jueves, 19 de septiembre de 2024

¿Qué es el hombre?

 


¿Qué es el hombre?

“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?” Salmos 8:3-4

por la grandeza de Dios manifestada en la creación): ¿Qué es el hombre para que Dios tenga de nosotros memoria y para que nos visite?

Qué bello es saber que Dios siendo Todopoderoso, teniendo todo y no necesitando nada haya querido no solo crearnos sino también demostrarnos su amor y misericordia por medio de Jesucristo (Jeremías 31:3) ¡Cuán honrado me sentí hoy cuando desperté y pensé en todo esto!

¿Por qué razón medito sobre esto? Porque puede que al igual que yo estés pasando por un tiempo de espera, en donde le has encomendado una situación difícil a Dios y estás esperando Su respuesta y mientras eso llega quizás te has visto en angustia, incluso si eres ansioso (y te gustan como a mí las respuestas rápidas) sueñas con esas situaciones todo el tiempo; pero cuando Dios me recordaba su palabra me remitía también al libro de Job en donde me enseñaba que si Él lo tenía todo bajo control y era el que había creado todo el universo sin necesidad de que nadie le instruyera, ¿por qué razón yo no descansaba y confiaba en Él sabiendo esto? (Job 38:4-41)

Es evidente que descansar en su Palabra inerrante trae reposo y alivio a nuestras almas, así que hermanos, recordemos en este día quién es nuestro Dios, descansemos y confiemos en Él pues fiel es el que nos ha prometido que siempre estará con nosotros en toda situación y será nuestro socorro.    Oración.

«Padre Dios, gracias porque sé que en cualquier situación puedo confiar en ti, gracias por tu Hijo quien nos dio tu Santo Espíritu para fortalecernos y ayudarnos a tener descanso y paz.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

¡Cuán grande es Dios!

 


¡Cuán grande es Dios!

“Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.” 1 Samuel 17:45

¿Cuántos de nosotros quisiéramos responder así a todas aquellas situaciones adversas que se ven como aquel gigante Goliat? Me atrevería a decir que muchos de nosotros quisiéramos tener la seguridad de responder como David en momentos así, pero ¿Por qué será que no lo hacemos?

Cuando meditaba en esto el Señor me remitía a la importancia de la fe, pues su Palabra dice que “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6) pero también añade que por falta de ella es que a veces no solemos enfrentar las situaciones de manera correcta (Hebreos 4:2) ¿Eso quiere decir que mi fe es muy pequeña y necesito una mayor? ¡No! Pues miremos lo que dice Mateo 17:20b “si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.” El problema no está en qué tan grande o pequeña sea nuestra fe, pues como dice el pasaje podríamos tener una fe tan pequeña como ese granito de mostaza y sería más que suficiente para ver cosas extraordinarias como la que nos revela el pasaje.

El problema está en que no tenemos fe en esos momentos cuando estamos frente a esas situaciones difíciles que parecen gigantes, pues nuestra mirada ya no la ponemos en Cristo sino en la situación, tal como le pasó a Pedro quien mientras mantenía su mirada puesta en Jesús, el autor y consumador de la fe, podía caminar sobre aguas profundas, pero una vez se fijó en lo grande de la tormenta comenzó a hundirse (Mateo 14:22-33).

La conclusión de todo este devocional la resume una frase muy conocida: “No le digas a Dios cuán grandes son tus problemas, más bien dile a tus problemas ¡Cuán grande es Dios!”, por lo cual hermanos, sea cual sea nuestra situación, tomemos las promesas que Dios nos ha dado y aferrémonos a ellas, poniendo nuestra fe en Cristo nuestro Salvador.  Oración.

«Padre Dios, gracias porque sé que siempre puedo contar contigo, gracias por tus promesas que traen fe a mi corazón, gracias porque contigo siempre soy más que vencedor en Cristo Jesús, gracias por tu grandeza pues no hay problema que sea más grande que Tú, gracias Dios por tu Palabra, amén.

martes, 17 de septiembre de 2024

Dios cuida de sus hijos

 


Dios cuida de sus hijos

“Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” Lucas 2:4-7

“Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Lucas 2:13-14

Cuando leo los acontecimientos del nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, nuestro Salvador, me sorprendo al ver las condiciones en las que nació, pues por las circunstancias del momento, es decir, por el censo que se había promulgado, José y María tuvieron que trasladarse de Galilea a Belén, pensemos en lo difícil del viaje para María que estando a punto de dar a luz, quien fue sacada de su lugar de confort y tuvo que ir a otra ciudad, y más aún pensemos que en el momento de su parto tuvo que estar en un lugar que, para la mayoría de nosotros, no sería el mejor para una mujer en estado de embarazo.

Reflexionando en esto me preguntaba porque el Padre permitió estas circunstancias en la vida de su Hijo, más cuando al conocerlo a través de su Palabra nos podemos dar cuenta de cuán pendiente y amoroso es Él, y pensaba en cómo cuando creó al hombre y lo puso en el jardín del Edén, hizo todo lo necesario para que el hombre estuviera en las mejores condiciones, toda una creación y un hermoso jardín donde pudiera el hombre vivir.

Entonces me daba cuenta que hoy en día y desde que el hombre pecó, hay muchas personas que no tienen privilegios y pasan por momentos difíciles en diferentes ámbitos de su vida, pero ahí, es donde esta porción de la Palabra de Dios debe alentarnos y avivar nuestra fe, pues a pesar de que el nacimiento de Jesús no fue con privilegios, sino más bien en circunstancias difíciles, podemos ver cómo Dios estuvo con José, María y el niño Jesús, y vemos que estaba tan pendiente que aun los ángeles del cielo celebraron el nacimiento del Salvador. De igual forma estemos seguros que como hijos de Dios sea cual sea la circunstancia, Dios el Padre cuida de nosotros.   Oración.

«Padre Dios, gracias por cuidar siempre de mí, gracias porque aunque pasen circunstancias difíciles en mi vida, tú siempre estás ahí cuidando de mí. Amén.

lunes, 16 de septiembre de 2024

Todas nuestras necesidades están suplidas en Cristo

 


Todas nuestras necesidades están suplidas en Cristo

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19

Mientras meditaba en lo que el Señor quería escribir para este devocional, venía a mi mente una canción en donde se habla de que en Jesús encontramos todo lo que necesitamos, y pensando en ésto reflexioné, ¿Qué es lo que necesitamos? De repente vinieron a mi mente todas estas necesidades, que sí quizá alguno de nosotros está afrontando en este momento, el Señor por medio de su palabra nos recuerda que todas ya han sido suplidas en Cristo Jesús:

Para el que tiene hambre y sed, el Señor dice: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.” (Juan 6:35)

Para el que está cansado, el Señor dice que Él es la fuerza (Isaías 40:29-31) “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”

Para el que está en temor, el Señor dice que Él es un alto refugio (Salmos 18:2) “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.”

Para el que está en tristeza, Él Señor dice que Sus palabras son el consuelo que nos llenan de alegría (Salmos 94:19) “En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma.”, y ésto sucede porque sólo en Su presencia hay plenitud de gozo (Salmos 16:11b)

Para el que siente que está en soledad, el Señor dice que Él es la dulce compañía que nunca abandona (Deuteronomio 31:6) “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.”, adicionalmente nos recuerda que no nos ha abandonado ni dejado huérfanos pues nos ha enviado a su Espíritu Santo (Juan 14:16-18)

Para el que necesita dirección, el Señor dice que Él es el buen Pastor que guía (Isaías 58:11) “Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.”

Como podemos observar el Señor nos da la certeza de que en Él podemos confiar (sea cual sea nuestra necesidad) pues como nuestro buen Pastor que es, en Él, nada nos faltará (Salmos 23:1)    Oración.

«Gracias Padre por darme a conocer que todas mis necesidades están suplidas en Cristo Jesús, cuando recuerdo esta palabra fiel y verdadera, mi alma se llena de alegría y mi corazón echa fuera toda angustia.

sábado, 14 de septiembre de 2024

Una vida con propósito

 

Una vida con propósito


“Jehová cumplirá su propósito en mí;” Salmos 138:8a

Muchas personas llegan al mundo y se van de él sin haber conocido y cumplido con su propósito, de hecho vemos que una de las preocupaciones más grandes del ser humano es en cuanto a no encontrar su propósito en la tierra. Cuántos de nosotros hemos escuchado a actores, cantantes, artistas que han muerto, y antes de partir, manifiestan que aunque alcanzaron todo cuanto quisieron en este mundo, eso no les hizo alcanzar su propósito. Entonces nos preguntaremos, ¿dónde encontraremos ese propósito de vida, quien nos lo revelará? Muchos piensan que se encuentra en la formación de una familia, otros en el área laboral o intelectual, pero es claro que el único que puede revelarnos: ¿cuál es nuestro propósito? es aquel que nos creó, Dios. ¿Y qué dice Él? En Isaías 43:7 nos manifiesta: “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.”, entonces encontramos aquí la respuesta a tan grande misterio, nuestro propósito es glorificar a Dios. La pregunta es: ¿Cómo lo glorifico? Jesús nos revela en Juan 15:8 que glorificamos a Dios cuando llevamos mucho fruto, así como Él lo hizo: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.” Juan 17:4. Con su ejemplo Jesús nos enseña y nos muestra lo que significa glorificar al Padre, pues Él sí que supo llevar al mundo mucho fruto, ese fruto del Espíritu Santo que nos describe en Gálatas 5:22-23, por ende es que si nosotros los creyentes queremos cumplir con nuestro propósito debemos aprender de Jesús, imitarlo, pues sólo así podremos estar satisfechos de que en este mundo habremos cumplido nuestro propósito: glorificar al Padre en todo lo que hagamos (Colosenses 3:23)   Oración.

«Padre, gracias por darme a conocer, por medio de las Escrituras, cuál es mi propósito en esta tierra. Señor si no fuera por ti estaría teniendo una vida vana, nada me satisfaría ni me llenaría, pero desde que te conocí mi vida cambió y ahora puedo decir, gracias a la revelación de tu Espíritu, que mi vida es una vida con propósito.

viernes, 13 de septiembre de 2024

El carácter del Padre en el Hijo

 

El carácter del Padre en el Hijo


“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.” Juan 12:49-50

¡Cuán bello es ver reflejado en Jesús el carácter del Padre! En el versículo de hoy vemos uno de los atributos de ese carácter de Dios, la veracidad. Por eso Jesús expresa con toda seguridad que las palabras que Él habla son verdaderas pues toda la instrucción y enseñanza que proviene del Padre, que es la que Él transmite a los demás, sólo son llenas de verdad como lo expresa Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” y como también lo afirma Apocalipsis 22:6a “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas”, y éstas palabras de Dios al ser verdaderas nos conducen a vida eterna.

Al meditar en este pasaje entendía que así como el carácter del Padre se veía reflejado en el Hijo, de la misma manera debería suceder en la vida de nosotros los creyentes, y la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Estoy reflejando el carácter del Padre en mi vida, ese carácter veraz? La respuesta la conocemos cada uno de nosotros, y a lo que nos quiere enfocar el Señor a través de este devocional es a que así como las palabras de Jesús reflejaban lo que había en su corazón (la palabra verdadera de Dios), de la misma manera debería suceder en nosotros, reflejar aún con nuestras palabras la veracidad de Dios. Para poder hacerlo, primero, debemos ser intencionales a la hora de estudiar la palabra pues ¿cómo hablaremos conforme a Su voluntad si no le conocemos? En el caso de Jesús vemos que Él hablaba solo lo que el Padre le decía que dijera y lo mismo debemos aprender nosotros. Segundo, para poder reflejar ese carácter veraz necesitamos la ayuda del Espíritu Santo de Dios pues Mateo 10:20 nos dice: “Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.”, el Espíritu Santo es el encargado de dirigirnos y encaminar nuestra vida para que hablemos conforme a lo que hemos aprendido de Dios.

En conclusión, para que el carácter de Dios se vea reflejado en nosotros sus hijos necesitamos estar en comunión con Él, permitiéndole vivir a través de nosotros.   Oración.

«Padre, yo quiero reflejar tu carácter, ese carácter perfecto, pero lo quiero hacer no para vanagloriarme sino para poder decirle a otros que tan solo lo que ven reflejado en mi vida es lo que ha hecho tu Hijo Jesús por medio de tu Espíritu.

jueves, 12 de septiembre de 2024

Jesús siempre cuenta con su Padre

 


Jesús siempre cuenta con su Padre

“Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes;” Juan 11:41b-42a

En lo personal no he sido de los que les guste mucho contar con la opinión de sus padres a la hora de tomar decisiones, por circunstancias de la vida tuve que aprender (desde temprana edad) a ser una persona “independiente”; en el mundo, cosas como éstas, se aplauden, pero ¿cuántos problemas trajo esta independencia, en particular, en mi relación con Dios? ¡Muchos! pues debo decir que sí que me costó obedecerle y dejarme direccionar por Él. ¿Por qué traigo esto a colación? Porque cuando veo la vida de Jesús, a través de la Palabra, no veo a alguien independiente al Padre ¡todo lo contrario! veo a un Jesús totalmente dependiente de Dios, pero la dependencia que veo en Él no es la que se refleja en algunas familias de hoy en día en donde el hijo no puede hacer nada por sí mismo, pues todo (tanto su padre como su madre) se lo realizan, ¡No!, en Jesús veo una dependencia correcta y equilibrada, dicha dependencia nos muestra a un Jesús contando siempre con la dirección de Su Padre, pues ese era su anhelo, y dispuesto a obedecer (por encima de su propia voluntad) la voluntad buena, agradable y perfecta de Dios, como lo manifiesta Juan 6:38 “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.”, y Lucas 22:42 “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”

Qué hermoso ver a Jesús con toda humildad diciéndole al Padre en oración, incluso antes de ir a la cruz, que aunque quisiera pasar esa copa, su mayor anhelo era seguir dependiendo de Él, obedeciendo (hasta la muerte) Su voluntad y esto debe hacernos reflexionar: ¿será que en nuestra vida diaria estamos siendo como Jesús y recurrimos en todo momento al Padre para pedir dirección, y con toda humildad, después de que hemos hallado la respuesta, salimos a cumplir Su voluntad? o ¿será que estamos siendo “independientes” a la hora de tomar decisiones y estamos cumpliendo nuestra propia voluntad?

Hermanos, el Señor hoy nos exhorta a que sigamos su ejemplo y a que aprendamos a disfrutar de lo que significa contar siempre con el Padre.  Oración.

«Señor, tú eres mi mayor referente, me has dado ejemplo para que yo pueda imitarte y has puesto en mi corazón a tu Espíritu Santo para que en este caminar yo no esté solo, pues como dice tu palabra: “Separado de ti nada puedo hacer

miércoles, 11 de septiembre de 2024

El Padre permite las pruebas

 

El Padre permite las pruebas


“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:2-4

¿Cuántos de nosotros quisiéramos aprender sobre: el amor, perdón, misericordia, paciencia, entre otras lecciones, sin necesidad de pasar por las pruebas que las generan? en nuestro pensamiento sería lo ideal, pero en el pensamiento de Dios vemos que todas estas pruebas tienen un propósito mayor en nosotros, el perfeccionarnos.

Si le preguntáramos a Pablo sobre si su deseo sería el de mantenerse en las cárceles, seguramente nos respondería que no, ¿pues quién desearía estar privado de su libertad por un delito que no cometió? Probablemente alguien como Pablo al ver lo que experimentó en ellas nos diría que, aún cuando su anhelo no fue ese de pasar por pruebas, ¡valió la pena! pues en medio de ellas pudo conocer aún más a Jesucristo: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,” Filipenses 3:8

Si Pablo es un referente en pasar pruebas, Jesús es uno mayor, pues Él tuvo que ser probado en todo, para que de igual forma, fuera perfeccionado como lo dice Hebreos 5:8-9 “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;” con esto de “perfeccionado” no quiere decir que le faltara algo en su carácter, de ninguna manera, a lo que hace referencia el pasaje es a que esas pruebas que el Señor experimentó sólo hicieron que reconfirmara su carácter de obediencia ante el Padre. El conocer esto nos permite entender que las pruebas no son malas, sino que son la oportunidad de reconfirmar la obra que Jesús ha hecho en nuestras vidas y tan solo son necesarias para ayudarnos a perfeccionar ese carácter de Cristo en nosotros.    Oración.

«Padre, llévame a ver las pruebas de manera correcta, no quiero desesperarme cuando esté en ellas, todo lo contrario, quiero confiar y descansar en ti pues sé que las has permitido tan solo para que mi vida sea perfeccionada por medio de ellas, amén.

martes, 10 de septiembre de 2024

Jesús nos da a conocer al Padre

 


Jesús nos da a conocer al Padre

“Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Lucas 11:2

Éstas palabras las manifiesta Jesús cuando uno de sus discípulos, al verlo orar constantemente, le pide que también les enseñe a ellos a hacerlo correctamente. Cuando leía éste pasaje, lo que llamaba mi atención es que el Señor en medio de su oración, nos presenta a Dios como Padre, pues vemos que aclara que no sólo Él puede llamarle de esta manera sino también todos nosotros los que hemos creído en Jesucristo, pues recordemos que la palabra de Dios nos dice que por medio de Cristo es que todos nosotros hemos sido adoptados como hijos de Dios (Juan 1:12 y Efesios 1:5;). Con estas palabras: “Padre nuestro” el Señor Jesús nos acerca más al Padre pues ¿quién no se siente en confianza al entrar en la presencia de Dios sabiendo ésto?

El conocer a Dios como Padre debe generar en nosotros confianza, mucha más de la que quizás llegaremos a experimentar con nuestros padres terrenales, pues si bien es cierto que el conocer el carácter de nuestros padres biológicos nos hace saber qué tanta confianza podríamos llegar a depositar en ellos, el conocer el carácter del Padre nos hace estar seguros de que en Él se puede (sin duda alguna) confiar, pues su carácter es inmutable. Por ello el libro de Mateo 7:11 nos menciona que si nuestros padres siendo malos, saben darnos buenas dádivas, ¿cuánto más nuestro Padre que está en los cielos nos dará buenas cosas a los que se las pidamos?

Qué hermoso es saber que nuestro Padre Celestial, así como estaba atento al clamor de Jesús, está atento al nuestro, cuán bello es entender que así como siempre escuchaba a Jesús (Juan 11:42a) nos escucha a nosotros (2 Crónicas 7:15).

Hoy a través de este devocional el Padre nos recuerda que, así como tenía una cita con Jesús todos los días ahora la tiene con nosotros, tan solo está esperando a que sigamos el ejemplo de nuestro Señor y acudamos siempre a Su llamado.   Oración.

«Padre, qué hermoso es saber que puedo llamarte de esta manera, y esto lo puedo hacer no porque lo merezca sino por la obra preciosa de tu Hijo Jesucristo en la cual he creído ¡Qué privilegiado me siento al conocer que soy tu hijo!

lunes, 9 de septiembre de 2024

Los regalos de Dios

 


Los regalos de Dios

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.”; “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.” Mateo 2:1-2,11

Al leer sobre los sabios de oriente, quienes evidentemente fueron movidos por la voluntad Divina para ir en busca del Salvador de la humanidad, meditaba del porqué habían sido enviados y porqué llevaban aquellos presentes: oro, incienso y mirra. Entonces Dios me llevaba a darme cuenta que al igual que José y María, quienes fueron tomados por sorpresa con aquella visita que era enviada por Él, nosotros los creyentes, también somos muchas veces sorprendidos con enviados de Dios que están siendo guiados por la voluntad Divina para entregarnos grandes tesoros como a hijos de Dios.

Por ejemplo, pensemos cuán afortunados hemos sido al haber tenido a alguien que nos entregara ese tesoro que es la Palabra de Dios, alguien que guiado por Dios nos enseñara esas verdades contenidas en la Biblia, que son las que generan fe, que como dice 1 Pedro 1:7 es mucho más preciosa que el oro; también podemos traer a memoria a aquellas personas que con su ejemplo nos enseñan a orar apoyándonos en el Espíritu Santo para que Él transforme nuestra oración y la lleve al Padre como olor fragante, como incienso agradable a Dios como dice el Salmo 141:1-2 y Romanos 8:26; o recordemos a aquellos predicadores que al compartirnos acerca de la obra de Cristo nos llevan al evangelio para que el Espíritu Santo nos revele el valor y la trascendencia de la muerte y resurrección de Cristo para que podamos entender que como aquel regalo de la mirra a nosotros se nos da el regalo de tener la revelación de que Jesucristo es Dios, el Salvador, como dice Romanos 1:16 y 1 Corintios 2:10.

Hermanos estemos agradecidos con Dios, pues con nosotros los creyentes, sus hijos, hace lo mismo que hizo con su Hijo Jesús, envía personas que traen a nuestras vidas esos tesoros para ayudarnos a crecer en nuestra formación espiritual.    Oración.

«Padre Dios, gracias por aquellas personas que has enviado a mi vida con esos grandes tesoros que hoy me permiten ser más como tú, gracias por tu Palabra que produce fe en mí, gracias por la oración que me permite tener comunión en el Espíritu contigo y gracias por la predicación por medio de la cual me has revelado la obra de tu Hijo en la cruz, te pido, bendice a cada persona que lleva estos regalos de parte tuya y permíteme ser uno de ellos. Amén.

domingo, 8 de septiembre de 2024

De tal palo, tal astilla

 


De tal palo, tal astilla

 “Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día;… trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.“ 2 Timoteo 1:3,5

¿Cuántos de nosotros hemos escuchado dichos populares como: “De tal palo, tal astilla” o “hijo de tigre sale pintado”? Seguramente muchos de nosotros las habremos oído en alguna ocasión, y cuando lo hemos hecho entendemos que a lo que hacen referencia es al parecido, ya sea físico o personal, que tiene un hijo con sus padres. Si en la Biblia tuviéramos que encontrar este tipo de ejemplo podríamos mencionar a 2 personas: Primero, a Timoteo, pues en él vemos reflejado (desde pequeño) la fe de su abuela Loida y de su madre Eunice como nos lo dice 2 Timoteo 1:5; y segundo y más importante, a nuestro Señor Jesús, pues en cada paso que dio reflejó el carácter de Su Padre, tanto así que Él mismo lo manifestó en Juan 14:9-10: “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.”

Cuando reflexionaba en esto me daba cuenta de la importancia de lo que le enseñamos a nuestros hijos, pues en Timoteo vemos, que esa dedicación que había tenido tanto su abuela como su madre, en instruirlo en el camino del Señor seguían dando fruto años más tarde, tanto así que personas como Pablo podían notar esa fe no fingida. En el caso de nuestro Señor, al ser instruido por Dios, vemos cómo otras personas podían sentir admiración al escuchar sus enseñanzas, pues todo esto lo hacía con autoridad, coherencia e integridad (Marcos 1:22)

En conclusión podemos entender a través de este devocional que si Timoteo aprendió a tener fe en Dios gracias a la estrecha relación que tenía con su madre y con su abuela, quienes le enseñaron la palabra de Dios, nosotros también podemos aprender, pero por medio de nuestra relación con Cristo, a reflejar su carácter para que así nos puedan decir: “de tal palo, tal astilla” (Efesios 4:13)    Oración.

«Señor yo quiero reflejar tu carácter a donde quiera que vaya, pues soy consciente de que he sido enseñada por ti y que si hay a alguien a quien debo parecerme en forma de pensar, sentir y actuar es a ti. Llévame a profundizar en mi relación contigo, a conocerte más y a dejar obrar a tu Espíritu Santo en mí, te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

sábado, 7 de septiembre de 2024

Las dádivas de Dios son por gracia

 Las dádivas de Dios son por gracia

“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen.” Lucas 1:46-50

En este cántico de María podemos ver cómo exalta al Señor por ese regalo inmerecido que ha recibido, el llevar en su vientre al Salvador. Cuando leía esta porción recordaba cómo de esta misma manera (por gracia) son las dádivas que recibimos de parte de Dios. Cuán hermoso es saber que todo lo que se nos ha dado: Salvación, perdón de pecados, vida eterna, entre muchas otras cosas más, ha sido por voluntad de Dios, un regalo de su parte. En una ocasión leí en un nivel bíblico que: “Cuando nacemos físicamente no somos conscientes de muchas cosas que se nos brindan como: nombre de familia, amor, cuidado y protección.” dicho libro añadía que ésto mismo sucede cuando nacemos espiritualmente, pues en este nuevo nacimiento somos hechos hijos de Dios, y de la misma manera recibimos: vida eterna, perdón de pecados, el amor de Dios, una herencia divina, y la protección del Padre, cosas que quizás en un inicio no comprendemos de qué tratan, pero que de igual manera las tenemos (las entendamos o no) solo por gracia de Dios. Estas cosas que Dios nos ha dado, explicaba el mismo autor, que Dios nos las otorga no con base en sus emociones, sino con base en Su Palabra inconmovible como lo dice Números 23:19, por eso reiteramos lo maravilloso que es nuestro Padre Dios.

Cuando pensamos en las dádivas de Dios es imposible no traer a nuestra mente la palabra Gracia, pues todo esto que recibimos proviene de esta manera, y es que es tan importante esta palabra que alrededor de la biblia la podemos encontrar más de 150 veces aproximadamente, por ello hoy que Dios nos recuerda que todo lo que se nos ha dado ha sido por Su gracia, elevemos (al igual que Mareía) un cántico de exaltación al Señor pues ha derramado de su abundante gracia en nosotros por amor (Efesios 1:3-14).   Oración.

«Padre tu gracia es sublime y ¿cómo no he de alabarte por ello? Has perdonado mis pecados aun cuando no lo merecía, me has amado de tal manera que me has prolongado tu misericordia, y sé que todo esto y mucho más lo he obtenido por gracia. Esta gracia sé que ha llegado a mí por la obra tan preciosa que tu Hijo Jesús hizo en la cruz, por esto y mucho más te doy ¡Gracias Señor!


viernes, 6 de septiembre de 2024

Coherencia en mi creencia

 


Coherencia en mi creencia

“Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.” Lucas 2:39-42

En estos versículos del evangelio de Lucas podemos encontrar aproximadamente 12 años que muestra la infancia de Jesús, y lo que podemos observar en ellos es el papel fundamental que tuvieron José y María en la crianza del niño Jesús.

Después del nacimiento de Jesús sus padres cumplieron con lo establecido en la ley, mostrando en sus vidas una coherencia entre su creencia y su vivencia. Dios el Padre les había encargado una gran responsabilidad, y ellos fielmente empezaban a ejercer su rol de padres enseñándole al niño con sus actos la Palabra de Dios.

Es maravilloso darnos cuenta que después que el evangelio de Lucas menciona que José y María habían cumplido con todo lo prescrito en la ley, se nos diga que el niño crecía y se fortalecía y se llenaba de sabiduría, y que la gracia de Dios era sobre él, pues sabemos que la sabiduría que proviene de lo alto está contenida en las escrituras, dándonos a entender que de igual manera como ellos cumplían los rituales de la ley, también le enseñaban la Palabra de Dios a su amado Hijo, y todo el favor de Dios estaba sobre la vida del niño.

Durante estos doce años podemos ver que José y María mostraron coherencia entre su vivencia y su creencia, dejándonos una gran enseñanza para poner en práctica en nuestras vidas, a los que son Padres o que alguna vez lo serán nos insta a que nuestros actos sean el reflejo de nuestra fe en Jesucristo, para que así nuestros hijos no vean contradicciones entre lo que predicamos y lo que practicamos

Pero independientemente si somos padres o no, estos pasajes bíblicos nos impulsan como creyentes a pedirle al Espíritu Santo su ayuda, para que nuestro carácter sea igual que el de Cristo, y por lo tanto tengamos coherencia entre nuestra creencia y nuestra vivencia.   Oración.

«Padre Dios, te pido que la gracia del Señor Jesucristo y el poder de tu Santo Espíritu me lleven a formar el carácter de Cristo en mi vida, quiero que haya coherencia entre mi creencia y mi vivencia, pues como creyente mi anhelo es poder ser un reflector de tu gran amor. Amén.

jueves, 5 de septiembre de 2024

Cuida tus enojos

 


Cuida tus enojos

“La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto su ofensa”

Todos nos enojamos por diversos motivos.

Hay ira que nos lleva a hacerles bien a otros, como cuando nos enojamos al ver alguna injusticia. Por ejemplo, la ira justa de Jesús llevó a la purificación del templo (Juan 2:13-20). Comerciantes se habían apoderado del templo reservado para la adoración y la ocupaban para vender animales para el sacrificio. El Señor Jesús los echó y restauró el lugar a su uso original.

La ira también puede desencadenar una serie de circunstancias negativas que rápidamente se van fuera de control. Decimos palabras que lastiman a otros. Por tanto, necesitamos ayuda con el enojo y debemos evitar la compañía de aquellos que influyen negativamente y convertirnos en personas crónicamente enojadas. La Biblia dice: “No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos, no sea que aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma”.

Evalúa tus propias actitudes y palabras. Santiago nos dice: Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

Podemos experimentar la ira sin dejar que se convierta en pecado o permitir que traiga consecuencias negativas. La Biblia dice: Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. Tratar con la ira el mismo día en que surge sirve como elemento prudente tanto para evitar los resultados adversos que nuestra ira puede causar como para poner freno a la actividad del diablo en nuestra vida.

Siga las instrucciones de Dios, use los principios bíblicos para vencer el enojo dañino en su vida. La blanda respuesta quita la ira; más la palabra áspera hace subir la ira. Oración.

Amado Padre, gracias por tu amor, por tu misericordia por tu fidelidad y por la provisión diaria en mi vida. Hoy coloco en tu altar todo lo que produce ira en mí, aleja toda mala palabra con la cual pueda hacer daño a los demás, que de mí solo salgan palabras sabias, anhelo ser como dice tu palabra pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. Amen.

miércoles, 4 de septiembre de 2024

Convertíos a Dios de todo tu corazón

 

Convertíos a Dios de todo tu corazón


“Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.”, Joel 2:12

“Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.”, Joel 2:13

El hombre, alejado de Dios, es arrastrado por las corrientes del mundo que solo lo conducen a la búsqueda de la satisfacción de los deseos de la carne, que son vanidad, y que cada vez lo atraen más y más hasta conducirlo a la esclavitud, la destrucción y la muerte porque el propósito de satanás en el mundo es hurtar, matar y destruir y al hombre, en las garras del maligno, solo le queda una esperanza, convertirse a Dios de todo su corazón y esa conversión muchas veces implica ayuno y lloro y lamento porque satanás lucha con todas sus fuerzas para no dejar que sus esclavos se aparten de él.

Convertirnos a Dios de todo nuestro corazón implica recibir a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador personal, entregarle el trono de nuestro corazón y de nuestra vida y rendirnos a Él para que real y verdaderamente sea en nuestro ser y en nuestra vida, nuestro Señor, nuestro Dios, nuestro Rey, nuestro todo.

Cuando el hombre en su angustia y desesperación, rasga su corazón y arrepentido de su maldad, de su iniquidad y de sus rebeliones clama a Dios; Él que es misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, que se duele del castigo del hombre necio, contumaz y rebelde, porque es un Dios de Amor, quien dice que habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por 99 justos que no necesitan arrepentimiento. (Lucas 15:7)

Nosotros, convertidos de corazón y conocedores de la gran misericordia de Dios con la cual nos sustenta día tras día en todos los tiempos, momentos y circunstancias de nuestra vida; llamados somos a andar en fidelidad a Él, honrando y glorificando su Santo, Santo, Santo nombre, todos los días de esta vida que en su amor y en su misericordia nos permite vivir. Oración.

«Amado Padre, Señor y Dios nuestro, de todo mi corazón me allego ante tu santa presencia y clamo a ti para que perdones todos mis pecados, culpas e iniquidades y los pecados las culpas y las iniquidades de esta humanidad que alejada de ti se debate en la angustia y la desesperanza que producen la violencia, la maldad, la injusticia, la inequidad, la corrupción, la avaricia y el vicio, que dominan al mundo; para que en tu misericordia, que hace que te duelas de nuestro castigo, tengas compasión, perdones nuestros pecados y sanes nuestra tierra y nos des vida y paz. Amén.

martes, 3 de septiembre de 2024

La creación y la paternidad de Dios

 


La creación y la paternidad de Dios

“Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer;” Génesis 2:8-9a

Qué hermoso ver a Dios desde el inicio de la creación preparando todo lo necesario para poner al hombre en este lugar tan especial (el Edén, el paraíso); esto me recuerda al tiempo de preparación en el que una pareja de esposos se dispone a recibir a su hijito en lo dulce de su morada, al querer lo mejor para él, preparan su cuarto para que esté cómodo, compran la ropa y demás implementos con tal de que no le haga falta nada. Cuán bello es pensar que lo mismo hizo Dios con nosotros, preparó todo lo necesario para que estuviéramos bien, y aunque Su anhelo siempre fue el mejor, lastimosamente a causa de nuestra desobediencia (que nos llevó a cometer pecado) esos propósitos divinos se vieron afectados en nosotros, pues comenzamos a experimentar enfermedades, muerte, y una separación en nuestra relación con Dios, cosas que no hacían parte del propósito del Señor.

Al pensar en esto y ver que ese propósito de Dios (de que nos mantuviéramos en esa santidad y obediencia al Señor) se afectó, me llevaba a entender el dolor que el Padre experimentó, pues aunque había creado lo mejor para nosotros y nos quería conducir hacia ello, quisimos tomar nuestra propia decisión, basándonos no en la voluntad de Dios sino en nuestra propia opinión. Si eres padre o madre entenderás de qué estamos hablando, pues seguramente también habrás experimentado este dolor, al ver que aunque le has tratado de inculcar y dar lo mejor a tus hijos para que actúen conforme a ello, ellos han determinado hacer su propia voluntad, seguramente te habrá dolido ver los malos resultados que todas estas malas decisiones les habrán ocasionado.

Queridos hermanos lo que el Señor anhela es que: primero, reconozcamos que Dios siempre ha querido lo mejor para nosotros, como su palabra lo manifiesta en Isaías 55:8-9, y segundo, retornemos a ese diseño original en donde Dios nos instruye y nosotros con total certeza y confianza le obedecemos pues su Espíritu Santo nos lleva a entender que Su voluntad, como buen Padre que es, siempre será buena, agradable y perfecta.  Oración.

«Padre, me has dado cosas que no merezco, como tu amor, protección, perdón, entre muchas otras más, y esto solo comprueba lo hermoso de tu carácter, pues como el buen Padre que eres no me pagas conforme mi iniquidad sino conforme a lo grande de tu misericordia. Gracias Padre por amarme de tal manera, amén.

lunes, 2 de septiembre de 2024

La superabundante gracia de Dios en nosotros

 


La superabundante gracia de Dios en nosotros

 “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;” 2 Corintios 9:8

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19

La superabundante gracia de Dios en nosotros, es un hecho que ha de ser manifestado tal y como lo recibimos, en toda su plenitud, cubriendo todas las áreas de nuestra vida.

En razón de dar y recibir, la gracia de Dios es, una vez más, esa buena dádiva y ese don perfecto que recibimos gratuitamente, y en este sentido, el Señor nos enseña que, el propósito o el fin por el cual Él hace que tengamos en todas las cosas todo lo suficiente, es para que nosotros también abundemos en toda buena obra.

Realmente, como lo dice Filipenses 4:19, la fuente de toda nuestra provisión o lo que hace que Dios supla todo lo que nos falta, no es la excelencia de nuestro trabajo ni nuestras muchas capacidades, sino que son, las riquezas en gloria en Cristo Jesús de las cuales somos herederos por medio de la fe en Él.

Entonces, sabiendo y reconociendo nosotros que el poder es de Dios, para hacer que abunde en nuestra vida toda gracia, lo que sucede es que movidos y guiados por el Espíritu Santo, nos disponemos también para dar, y no con tristeza ni por necesidad, sino con alegría y generosidad, pues Dios ama al dador alegre (2 Corintios 9:7).

Y para aquellos que contribuimos en la ministración para los santos, es decir, en el servicio o la ayuda para quienes trabajan en la obra del Señor, nos es dada su promesa en 2 Corintios 9:10 que dice “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,” De manera que, como dice 2 Corintios 9:15 “¡Gracias a Dios por su don inefable!”  Oración.

«Bendito Dios, gracias por la gracia que haces sobreabundar en mi vida, haciéndome estar preparado para toda buena obra con alegría y generosidad. Gracias porque sé que es la gloria de tu gracia en Jesucristo la que suple todo lo que me falta, y por ello mi corazón no solo abunda en acciones de gracias, sino también en generosas contribuciones para tu obra, gracias Señor, amén.