será su posición.

El hijo de Dios tiene algunas cosas importantes atesoradas para el futuro; los redimidos van a ocupar posiciones elevadas. Debemos preguntarnos: ¿estamos trabajando para ocupar esos lugares en el cielo? Vamos a ir al cielo por la gracia y misericordia de Dios, pero vamos a ser juzgados de acuerdo con nuestras obras, para determinar la posición que vamos a ocupar. ¿Nos damos cuenta de lo importante que es el servicio a Dios? (Apocalipsis 22:12).

La única cosa que Dios juzgará es el ejercicio o la práctica del don o capacidad que Él nos ha dado. Seremos recompensados conforme a la fidelidad en ejercitar el don que Dios nos ha dado. La forma en que vivamos la vida cristiana es importante ante Dios, por eso, no hay cabida para las rivalidades entre hermanos.

Podemos fundamentar la vida en dar o en recibir; si la fundamentamos en recibir, perderemos por nuestro egoísmo la amistad con los demás y la recompensa de Dios. Jesús acabó sus advertencias prometiendo a sus discípulos que, los que habían estado con Él en la lucha, estarían con Él en el Reino. Dios no queda en deuda con nadie; los que compartan la Cruz de Cristo compartirán un día su corona. Esta recompensa también es para nosotros, si permanecemos fieles hasta el fin, sirviéndole con el corazón.   Oración.

«Amado Señor Jesús, gracias por tus enseñanzas, solo quiero servirte a ti y a mi prójimo de corazón, permite que todos esos dones y capacidades que me has dado por medio de tu Santo Espíritu, los ejerza con amor y sabiduría, sin rivalidades con mis hermanos en la fe, porque algún día cada uno ocuparemos la posición que ya nos has preparado en el reino de los cielos. Mi mayor anhelo es encontrarme contigo cara a cara. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

jueves, 13 de octubre de 2022

El justo por los injustos

 

El justo por los injustos


“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu”. 1 Pedro 3:18

“Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios. Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros”. Lucas 23:35-39

Jesús era totalmente inocente y a pesar de eso fue crucificado injustamente. Era “justo”, sin embargo, murió por los “injustos”. La justicia de Jesús se pone en contraste con todas las personas que estaban mirando su ejecución, es un pasaje bastante irónico; los gobernantes se burlaban de Él, los soldados también se mofaban diciéndole que si era el rey de los judíos se salvara a sí mismo y, uno de los ladrones que estaba junto con Él en la crucifixión, le recriminaba que se salvara a sí mismo y a ellos.

De hecho, Jesús estaba muriendo para salvarlos a ellos y a nosotros, pero para hacerlo tenía que morir, no podía salvarse a sí mismo; todo con el fin de llevarnos al Padre. La cortina del templo se rasgó por la mitad, simbolizando el acceso a la presencia de Dios, que se hizo posible para todos por medio de su muerte (Lucas 23:45).

Si lo vemos de esta forma, no somos nada diferentes a estas personas que estaban presentes allí, porque antes de aceptar a Cristo éramos tan injustos como ellos, quizá nos burlábamos, nos mofábamos o le recriminábamos al no conocer su amor; sin embargo, Lucas nos muestra la decisión que todos debemos tomar frente a Cristo en algún momento de nuestra vida.

Podemos rechazar a Cristo, como lo hizo uno de los malhechores, o podemos poner nuestra fe en Él, como lo hizo el otro ladrón cuando se volvió a Jesús y le dijo: “Jesús acuérdate de mí” (Lucas 23: 42). Todo se trata de una decisión movida por la fe. Juan 3:18 dice: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”.

Así como le prometió al criminal que se volvió, que estaría con Él ese día en el paraíso, también estaremos a su lado en el cielo disfrutando de la eternidad, si tomamos la decisión de volvernos a Él y pedirle que sea nuestro Señor y Salvador.

Jesús murió por todos para que fuéramos hechos justos delante del Padre, Dios hace justos a todos los que creen, sin distinción. Romanos 3:22 nos lo recuerda: “la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia”.

Hoy podemos tomar la decisión, si todavía no lo hemos hecho, para vivir en la relación correcta con Dios y con los demás. Todo depende de nosotros.   Oración.

«Cuando te miro a ti Señor Jesús y veo tu justicia, solo me inclino ante ti reconociendo lo pecador que soy. No dudaste en morir por mí en esa cruz y derramar tu preciosa sangre, para hacerme justo delante del Padre. Cómo no agradecerte por lo que hiciste por mí. Ahora tengo una relación directa con mi Padre celestial. Por eso ¡eres el único digno de todo honor y gloria por los siglos de los siglos! Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito