viernes, 13 de septiembre de 2024

El carácter del Padre en el Hijo

 

El carácter del Padre en el Hijo


“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.” Juan 12:49-50

¡Cuán bello es ver reflejado en Jesús el carácter del Padre! En el versículo de hoy vemos uno de los atributos de ese carácter de Dios, la veracidad. Por eso Jesús expresa con toda seguridad que las palabras que Él habla son verdaderas pues toda la instrucción y enseñanza que proviene del Padre, que es la que Él transmite a los demás, sólo son llenas de verdad como lo expresa Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” y como también lo afirma Apocalipsis 22:6a “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas”, y éstas palabras de Dios al ser verdaderas nos conducen a vida eterna.

Al meditar en este pasaje entendía que así como el carácter del Padre se veía reflejado en el Hijo, de la misma manera debería suceder en la vida de nosotros los creyentes, y la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Estoy reflejando el carácter del Padre en mi vida, ese carácter veraz? La respuesta la conocemos cada uno de nosotros, y a lo que nos quiere enfocar el Señor a través de este devocional es a que así como las palabras de Jesús reflejaban lo que había en su corazón (la palabra verdadera de Dios), de la misma manera debería suceder en nosotros, reflejar aún con nuestras palabras la veracidad de Dios. Para poder hacerlo, primero, debemos ser intencionales a la hora de estudiar la palabra pues ¿cómo hablaremos conforme a Su voluntad si no le conocemos? En el caso de Jesús vemos que Él hablaba solo lo que el Padre le decía que dijera y lo mismo debemos aprender nosotros. Segundo, para poder reflejar ese carácter veraz necesitamos la ayuda del Espíritu Santo de Dios pues Mateo 10:20 nos dice: “Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.”, el Espíritu Santo es el encargado de dirigirnos y encaminar nuestra vida para que hablemos conforme a lo que hemos aprendido de Dios.

En conclusión, para que el carácter de Dios se vea reflejado en nosotros sus hijos necesitamos estar en comunión con Él, permitiéndole vivir a través de nosotros.   Oración.

«Padre, yo quiero reflejar tu carácter, ese carácter perfecto, pero lo quiero hacer no para vanagloriarme sino para poder decirle a otros que tan solo lo que ven reflejado en mi vida es lo que ha hecho tu Hijo Jesús por medio de tu Espíritu.

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