jueves, 10 de septiembre de 2020

Predestinados, llamados, justificados y glorificados

 

Predestinados, llamados, justificados y glorificados

“Y a los que predestinó, a éstos


también llamó: y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.” Romanos 8:30

Por la misericordia de Dios, conforme a su palabra, hemos sido predestinados, “según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el amado, en quien tenemos redención, por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” (Efesios 1:4-7) “En Él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.” (Efesios 1:11)

 

A los predestinados también los llamó y ese llamamiento de Dios es irrevocable: “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.” (Romanos 11:29) El llamamiento lo hace por medio del evangelio para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo (2 Tesalonicenses 2:14) “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.” (hebreos 9:15)

Y a los que llamó, a estos también justificó. “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” (Efesios 2: 1-3) “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (1 Corintios 6:11)

Y a los que justificó a estos también glorificó. “Pero Dios que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracias sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.” (Efesios 2: 4-7)

Por tanto, en la misericordia de Dios y por la gracia en Cristo Jesús, somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciemos las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a la luz admirable. (1 Pedro 2:9)   Oración.

«Padre nuestro que estás en los cielos, honor, honra y gloria solo para ti Señor; gracias te damos amado Padre porque, en tu amor y misericordia, nos escogiste antes de la fundación del mundo para ser adoptados como hijos tuyos en Cristo Jesús, nos llamaste a tus caminos y nos justificaste y glorificaste; rescataste del hoyo nuestra vida, nos limpiaste de todas nuestras inmundicias y nos pusiste en los lugares celestiales. Te adoramos, te alabamos, bendecimos tu nombre, Señor, por tu gran misericordia para con nosotros. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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