martes, 31 de marzo de 2020

Si se convirtiere mi pueblo


Si se convirtiere mi pueblo
“sí se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” 2 Crónicas 7:14
La conversión es el verdadero arrepentimiento y cambiar la forma en que hacemos las cosas. El que robaba no lo haga más y que no salgan malas palabras de su boca (Efesios 4:28-29). Debemos abandonar toda conducta que haga mal al prójimo, en pocas palabras, practicar el amor.
La conversión implica que nuestra forma de pensar sea transformada, para que cambie nuestra forma de actuar y que las consecuencias de vivir de manera independiente sean cambiadas por la buena, agradable y perfecta forma de vivir que Dios quiere para nosotros (Romanos 12:1-2).
La conversión inicia cuando nos es anunciada la Palabra de Dios, si escuchamos su Palabra sucede lo que dice 1 Pedro 1:23: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”
En Juan capítulo 3, vemos una conversación muy importante entre el Señor Jesús y Nicodemo, donde Cristo le explica a este maestro de la ley que debe nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios, por medio de su Palabra y por el Espíritu Santo (Juan 3:6), concluyendo que este nacimiento es por la fe en su nombre, cuando dice “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
Dios envió la cura a la enfermedad más contagiosa y mortal: el pecado, y esta medicina es su hijo Jesucristo. Por tanto, nos está llamando a volver a Él, a traerlo a nuestra vida, a creer en Jesús para tener vida eterna, a abandonar el mal camino fijándonos en Jesús el autor y consumador de la fe. (hebreos 12:2) Oración.
«Señor, quiero volverme a ti de todo corazón, andar en tus caminos, obedecer tu Palabra, no quiero vivir más en mis propios deseos sino vivir para agradarte a ti y amar a mi prójimo. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 30 de marzo de 2020

Soldados de guardia en la noche


Soldados de guardia en la noche

“Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya. A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.” Ezequiel 33:6-8
Dios no quiere la muerte del que no cree, sino que no siga su mal camino, que vuelva a Él (Ezequiel 33:11) y tenga vida eterna en Cristo. Ante las dificultades, muchas personas piensan que el Señor no actúa o se tarda, pero como dice 2 Pedro 3:9: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
Aunque muchos aun viendo el anuncio de las cosas por venir, acerca de guerras, plagas y otros sucesos (Mateo 24), es decir, las consecuencias del pecado, no se arrepienten, sino que siguen su vida como si no pasara nada (Apocalipsis 9:20-21), nuestra responsabilidad como creyentes es anunciar la Palabra de Dios, a tiempo y a destiempo, con toda precisión y sobre todo con amor.
Porque Dios nos ha dado el ministerio de la reconciliación, somos embajadores de Cristo y Él hace su llamado por medio de nosotros: «¡Vuelvan a Dios!». (2 Corintios 5:20)
Al tener la Palabra de Dios, el creyente está en un lugar alto, porque puede ver con los ojos espirituales, lo que ha de venir. Al ver que el enemigo se toma la vida de las personas, que la mentira prevalece en el corazón de nuestro prójimo, que por alejarse de Dios el hombre se hace su propio dios y se autodestruye. Si no anunciamos el mensaje de salvación, somos entonces responsables de la muerte espiritual de las personas, por omisión.
Por lo tanto, no nos quedemos dormidos en este tiempo donde debemos estar como soldado de guardia en la noche, vigilantes, en oración constante, creciendo en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo y hablando con toda amabilidad la Palabra de Dios a nuestros vecinos, familiares y amigos. Oración.
«Señor, lléname de toda capacidad y diligencia para anunciar con todo amor, el mensaje de salvación por medio de la fe en Cristo a todas las personas, lléname mi Señor de tu Espíritu para que irradie la luz de tu verdad y sean convencidos de abandonar el pecado y se conviertan a ti. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 29 de marzo de 2020

Adoremos a Dios aún en tiempos de adversidad


Adoremos a Dios aún en tiempos de adversidad
“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.” Hechos 16:25-34
Pablo y Silas se presentan ante los magistrados romanos, son azotados cruelmente y encarcelados en lo más profundo, por enseñar cosas que no eran conforme a las costumbres del mundo (Hechos 16:20-21), y la actitud de estos discípulos luego de suceder esto, allí en medio del encierro, del dolor por los azotes es: “…cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.”, (Hechos 16:25), podrían haber tomado el camino fácil, quejarse o lamentarse, pero creyendo la Palabra de nuestro Salvador, prefirieron ser bienaventurados al ser perseguidos y maltratados por causa de su nombre (Mateo 5:11-12).
El efecto de adorar a Dios en medio de la aflicción, fue que desataron el poder de Dios sobre sus vidas y las vidas de los que estaban alrededor de ellos. El carcelero y su casa se convirtieron al Señor, porque Pablo no quiso huir, sino que esperó la voluntad de Dios, luego fueron liberados por los mismos magistrados (Hechos 16:35, 39).
Esta es la misma actitud que debemos tener nosotros, en medio de las circunstancias difíciles, adorar a Dios, en medio de la noche más oscura, levantar nuestras manos caídas y darle a Dios toda gloria, honra y honor. Demostrarle que confiamos en sus designios y esperamos en Él. La verdad es que aun los creyentes tenemos grandes aflicciones pues vivimos en un mundo caído, pero Jesús nos dijo que: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33). Es decir, Jesús en medio de cualquier situación difícil nos dará su paz y la fuerza para resistir, nuestra actitud debe ser mientras tanto, adorar al Rey. Luego, como sucedió con Pablo y Silas, se desatará el poder de Dios en nuestra vida y en la vida de los que nos rodean. Así que, ¿cómo manejas la adversidad en tu vida?  Oración.
«Aun en medio de la aflicción, te adoraré mi Señor Jesús, porque tú has vencido a la muerte y me diste vida eterna, si tú venciste, también en tu nombre puedo vencer mi desánimo, mis quejas y mala actitud ante las circunstancias al esperar en tu voluntad. Se que tienes un plan maravilloso para mi vida. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 28 de marzo de 2020

Preparados para resistir el día malo. Parte 3


Preparados para resistir el día malo. Parte 3
“y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.” Efesios 6:15
El apresto del evangelio de la paz significa preparación, según la Palabra griega que se pronuncia “jetoimasía”. Debemos estar preparados para anunciar, enseñar y predicar el evangelio. Esta preparación, significa estar listo, saber de qué hablamos, siendo coherentes en nuestra manera de actuar con lo que estamos predicando.
Hoy vemos que muchas doctrinas han sido llevadas al extremo, convirtiéndolas en sectarismos, injurias y tergiversación de la verdad divina revelada en la Palabra de Dios, porque muchos se han desviado por el amor al dinero y acomodan su mensaje a sus intereses particulares, guiados por su carne, pero no por el Espíritu de Dios. La Palabra predice este hecho y le llama apostasía (1 Timoteo 4:1-3).
Así que, conociendo este contexto, ¿estamos preparados para dar razón del mensaje de salvación de Jesucristo?, ¿manejamos con rectitud y precisión la Palabra de verdad? (2 Timoteo 2:15)
Estos tiempos malos, implican preparación, por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es estudiar la escritura en detalle, con toda diligencia, para poder presentarnos a Dios aprobados, como obreros que no tienen de qué avergonzarse y que usamos bien la palabra de verdad. Oración.
«Padre, quiero estar preparado para anunciar tu Palabra, siendo un mensajero digno de ti, coherente entre lo que hago y lo que estoy llamado a anunciar. Amén.» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 27 de marzo de 2020

Preparados para resistir el día malo. Parte 2


Preparados para resistir el día malo. Parte 2
“Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,” Efesios 6:14
La armadura de Dios no se trata de un ritual místico donde nos cubrimos del poder divino, sino de disponer nuestra vida para aplicar y obedecer unos principios bíblicos precisos, los cuales harán que estemos preparados en todo tiempo, especialmente para resistir en los días difíciles.
Ceñir nuestros lomos con la verdad, significa guardar y andar en la verdad que Cristo nos enseñó (Juan 14:23-27), pues el enemigo intentará desviarnos a través de mentiras, pero si nos mantenemos en la verdad de su Palabra, no seremos engañados.
Vestirnos con la coraza de justicia, significa estar revestidos de Cristo que es nuestra justicia, porque sin esa justicia seríamos condenados, no aptos para la batalla. El enemigo intentará atacar nuestra identidad, haciéndonos creer que no hemos sido justificados e intentará tentarnos a actuar de manera deshonesta, pero como hemos sido justificados por la fe en Jesús (Romanos 3:25-26) y debemos, por tanto, actuar con rectitud e integridad en todas las cosas, esto nos protege del enemigo (Salmo 25:21)
Esta armadura, se trata de revestirnos de Cristo (Romanos 13:14), para que nuestra mente, corazón y voluntad estén protegidos y preparados para resistir las batallas espirituales, las cuales inician en la mente, se ganan en el corazón y se recoge la victoria en nuestra acción. ¿Estás revestido de Cristo?  Oración.
«Señor, ya que he sido justificado con Cristo, quiero que mis actos sean llenos de toda rectitud, que mi forma de actuar sea íntegra y justa en todas las cosas. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 26 de marzo de 2020

Preparados para resistir el día malo. Parte 1


Preparados para resistir el día malo. Parte 1
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” Efesios 6:13
No me imagino un soldado enfermo, mal alimentado, sin chaleco antibalas y sin casco, en tiempo de guerra. No resistiría ni un segundo el ataque de una fuerza enemiga bien armada, preparada y con una estrategia contundente.
Las fuerzas del mal, son fuerzas espirituales, muchas veces imperceptibles, pero que identificamos por las consecuencias de su actuar y su resultado es la muerte, el robo y la destrucción. El ser humano es quien le abre la puerta al mal, cuando aparta a Dios de su vida y decide vivir independientemente de Él. Puesto que no hay un bando intermedio, no hay espacio para tibios, o estamos con Cristo, o estamos con el mal, como el Señor Jesús lo aclaró: “” El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.” Mateo 12:30.
Reflexionemos por tanto si somos en verdad soldados de Cristo, preparados para el día malo: ¿Conocemos la escritura y la aplicamos en nuestra vida correctamente?, ¿somos consecuentes entre lo que creemos y lo que hacemos?, ¿actuamos con diligencia ante las necesidades espirituales y materiales de nuestro prójimo?, ¿predicamos la Palabra de verdad en todo tiempo?, ¿confiamos en la provisión y el cuidado de Dios en tiempo difíciles?
Este pequeño test espiritual, que podemos hacer en este tiempo, evaluará si estamos listos para resistir el día malo. Si las respuestas no son favorables, por favor, hoy más que nunca debemos orar fervientemente, estudiar la Palabra diligentemente y aplicarla sin demora en nuestra vida. Como buen cristiano, inicia hoy tu preparación espiritual para que puedas ser un soldado digno de la confianza del Rey Supremo, Jesucristo. Oración.
«Padre, ya no quiero ser un mediocre espiritual, un soldado sin preparación, quiero disponer mi vida a tu servicio, ayúdame a estar listo para hacer lo que a ti te agrada, lo bueno, lo perfecto y lo justo. Amén».  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 25 de marzo de 2020

En medio de la tempestad, calma


En medio de la tempestad, calma

 “Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban. Alaben la misericordia del Señor, y sus maravillas para con los hijos de los hombres.” Salmos 107:29-31
En medio de la tempestad Él está con nosotros, evitando que flaquee nuestra fe, sin permitir que decaiga nuestro ánimo, porque Dios sabe que somos débiles, que enfermamos, que a veces entramos en temor. ¿Qué debemos hacer nosotros? Como un niño corre a los brazos de papá, así nosotros. Encontramos esa paz y esa calma, cuando acudimos a su Palabra, por eso como dice 1 Pedro 2:2: “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”. En su Palabra, encontramos las respuestas a nuestra búsqueda, consuelo, esperanza y sobre todo fe, la verdadera fe en Cristo, que vence al mundo.
Nos preguntamos en estos momentos el porqué de esta tempestad, pero no entendemos que ignoramos en gran medida sus planes; pero si nos acercamos a su Palabra, con la guía del Espíritu Santo que ha puesto en nosotros por medio de la fe en Cristo, conoceremos sus planes, entenderemos sus designios y evidenciaremos el cumplimiento de sus promesas; por eso podemos estar seguros que Dios nos guiará al final, a puerto seguro.
Así que, vayamos a su Palabra para encontrar respuestas y mantener la calma, pues sabemos que Él nos guiará al buen puerto de su presencia y así ¡estaremos sanos y salvos!  Oración.
«Gracias Señor, porque puedo tener la certeza de que guías mi vida a un lugar seguro y sin importar qué tanto aumente la tempestad, mantendré la calma y la confianza en el Dios que convierte la tempestad en sosiego. Amén.»  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 24 de marzo de 2020

No seamos ciegos, mudos y sordos espirituales


No seamos ciegos, mudos y sordos espirituales
“Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, mirad para ver. ¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como mi escogido, y ciego como el siervo del Señor, que ve muchas cosas y no advierte, que abre los oídos y no oye?” Isaías 42:18-20
“En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas.” Isaías 29:18
Somos ciegos cuando vemos y reconocemos lo que es correcto pero no lo hacemos, cuando escuchamos con nuestros oídos pero en realidad no prestamos atención. Dios nos está llamando al arrepentimiento, a volver a sus caminos, a cumplir la misión de hablar y dar testimonio de Jesús. Nos ha enviado como mensajeros, pero ¿estamos verdaderamente entregando el mensaje de Dios?, ¿estamos advirtiendo a la humanidad lo que viene?
Imaginemos que enviamos un mensajero con un recado urgente que determina la vida de alguien y este mensajero se demora, se distrae con otras cosas y entrega el mensaje cuando ya es muy tarde. Así estamos nosotros, dormidos en nuestra comodidad moderna, como dice la escritura “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” (Apocalipsis 3:17-18). Somos realmente ciegos, mudos y sordos, cuando no anunciamos el mensaje de Cristo, cuando no lo ponemos en práctica y cuando escuchamos de la injusticia, pero no hacemos nada para hacer la diferencia, sin practicar la justicia y sin dar ejemplo de lo que es correcto a los ojos de Dios.
Oremos para que desde hoy sean abiertos los ojos de nuestro entendimiento, sepamos a qué esperanza fuimos llamados, que sea nuestra boca de donde salga el mensaje del evangelio de Jesucristo, que estén nuestros oídos atentos a escuchar la voluntad de Dios y que esté dispuesto nuestro corazón a ejecutar lo que Dios dice. Oración.
«Padre, abre mis ojos espirituales y coloca en mí la fuerza para hacer lo que tu voluntad me indique, quiero ser un mensajero diligente por amor a Cristo. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 23 de marzo de 2020

¿Qué espera Dios de nosotros? Parte 1


¿Qué espera Dios de nosotros? Parte 1
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.” Miqueas 6:8
Cristo pagó por nosotros la justicia que Dios demandaba ante el pecado, haciéndonos inocentes de toda culpa, para que viviéramos haciendo lo justo, como lo explica la escritura: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).
Tener misericordia de nuestro prójimo es la retribución que estamos llamados a dar, como resultado de que Dios que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecado, nos dio vida juntamente con Cristo (Efesios 2:4-5).
Dios también pide que le sirvamos, con un corazón contrito y humillado (Salmo 51). El término “humillarte ante tu Dios” no se refiere a perder nuestra dignidad, sino al contrario, cuando el hombre cae de rodillas ante Dios, reconociendo su pecado y necesidad, entonces Dios lo exalta, lo coloca en el lugar más elevado que pudiera pretender, es decir a su lado, en una relación íntima con Él, a través de la fe en Cristo. Recordemos que Cristo primero, “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:8)
Por lo tanto, estamos llamados a ser justos, tener misericordia y humillarnos ante Dios, tal como Él nos dio ejemplo. No nos está pidiendo lo que no podemos dar, sino lo que Él nos dio primero. De gracia recibimos, de gracia debemos dar. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 22 de marzo de 2020

VERDADERAMENTE LIBRES


VERDADERAMENTE LIBRES
“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, Juan 8:32
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”, Juan 8:36
Libertad según el diccionario se define como la capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad. Pero hoy en día hay carencia de buenos valores, de criterios honorables, de pensamientos puros y finalmente el ser humano ha caído en las prisiones del pecado, que son más crueles que las rejas físicas de una cárcel. Muchos están tras las rejas del alcoholismo, la drogadicción, las pasiones deshonestas, adulterio, fornicación, iras, odio, rencores, violencia, orgullo, vanidad, envidia, pereza, mentira, etc. La Biblia nos dice: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados” (Gálatas 5:13). Es lamentable que los creyentes no gocemos de la verdadera libertad que nos da Cristo, a la cual fuimos llamados, y busquemos justificaciones a nuestra propia prisión, pues comúnmente culpamos a los demás de todo cuanto hacemos o de todo cuanto nos sucede.
Es cierto que tenemos una naturaleza pecaminosa, dada a los placeres del mundo y por dondequiera que vamos nos encontramos con tentaciones e inmoralidad vergonzosa, pero la Biblia nos dice que debemos huir de ello, y si es Cristo quien nos da la verdadera libertad, acerquémonos a Él y recibamoslo como nuestro único Salvador y si ya lo recibimos vivamos en intimidad con Él, pues sólo en su presencia podemos ser llenos del Espíritu de Dios y ser vasos de honra, santificados, y útiles a Dios: “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” (2 Timoteo 2:21)
Hermano, Cristo nos compró con un altísimo precio para darnos la libertad, y vivir una vida abundante, sólo permanezcamos constantes, su Palabra dice: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gálatas 5:1). Recuerda que tus pecados han sido lavados con la sangre derramada en la cruz para que vivas verdaderamente libre, separado del mal en el mundo y del pecado.         Oración.
"Señor Jesucristo, gracias por liberarme de las prisiones del pecado, lavarme de tanta iniquidad y darme la libertad que mi alma necesitaba para vivir una vida en plenitud y santidad. Ahora puedo glorificar y exaltar tu glorioso nombre con un corazón limpio. Gracias Señor, sólo en ti soy verdaderamente libre, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 21 de marzo de 2020

Oremos por los enfermos


Oremos por los enfermos
 “Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará el Señor. El Señor lo guardará, y le dará vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. El Señor lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad.” Salmos 41:1-3
Aunque nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior se renueva cada día creciendo en el conocimiento de Cristo; nuestra meta eterna es mucho más grande en esperanza y consuelo, que las dificultades que podamos estar pasando en este momento.
Una de esas dificultades, es la enfermedad, que toca a la puerta de todos en algún momento, pero ¿cómo debemos enfrentarla?
La Palabra de Dios nos enseña siempre a sembrar para luego cosechar, es decir, ayudar a los necesitados y desventurados, porque luego nosotros estaremos en la misma situación y necesitaremos de ayuda, “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. “(Mateo 5:7) Por lo tanto, esta debe ser la disposición de nuestro corazón cuando estamos con salud, pensar en aquellos que no la tienen y que necesitan ayuda y consuelo.
Lo primero que podemos hacer por los enfermos es orar fervientemente a Dios para que sea sanado (Santiago 5:14-15), buscando siempre que se cumpla la voluntad y propósito de Dios (1 Juan 5:14); lo segundo, es buscar la forma de ayudar a suplir sus necesidades fundamentales, cuando así lo requiera. Debemos ir de la oración, buscando dirección, a la acción, buscando obedecer a Dios.
Es importante que el enfermo siga las recomendaciones médicas, porque Dios vela por la ciencia (Proverbios 22:12), también manifiesta su cuidado y amor por medio de los médicos y profesionales de la salud, por los cuales debemos orar, pidiendo a Dios que les dé sabiduría para aliviar las dolencias de sus pacientes. Practiquemos este principio que nos da su Palabra hoy para que sea manifiesto nuestro amor por el prójimo. Oración.
«Señor, tú conoces nuestra debilidad, te pido sustento para todos los enfermos en este momento y alivio a su dolencia, si es conforme a tu voluntad que sean sanados, pero más importante aún que conozcan a Jesús, para que tengan vida eterna. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 20 de marzo de 2020

Revistamos de Cristo


Revistámonos de Cristo

“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.” Romanos 13:11-12
Se están cumpliendo las profecías anunciadas por Cristo (Mateo 24), ya es hora de levantarnos y resplandecer la luz de Cristo, no es tiempo de estar dormidos espiritualmente y menos de andar en pecado, sino de salir a anunciar al mundo la verdad. Todos los medios están dispuestos para anunciar el amor de Dios, pero uno es el más importante: que Cristo viva en nosotros.
Revistámonos por lo tanto de Cristo, de su Palabra, de su verdad, en todo tiempo estemos listos para presentar su mensaje, por medio de nuestra vida misma y de su Palabra. Que su Palabra y su amor, sean tan evidentes en nosotros que nadie pueda negar que venimos en nombre del que murió y luego resucitó en la cruz, seamos testigos fieles del más grande milagro de Dios: “Cristo viviendo en nosotros”. Oración.
«Padre, que Cristo more en mi vida y resplandezca su luz en medio de las tinieblas de la noche, ayúdame a iniciar la misión de llevar tu luz a todos mis semejantes. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 19 de marzo de 2020

Témpanos de hielo.


Témpanos de hielo.

“y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” Mateo 24:12
Entre más el mundo toma distancia de Dios, más se observa que el amor disminuye porque Él es amor.
Esto es lo que está pasando actualmente, muchas personas no tienen en cuenta a Dios en sus decisiones, pero una vez las cosas están mal, le echan la culpa y llegan a dudar de su existencia, o de su interés en nuestra vida.
En la escritura, Dios nos anunció que, en estos tiempos, el hombre se apartaría de Él, porque pensará solamente en vivir en sus propios deleites; solo se amará a sí mismo y a su dinero, estará fuera de control siguiendo sus emociones, pero sin tener en cuenta el consejo de sus padres ni los principios de Dios. No amará ni perdonará, se llenará de orgullo, pero aparentará ser piadoso, y con su conducta desmentirá que de verdad actúa con piedad (2 Timoteo 3:2-5), por esta razón, más que nunca, escuchando y practicando la verdad de Cristo, somos librados de ser como tales hombres que menciona la escritura.
Hermanos, estamos llamados a ser diferentes, a encender la llama del amor en otras personas, antes que se conviertan en témpanos de hielo, cada uno de nosotros tiene en su interior el fuego del Espíritu Santo y por medio de la Palabra podemos dar a conocer el amor de Cristo. ¿Cuántas personas son abrigadas, en este momento, por el amor que llevas en tu interior? Oración.
«Señor, has colocado tu Espíritu en mí, por tanto, te pido por amor a Jesús, que aumentes la llama de tu amor, que, por mi testimonio personal y tu Palabra, pueda iluminar y dar calidez a la vida de otras personas. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 18 de marzo de 2020

Mantengamos la calma y la confianza en Dios aun en medio de las adversidades


Mantengamos la calma y la confianza en Dios aun en medio de las adversidades
“Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.”
Salmos 91:9-10 RVR1960
Una promesa poderosa para estos tiempos donde se levantan grandes enfermedades y plagas (virus), para que confiemos en el Señor más que nunca, porque en esto radica nuestra fortaleza: en mantener la calma y la confianza en Dios aun en medio de las dificultades (Isaías 30:15). Estos momentos son precisos para que nuestra fe, más preciosa que el oro, sea acrisolada por el fuego de las adversidades y para que mostremos que la fe que tenemos en nuestro salvador Jesucristo, es verdadera.
Él nos advirtió lo que vendría hace dos mil años aproximadamente. En Mateo capítulo 24 podemos estudiar lo que nos dijo acerca de estos tiempos, no para asustarnos, sino para que supiéramos que el mismo hombre al vivir sin el amor de Dios, recoge las consecuencias de su pecado y de su maldad (Mateo 15:1-20). Las profecías de Jesús nos muestran que Él está siempre con nosotros y hasta el último momento está dispuesto a perdonarnos, limpiarnos de toda maldad y darnos vida eterna. Pero estamos llamados a vivir vigilantes y a hacer su voluntad, mientras regresa nuestro Señor. (Mateo 24:42-51).
Por lo tanto, conservemos la calma; hoy más que nunca demostremos a Dios que le creemos y que lo hemos puesto a Él como nuestro refugio. ¿Confiamos en Dios en todo tiempo? También estemos vigilantes, creciendo en el conocimiento del Señor y anunciando el mensaje de salvación. Oración.
«Señor, en ti he puesto mi confianza y mi esperanza, eres mi refugio y mi castillo, bajo tu sombra estoy seguro, te he puesto como mi habitación, por tanto, en ti descanso y me gozo en tu presencia que me libra de todo mal. Amén.» Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 17 de marzo de 2020

VERDADERAMENTE LIBRES


VERDADERAMENTE LIBRES
“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, Juan 8:32
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”, Juan 8:36
Libertad según el diccionario se define como la capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad. Pero hoy en día hay carencia de buenos valores, de criterios honorables, de pensamientos puros y finalmente el ser humano ha caído en las prisiones del pecado, que son más crueles que las rejas físicas de una cárcel. Muchos están tras las rejas del alcoholismo, la drogadicción, las pasiones deshonestas, adulterio, fornicación, iras, odio, rencores, violencia, orgullo, vanidad, envidia, pereza, mentira, etc. La Biblia nos dice: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados” (Gálatas 5:13). Es lamentable que los creyentes no gocemos de la verdadera libertad que nos da Cristo, a la cual fuimos llamados, y busquemos justificaciones a nuestra propia prisión, pues comúnmente culpamos a los demás de todo cuanto hacemos o de todo cuanto nos sucede.
Es cierto que tenemos una naturaleza pecaminosa, dada a los placeres del mundo y por dondequiera que vamos nos encontramos con tentaciones e inmoralidad vergonzosa, pero la Biblia nos dice que debemos huir de ello, y si es Cristo quien nos da la verdadera libertad, acerquémonos a Él y recibamoslo como nuestro único Salvador y si ya lo recibimos vivamos en intimidad con Él, pues sólo en su presencia podemos ser llenos del Espíritu de Dios y ser vasos de honra, santificados, y útiles a Dios: “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” (2 Timoteo 2:21)
Hermano, Cristo nos compró con un altísimo precio para darnos la libertad, y vivir una vida abundante, sólo permanezcamos constantes, su Palabra dice: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gálatas 5:1). Recuerda que tus pecados han sido lavados con la sangre derramada en la cruz para que vivas verdaderamente libre, separado del mal en el mundo y del pecado.         Oración.
"Señor Jesucristo, gracias por liberarme de las prisiones del pecado, lavarme de tanta iniquidad y darme la libertad que mi alma necesitaba para vivir una vida en plenitud y santidad. Ahora puedo glorificar y exaltar tu glorioso nombre con un corazón limpio. Gracias Señor, sólo en ti soy verdaderamente libre, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 16 de marzo de 2020

Las trompetas de Dios


Las trompetas de Dios
“Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Y los cielos declararán su justicia, porque Dios es el juez”. Salmo 50:5-6
“Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás.” Salmo 50:14-15.
En el antiguo testamento se usaban toques de trompeta para reunir al pueblo de Israel, para prevenir o dar alarma sobre los enemigos, como también en tiempo de alegría para tener gozo en las ofrendas entregadas a Dios (Números 10:1-25).
La Palabra de Dios, con precisión, ha anunciado los eventos que están ocurriendo en el mundo (Mateo 24:7-8 ), y de lo único que deberíamos sentir preocupación, es si estamos aún en pecado, por no haber confiado en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
La Palabra de Dios, está siendo anunciada como con una trompeta por todo el mundo y por todos los medios para que: “Todo el que crea en él no se pierda mas tenga vida eterna” (Juan 3:16b); y así para que seamos librados del dominio de las tinieblas y trasladados al reino de su Hijo amado, en quien tenemos redención: el perdón de los pecados. (Colosenses 1:13-14).
No podemos dejar de escuchar el sonido del llamado de Dios al arrepentimiento, a cambiar nuestra forma de pensar y obedecer a su Palabra, conforme está escrito; este es el tiempo adecuado para que prestemos atención a su Palabra cuando dice: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” (Santiago 4:8). Oración.
«Señor, tú me amas y en tu presencia estoy seguro, porque he creído en Jesús a quien enviaste para darme vida eterna, por tanto, no estaré angustiado porque no me dejarás, nunca me abandonarás y en el día de la angustia me escucharás y yo te honraré. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 15 de marzo de 2020

VICTORIA EN CRISTO JESÚS.


VICTORIA EN CRISTO JESÚS.                                                                                                                                        Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he venido al mundo.”  Juan 16:33. 
Amados, Estamos en una batalla campal, el Señor nos ha dado el poder de su gloria y si estamos en santidad e integridad vamos a avanzar.
Hoy en día hay millones de personas cambiadas, libertadas y transformadas por el poder de Dios. El hombre que sirve a Dios necesita estar revestido del poder y de la gloria de Dios para vencer en todas las circunstancias de la vida, obteniendo la victoria.
Se requiere de hombres y mujeres que tengan fe, que crean a Dios y a su preciosa Palabra y actúen en el nombre del Señor. Él dijo no se ocupen de lo que van a decir, porque en esa hora el Espíritu Santo pondrá la palabra necesaria. No son los doctorados, ni la elocuencia, ni los hermosos sermones bien formados y preparados de antemano, sino el poder y la gloria de Dios manifestados.
Todo el que quiere ser grande e importante pierde estima ante los ojos de Dios, porque Él está buscando gente sencilla. Por eso apóyate en Jehová y no te apoyes en tu propia prudencia, confía en Jehová espera en Él y Él hará.
Cristo dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Estamos en una batalla campal, el Señor nos ha dado el poder de su gloria y si estamos en santidad e integridad vamos a avanzar. Seremos cabeza y no cola, estaremos arriba y no debajo, promesa de Dios para nosotros. Pondremos en fuga al diablo y a los demonios, porque con nosotros está el Todopoderoso, el que dijo: “Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra.” (Mateo 28:18).
Reconozcamos al Señor como el Todopoderoso. No descuidemos el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. Si estamos siendo atacados por demonios de concupiscencia, pelee la batalla en el nombre de Jesucristo, humíllese y confiese a Dios la situación, pidiendo la unción y su poder para lograr vencer.
Para alcanzar la victoria hay que apartarse del mal y del pecado; pida perdón y sea fiel, ore, ayune, y Él os hará libres. Porque hay poder en el nombre que es sobre todo nombre, en el nombre de Jesús, para vivir a plenitud, bajo el poder del Espíritu Santo y de Su gloria. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 14 de marzo de 2020

El espejo retrovisor espiritual


El espejo retrovisor espiritual
“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;” Isaías 46:9-10
Los espejos retrovisores nos permiten direccionar un coche hacia el lugar correcto, cuando tenemos que parquear en reversa, si vamos a hacer un giro o cambiar de carril, los usamos para estar atentos a otros vehículos que vengan detrás. Pero, tenemos que estar preparados y alertas para no chocar.
Así mismo, necesitamos tomar muchas decisiones que no sabemos si nos convienen, porque debemos entender que cualquier cambio de dirección en nuestra vida trae consecuencias y para ello es necesario estar preparados en la Palabra de Dios, la cual es ese espejo retrovisor que nos permite mirar hacia dónde y cómo conducir correctamente.
La Biblia nos permite ver el ejemplo de otros siervos que debieron tomar decisiones trascendentales para su vida, pero que confiaron en Dios a pesar de circunstancias difíciles. (hebreos 11:8)
También, Dios a través de las escrituras nos ha dicho con siglos de anterioridad, lo que ocurriría y lo que está ocurriendo en el mundo actual, para que creamos, tengamos confianza y nos aferremos a sus promesas en estos momentos de dificultad y conmoción mundial; porque como dice la escritura “La comunión íntima del Señor es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.” (Salmos 25:14).
Si Dios ha sido capaz de revelarnos todo el porvenir, ¿le consultamos cuando vamos a tomar una decisión?, ¿buscamos la Palabra de Dios cuando vamos a iniciar un proyecto, o a hacer un cambio de dirección?  Oración.
«Padre, tú lo sabes todo y eres todo poderoso, conoces cada detalle de lo que va a pasar en mi día, por eso en el nombre de Jesús, guíame en cada actividad de hoy y muéstrame por medio de tu Palabra los principios que debo tener en cuenta para tomar cualquier decisión. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 13 de marzo de 2020

DIOS EL ESTÁ DE MI LADO


DIOS EL ESTÁ DE MI LADO
“Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”, Éxodo. 1:12
En esta época del Antiguo Testamento, José, el hijo de Jacob, había muerto y se levantó un nuevo rey en Egipto que no conoció a José. El pueblo de Israel se había multiplicado y eran numerosos y fuertes en extremo. El rey egipcio los sometió a trabajos pesados, haciendo ladrillo y edificando ciudades. Sin embargo “cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban”, y así sucedía en varias ocasiones de la historia del pueblo de Dios.
La Biblia dice: “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros” (1 Pedro 4:14). Así pasó cuando la iglesia del primer siglo fue intensamente perseguida, sin embargo, logró impactar el mundo, pues la unción de Dios era mayor, manifestándose en milagros, prodigios y señales sobrenaturales. Jesús dijo: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”.
La frase “de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”, nos señala que el respaldo sobrenatural de Dios sobre su pueblo, generaba temor en sus enemigos, pues Dios actuaba poderosamente para cumplir lo que había prometido: “no temas descender a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación” (Génesis 46.3). Dios hará su voluntad por encima de todo.
Los planes de Dios con sus hijos son grandes y majestuosos. Sin embargo, el enemigo del pueblo de Dios intenta por diversos medios obstaculizar los propósitos del cielo, pero Dios se arremanga su brazo a nuestro favor, y definitivamente lo que Él se ha propuesto se cumple.
El Salmista decía: “Dios cumplirá su propósito en mí”. Por eso, avanza, camina, no te desalientes, sigue su Palabra y se cumplirá el plan divino diseñado en el cielo para ti.     Oración.
"Señor, hoy no sufro tanta persecución humana por profesar mi fe, pero hay una perversa persecución maligna a través de medios de comunicación y redes sociales, por eso te ruego me guardes de todo mal y peligro, cúbreme con tu sangre preciosa y rodéame de tu favor, pues quiero permanecer irreprensible para ti. Gracias Señor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 12 de marzo de 2020

Amarás a tu prójimo como a ti mismo - Parte 1


Amarás a tu prójimo como a ti mismo - Parte 1
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.” Filipenses 2:3-4
¿Cómo demuestras el amor a ti mismo? Según la Palabra de Dios, el amor verdadero viene de Dios, cuando por fe en Cristo, él coloca en nosotros su Espíritu, que nos da la capacidad de amar, de tener dominio propio y vencer todo temor. (2 Timoteo 1:7)
Una forma práctica de demostrar el amor a Dios y el amor al prójimo es no entrar en contiendas. Es decir, al obedecer a los deseos de la carne, nos dejamos llevar en muchas ocasiones, por discusiones, tratando de imponer nuestra razón sobre el otro, pero terminamos ofendiendo a nuestro prójimo y eso no edifica, sino que destruye.
A esto se refiere la Biblia, cuando nos dice que “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios 4:29). Estas palabras corrompidas no son necesariamente insultos o palabras groseras, sino aquellas que se dicen sin amor, sin amabilidad, aquellas que no edifican, que se dicen por contienda, al final, por querer ganar una discusión. En este contexto, el mejor acto de amor, es callar.
Así que, en esta semana coloquemos en práctica Filipenses 2:3-4, estemos atentos a cada situación donde podamos poner en práctica la enseñanza de no contender con el prójimo, y reflexionemos en qué situación fallamos, en aplicar este principio. Si lo colocamos por obra, seremos grandemente edificados, así como será bendecido y amado nuestro prójimo. Oración.
«Padre, lléname cada vez más de amor y comprensión hacia mi prójimo, para tratarlo con amabilidad, colocando en práctica la piedad y esa gran misericordia que tú me demostraste en Cristo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 11 de marzo de 2020

Dios ya me conocía desde antes de nacer


Dios ya me conocía desde antes de nacer

“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.” Salmos 139:16
Es increíble leer este pasaje y saber que todavía hay personas que dudan de la existencia de Dios. El proyecto Genoma humano, se realizó por parte de varios investigadores e institutos en el mundo con el objetivo de determinar la secuencia y componentes genéticos del ser humano, se descubrió que este mapa contiene millones de datos organizados. Según el Instituto Nacional para la investigación del genoma humano (National Human Genome Research Institute), el genoma: “contiene las instrucciones genéticas necesarias para desarrollar y dirigir las actividades de todo organismo” (1). Y este salmo habla de que estaba escrito (codificado) en un libro todas las cosas que luego fueron formadas, ¿se parece esta definición a la que los investigadores encontraron siglos después de que se escribiera este pasaje?, ¿quién colocó o programó esta información estructurada? Por supuesto que el Dios todopoderoso.
Así que esta verdad, escrita en la Biblia, es contundente, Dios nos planeó en su mente. Cada momento fue diseñado, antes de que un solo día pasara ya había determinado nuestra existencia, porque somos fruto del amor de Dios y no de un error. Él nos formó en el vientre de nuestra madre, y no se quedó allí, ahora nos demuestra su amor mediante el evangelio, el anuncio de la muerte y Resurrección de Jesús, para que el pecado no more en nosotros, sino que seamos renacidos y salvados mediante la fe en su hijo Jesús.
Es una razón poderosa, saber que nuestro Dios en su infinito amor, no sólo diseñó nuestra existencia, sino que además nos salvó del poder del pecado que nos destruía. Esto nos debe llevar a cumplir el mandamiento más importante: amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos (Mateo 22:36-40). Oración.
«Gracias Señor porque no soy fruto de una casualidad ni de un error, sino que soy fruto de tu inmenso amor, que en Cristo me hizo una nueva creación y si estoy en Cristo soy nueva criatura, creado para darte gloria, honra y honor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 10 de marzo de 2020

NADA HAY ENCUBIERTO, SED SINCERO


NADA HAY ENCUBIERTO, SED SINCERO
  “En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, [Jesús] comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas”, Lucas 12:1-3
Muchas veces actuamos erróneamente pensando en que nadie nos ve, pero si quedamos en descubierto esto avergüenza, el Señor dice que “nada hay encubierto, que no haya de descubrirse” y además todo lo que hablemos con fingimiento y mentira en cualquier momento seremos afrentados. Vemos cómo Jesús tachó de hipócritas a los fariseos porque aparentaron ser piadosos.
Son graves las consecuencias de actuar y hablar con mentiras, pues es una de las abominaciones de Dios, la Biblia dice: “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: […], la lengua mentirosa, […], el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos” (Proverbios 6:16-19)
¿Quién no ha sido víctima de un engaño y de mentiras, y que no haya dolido en lo profundo del alma el sentirse defraudado? Por eso es difícil volver a confiar en las personas, por tanto, no hagamos a otros lo que no nos gusta que nos hagan. La Biblia dice: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12)
Decir la verdad a veces cuesta trabajo; nos engañamos llamando a las pequeñas mentiras “mentiras piadosas”, obviamente ésta se tiene que sostener con otra mentira y así nos llevará a otra más. Otra falsedad es mostrar o aparentar lo que realmente no somos y por eso se ha escuchado la frase: “no era como yo pensaba” lo que lleva a vivir muchas desilusiones.
La sinceridad es un valor que debemos cultivar para ser dignos de confianza, y que debe caracterizarnos como creyentes, siendo coherentes en lo que pensamos, hablamos y actuamos. Esta norma se debe convertir en una forma de vida, una manera de ser confiables en todo lugar y circunstancia; recordemos que Dios ama la verdad en lo íntimo. Dios busca nuestra sinceridad, que reconozcamos lo que somos, Él puede sanar un corazón sin importar lo enfermo y pecaminoso que esté, restaurando nos
, dándonos de su gracia, su perdón y su amor.
Hermano, “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura” (hebreos 10:22)            Oración.
"Amado Dios, me propongo con firmeza delante de ti, desechar toda mentira y en tu presencia impregnarme de la virtud de la sinceridad. Quiero tener un corazón recto y veraz, pues nada hay oculto a tus ojos, por tanto, caminaré en rectitud y verdad. Mis actitudes las someto a la prueba de la verdad, seré sincero contigo, conmigo mismo y con todos los demás. Te amo Señor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 9 de marzo de 2020

Mantengamos la calma y la compostura - Parte 2


Mantengamos la calma y la compostura - Parte 2
“Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.” Daniel 3:23-25
El decreto del rey Nabucodonosor, obligaba a todos a adorar una estatua o ídolo, levantado por él al oír el sonido de cualquier instrumento musical. Esta práctica era para todos los pueblos, naciones y lenguas (Daniel 3:4-5), sin embargo, tres hombres no obedecieron este mandato porque iba en contra de Dios y su Palabra, prefirieron obedecer a Dios antes que a mandatos de hombres.
Lo más importante, es que confiaron en Dios, aun en medio del fuego, prefirieron entregar sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios y en recompensa a esta confianza Dios los libró y los mostró como ejemplo a todas las naciones de ese tiempo para mostrar su gloria y poder. (Daniel 3:28-29).
El mismo rey Nabucodonosor reconoció que no hay dios que pueda librar como el Dios de estos jóvenes y este es el Dios que tenemos, todos los que hemos creído en Jesucristo. Ahora, ¿cómo reaccionamos cuando estamos sometidos a una situación extrema? Una deuda, un insulto por parte de otra persona, una enfermedad, un rechazo, todas son situaciones difíciles que nos quieren quemar o ahogar, pero, tomando ejemplo de la situación descrita en Daniel capítulo 3, debemos ser como estos jóvenes y demostrar con valentía nuestra confianza en Dios.
Ellos demostraron con hechos y determinación, su confianza en Dios, por tanto, tengamos nosotros la misma actitud y correspondencia ante un Dios todopoderoso que nos promete que: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” ( Isaías 43:2)  Oración.
«Padre, puedo confiar plenamente en ti en toda situación, aunque sea extrema y ésta alcance los límites de mi vida, sé que allí estarás para darme la salida y valor, no me dejarás, ni me abandonarás. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 8 de marzo de 2020

Mantengamos la calma y la compostura - Parte 1


Mantengamos la calma y la compostura - Parte 1

“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?” Marcos 4:35-40
Cuántas veces en nuestra vida las tormentas se desatan en el momento menos esperado. Sentimos temor, o reaccionamos con enojo, nos desesperamos y terminamos tomando malas decisiones o actuando de forma incorrecta, empujados por el ruido de la tormenta.
Jesús nos enseñó con la situación narrada en este pasaje, a no tener temor y a conservar la calma, porque Él está en control. Les enseñó a sus discípulos a enfrentar la tormenta usando la fe, pues precisamente ésta tiene el poder de detener tormentas. Él nos ha dado su Espíritu Santo, para que no tengamos temor, seamos valientes y llenos de amor para enfrentar cualquier situación que se nos presente. (2 Timoteo 1:7).
Cuando escuchamos el ruido de una dificultad, somos como los discípulos en la barca que preguntan a Dios: ¿no tienes cuidado que perecemos?, o ¿por qué me ocurre esto a mí? ¿Somos de los que confiamos plenamente en Dios porque sabemos que Él tiene poder para ayudarnos en cualquier situación y mantenemos, por tanto, la calma y la compostura?   Oración.
«Señor, ayúdame a confiar en ti aún en la tormenta más oscura, lléname de tu Espíritu y aleja todo temor de mí, porque sé que tú tienes el poder para socorrerme y llenarme de paz. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 7 de marzo de 2020

¿Cómo se manifiesta Dios a nosotros?


¿Cómo se manifiesta Dios a nosotros?                                                                                                  “Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.” Juan 14:22-23
En el antiguo testamento, Dios habló por medio de profetas, luego Dios nos habló por medio de su hijo Jesús cuando estuvo en la tierra y hoy nos sigue hablando por medio de su hijo, a través de su Palabra en la Biblia. (hebreos 1:1-2)
Entonces, ¿cómo se manifiesta Jesús a nosotros? Claramente, a través de su Palabra, por eso dejó a su Santo Espíritu para que cuando leamos la Biblia, su mensaje sea revelado y entendamos lo que Dios quiere decirnos, lo que dejó escrito, pero sobre todo para obedecer su Palabra.
La forma más directa de escuchar a Dios, es su Palabra, por eso Jesús prometió a sus discípulos que, los que guardaran su Palabra, es decir la escucharan y la obedecieran, verían en su propia vida la manifestación que lo que Dios dejó escrito es verdad y se cumple.
La primera experiencia que vivimos al escuchar su Palabra, es que al creer en Él, conforme está escrito, Él viene a morar en nosotros colocando su Santo Espíritu, para darnos entendimiento y fuerza de voluntad para obedecer sus principios. (Efesios 1:13).

Por esta razón, debemos buscar a diario su Palabra, para experimentar en toda ocasión la manifestación del Dios vivo y real en nuestra vida, dejando de lado las formas erradas de buscar a Dios, es decir, en nuestra fuerza, o buscando a un dios que inventamos en nuestra mente a nuestra conveniencia, pero que no es el Dios poderoso de la Biblia.
Cuando tenemos un encuentro personal con Dios, a través de su Palabra, nuestra vida es cambiada radicalmente y Dios se manifiesta en cada aspecto. ¿Queremos que Dios se manifieste poderosamente en nuestra vida? Escuchemos atentamente y obedezcamos su Palabra. ¿Cómo se manifiesta Dios a nosotros?
Oración.
«Señor, gracias porque me amas tanto, que dejaste tu Palabra para tener un encuentro directo, vivo y eficaz contigo, para ser guiado, protegido y conocer tu amor que sobrepasa todo entendimiento, gracias por tu Palabra que ilumina mi vida. Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 6 de marzo de 2020

Indudablemente


Indudablemente
“Respóndeme, Señor, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Señor, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.”
1 Reyes 18:37
“Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” Juan 3:20-21
Cuando nos disponemos a clamarle y a que nos use para sus propósitos, Dios actúa en nuestra vida poderosamente y los demás conocerán que Él existe; porque nuestra vida refleja su gloria cuando le obedecemos, le servimos y actuamos siendo guiados por el Espíritu Santo que ha dejado en nosotros, para que demos un testimonio real de que Jesús es el camino al Padre.
Entonces, las personas a nuestro alrededor no pueden evitar ver la luz que reflejamos, unos la rechazarán porque quieren seguir en su oscuridad, otros querrán gozar de la misma luz, pero indudablemente, todos verán que Cristo mora en ti. Y esto es nuestra plenitud, que siendo imperfectos un Dios perfecto vive en nosotros y actúa a través de nosotros, cuando nos disponemos a ser guiados por Él.
¿Estás dispuesto a orar a Dios, a conocerle y a obedecer? Prepárate para alumbrar y ser bendición para las personas que te rodean, entonces muchos volverán su corazón a Dios cuando conozcan a Cristo. Oración.
«Señor, responde a nuestro clamor, el mundo te necesita, y por eso hoy dispongo mi vida para que la uses para tu gloria, para mostrar tu amor, ese amor con el que me amaste aun cuando estaba en mis pecados, me perdonaste y me limpiaste para no ser más un esclavo del pecado. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 5 de marzo de 2020

El tercer cordel


El tercer cordel
 “Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.” Eclesiastés 4:12
Vivimos en un mundo conectado en línea, pero más desconectados que nunca los unos de los otros. Nos dividen formas de pensar y creencias diferentes, pero sobre todo con certeza nos divide el pecado, porque nos aleja de Dios y su perfecta, buena y agradable voluntad, y también del amor a nuestro prójimo.
Cristo es el pegamento que une verdaderamente a las personas, porque limpia nuestros pecados, quita la condenación que nos amarga profundamente y coloca un amor en nosotros, que permite que amemos a los demás con un amor verdadero, honesto y sin buscar nada a cambio.
Cuando experimentamos ese verdadero amor, puede haber diferencias, pero no divisiones, pues somos seres únicos que vamos conociendo y madurando en la verdad que nos une en amor, y es Cristo mismo, ¡Él es la verdad!
Este es el secreto para mantenernos unidos: el tercer cordel, es decir, la presencia de Dios en medio de nosotros, claro, primeramente, en nuestro corazón. Oración.
«Gracias Señor, porque el hilo de tu amor nos une, nos hace uno, para que todos conozcan que tú estás en nosotros, los que hemos creído en el nombre de tu hijo Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 4 de marzo de 2020

REVELACIÓN DADA POR EL ESPÍRITU SANTO


REVELACIÓN DADA POR EL ESPÍRITU SANTO
Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios", 1 Corintios 2:9-10
Todos recibimos mucha información a través de nuestros ojos y oídos, pero Pablo nos dice que hay ciertas cosas que no podemos dilucidar por medio del ojo y del oído humano. Además, dijo, "Ni han subido al corazón del hombre", o sea, no por medio de la imaginación, del pensamiento, de la reflexión o el raciocinio se han concebido. En otras palabras, hay ciertas cosas que uno nunca puede obtener por medios humanos.
Ahora, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que le aman, sólo el Espíritu de Dios se las puede enseñar. Hay textos en la Biblia donde se puede aprender historia, poesía, oraciones, etc., pero las verdades espirituales, los secretos de Dios son manifiestas por medio del Espíritu, sólo Él las puede revelar, sólo Él las enseña acomodando lo espiritual a lo espiritual.
Jesús dijo, "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber " (Juan 16:13-14). Estamos seguros que hasta que el Espíritu de Dios no nos revele las cosas de Cristo, viviremos vidas vacías.
Corresponde iniciar esa relación íntima con Dios, creyendo en el Señor Jesucristo como Salvador, depositando la fe y confianza en Él y en la validez de su sacrificio en la cruz. Entonces, recibiremos la poderosa influencia del Espíritu Santo, quien nos irá transformando en la persona que Él quiere que seamos y nos dirá qué tenemos que hacer.  Oración.
"Amado Padre, guarda mi corazón de la vanagloria, de ser sabio en mi propia opinión, porque sólo tu Santo Espíritu, que conoce lo profundo de ti, me puede revelar tu conocimiento y tu sabiduría, pues es inalcanzable por medio de la instrucción humana únicamente. En ti deposito toda mi confianza y mi amor para recibir tu revelación. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 3 de marzo de 2020

Limpiados para crecer. Parte 2


Limpiados para crecer. Parte 2

“Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?” Hebreos 12:6-7
“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”. Hebreos 12:11
¿Creerías que alguien que te ama, lo demuestra corrigiéndote? Si bien esa persona que nos corrige, está llamada a hacerlo con amor, (Efesios 4:15), con amabilidad y mucha paciencia (Colosenses 3:12), nuestro compromiso es aceptar los errores y tomar un nuevo rumbo en nuestra forma de pensar y de actuar. Así nos disciplina Dios, nos llama a través de otros hermanos y líderes de la Iglesia, pero también usa las circunstancias difíciles para ajustar cuentas con nosotros. Pero lo hace con todo amor, paciencia y sabiduría.
No tengamos tristeza porque somos disciplinados, Dios nos evita la muerte y quiere que vivamos encaminados en su propósito para ser bendecidos y ser bendición para otros, no una carga.
Si no somos disciplinados, seguiremos el rumbo al fracaso, pero ¿cómo reaccionamos cuando nos corrigen? Generalmente nos excusamos y tratamos de tapar con los errores del otro, o incluso culpamos a Dios por las situaciones difíciles. Esta no debe ser nuestra forma de actuar, si aceptamos la corrección, somos limpiados de nuestra mala conducta, por lo tanto crecemos en santidad, somos más sabios. Así que, aceptando la disciplina, aplicamos lo que dice el proverbio: “No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; Corrige al sabio, y te amará.” (Proverbios 9:8). Oración.
«Gracias Señor cuando me corriges, cuando me llamas a disciplina porque soy tu hijo y tú eres mi Padre, el mejor de todos, tu corrección me limpiará y seré cada vez más útil para toda buena obra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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