sábado, 7 de septiembre de 2024

Las dádivas de Dios son por gracia

 Las dádivas de Dios son por gracia

“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen.” Lucas 1:46-50

En este cántico de María podemos ver cómo exalta al Señor por ese regalo inmerecido que ha recibido, el llevar en su vientre al Salvador. Cuando leía esta porción recordaba cómo de esta misma manera (por gracia) son las dádivas que recibimos de parte de Dios. Cuán hermoso es saber que todo lo que se nos ha dado: Salvación, perdón de pecados, vida eterna, entre muchas otras cosas más, ha sido por voluntad de Dios, un regalo de su parte. En una ocasión leí en un nivel bíblico que: “Cuando nacemos físicamente no somos conscientes de muchas cosas que se nos brindan como: nombre de familia, amor, cuidado y protección.” dicho libro añadía que ésto mismo sucede cuando nacemos espiritualmente, pues en este nuevo nacimiento somos hechos hijos de Dios, y de la misma manera recibimos: vida eterna, perdón de pecados, el amor de Dios, una herencia divina, y la protección del Padre, cosas que quizás en un inicio no comprendemos de qué tratan, pero que de igual manera las tenemos (las entendamos o no) solo por gracia de Dios. Estas cosas que Dios nos ha dado, explicaba el mismo autor, que Dios nos las otorga no con base en sus emociones, sino con base en Su Palabra inconmovible como lo dice Números 23:19, por eso reiteramos lo maravilloso que es nuestro Padre Dios.

Cuando pensamos en las dádivas de Dios es imposible no traer a nuestra mente la palabra Gracia, pues todo esto que recibimos proviene de esta manera, y es que es tan importante esta palabra que alrededor de la biblia la podemos encontrar más de 150 veces aproximadamente, por ello hoy que Dios nos recuerda que todo lo que se nos ha dado ha sido por Su gracia, elevemos (al igual que Mareía) un cántico de exaltación al Señor pues ha derramado de su abundante gracia en nosotros por amor (Efesios 1:3-14).   Oración.

«Padre tu gracia es sublime y ¿cómo no he de alabarte por ello? Has perdonado mis pecados aun cuando no lo merecía, me has amado de tal manera que me has prolongado tu misericordia, y sé que todo esto y mucho más lo he obtenido por gracia. Esta gracia sé que ha llegado a mí por la obra tan preciosa que tu Hijo Jesús hizo en la cruz, por esto y mucho más te doy ¡Gracias Señor!


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