martes, 22 de agosto de 2023

Las riquezas de su gracia

 

Las riquezas de su gracia


“en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”, Efesios 1:7.

“para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”, Efesios 2:7.

Es fundamental entender la riqueza de lo que sucedió en la cruz, en la muerte de Cristo, su resurrección, ascensión y en habernos rescatado del pecado, perdonado y dado su Espíritu. La obra de salvación es una obra completa que determina nuestra vida presente y futura.

¿Por qué en la escritura se les llama riquezas de su gracia? No solo porque son sobreabundantes, sino porque nos las dio a nosotros como un regalo abundante e inmerecido, que llega a nosotros por medio de la fe en la persona misma de Jesús, pues en sí mismo Él es lleno de gracia y verdad, como dice Juan 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.

Nos dio de lo que tiene en abundancia, gracia y amor sin límites, no porque seamos buenos o por nuestras obras de justicia o por mérito propio; entonces somos millonarios espirituales, si es que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador. El Padre imputó a su Hijo nuestros pecados para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Cristo: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”(2 Corintios 5:21)

El hecho que tengamos las riquezas de su gracia, nos hace también responsables de administrar estas riquezas, que son espirituales, pero que trascienden y llenan todo, como lo enseña la escritura: “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).

Toda gracia es dada a nosotros para que tengamos en todas las cosas todo lo suficiente con el propósito de manifestar toda buena obra. No para nuestros fines egoístas, o ambiciones personales, sino para ¡la gloria de Dios!

Finalmente, de esto se trata cuando enseña la escritura que Jesús se hizo pobre para hacernos ricos, es una riqueza espiritual inmensa que no se compara con ninguna riqueza material, así que tenemos que reflexionar profundamente como lo declara contundentemente la Palabra de Dios: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Corintios 8:9) ¡Qué inmenso favor, qué gran riqueza tenemos hoy!   Oración.

«Padre, me has dado todo, lo has llenado todo en mi vida, me has bendecido con toda bendición espiritual por la gracia de Cristo, permíteme disfrutar y administrar estas riquezas compartiendo el evangelio a mi prójimo. En el nombre de Jesús. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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