miércoles, 12 de julio de 2023

Carta del Rey

 

Carta del Rey

“Si yo cerrare los cielos para


que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”, 2 Crónicas 7: 13-14

Este fragmento de la escritura hace parte del pacto que Dios hizo con el rey Salomón, hijo de David, cuando terminó la edificación del primer templo dedicado al culto y adoración al único Dios verdadero; allí reposaba el Arca del Pacto que simbolizaba la presencia de Dios mismo en medio de ellos y le daba identidad a Israel como el pueblo elegido. Después de Salomón, Dios levantó muchos reyes y líderes religiosos que apelaban a este pacto cuando Israel abandonaba los caminos de Dios y sufría las consecuencias nefastas del pecado; ellos enviaban correos o cartas con edictos que contenían esta palabra de esperanza, para que el pueblo se arrepintiera y orara dirigiendo su oración al lugar del Santuario en búsqueda de perdón y restauración. El resultado era inmediato, cuando el pueblo escuchaba, se arrepentía, oraba y buscaba a Dios de todo corazón, Dios los levantaba de donde estuvieran, los prosperaba, los juntaba y volvía a hacer de ellos una gran nación.

 

La situación mundial actual no dista de la de Israel cuando se alejaban de Dios: injusticia, desigualdad, muerte, hambre, pobreza, confusión y desesperanza. La crisis es a todo nivel y la decadencia moral cada vez es mayor; de igual manera y como sucedía con Israel, Dios sigue llamando, sigue enviando cartas, correos o devocionales escritos desde su corazón a todo aquel que se disponga a escucharlo y esté dispuesto a buscar su rostro. Dios no busca personas perfectas, sino corazones mansos y humildes que dependan de su amor e infinito poder, entonces, dice el Señor: “yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. Son tiempos difíciles, pero Dios está dispuesto a restaurarnos, a prosperarnos y a no permitir que nada nos falte si en verdad escuchamos su voz y atendemos su llamado.  Oración.

«Padre celestial, me presento ante ti con el corazón en la mano, dispuesto a dártelo para que lo restaures y lo limpies de tanta maldad. Por favor restáurame, sana todo mi ser y dame las fuerzas para permanecer en tu camino, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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