martes, 25 de abril de 2023

El Sermón de Abel. Parte 2

 

El Sermón de Abel. Parte 2


“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. Hebreos 11:4

“A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”. Hebreos 12:24

Ayer se nos enseñaba que la fe verdadera se acerca a Dios mediante el sacrificio correcto: Jesucristo. Hoy la fe de Abel nos enseña que Dios declara justo a todo aquel que se acerca a Él confiando en la ofrenda que Él proveyó.

Hebreos 11:4 nos dice también “por lo cual alcanzó testimonio de que era justo”. Abel fue justificado por presentar la ofrenda que Dios le pidió, en ese entonces un sacrificio de sangre, de un animal muerto sobre el altar.

Ahora somos justificados por la fe en la ofrenda que Cristo presentó por nosotros, su propia vida. Romanos 5:1-2 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. Es por medio de nuestro Señor Jesucristo, no por medio de nuestras obras que somos justos.

Ser justificados, significa que Dios toma nuestra maldad y nuestras transgresiones y las quita de nosotros y nos vuelve a traer a una relación de justicia con Él, porque tomó nuestros pecados y los puso sobre Cristo y ante Él somos declarados personas justas por medio de Jesucristo. ¿Estamos viviendo en paz con Dios o todavía creemos que tenemos que hacer algo más por nuestra salvación? Examinemonos. Ya Jesús nos dio la victoria en la cruz. Recordemos Romanos 5:9 dice: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”.

Hebreos 11:4b dice: “dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. Aun después de tantas décadas la fe de Abel aún predica. La fe de los mártires de la iglesia aún sigue predicándonos. Por último, se nos enseña que la verdadera fe no puede ser silenciada.

La verdadera fe todavía habla, habla aún después de la muerte de aquel que tenía fe. Después de milenios, el testimonio de Abel todavía nos enseña, y hoy el sermón de Abel nos predica “creer en Cristo”, el sacrificio perfecto. Es una fe verdadera porque se ha preservado en el tiempo, porque la verdadera fe no puede ser callada. Estamos viviendo tiempos donde muchos movimientos políticos e ideologías humanas están tratando de callar la fe cristiana. Pero miremos lo que dice 1 Pedro 1:25 “Más la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada”.

Si la Palabra de Dios permanece para siempre, el fruto de la Palabra de Dios, que es la fe también debe permanecer, Romanos 10:17. Si queremos dejar un legado que quede para siempre pongamos nuestra fe en Cristo, es lo mejor que podemos heredarles a nuestros hijos. Esa fe va a hablar para siempre porque la Palabra de Dios que despierta verdadera fe, no puede ser silenciada.

Hoy por medio de la fe hay que seguir predicando y debemos dejar un legado a las generaciones futuras porque creímos en el sacrificio de Cristo y fuimos justificados por fe. Nuestra fe debe predicar hasta la eternidad, entonces no tengamos miedo del futuro porque hemos confiado en aquel que nos dejó su mensaje de salvación para que podamos compartirlo.  Oración.

«Amado Señor, Gracias por haberme declarado justo por medio de la fe en tu sacrificio perfecto en la cruz. Tu Palabra en hebreos 11:6 me dices: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan”. Que mi fe siga hablando por generaciones, no puedo silenciarla porque tu Palabra permanece para siempre y está implantada en mi corazón. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.   

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