viernes, 10 de febrero de 2023

Babilonia. Parte 1

 


Babilonia. Parte 1

“Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. Entre estos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. A estos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.” Daniel 1:3-7

Jerusalén fue sitiada por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Muchos del pueblo fueron llevados cautivos al exilio, fuera de la región de sus padres. Pero el rey de Babilonia pidió para su servicio jóvenes de Israel; y para que estuvieran preparados para servirle fielmente, la estrategia requería tres cosas:

1. Cambiarles su idioma y manera de hablar (Daniel 1:4)

2. Cambiar su dieta (Daniel 1:5)

3. Cambiar su identidad (Daniel 1:7)

Con estas 3 cosas, el rey de Babilonia pretendía adueñarse de la mente y el corazón de estos jóvenes y de esta manera esclavizarlos, para poder ponerlos fielmente al servicio de una nación que no conocía ni respetaba a Dios y que además practicaba hechicería y costumbres destructivas.

Babilonia, al día de hoy, está más viva que nunca, pues representa el sistema actual de creencias e ideologías del mundo, con la cual el enemigo, el diablo, quiere atrapar a nuestra generación, ponerla a su servicio, para al final matarlos, destruirlos y robarles su vida.

Esta estrategia se repite hoy en día, se disfraza de bondad, engañando a muchos; por lo que necesitamos revelar, por medio de la Escritura y del Espíritu de Dios, la verdad, para que nuestros jóvenes y aún muchos adultos sean salvados de esta perversa generación (Hechos 2:40, Juan 14:6). En los siguientes devocionales reflexionaremos acerca de cada una de estas estrategias, para estar atentos a no caer en ellas y enseñar a otros la verdad.   Oración.

«Padre, quiero marcar diferencia en este mundo lleno de maldad, quiero ser luz en medio de la oscuridad y llevar tu verdad con amor, no participando en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendiéndolas. En el nombre de Cristo Jesús, amén   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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