miércoles, 16 de agosto de 2023

Despojarse

 

 Despojarse


“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,” Filipenses 2:5-9

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,” Hebreos 12:1

Vimos en el devocional anterior que la confianza en Cristo nos permite hallar el reposo y la paz que necesita nuestro corazón; y que como consecuencia Él renueva nuestra fuerza, lo que nos permite tener la motivación suficiente para hacer su voluntad. La respuesta de por qué estamos aquí está relacionada directamente con nuestra confianza en Cristo.

Sin embargo, en nuestro diario vivir encontramos situaciones donde nos sentimos frustrados, nos sentimos con una carga pesada, pueden ser incluso situaciones normales o rutinarias que pensamos que tenemos el control y que “podemos”, pero de repente se convierten en cosas tan pesadas o complicadas que se salen de nuestro control y para poder experimentar plenamente el descanso en Cristo y dejar de estar fatigados y cargados necesitamos aplicar la llave del despojo. ¿De qué se trata despojarse?, básicamente se trata de soltar la carga.

Es tener la misma actitud que tuvo Jesús, como dice la escritura en Filipenses 2:5-9, Él se despojó a sí mismo, siendo el Rey del universo, el Señor de la creación, siendo uno con el Padre, siendo igual a Dios, por amor a nosotros se hizo siervo, se hizo un bebé que nació en un humilde pesebre y luego ofreció su vida en expiación por nuestros pecados; es el ejemplo de despojo más grande de todos. De la misma manera nosotros estamos llamados a despojarnos, a tener la misma actitud de dejar nuestra zona de confort y dejar nuestros propios deseos egoístas, a despojarnos del pasado o de cualquier otra cosa que tengamos amarrada y soltarla, para colocarnos al servicio de Dios y de nuestro prójimo. ¿Qué cosas o asuntos no hemos soltado que no le dan la gloria a Dios?

Cuando me despojo de mis cargas, de mi pasado, de mi pecado, de todo lo que se llame “yo”, entonces se encuentra la fortaleza, el ánimo y esto implica despojarme de mi autosuficiencia; mejor entender que somos “suficientes en Cristo Jesús”, es decir, no que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios (2 Corintios 3:5), porque si Él se despojó por amor a mí, yo también me puedo despojar, pues el amor no es egoísta.

Profundicemos en este hermoso principio de despojarnos a nosotros mismos tal y como lo hizo Cristo en el próximo devocional.  Oración.

«Padre, quiero tener la misma actitud de Cristo y despojarme de todo por amor, para tu servicio, dejando atrás todo pecado, todo pasado que no te da la gloria, todo pensamiento egoísta, todo peso que no me permite andar como tú quieres que yo camine. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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