viernes, 21 de abril de 2023

Tan comprometidos como Jesús. Parte 2

 

Tan comprometidos como Jesús. Parte 2


“Aconteció que, estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud”. Lucas 5:1-3.

Escuchar la Palabra de Dios por medio de Jesús transformó la vida de Simón. Este hombre es una parábola viviente, su nombre significaba junquillo, pajita, algo inestable, incrédulo, una caña frágil; pero Simón apartó la barca de la orilla para que Jesús entrara y la usara como púlpito y transmitiera su mensaje. Este acto de apartar la barca de la orilla es un paralelo de apartar nuestra vida del mundo y permitir a Jesús que entre en nosotros y asuma el control de nuestro ser. Fue cambiado su nombre por Pedro que significa roca, algo firme y fuerte.

Igual que Pedro el Señor puede moldear nuestra vida de tal manera que podamos ser otras personas a la imagen de Cristo. Por eso, nadie puede señalarnos, nadie tiene derecho a llamarnos Simones, excepto nuestro alfarero, porque somos vasos de barro dentro de los cuales hay un tesoro, que es Cristo; como dice: 2 Corintios 4:7. Hoy el Señor quiere dirigirse especialmente a aquellos que se han identificado con Simón, que se sienten frágiles e inestables, pero que han prestado su barca, o sea su vida para que Dios los use y ser transformados en instrumentos de bendición para otros.

El Señor nos ruega que apartemos nuestra barca de la orilla, o sea del mundo, la mediocridad, el conformismo, la lógica, para que, a través de ella, o sea de nuestra vida Él pueda enseñar a la multitud. Ese apartar es también ser santos apartados para Él. Necesitamos limpiar las redes, vaciarnos de la suciedad de nuestro corazón que hemos acumulado por el pecado y el mundo, para poder dar fruto, reconociendo nuestra debilidad e incapacidad de hacer cualquier cosa para Él en nuestras fuerzas. Necesitamos su ayuda dice Lucas 5:4-5, “Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red”.

Pedro y sus compañeros no habían pescado nada, así es cuando nos sentimos estancados, cuando no vemos resultados, cuando hemos estado tanto tiempo quietos que necesitamos de su ayuda. “En su Palabra echaremos la red”, significa entonces, actuar en fe incluso en medio de nuestras circunstancias de frustración, cansancio y ansiedad. Cuando Jesús da la orden se recoge una pesca abundante. El Señor en medio de las circunstancias difíciles nos pide ir contra la corriente de este mundo, y echar la red para pescar, ir contra el “no se puede”, “no es posible”, “no sé hacerlo”, etc.

Pedro no sólo atrapó una gran pesca, sino que captó y entendió la visión de lo que Jesús podía hacer con su vida. Tres años después predicó un sermón en que tres mil personas se convirtieron en un mismo día, estableció los cimientos de la iglesia primitiva porque hizo que muchos profesaran el nombre de Jesús.

No veremos totalmente desarrollado nuestro potencial hasta que no confiemos plenamente en lo que Él es capaz de hacer a través de nosotros y hasta que no obedezcamos a su Palabra independientemente de nuestra situación. Hay que profundizar en el conocimiento de Dios, para poder ser instrumentos y ganar muchas almas para Él. Sin bogar mar adentro es imposible, no podemos quedarnos en la orilla, necesitamos apartarnos del mundo y conocerle, arrojarnos sin temor en las profundidades de su presencia, en una relación de intimidad y sinceridad, activando nuestra fe con su Palabra para que así veamos resultados.

Lucas 5:11 “Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron”. ¿Estamos decididos a seguirle y conquistar este mundo perdido para Él? ¿Estamos dispuestos a estar tan comprometidos como Cristo?   Oración.

«Señor Jesucristo, tú me escogiste para que no siguiera siendo un débil Simón, sino para ser una roca firme, instrumento de bendición para esta humanidad, llamado a nadar en contra de la corriente de ese mundo; por eso, necesito entrega total, renuncia, compromiso y obediencia absoluta a ti. Examina oh Dios mi corazón y muéstrame qué cosas están atándome a la orilla de este mundo. Quiero bogar mar adentro en tu presencia, en tu conocimiento y en una relación de intimidad y sinceridad, para que mi fe crezca y pueda seguirte sin vacilación. En Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.   

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