martes, 24 de septiembre de 2024

Sala de urgencias.

 


Sala de urgencias.                                         “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;  Pruébame y conoce mis pensamientos;” Salmos 139:23

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.” Salmos 51:10

¿Alguna vez hemos tenido que ir a una sala de urgencias? Seguramente sí, y cuando lo hemos hecho hemos encontrado que las personas que acuden a ese lugar lo hacen porque su dolor ya no es soportable, quizás por descuido lo han dejado avanzar, o en otras ocasiones, han pensado que simplemente pasará, sin embargo, ésto no es así y terminan yendo a urgencias porque no aguantan más. Cuando pensaba en ésto, el Señor, por medio de su Espíritu Santo me revelaba que, espiritualmente puede que nos esté pasando de manera similar, pues sólo recurrimos a Dios cuando ya estamos en urgencias, por ejemplo, cuando hemos tomado una mala decisión y las consecuencias de nuestros actos han llegado. Qué triste es pensar que sólo recurrimos a Dios cuando estamos en un estado de urgencia, lo que me hacía reflexionar: ¿Cuán diferente sería nuestra vida si nos mantuviéramos realizando chequeos permanentes? Así como quizás muchos de nosotros lo hacemos en cuestiones de salud, pues recurrimos al médico con tiempo para hacer exámenes de rutina y verificar que todo esté en orden, ¿Qué pasaría si hiciéramos esto mismo en nuestra área espiritual, si recurriéramos constantemente a Dios, en oración, para pedirle que nos examine y vea si en nosotros hay algo que está mal? Con seguridad el Señor nos daría a conocer la respuesta e inmediatamente nos impulsaría a tomar acciones correctivas para que eso que nos está afectando no avance, sino que sea sanado y quitado de nuestra vida.

Hermanos, la conclusión de este devocional es que no esperemos estar en una condición de urgencia espiritual cuando podemos, en todo momento, entrar a la Presencia de Dios para ser examinados y direccionados por el camino correcto.  Oración.

«Padre, qué privilegio es saber y entender que puedo recurrir a ti en todo tiempo. Espíritu Santo, tú que pones el querer como el hacer en mí, llévame a orar sin importar la situación que esté pasando, si mis emociones lo quieren o no, llévame a ser constante y perseverante en este principio de permanecer en comunión diaria con Dios. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario