jueves, 12 de marzo de 2009

PRINCIPES


En un país no muy lejano, dentro de una prisión vivía una muchacha que estaba confinada allí desde su nacimiento, por culpa de una condena caída sobre su familia.
Como es natural, la muchacha se sentía muy desgraciada viendo como su vida transcurría detrás de unas rejas y sin ninguna esperanza, ni futuro.
Pero un día, sintió revuelo por los pasillos de la prisión y se asomó a través de las rejas. -¡Que viene el Rey!, -¡Que viene el Rey!. El Rey había bajado a visitar las prisiones, y los presos daban voces.
Pronto llegó la comitiva a la altura donde se encontraba, y ella se estiraba todo lo que podía y asomaba su carita por entre los barrotes para poder verlo todo mejor.¡¡Y el Rey se para delante de su celda!!.
La muchacha miraba asombrada aquella figura majestuosa y sin embargo..., se fijó en unas señales de heridas en las palmas de sus manos y en su frente, allá por debajo de su corona.
El Rey se dirije a ella con estas palabras: -"He firmado tu libertad". Y a continuación añade: -"Además te he tomado en adopción, ahora eres mi hija,¡sígueme!".
Y dicho esto, inmediatamente los guardias abren la puerta de la celda, le quitan con mucho cuidado los grilletes y las cadenas que tenía sujetos a sus tobillos, le dan unas blancas vestiduras nuevas, y la invitan a salir de allí.
No se lo podía creer, allí caminando detrás del Rey, pasillo adelante y hacia la salida de los calabozos.
Pero poco a poco vé como la figura del Rey se iba alejado más y más, y a ella le costaba seguirle, y comenzó a temer el quedarse allí.
A todo eso, el Rey, que era consciente, se dá la vuelta y dirigiéndose a ella le dice con voz amorosa: -"¿Porqué caminas arrastrando los pies como si aún llevaras las cadenas?, Recuerda que ahora eres LIBRE y que además eres PRINCESA".

Gálatas 5,1.

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.






1 comentario:

  1. Dolors es muy emocionante esta historia, me a gustado mucho, animate y escribenos mas relatos tan buenos como este, saludos y bendiciones.

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