lunes, 20 de marzo de 2023

Que se conviertan ellos a ti

 

Que se conviertan ellos a ti


“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió, así como ella.” Génesis 3:1-6

Cuando leemos el relato de la caída del hombre en Génesis 3, podemos ver cómo Eva es fuertemente influenciada por la serpiente quien, en ese momento, representa a Satanás. Observamos que su modo de operar fue acercarse a ella, llamar su atención, alterando lo que Dios le había dicho, lograr una conversación con ella y en medio de esta, con su insistencia, convencerla de que Dios la había engañado. Finalmente, la mujer envuelta por la mentira de Satanás y cediendo a sus deseos carnales, decide desobedecer a su Creador.

Podemos reflexionar, entonces, acerca de la influencia que tienen los demás en nosotros. Eva no comió porque a ella se le ocurrió o porque sola tomara la decisión, no, ella fue llevada y motivada por alguien más. Como mencionamos en el devocional de ayer, no estamos para señalar o rechazar a quien todavía no comparte nuestra fe, pero debe ser claro el propósito por el cual nos relacionemos con ellos; es para que la luz de Cristo en nosotros alumbre sus vidas; para que nuestra conversación, fundamentada en la verdad de Dios, ponga en evidencia todo lo que está en oscuridad, todo lo que no es agradable al Señor; en pocas palabras, para que se conviertan ellos a nosotros y no nosotros a ellos.  Oración.

«Padre, que tu amor, la gracia de nuestro Señor y la comunión con tu Espíritu, me permitan ser tu instrumento para llevar tu verdad y así alumbrar la vida de los demás, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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