martes, 4 de julio de 2023

Cuestión de prioridades

 


Cuestión de prioridades

“¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos». Hageo 1: 4-5

El contexto de este versículo se desarrolla en el tiempo donde Israel había dejado de trabajar en la reconstrucción del templo de Dios después de su destrucción a manos del imperio Babilónico, este templo simbolizaba la presencia de Dios en medio de su pueblo y era lo que los hacía diferentes a todos los demás pueblos de la tierra. Los Israelitas se justificaban diciendo: “No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada”. Hageo 1: 3. Para ese entonces el pueblo estaba ocupado en resolver otras cosas “más urgentes”: Acumular riquezas, construir casas, engrandecer sus ganados, cosechar sus sembrados, relegando para después lo verdaderamente importante: su relación con Dios. Pese a todo su trabajo y esfuerzo estaba pasando algo que no podían explicar: Sembraban mucho, pero cosechan poco; comían, pero no quedaban satisfechos; bebían, pero no llegaban a saciarse; se vestían, pero no lograban abrigarse; y los trabajadores recibían su salario en saco roto (Vs 6). Historia que en nuestros días se sigue repitiendo. Nos encontramos corriendo por la vida, tratando de responder las demandas y expectativas que el mundo nos exige: dinero, fama, poder, etc. Dejamos a Dios en segundo plano y lo empezamos a poner en la lista de “cosas que debo hacer” pronto nos quedamos con muy poco que dar, se nos agota la energía y el tiempo no nos alcanza para nada.

Es por eso que hoy se escucha la misma advertencia que hace 25 siglos escucharon los israelitas por boca del profeta Hageo, llamando a hombres y mujeres a corregir sus prioridades: “¡Meditad bien sobre vuestros caminos!” Lo urgente no puede reemplazar lo más importante: Nuestra relación personal e íntima con Dios. Cuando le damos a Dios el primer lugar de nuestra vida, todas las demás cosas empiezan a cobrar sentido y valor. Dios continúa diciéndonos hoy “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová”. Busquemos a Dios con todo el corazón y podremos ver su gloria.   Oración.

«Padre Dios, quiero reconstruir mi relación contigo, no quiero nada más que poner todo mi empeño en buscarte y ponerte en el trono de mi vida. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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