lunes, 23 de septiembre de 2024

El tiempo perfecto de Dios

 


El tiempo perfecto de Dios

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Eclesiastés 3:1

Cuán difícil le resulta al ser humano esperar, pues el mundo actual nos ha acostumbrado a que la mayoría de las cosas las podemos tener inmediatamente.

Hoy en día buscamos: comidas rápidas, preparaciones pre cocidas o domicilios (para mayor agilidad) con tal de no invertir mucho tiempo en la cocina, esto en cuestión de comida, pero ¿qué tal al momento de necesitar una información? basta sólo con dirigirnos a internet para encontrar de manera rápida la respuesta a una inquietud que tengamos. Lastimosamente estas modalidades nos han hecho un gran mal pues pensamos que de la misma manera funciona Dios, creemos que Él debería responder a nuestras peticiones hoy mismo, que nos debería dar esa solución que necesitamos ahora (en el tiempo en el que lo pedimos), sin embargo, vemos que las cosas no siempre funcionan así pues la respuesta de Dios llega, pero en el momento en el que Él lo considere oportuno. Para nuestro gusto y personalidad controladora diríamos que, algunas veces, esa respuesta podría llegar “un poco tarde” pues quisiéramos con anticipación tener un cronograma con el día, fecha y hora en que las cosas pasarán para así estar “preparados”, sin embargo, cuando recurrimos a la Palabra de Dios nos damos cuenta de que los tiempos de Dios son perfectos y que sus caminos y pensamientos, siempre son y serán, más altos que los nuestros (Isaías 55:8-9)

Cuál es la manera correcta de reaccionar ante la espera? Como lo manifestó el Salmista, la respuesta está en: ESPERAR PACIENTEMENTE (Salmos 40:1-4a), además de confiar y descansar en Dios y Su palabra inerrante, pues como lo manifiestan las Escrituras: “todo tiene su tiempo y todo tiene su hora”, de nada sirve afanarse, angustiarse y desesperarse como dice Mateo 6:27 “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?”

Hermanos, pidamos a Dios que por medio de su Espíritu Santo podamos desarrollar esa paciencia que necesitamos en tiempos de espera.  Oración.

«Padre, tu tiempo es perfecto y aunque no lo entiendo por completo sé que todo lo que permites que pase en mi vida me ayuda para bien. Ayúdame a confiar en ti mientras llega esa respuesta que estoy esperando, amén.

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