miércoles, 28 de agosto de 2024

La gracia de Dios que me capacita

 

La gracia de Dios que me capacita


“Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.” Juan 1:16

“Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia;” 1 Corintios 1:4-5

Nosotros, los hijos de Dios por la fe en Jesucristo y que hemos sido hechos testigos y ministros del Señor, verdaderamente no hemos sido elegidos por nuestras grandes dotes o capacidades, sino que realmente ha sido un llamado que por el favor inmerecido de Dios hemos recibido; por cierto, la Escritura en 1 Corintios 1:26-29 revela “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.”

Por lo cual, la Escritura enseña que es por la gracia de Dios que nos ha sido dada en Cristo Jesús, que hemos sido enriquecidos en Él, en toda palabra y ciencia, de manera que nada nos falta en ningún don, porque es Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios (1 Corintios 1:4-7, 24).

De manera que si tú, eres de los que aún no ha tomado la decisión de servir a Dios y aceptar ese llamado de gracia de ser un testigo fiel del Señor donde quiera que estés y donde quiera que vayas, y todo porque crees que no estás lo suficientemente preparado para tan grande y privilegiada obra, el Señor hoy te está llamando a que pierdas toda confianza y dependencia de ti mismo y a que experimentes cómo en medio de nuestra comunión con Él, por su gracia somos directamente enseñados por su Espíritu Santo en toda sabiduría e inteligencia espiritual, porque “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.” (1 Corintios 2:9).  Oración.

«Padre Dios, gracias por amarme tanto y tener misericordia de mí; gracias por permitirme descansar en ti, y rebosar de gracia mi vida entera; te alabo y te bendigo porque siempre en intimidad contigo encuentro la gracia que necesito, eres bueno, eres fiel, gracias Señor, amén.

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