martes, 18 de julio de 2023

Tres decisiones trascendentales. Parte 2

 

Tres decisiones trascendentales. Parte 2


“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”, Deuteronomio 30:19.

“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”, Josué 24:15.

Como veíamos en el devocional previo, la decisión más importante que debemos tomar como especie humana es ¿dónde pasaremos la eternidad? Y es que es la más importante porque de ella dependen no solo nuestros próximos 100 años en los más longevos, sino una eternidad completa. Viviremos la gloria eterna junto a nuestro Creador, o la muerte eterna junto a los que desprecian la gracia de Dios.

La Biblia nos da luces de cómo será nuestra vida después de morir, para los que hemos creído: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” Apocalipsis 21, 1-5; y también nos enseña cómo será nuestra vida en esta tierra: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;  sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.  Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”, Salmos 1:1–3.

Como vemos hay todo que ganar o todo que perder, creer en Jesucristo como nuestro único Salvador y conocerlo a través de una relación íntima y personal avivada por la oración y las sagradas escrituras, nos pone en el camino del éxito, aquí en la tierra y luego en la eternidad.   Oración.

«Señor Jesucristo, tú eres el camino, la verdad y la vida, el camino que quiero caminar, la verdad que quiero probar y la vida que quiero vivir hasta la eternidad. Eres el principio y el final, por quien existe y se mantiene el universo, y yo también. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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