sábado, 8 de julio de 2023

Crónicas de un pecado anunciado.

 


Crónicas de un pecado anunciado. Parte 1

“Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa”. 2 Samuel 11: 1- 4

¿No era este David el hombre conforme al corazón de Dios al que tanto hemos admirado, aquel que venció al gigante, el dulce cantor de Israel? Quien lea esto puede comprobar que, hasta los mejores hombres, se vuelven los más miserables cuando se apartan de la mano de Dios. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Romanos 3: 10 -12. Previo a la caída, David venía de una serie de victorias espirituales (Dios le había prometido un reino eterno) y militares (conquistó y sometió naciones enemigas). Pero como el que piensa estar firme, mire que no caiga. (1 Corintios 10:12). David descuidó su relación con Dios y cometió 3 grandes errores:

1. David fue negligente en sus asuntos como rey. Abandonó el servicio a Dios y empezó a servirse a sí mismo (vs 1)

2. David fue ocioso (vs 2). Una mente desocupada es el laboratorio del diablo.

3. David dio lugar a su carne y al diablo. (v. 2-4). Dejó afectar sus sentidos (los ojos), luego sus pensamientos, sus palabras y terminó cediendo a su carne. “Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Como está escrito: “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” Santiago 1:14-15.

Este fue el comienzo de una historia en la que David, si bien se arrepintió y Dios lo perdonó, tuvo que sufrir con creces las consecuencias de sus actos y ver consumado el fruto de su pecado.   Oración.

«Padre Celestial ayúdame a mantenerme en el centro de tu voluntad manteniendo una relación viva e íntima contigo a través de la oración y el servicio. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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