sábado, 30 de septiembre de 2023

¿Por qué honrar a los Padres?

 

¿Por qué honrar a los Padres?


“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”, Efesios 6:1-3

“Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.”, Juan 5:19

La obediencia a nuestros Padres tiene un propósito muy importante y particular, y es enseñarnos a estar sujetos a la autoridad. Aunque suena difícil de cumplir, el estar sujetos a una autoridad guarda nuestro corazón, ¿De qué manera? Si somos capaces de someternos a una autoridad puesta por Dios, nuestra vida no solo es protegida sino bendecida. La obediencia trae recompensa. Y esta recompensa inicia cuando niños, pues somos protegidos por nuestros padres, y en la época de adolescencia somos guardados de nuestros impulsos y emociones desbordadas, cuando nuestros progenitores y autoridades nos corrigen, educan y colocan límites a nuestras actuaciones.

Esto va formando nuestro carácter y preparándonos para enfrentar la vida y formar a la vez una nueva familia. El pecado rompe con este orden provisto por Dios para nuestro bien y para tener una sociedad sana con familias fuertes. Por esto dice la Palabra de Dios que es justo que los hijos obedezcan a sus padres, y el ejemplo más grande de obediencia que podemos tomar para poder hacer lo justo, es el Señor Jesús, pues Él obedeció a su Padre en todo y vino a este mundo en total dependencia de la provisión y voluntad de Dios, por eso declaraba que no hacía nada por sí mismo sino lo que veía hacer al Padre, y también que venía no a hacer su propia voluntad sino la voluntad de su Padre (Juan 6:38b).

Jesús vino como cien por ciento hombre y cien por ciento Dios, y en su parte humana experimentó el sufrimiento, y en identificación con la humanidad tuvo que aprender obediencia como Hijo del Hombre. Jesús no pecó, pero aun así tuvo luchas humanas y experimentó la misma tentación que nosotros para darnos ejemplo, como dice hebreos 5:8: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;”.

Lo anterior se relaciona con la misión de servir como el único Sumo Sacerdote en el cielo para todos los tiempos y todas las personas, que puede compadecerse de nuestras debilidades (Hebreos 4:15). Jesús, al pasar por el sufrimiento y la tentación, se convierte en un modelo de obediencia para los hijos y en general para todos los creyentes; por esta razón estamos llamados a honrar a nuestros Padres, porque Cristo lo hizo y nos lo dio como regalo, Él fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz para que creyendo en Él seamos hechos hijos obedientes al ser guiados por el Espíritu de Dios (Filipenses 2:8, Romanos 8:14-16).    Oración.

«Padre Celestial, gracias por la vida de mis padres terrenales, gracias porque, aunque imperfectos, sé que en tu perfecta voluntad fueron ellos los que Tú escogiste para mi cuidado, protección y formación. Te pido que, en obediencia primeramente a ti, me permitas honrarlos y estar bajo su autoridad; igualmente gracias por tu Hijo Jesucristo, quien es mi mayor modelo de honra y obediencia, sé que, por Él, hoy yo también puedo obedecer, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                                                                                      

viernes, 29 de septiembre de 2023

El Sentir de Cristo

 


El Sentir de Cristo

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:5-8

“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Filipenses 2:13

Conociendo que, al tener la mente de Cristo, la Palabra de Dios por su Espíritu nos es revelada (1 Corintios 2:16,12), es necesario que esto no se quede meramente en un conocimiento intelectual que solo llene nuestra mente, sino que meditando en ella de manera sincera y humilde, le cedamos el trono de nuestra vida a Dios, permitiendo así que Él por su buena voluntad, disponga en nosotros tanto el querer como el hacer de lo que a través de su Escritura nos enseña.

Es hermoso ver cómo nuestro Señor Jesús nos muestra a través de su ejemplo completa sujeción y obediencia a la voluntad de Dios, tanto así que obedeció aun cuando la voluntad de su Padre era que Él muriera en una cruz, pues sabía que su Padre lo amaba y que todo lo hacía bueno, agradable y perfecto (Mateo 3:17, Romanos 12:2). Sin embargo, esto fue tan difícil para Jesús que oraba “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” (Lucas 22:42). Hoy, gracias a esa perfecta sujeción y obediencia de nuestro Señor y Salvador, nosotros también podemos llamar “Padre” a Dios (Juan 1:12-13, Romanos 8:15-16), y es un regalo maravilloso, pues somos hijos de aquel que, cuando éramos sus enemigos, envío a su Único Hijo a morir en una cruz para salvarnos y adoptarnos, ahora mucho más siendo hijos, nos dará todo lo que necesitamos (Romanos 5:10).

De manera que, queridos hermanos, el sentir de obediencia que hubo en nuestro Señor Jesucristo, es el que también debe haber en nosotros; teniendo el máximo ejemplo, nuestro mayor anhelo debe ser hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial; solamente es necesario que nos dispongamos, y aún en esos momentos donde no queramos o nos parezca muy difícil hacer lo que el Padre nos dice, que nuestra actitud sea la de postrarnos en oración y rendirnos en completa humildad y sujeción a Dios, pues es Él quien en nosotros produce el querer como el hacer por su buena voluntad.   Oración.

«Padre bueno, gracias porque todo lo haces perfecto, gracias porque me has permitido ver cómo siempre obras para mi bendición y tu gloria; gracias Padre eterno por tu amado Hijo Jesucristo, quien me enseña y me impulsa a obedecerte en todo, anhelo que esa obediencia de mi Señor sea la que también a través de mí sea puesta en práctica, sé que por tu Espíritu lo harás, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                                                                                      

jueves, 28 de septiembre de 2023

La mente de Cristo, parte 2

 

La mente de Cristo, parte 2


“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.  Filipenses 4:6-8

Conociendo ahora que poseemos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16), es necesario, como decíamos en el devocional anterior, que cada día perseveremos en vivir conforme a ella. Tener la mente de Cristo implica que sus pensamientos sean los nuestros, que su Palabra esté de continuo en nuestra mente. De manera que, como también aprendíamos ayer, para que esto suceda, debemos permanecer diariamente escudriñando y meditando en la Palabra de Dios, de esta forma, como lo explica Romanos 12:2, hacemos que los actuales y equivocados pensamientos que tenemos en nuestra mente y que están conforme a la corriente del mundo, vayan siendo cambiados por los buenos, agradables y perfectos pensamientos de Cristo.

La Palabra de Dios hoy nos dice que, debemos pensar en todo lo que es verdadero, todo lo honesto, lo justo, lo puro, lo amable, todo lo que sea de buen nombre; en todo lo que haya virtud y en lo que sea digno de alabar; pero si somos honestos, la verdad es que nuestros pensamientos divagan mucho en la preocupación, el temor y la incertidumbre; vivimos meditando o considerando lo que escuchamos en la radio, la televisión o en lo que mi amigo o vecino dijo, es decir, en todo, menos en la fuente de la verdad, del gozo y de la esperanza y la paz, no estamos permaneciendo en las Palabras de nuestro Salvador.

Nuestro Señor Jesús en Juan 15:7 nos dice “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” Porque cuando nosotros continuamente estamos en la Presencia del Señor a través de la oración con acción de gracias y diariamente contemplamos su Palabra, ciertamente sus pensamientos estarán de continuo en nuestra mente y, gracias al Espíritu Santo que intercede por nosotros conforme a la voluntad de Dios, tenemos la seguridad de que lo que pedimos nos será hecho (Romanos 8:26-27, 1 Juan 5:14-15).   Oración.

«Padre Celestial, una vez más te doy gracias por tu Espíritu y tu Palabra. Gracias porque tu Espíritu está en mí y tu Palabra es compartida por muchísimos medios. Quiero, Padre bueno, que me guíes en mi diario caminar, llevándome continuamente a contemplar tu Palabra y la hermosura de tu Santidad; gracias porque sé que lo harás y que por medio de tu Espíritu tus pensamientos estarán de continuo en mi mente, en el nombre de tu amado Hijo, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                                                                                       

miércoles, 27 de septiembre de 2023

La mente de Cristo, parte 1

 


La mente de Cristo, parte 1

“Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” 1 Corintios 2:16

¿Qué tanto estamos viviendo conforme a esta verdad? ¿Sabes y crees que tienes la mente de Cristo?

La mente de Cristo en nosotros, en su concepto más directo, nos da a entender que, por el Espíritu Santo que mora en cada persona que ha creído en Jesucristo como su Señor y Salvador, tenemos el poder o la capacidad de entender y discernir las cosas de Dios (1 Corintios 2:14-16).

Ahora bien, este conocimiento espiritual es tan profundo y completo que no se queda solamente en algo doctrinal o teórico, sino que el Espíritu que hemos recibido y quien sabe todas las cosas, nos revela todo lo que el Señor nos ha concedido en todas las áreas de nuestra vida (1 Corintios 2:12). Sin embargo, para que esto suceda en cada uno de nosotros, es fundamental que consultemos y confiemos en que “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” (2 Pedro 1:19-21).

Quiere decir que, lo que nos enseña y revela el Espíritu Santo va en comunión perfecta con la Palabra de Dios, puesto que es la Biblia el libro que Dios por su Espíritu inspiró a otras personas para que escribieran sus pensamientos, y así mismo ahora, a personas llenas de su Espíritu y que escudriñan su Escritura, es a quienes se los permite entender, “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.” (1 Corintios 2:9).

Hermanos, es un hecho que tenemos la mente de Cristo, pues el Padre por su Espíritu nos la ha concedido, sin embargo, para que la experimentemos en nuestro diario vivir, es necesario que cada mañana perseveremos en conocer, creer e interiorizar el pensamiento de Dios, escrito en su Palabra y revelado por su Espíritu. Y entonces, fundados nuestros pensamientos en el poder y la sabiduría de Dios, podremos de manera certera, en toda situación o circunstancia, discernir lo que proviene y lo que no proviene de Dios.    Oración.

«Padre bueno, gracias por tu Espíritu y tu Palabra; gracias por la revelación que de ella me das a través de tu Espíritu; gracias por enseñarme que ahora poseo la mente de Cristo, permíteme, por favor, vivir conforme a esta verdad, perseverando cada día en tus pensamientos y así conocer tu voluntad, en el nombre de Jesucristo tu amado Hijo, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                                                                                      

martes, 26 de septiembre de 2023

Cordero inocente

 


Cordero inocente

“el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;” 1 Pedro 2:22

“Y se dispuso con los impíos su sepultura, más con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.” Isaías 53:9

El inocente murió por los culpables, esta verdad debería conmovernos y pararnos de la silla del adormecimiento espiritual. Pensemos para entender lo que padeció Cristo por nosotros, en un niño inocente que es abandonado por sus padres o que se da cuenta de que su mamita pronto partirá al cielo por una enfermedad. Siente el inminente abandono o la inminente separación de la persona más importante de su vida, de la que depende totalmente. Es un sentimiento de soledad que duele hasta lo profundo del corazón. Esto y mucho más fue lo que experimentó Cristo, por eso en Getsemaní horas antes de ser entregado expresó: “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”, y sentía lo que describe el evangelio: “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.” (Lucas 22:42,44). Una profunda angustia porque iba a estar por un momento separado de su Padre, a causa de nuestros pecados, y por esto gritó “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46b).

Cristo experimentó tal desamparo siendo inocente para traer sanidad y restauración a nuestra vida; si nos hemos sentido solos, en depresión o en abandono, lo que Él vivió fue para que nosotros por la fe en su obra de amor, ahora seamos libres del pecado y no experimentemos el desamparo tanto en nuestra vida física presente como también una eternidad sin nuestro Padre. “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;” (Hebreos 7:26).

Pero Él no se quedó en la tumba, sino que fue resucitado por el Padre y muchos fueron testigos de este trascendental suceso (Hechos 2:32), enviando luego de que fue levantado de la tumba su Espíritu, sobre todo el que creyera en él, incluidos nosotros en el tiempo presente: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu” (1 Pedro 3:18). Fue resucitado para confirmar su victoria sobre el pecado y la muerte ¿Qué haremos ahora con este conocimiento? Por supuesto, ir a los perdidos, a los que se sienten desamparados, en depresión y soledad o en esclavitud, identificándonos con Cristo mismo y creyendo por el Espíritu que: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18).    Oración.

«Padre bueno, que el poder y la libertad que ha traído a mi vida, el conocer y vivir por la fe en la obra redentora de mi Señor Jesucristo, me lleve a compartir a todos aquellos que ahora lo necesitan; Gracias Padre por tu eterno amor por la humanidad, oro para que sea tu Santo Espíritu a través de mí y haciendo tu obra en ellos, por Jesucristo mi Señor, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                                                                                       

domingo, 24 de septiembre de 2023

Hacer tu voluntad

 

Hacer tu voluntad


“​​porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Filipenses 2:13

Disponer todo en manos de Dios y confiar en Él es el acto más seguro y certero que nosotros podemos hacer ante cualquier situación. Pero resulta que muchas veces no hacemos así, sino que, por el contrario, todo lo queremos resolver con nuestra propia sabiduría, en nuestro tiempo y con nuestros medios. Pasa mucho en nuestras relaciones, cuando, por ejemplo, existen aspectos en el carácter de nuestro prójimo que no nos hacen bien o no están correctos y que deseamos que se cambien. Entonces, cuando notamos alguno de estos, generalmente nuestra primera reacción es indisponernos, impacientarnos y enojarnos. Y si bien, disgustarse o sentirse ofendido por un momento, no está mal, puesto que somos seres humanos y las emociones hacen parte de nuestro ser, lo que sí está incorrecto, es dejarse llevar por ellas o actuar o tomar decisiones basadas en ellas, lo enseña la Palabra de Dios en Efesios 4:26 cuando dice “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,”

Entonces, a lo que nos llama nuestro Dios, es a que cuando suceda algo que nos disguste o nos enoje, no actuemos llevados por nuestro enojo o nuestros deseos pecaminosos, llámense, rencor, ira, amargura, venganza, celos, envidia, entre otros, sino que, aprendamos y seamos diligentes e intencionales en dejarnos guiar por la dirección del Espíritu Santo, conforme dice Gálatas 5:16-17 “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.”

Hermanos, si realmente nuestro deseo es, cada día ser más como Cristo, perseveraremos en su carácter en toda situación, y esto no en nuestras fuerzas, sino que ciertamente su Espíritu que mora en nosotros nos dará el poder para no pecar, según la buena voluntad de Dios, pues su exhortación es a que “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” (Gálatas 5:25).    Oración.

«Padre amado, muchas gracias te doy por enviar a tu Espíritu a morar en mí, sé que fue gracias a la perfecta obra de mi Señor y Salvador Jesucristo y por mi fe en Él. Te pido Señor, que, por la misma gracia y fe, me permitas cada día dejarme guiar por Él, quiero que mis pasos sean dirigidos por tu Espíritu, en el nombre de Jesús, amén.        Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                                                                                       

sábado, 23 de septiembre de 2023

Recibir a Cristo

 


Recibir a Cristo

“para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.”, Efesios 3:17-19

Recibir a Cristo en nuestro corazón es el hecho más importante que puede pasar en nuestra vida, tanto que cambia su rumbo, trazando una línea hacia la eternidad en la presencia de Dios. No es posible recibirlo si primero no hemos escuchado el evangelio de nuestra salvación y hemos creído en Jesús para ser sellados con su Espíritu Santo, como lo confirma Efesios 1:13 “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”, el ser sellados con su Espíritu es recibir el mismo amor de Dios : “ y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5).

Así que cuando alguien te invita a recibir a Jesús, conforme lo que está escrito en Juan 1:12 que dice “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” no lo tomes en vano, escucha atentamente, no lo rechaces, pues es la oportunidad que Dios te da para que no permanezcas en juicio, pues como dice el Señor Jesús: “El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” y “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 12:48, 3:18), y también Jesús es claro en decir que no debemos rechazar a quien habla en nombre de Él llevando su Palabra: “El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.” (Lucas 10:16).

El evangelio es la buena noticia de salvación que Cristo efectuó sustituyéndonos en la cruz al morir por nuestros pecados; este evangelio se ha anunciado por todas partes y de todas las maneras, por tanto, no puede ser escuchado como un mensaje rutinario o religioso, sino como la única esperanza y manera de tener la vida eterna, por la locura de la predicación: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Corintios 1:21).    Oración.

«Padre Dios, gracias por el conocimiento de tu Palabra y de tu gran amor en Cristo Jesús. Y te pido que, como hijo amado, me lleves hacia otras personas como esa cuerda de amor que ellos tanto necesitan y que los trae hasta ti. Bendice mi vida y la de cada persona que pongas en mi camino para compartirle de ti, por Jesucristo mi Señor, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

viernes, 22 de septiembre de 2023

Mi alma tiene sed

 

Mi alma tiene sed


“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?» Salmos 42:1-2

La sed espiritual es un estado de tantas secuelas en nuestra vida, que definitivamente, como cristianos, no deberíamos arriesgarnos a experimentarlo, claro que al decir “arriesgarnos” no significa que lo vayamos a hacer de manera voluntaria y consciente, sino que muchas veces poco a poco, sin darnos cuenta y por circunstancias de la vida, perdemos nuestra comunión e intimidad con Dios, y al hacerlo perdemos acceso a la fuente de agua viva. Y cuando esto sucede, es como si estuviéramos caminando por varios días en un desierto y sin hidratación, es decir, puede llegar a ser mortal.

En el ámbito espiritual, sabemos que nuestro enemigo no viene sino para hurtar y matar y destruir, y son justo esos momentos cuando más nos quiere devorar, pues sabe que estamos débiles, expuestos y fatigados, porque como sabemos, eso es lo que sucede cuando tratamos de vivir a nuestra manera y en nuestras fuerzas.

Cuando Jesús estaba en la cruz entregándose por amor a nosotros, dijo “tengo sed”, experimentando la sed espiritual que ninguno de los que en Él creen, tiene que experimentar, pues Él la sufrió para que nosotros hoy en día permanezcamos saciados y que de nuestro interior corran ríos de agua viva (Juan 7:37-39).

Hermanos, no permitamos que ninguna situación o circunstancia nos aleje de Dios, no permitamos que nuestra alma sufra sed, no nos arriesguemos a deshidratarnos y debilitarnos, dejando así que el enemigo tome ventaja sobre nosotros; ciertamente Dios está cerca, está en nosotros por medio de su Espíritu Santo, su misericordia es nueva cada mañana y día y noche nos está esperando, Él siempre está dispuesto a saciarnos. “Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida.” (Salmos 42:8).  Oración.

«Padre bueno, tu amor es eterno y prolongada es tu misericordia. Gracias Señor porque definitivamente no merecía tanto, eres bueno y bondadoso. Gracias porque nunca te cansas y siempre me estás esperando. Gracias también por esos momentos en que experimenté sed espiritual, pues fueron tan dolorosos que ahora ya no quiero dejar pasar ni un día en el que no beba de tu fuente de agua viva, gracias Señor Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito


jueves, 21 de septiembre de 2023

Permanecer en el amor de Dios

 


Permanecer en el amor de Dios

En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.” 1 Juan 4:9

«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.» Gálatas 2:20

“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.” Juan 15:10

La máxima expresión del amor de Dios, la podemos ver cuando envió a su único Hijo al mundo para que muriera en sustitución de la humanidad, pues todos éramos incapaces de satisfacer la demanda de Dios por el pecado, de manera que, Dios decidió dar a su propio Hijo. La máxima expresión del amor del Hijo, la podemos ver cuando voluntariamente entregó su vida en expiación por nuestros pecados, de manera que ahora podemos decir que somos limpios y perdonados.

Sin sombra de duda, hemos sido amados con un amor que solo Dios puede dar, un amor incondicional, eterno, verdadero y fiel. Y al ser eterno, el Señor anhela que así mismo lo disfrutemos, que permanezcamos en Él todos los días de nuestra vida. Como conocemos, la manifestación del amor de Dios fue principalmente para liberarnos de la esclavitud del pecado y darnos vida eterna (Juan 3:16). Así que, la manera que el Señor ha designado en su sabiduría e inteligencia para que permanezcamos en su amor, es que guardemos sus mandamientos, pues ellos son las instrucciones sabias e inequívocas para que no volvamos a caer en el engaño del pecado; son las Palabras de nuestro Dios las que nos guardan de todo mal camino; El Salmo 119:104-105 dice “De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.”

Adicional a esto, nuestro Padre amoroso no nos ha dejado solos, sino que ha enviado a su Espíritu para que esté con nosotros para siempre. Por medio del Espíritu Santo, el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón, y es Él quien nos guía a toda verdad, quien nos enseña y nos recuerda su Palabra, y sobre todo, es quien hace morir en nosotros las obras de la carne para que ya no sirvamos más al pecado, sino que ahora vivamos en la libertad y el amor de Dios (Romanos 8:2, 13-14).   Oración.

«Padre bendito, alabado y bendecido sea tu nombre por tu infinito amor, gracias por dar a tu Hijo para mi salvación. Gracias Señor Jesucristo, por derramar hasta tu última gota de sangre por mi redención, y gracias Espíritu Santo por morar en mí y en amor, guiarme a toda verdad y bendición. Gracias Padre, gracias Hijo y gracias Espíritu Santo, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Amigos de y para Jesús

 


Amigos de y para Jesús

“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” Juan 15:14-15

¿De quién somos amigos y, a quién llamamos “amigo”?

En el pasaje anterior, es hermoso ver cómo el Señor dice que sus amigos son aquellos que hacen lo que Él les manda; preguntémonos ¿somos amigos de Jesús?

Ahora bien, aunque como creyentes estamos llamados a no hacer acepción de personas, es claro que sí debemos saber con quién estamos compartiendo nuestro tiempo y quizás abriendo nuestro corazón, porque estamos en el mundo, pero no somos de él, en efecto, el mandato es que seamos luz para el mundo (Mateo 5: 14-16). Por lo cual, es importante considerar si a aquellas personas que llamamos “amigos” son con las cuales pasamos tiempo, no solo de diversión o esparcimiento, sino aprovechándolo de tal manera que sea de edificación y provecho tanto emocional, como físico y espiritual.

Los amigos son esas personas que sabemos que de manera genuina y sincera se preocupan por nosotros, de modo que cuando lloramos, lloran con nosotros y, cuando reímos, también con nosotros se gozan (1 Corintios 12:26). Amigos son aquellos que cuando ven que tú has caído o estás en un mal camino, no dudan ni esperan para animarte y corregirte con mansedumbre, humildad, amor y verdad (Gálatas 6:1-2). Pero sobre todo, amigos, son aquellos con los cuales podemos proponernos lo que dice Efesios 4:13 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;”

Recordemos que nuestra principal amistad debe ser con nuestro Señor, escuchando y obedeciendo sus Palabras, luego, vendrán otras personas con las cuales podamos compartir tiempo que sea de nuestro bienestar, pero, sobre todo, para Su gloria.   Oración.

«Dios eterno, gracias por cada persona que has puesto en mi camino; gracias por aquellas con las que puedo pasar tiempo compartiendo tu Palabra y te pido por las que aún no te conocen, permíteme ser luz en sus vidas para que te puedan glorificar como el Padre bueno y celestial que eres, por Jesucristo mi Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

martes, 19 de septiembre de 2023

Entendidos

 

Entendidos


“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” Efesios 5:15-17

Una tarea diaria que debemos proponernos, es tener entendimiento de la voluntad de Dios, que tengamos conocimiento pleno de lo que el Señor quiere de nosotros, como lo dice su Palabra: “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” (Colosenses 1:9), en el contexto del pasaje anterior Pablo guiado por el Espíritu da gracias por los fieles de Colosas, pues ha escuchado que la fe de ellos crece y da fruto desde el día que conocieron la gracia de Dios verdaderamente (Colosenses 1:6), y ora para que sean llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, esto es, para que les sea revelada la voluntad de Dios en toda sabiduría e inteligencia espiritual.

Por eso debemos insistir en oración para que a diario cada paso que demos sea por el camino que el Señor quiere llevarnos y esto nos permitirá cumplir su propósito en nosotros. Podemos orar entonces como nos dice el Salmo: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos” (Salmos 32:8), para que así, tengamos toda confianza de que si disponemos todas nuestras labores, decisiones o anhelos en Cristo, Él nos guiará y dará luz para que cada paso sea con la seguridad que nos da su Palabra y la revelación que viene de su Espíritu.

Estamos tentados a actuar de manera independiente, a mirar lo que nos conviene o no, a la luz de nuestros razonamientos, pero en su Palabra está su voluntad y el Espíritu nos ayuda a entenderla y colocarla en el contexto correcto, aplicándola con sabiduría en cada situación de nuestra vida. De esto se trata la diligencia espiritual, no de mantenerse lleno de ocupaciones, sino de priorizar lo espiritual sobre lo carnal, lo eterno sobre lo perecedero o temporal. Si así hacemos, aprovechando el tiempo para conocerlo y glorificarlo, la suma de cada paso, cada día, dirigido por su Espíritu, marcará el trayecto del camino hacia su voluntad, como enseña su Palabra: “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud” (Salmos 143:10).   Oración.

«Padre Dios, te alabo y te bendigo por tu amor y tus promesas, gracias porque por la gracia de mi Señor Jesucristo las puedo tomar para mí, y gracias por tu Santo Espíritu que me permite entenderlas y las hace realidad en mi vida; gracias también por aumentar mi fe, en el nombre de Cristo Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

lunes, 18 de septiembre de 2023

Su Palabra en nuestras relaciones

 


Su Palabra en nuestras relaciones

“¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” Jeremías 23:29

Hay muchas situaciones en nuestras relaciones interpersonales que a menudo vemos casi imposibles de llevar o soportar. Podemos tener el esposo con actitud terca, la esposa con frecuentes cantaletas, el hijo en desobediencia, la suegra demasiado integrada en la relación de pareja, el vecino hablando más de la cuenta, y como estos, muchos casos en los que fácilmente podemos decir, no más, no puedo, me rindo, etc. Pero ante esto, es de vital importancia que como nos lo enseñó nuestro Señor y Maestro, antes de mirar el pecado de la otra persona, miremos el nuestro, antes de ocuparnos de sus fallas, nos ocupemos de las nuestras (Mateo 7:3-5).

De manera que, existe una instrucción precisa para cuando nos encontremos en situaciones donde nuestro prójimo se comporte como nuestro enemigo, nos ofenda o nos haga algún mal, Lucas 6:27-28 dice “Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. ” Orar, orar es la clave para que, en medio de cualquier situación, Dios sea glorificado y nosotros seamos bendecidos.

Orar es la forma de renunciar a nuestros propios deseos de venganza, enojo, amargura, discusión, desespero, maledicencia y de cualquier otro pecado; pero también es la manera de dejar todo en las manos de Dios para que sea Él, Dios justo y fiel, tomando el control y haciendo su perfecta obra en la vida de cada persona. Ciertamente, nuestra palabra, nuestras intenciones o nuestra propia sabiduría, lo que hará es agrandar el problema y alejarnos del propósito de Dios, por el contrario, como dice el Salmo 19 versículos 7-9 “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.”

Hermanos, permitamos que en toda situación y relación sea Dios quien ministre y transforme por medio de su Palabra, pues “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?”    Oración.

«Padre bueno, gracias por tu Espíritu, sé que permitiendo que dirija mi vida podré forjar el carácter de Cristo en mí. Dios, realmente quiero comportarme como tu hijo; ser manso y humilde de corazón, y también escuchar y obedecer tu voz. Anhelo que tu nombre sea glorificado a través de mí, por Jesucristo mi Señor, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

domingo, 17 de septiembre de 2023

El amor y la ley

 


El amor y la ley

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” Mateo 22:37-40

“El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.” Romanos 13:10

Es curioso ver cómo frecuentemente como personas tratamos de cumplir la ley y no podemos, quizás hacemos el bien algunos días, pero luego volvemos y pecamos, o quizás cumplimos de manera fácil y espontánea algunos mandamientos, pero otros se nos convierten en una carga difícil y pesada. Sin embargo, es más curioso aún saber que para cumplir la ley simplemente debemos andar en amor, amor a Dios y amor al prójimo.

Ahora bien, para andar en amor es necesario tener amor, y como creyentes en Cristo tenemos el más puro y poderoso amor, el de Dios, dice Romanos 5:5 “y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” El amor de Dios está en nuestro corazón por medio de su Espíritu, de manera que, andar en amor y dar amor, solo es posible si permitimos que el Espíritu Santo dirija nuestra vida.

Pues, 1 Corintios 13:4-7 nos dice cómo es el amor: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”. Y El fruto del Espíritu es: Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. ”

De manera que para poder practicar el amor y cumplir la ley (porque el cumplimiento de la ley es el amor) nuestra única esperanza es que, por medio del amor de Dios y la gracia de nuestro Señor Jesucristo, mantengamos una comunión diaria y constante con el Espíritu Santo, “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” (Romanos 8:6).    Oración.

«Padre bueno, gracias por la gracia con que recibí tu Espíritu Santo que ha llenado mi corazón del verdadero amor. Permíteme por esa misma gracia, andar en Él, correspondiendo a tu amor y amando a mi prójimo; de esta manera sé que libre y sinceramente cumpliré tu ley, por Jesucristo, mi Señor, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

sábado, 16 de septiembre de 2023

El amor, el pilar de todo

 

El amor, el pilar de todo


“Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aún más excelente.” 1 Corintios 12:31

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1 Corintios 13:13

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” Colosenses 3:23-24

Solemos como personas tener muchas actividades qué hacer, unas que hemos elegido, otras que nos han correspondido y otras tantas que nos han pedido, y puede que cumplamos con todas ellas, que las hagamos bien y a tiempo, pero la gran pregunta es, ¿las hacemos con amor?

Hacer las cosas con amor es el gran diferenciador entre nosotros, los hijos amados de Dios y aquellas personas que no creen en Él; realmente lo valioso, lo importante y trascendental de nuestros actos de servicio no se miden en la cantidad o la magnitud de estos, sino mejor en el amor con que los hacemos. La Palabra de Dios lo enfatiza de tal manera que nos dice en 1 Corintios 13:3 “Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.”

Hermanos, debemos saber y tener presente que somos hijos de Dios, escogidos, santos y amados, de manera que, nuestras acciones, lo que deberían reflejar es justamente eso, amor, santidad y vocación; Colosenses 3:14 nos exhorta así “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.” El vínculo por medio del cual podemos testificar y atraer a otras personas a los pies de Cristo es el amor; a través de nuestros quehaceres podemos reflejar y extender a nuestro prójimo la misericordia y el poder transformador del amor de Dios. Y entonces ahí toda cobra sentido y propósito, y lo que hacemos es realmente de provecho.

Finalmente, no debemos olvidar que la motivación y el enfoque correcto para hacer cualquier actividad es hacerla como para Dios y no para los hombres, pues no sabemos de qué manera las personas nos van a corresponder, pero de Dios ciertamente recibiremos la recompensa.    Oración.

«Padre, gracias por tu amor derramado en mi corazón por tu Espíritu, permíteme manifestarlo como fruto en todo lo que como persona me corresponde hacer; ayúdame a ser el mejor al hacer las cosas con amor, y que tu nombre pueda ser conocido a través de mi vida amorosa, servicial y piadosa, por Jesucristo mi Señor amen.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

viernes, 15 de septiembre de 2023

Una ecuación poderosa

 


Una ecuación poderosa

“pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” Marcos 10:6-9

La mujer y el hombre cuando se unen en matrimonio, siendo dos personas distintas, se convierten en uno solo, asemejando la unión de Cristo con su iglesia (Efesios 5:32); esta unión es esencial para sostener una sociedad sana y próspera, porque los dos se apoyan mutuamente, se colocan de acuerdo y aun ante las dificultades se animan el uno al otro como dice el proverbio: “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante” (Eclesiastés 4:9-10)

Aunque son una pareja, una misma carne, cada uno debe primero unirse con Cristo, siendo uno solo con el Señor, como lo revela 1 Corintios 6:17: “Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.” El matrimonio es la unión de esta pareja hombre y mujer con Cristo, es decir, un cordón de tres dobleces (Eclesiastés 4:12).

Entonces, gracias a la acción de su Espíritu, entre más contemplan la gloria de Dios, más se hacen semejantes a Cristo: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” (2 Corintios 3:18).

Esta ecuación poderosa explica que somos uno con Cristo y uno con nuestra esposa(o), unidad total que crece en el amor y el conocimiento de Cristo: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” (2 Pedro 3:18).

Ahora bien, este crecimiento manifestará en esta pareja el amor de Dios hacia los demás, entre más unidos a Cristo estén y más unidos entre ellos, la gracia y el poder de Dios se desbordará y manifestará para gloria de Dios Padre, porque su propósito es que todos conozcan que son discípulos de Jesús viendo el amor mutuo, como dice: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:35). Siendo así, los primeros llamados a mostrar el amor de Cristo, para que todos conozcan que son sus verdaderos discípulos, son aquellos que practican esta ecuación poderosa de la que hemos reflexionado: el matrimonio.   Oración.

«Padre, clamamos a ti para que cada día más personas anhelen estar en tu camino y cumpliendo tus principios; te pedimos que bendigas los matrimonios y las familias, que nos permitas siempre estar en tu amor y tu bendición. Padre bueno, revela tu gloria a través de las parejas, que el mundo conozca que lo que tú has diseñado es bueno, agradable y perfecto. Gracias Dios eterno por Jesucristo, Señor nuestro, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

jueves, 14 de septiembre de 2023

Transformados a la imagen de Cristo

 


Transformados a la imagen de Cristo

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” 2 Corintios 3:18

Existe un mandato muy hermoso del Señor Jesús que dice: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:34-35), es precioso porque trata del amor; el Señor nos manda a amarnos unos a otros, así como hemos conocido y experimentado que Él nos ha amado. Y cuando meditamos en este hecho quedamos realmente sin palabras, pero sobre todo sin excusas para no cumplirlo, pues reconocemos la manera tan grande, poderosa y sufrida con la que nos ha amado nuestro Maestro y Señor, (su muerte en la cruz para salvarnos).

Pero, lo mejor de todo es que este conocimiento y lo que produce en nosotros, nos lleva a cumplir de manera libre y genuina una valiosa e importante meta en nuestra vida cristiana: ser transformados a la imagen de Jesucristo. Su Palabra dice que así como nosotros hemos visto y seguimos viendo de manera clara y directa la gloria de nuestro Señor (en este caso, su amor), entonces, por medio del Espíritu Santo, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, es decir, amamos a los demás como Cristo nos ama. Además de esto, dice la Palabra que el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón a través del Espíritu Santo que el Padre nos ha dado (Romanos 5:5).

De manera que, realmente lo tenemos todo, se nos ha dado todo lo necesario y fundamental para que amemos a nuestro prójimo como el Señor nos ha amado, y así el mundo conozca que somos discípulos de Cristo, pues cada vez más somos transformados a su misma imagen.   Oración.

«Padre bueno, quiero tener y manifestar el carácter de Cristo, quiero ser transformado de gloria en gloria en la misma imagen de mi Señor; Quita, deja y agrega todo lo que sea necesario para ello. Estoy en tus manos y sé que estoy en las manos del más excelente alfarero; bendice mi vida y la de mi familia, por Jesucristo, mi Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Los absolutismos de Dios

 


Los absolutismos de Dios

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” Josué 1:8

A lo largo de nuestra educación, se nos ha enseñado que no debemos usar absolutismos en nuestras conversaciones, pues generalmente lo que decimos no es tan extremo y la mayoría de veces lo usamos para ofender o criticar a nuestro prójimo. Entonces decimos “tú nunca haces nada” “tú siempre dejas todo tirado” cuando realmente no es nunca, ni siempre, nada, ni todo, normalmente es de vez en cuando y solo algunas cosas.

A pesar de esto, y escudriñando un poco la Biblia, encontramos que a Dios sí que le gustan los absolutismos, los usa bastante. Pero esto es solo porque Él tiene el poder y la autoridad para hacerlo, solo Él es Dios, realmente Él sí todo lo puede, siempre está, nunca deja de ser, es eterno, perfecto y todo lo que dice es verdad y lo cumple. De manera que, de los únicos absolutismos que nos debemos apropiar y regalar son de los que nos dice Dios.

Justo hoy el Señor inicio diciéndonos que “nunca” se debe apartar de nosotros su Palabra, sino que de día y de noche debemos meditar en ella para que la guardemos en nuestro corazón y obedezcamos “todo” lo que en ella está escrito, entonces será prosperado nuestro camino y en “todo” lo que hagamos nos irá bien. ¡Maravillosos los absolutismos de Dios! ¡Qué bendición! Conozcamos algunos más:

Dice la palabra de Dios en 2 Corintios 9:8 con respecto a nuestra economía “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;”

Referente a nuestro servicio para Él: 1 Corintios 15:58 dice “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”

Con relación a nuestra actitud en la cotidianidad “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6).

Finalmente, alusivo a nuestra seguridad y estabilidad, dice Juan 10:27-28 “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”   Oración.

«Padre, gracias te damos por tu Palabra que es viva y que es verdad, gracias porque sabemos que podemos confiar y esperar en lo que dices a través de ella, pues tú no eres hombre para que mientas ni hijo de hombre para que te arrepientas. Te pedimos que sean tus pensamientos en nuestra mente y tus Palabras en nuestra boca, por Jesucristo Señor nuestro, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

martes, 12 de septiembre de 2023

No te preocupes porque tú, eres hijo de Dios

 

No te preocupes porque tú, eres hijo de Dios


“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:31-33.

Normalmente como personas que tenemos necesidades y responsabilidades para afrontar, nos preocupamos y tratamos en nuestra mente y sabiduría de arreglar y organizar hasta donde más podemos todas las cosas. Sin embargo, aunque estamos llamados a ser diligentes y tener orden y excelencia en todo, nuestra primera y mayor necesidad es la relación con nuestro Padre Celestial.

Cuando nosotros nos enfocamos y concentramos en conocer a Dios, por medio de la congregación, los devocionales, la Biblia, entre otros, pero teniendo la certeza que lo encontraremos a Él por medio de su Palabra, obtenemos el mayor tesoro y suplimos nuestra más grande necesidad. Como seres humanos, necesitamos constantemente sentirnos identificados, es decir, saber quiénes somos y a quién pertenecemos, pues con base en ello, viviremos. Ejemplo, si decimos que somos ignorantes, torpes, desventurados y que pertenecemos a una familia que siempre ha sido así, con mucha seguridad seguiremos creyendo y viviendo como ignorantes, torpes y desventurados.

Buscando primeramente el reino de Dios y su justicia, nos enteraremos de nuestra nueva y verdadera identidad en Cristo Jesús, sabremos que somos hijos y herederos del Rey, del Creador, de Dios (Romanos 8:16-17); conoceremos que tenemos un Padre Celestial que en Cristo nos ama con amor eterno e incondicional (Romanos 2:4-5); entenderemos que no estamos solos, que el Espíritu Santo está en nosotros (Juan 14:16-17), y podremos comprender que a los que por el Espíritu llamamos Padre a Dios, nos es suplido como añadidura todo lo que nos falta conforme a las riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19).

Hermano, no te afanes por las añadiduras, sé diligente en conocer y relacionarte con aquel que todo lo puede hacer (Jeremías 32:27).    Oración.

«Padre Dios, gracias por tu eterno amor y tu prolongada misericordia. Gracias por adoptarnos como tus hijos y herederos en Cristo Jesús, gracias por amarnos primero. Te pedimos, por favor nos mantengas de tu mano y no permitas que nos desviemos a izquierda ni derecha; ayúdanos a permanecer y perseverar en ti, por Jesucristo nuestro Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

lunes, 11 de septiembre de 2023

Cambio de mentalidad

 


Cambio de mentalidad

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2

Para dejar la mentalidad de pobreza hay que dejar de alinearnos al pensamiento del mundo, y mejor ser transformados por medio de la renovación de nuestro entendimiento, es decir, pensar como piensa Cristo, pues como nos enseña la Escritura, se nos ha dado la mente de Cristo, 1 Corintios 2:16 dice “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”

Como nos enseñó alguna vez una amada maestra de Biblia, hay que “desaprender para aprender”. Desaprender la mentira para aceptar la verdad revelada en la Escritura, pues aceptar a Jesús es aceptar sus palabras, como el mismo Señor lo denota: “El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Juan 12:48).

Ahora bien, ¿por qué es esencial cambiar nuestra mentalidad? Porque sí, la Palabra de Dios construye ideas correctas, emociones equilibradas, decisiones guiadas por su voluntad y produce vida en abundancia, al contrario, la forma de pensamiento carnal y del mundo, produce ideas inconsistentes, emociones sin control, decisiones a ciegas y produce finalmente dolor y muerte.

Así que, no pensemos como pensábamos antes de conocer a Cristo, sino que obedezcamos lo que dice Filipenses 4:8: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”, y para lograr cumplir este imperativo o mandamiento, tenemos que entender el indicativo o lo que nos da la gracia suficiente para poder llevarlo a la práctica, que está versículos antes, dice Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Toda preocupación o todo pensamiento que llegue a nuestra mente, inmediatamente se lo debemos dar a conocer a nuestro Padre, no porque no lo sepa ya, sino para depositar en Él nuestra confianza y, dándole gracias, disponernos en completa paz para pensar y aceptar que todo lo que Él desee hacer en nuestra vida será lo verdadero, lo justo, puro, bueno, agradable y perfecto.   Oración inicial

«Padre, gracias por tu verdad, gracias por tu Palabra que derriba toda mentira y que es viva y eficaz; gracias porque a través de ella cambiaste mi manera de pensar y ahora puedo ver y comprobar lo que es realmente bueno, agradable y perfecto, tu voluntad. Gracias Señor, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

domingo, 10 de septiembre de 2023

Mentalidad de pobreza

 


Mentalidad de pobreza

Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” Apocalipsis 3:17

“y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Efesios 4:23-24

Aunque algunos ostentan riquezas materiales, lujos, placeres, entre otras cosas, todas perecederas o temporales, no tienen lo más importante: paz interior. Y esta paz solo la puede dar Cristo. La paz que viene de conocer y entender que Dios, a través de Cristo, nos salvó de nuestra condición, pues lo habíamos perdido todo por el pecado, realmente estábamos en la miseria (enfatizando que no se trata de riquezas materiales sino espirituales), pues como lo dijo el Señor Jesús: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:26).

No había riqueza humana que pudiera pagar el precio por nuestra alma, destinada al ocaso, al más profundo foso de oscuridad; sin embargo, Cristo intervino y podemos recordar en 2 Corintios 8:9 lo que hizo en nuestra pobreza:“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.”.

Sí, se hizo pobre despojándose a sí mismo y haciéndose uno de nosotros, pero sin pecado, para identificarse con la raza humana y poder liberarla, tanto así que se hizo llamar “El hijo del hombre” (Lucas 9:22); nos reemplazó en la cruz, tomando nuestros pecados y pagando el precio de nuestra paz.

Selló su victoria resucitando al tercer día y con esto fuimos resucitados juntamente con Él (Romanos 6:4-6), somos ahora herederos de Dios y coherederos con Cristo (Romanos 8:17), qué noticia tan maravillosa: somos ricos espirituales, somos hijos del dueño de todo, del Creador del universo, por la gracia de Cristo; por lo tanto, no debemos vivir como mendigos espirituales, sino aprovechar todas las riquezas en gloria en Cristo Jesús, que el Padre amorosamente nos ha dado para que generosamente compartamos con todo este empobrecido mundo: sabiduría, amor, paz interior y todo el fruto de su Espíritu a nuestra disposición. Predicar a Cristo es repartir la única riqueza que vale la pena, para dejar la mentalidad de pobreza.    Oración.

«Padre, que esas riquezas con las cuales has enriquecido cada área de mi vida, cada día las pueda gozar y así mismo compartir con todo aquel que esté empobrecido; gracias por tu inagotable gracia para con nosotros en Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

sábado, 9 de septiembre de 2023

La mejor herencia para tu hijo

 


La mejor herencia para tu hijo

“Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.” Deuteronomio 4:9

“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Proverbios 22:6

Como padres muchas veces nos afanamos y esforzamos por trabajar para brindarle a nuestros hijos un buen bienestar, estamos al pendiente de sus estudios, sus alimentos, su vestido, su recreación y todo lo que vemos que aporta a ellos para un feliz y sano crecimiento. Adicional a esto, también nuestra intención es poder dejarles una herencia material, pues queremos que cuando no podamos estar para brindarles nuestro apoyo ante cualquier situación difícil, ellos puedan contar con un recurso adicional.

Sin embargo, fácilmente olvidamos que todo tesoro terrenal o todo recurso material en cualquier momento se puede perder, pues existen muchos factores que lo pueden afectar, malas decisiones, malas personas, la misma naturaleza, etc. Es por eso que el Señor nos dice “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Mateo 6:19-21).

En este caso, el tesoro celestial que nosotros podemos hacer y que le podemos dejar de herencia a nuestros hijos, es la enseñanza de la Palabra de Dios. Dice el Proverbio “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” El mandato y la principal diligencia de los padres debe ser la de enseñar a sus hijos a confiar y a depender de Dios en todo tiempo. Lo que realmente asegurará un futuro de bienestar y no de calamidad para ellos, será el hecho de que teman a Dios y guarden sus mandamientos, pues como dice Eclesiastés 12:13 “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.”    Oración.

«Padre Celestial, gracias por la bendición de los hijos, gracias por tener cuidado de ellos y por proveerles para todas las cosas. Así mismo te clamamos por sabiduría e inteligencia para todos los padres de familia, que sean ellos ocupándose y siendo diligentes en construir esa herencia cierta y eterna en la vida de sus hijos, por Cristo tu amado Hijo, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

viernes, 8 de septiembre de 2023

Si crees, verás la gloria de Dios

 


Si crees, verás la gloria de Dios

“Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Juan 11:40.

“alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” Efesios 1:18.

La gloria de Dios, tema tan impresionante e impactante, pero que por falta de escudriñar la Escritura y pedir revelación a Dios por medio del Espíritu Santo, que mora en cada creyente y nos enseña, muchos y por mucho tiempo la desconocemos y nos perdemos la oportunidad de vivirla, disfrutarla y exaltarla.

Como creyentes en Cristo Jesús hemos adquirido por la gracia de Dios una herencia que muestra las riquezas de la gloria de Dios. Y dice la Palabra que como arras de esa herencia, es decir, como anticipo, hemos sido sellados con el Espíritu Santo (Efesios 1:13-14).

Ahora bien, la fe en Dios y en su Palabra, es la llave para ver las riquezas de su gloria. Cuando creemos, el Espíritu Santo empieza a obrar a través de nosotros y entonces nos es posible ver y reflejar las riquezas de la gloria de Dios, pues predicamos, enseñamos, sanamos, liberamos, aconsejamos, servimos, adquirimos sabiduría, ciencia y revelación; amamos, perdonamos, hacemos misericordia, tenemos paz, permanecemos en gozo, somos pacientes, amables, bondadosos, en fin, toda la gloria de Dios se empieza a manifestar.

Ciertamente en nuestra humanidad o autosuficiencia nada glorioso podemos hacer, pero cuando nos llenamos del Espíritu Santo y permitimos que Él obre a través de nosotros, permitiendo que nos dirija en todo momento, es entonces cuando vemos la gloria de Dios manifestada en nosotros y en todo aquel que cree. Así que la invitación para hoy es a que creamos y seamos llenos del Espíritu Santo, pues “Jesús le dijo: ¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40).   Oración.

«Padre de gloria, te alabamos y te bendecimos por tu gloria. Te damos gracias por alumbrar los ojos de nuestro entendimiento, darnos fe, y permitirnos comprender tus riquezas hacia nosotros. Gracias por tu Espíritu Santo en mí, gracias por Cristo Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.