jueves, 19 de marzo de 2009

PADRE CELESTIAL

A mi padre celestial
en este día tan especial
le regalo esta poesía
no le ocupó su agenda
cuando tuve un problema
no andaba sino a mí corría.

Era yo huérfano en la soledad
más me hiciste rico en heredad
mediante la sangre de Jesús
si fuera poco tu favor
me enviaste un consolador
dejando este, el cielo azul.

En los recodos de mi corazón
hay un éxtasis de adoración
una explosión de alabanza
que disipa toda vanidad
es una lucha por la integridad
que me llena de fuerza y esperanza.

Era yo vagabundo espiritual
obsoleto en la vida sin ideal
triste, desamparado y perdido
con pensamientos infructuosos
quiero darte mis actos fructuosos
y mi corazón emblanquecido.

Safet Hernández

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