domingo, 30 de abril de 2023

El Espíritu y la esposa dicen: ven

 

El Espíritu y la esposa dicen: ven


“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. 2 Timoteo 4:8

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. Apocalipsis 22:17

¿Cuánto anhelamos la venida de Cristo?

Pablo con certeza dice que ya tiene reservada la corona de justicia, que el Señor no sólo le dará a él, sino a todo aquel que ama su venida. Pablo en la medida que se acercaba al final de su vida pudo decir con seguridad que fue fiel a su llamado y que sabía que sería premiado por Cristo, ¿será que poseemos la misma seguridad y expectativa de Pablo de encontrarnos con Cristo?

La recompensa celestial no es sólo para los gigantes de la fe, como Pablo, sino también para todos aquellos que esperan con ansias la segunda venida de Cristo. Pablo dijo estas palabras para animar a Timoteo en primera instancia, pero también a nosotros; de que no importa cuán difícil parezca la batalla de la fe, hay que seguir peleando. Descubriremos, cuando estemos con Cristo, que todo valió la pena.

Por eso debemos como iglesia, esposa de Cristo, estar alertas y preparados para su segunda venida, con nuestras lámparas llenas de aceite, que es la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Mateo 25: 1-13, es una invitación a preparar el corazón de la iglesia para recibir a Jesús en su regreso y estar siempre listos como las vírgenes prudentes. Es un llamado a la santidad, a la consagración y a la comunión con Dios, en estos tiempos de oscuridad que estamos viviendo. Como las vírgenes prudentes debemos tener las lámparas encendidas, porque la iglesia debe brillar en medio de la oscuridad de este mundo.

El clímax del apocalipsis es un llamado evangélico, dirigido a aquellos que aún permanecen afuera, tanto el Espíritu y la esposa (la iglesia) ofrecen la invitación. La invitación a venir, es efectiva mientras la iglesia es aún la novia comprometida, como también “ven” es la oración del Espíritu y de los creyentes en respuesta a la promesa de Cristo que dice que viene pronto, Apocalipsis 22:7. Tenemos que oír con gozo el anuncio de Cristo y poder decir “ven Señor Jesús”.

Tanto el Espíritu Santo como la Esposa, la iglesia, extienden la invitación a todo el mundo para que vengan a Jesucristo a calmar su sed, y tomen del agua de la vida gratuitamente, una vez más es entender que la salvación es por gracia, es un regalo para todo aquel que quiera. Por eso, no podemos dejar de anunciar el mensaje a todas las almas sedientas para que acudan a Jesús; si hemos sido hallados para Cristo, debemos hallar a otros para Él. Recordemos Juan 6:35 “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.

Es nuestro deseo como iglesia que cada uno que oiga o lea estas palabras, desee de inmediato aceptar la invitación de gracia y recibir a Jesucristo en su corazón.   Oración.

«Señor Jesucristo, cuánto amo tu venida, mi anhelo es encontrarme contigo cara a cara, por eso permíteme pelear la buena batalla de la fe y así como Pablo, tener la seguridad que algún día estaré contigo en el cielo disfrutando de tu plenitud, mientras tanto prepara nuestro corazón para tu regreso, lléname de tu Santo Espíritu para que mi lámpara esté encendida; y que pueda decir a otros “vengan” y tomen del agua de la vida gratuitamente, en Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.   

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