viernes, 18 de agosto de 2023

Despojarse. Parte 3

 

Despojarse. Parte 3


“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”, Filipenses 3:7-8.

Aprendimos en el devocional anterior, que me debo despojar del viejo hombre, pero colocarme las vestiduras celestiales que ya en Cristo poseo de verdad, justicia y santidad.

Podemos ver otro ejemplo en el nuevo testamento de la aplicación de la misma actitud y sentir de Cristo en Pablo, el cual recibe su despojo total camino a Damasco y luego de su conversión escribe por el Espíritu acerca del testimonio de cómo se despojó de todo, en Filipenses 3:7-8 dice: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.

Podemos aprender de este testimonio de Pablo, que debemos perderlo todo para ganar a Cristo, pero este “ganar” no se trata de algo que merezcamos por nuestra propia bondad, sino de la renuncia al orgullo, de despojarse de aquello que esté impidiendo darle el lugar a Cristo, para que, con un corazón contrito y humillado, podamos decirle “mi Señor”. Se trata básicamente de renunciar a los tesoros materiales que anhela el corazón humano, para recibir el mayor y mejor tesoro: La gracia de Cristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo (2 Corintios 13:14).

El dueño de la creación se despoja, en pobreza, indefenso, así debe ser nuestra actitud pues si Él se despojó por nosotros, despojémonos nosotros por Él, y Él nos prosperará, y nos colocará en un lugar de prominencia, porque lo que es verdad en Cristo, se hace verdad en nosotros (Filipenses 2:5-9).

Una clave del despojo es considerar que todo se trata de Cristo, no de nosotros, no de nuestras propias obras de justicia, sino de su justicia que por la fe es colocada nos es imputada, como dice por el Espíritu el mismo Apóstol Pablo: “y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe» (Filipenses 3:9).

Podemos aprender del ejemplo de Cristo y del Apóstol Pablo, también el de muchos otros hermanos que se han despojado a sí mismos, de su orgullo y altivez para ser hallados en Cristo y experimentar verdadero reposo, verdadera confianza y caminar en la voluntad de Dios.    Oración.

«Señor Jesús, quiero ser hallado en ti, no en mi propia justicia, quita todo orgullo de mi corazón y permite que mi vida hable de ti en toda área, aún en la dificultad, para gloria de Dios Padre. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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