miércoles, 31 de julio de 2024

Hermanos

 


Hermanos

“y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,”, Efesios 3:9-11

“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”, 1 Juan 4:7

La iglesia fue un misterio que estuvo oculto en el antiguo testamento, solo se vislumbraba algún tipo o modelo de las cosas venideras, pero se reveló plenamente el día de pentecostés donde el Espíritu Santo vino, por fe en Cristo, sobre cada creyente (Hechos 2:2-4).

Ese día fuimos sumergidos en Cristo, unidos a Cristo y se cumple lo de Efesios 4:5-7:“un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”.

Y esto es maravilloso, ya no somos uno solo, sino que ahora por el poder de Dios aunque conservamos nuestra individualidad, somos una familia espiritual que vive en comunión. Por tanto, estamos llamados a edificarnos mutuamente, a perdonarnos y amarnos como Cristo primero lo hizo con nosotros, también llamados a animarnos y a crecer espiritualmente (1 Tesalonicenses 5:11, Efesios 4:16), es decir, este crecimiento en el conocimiento de Cristo no es solo un proceso individual sino que se experimenta plenamente en comunidad. Juntos crecemos, separados nos estancamos.

Entonces la iglesia tiene el propósito de revelar a Cristo, en sus actos y sobre todo en el amor que se muestran entre hermanos. Por esto no dejemos de congregarnos, busquemos de manera intencional crecer en una congregación de sana doctrina, donde aprendemos la Palabra de Dios y crecemos en el amor al vivir como hermanos, como dice Salmos 133:1 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía!   Oración.

«Padre, me has colocado como parte de la iglesia, para crecer en el conocimiento de Cristo y colocar en práctica la comunión, con la cual llevaremos juntos el amor de Cristo a todo el mundo. En el nombre de Jesús, amén.

martes, 30 de julio de 2024

El Hijo del hombre

 


El Hijo del hombre

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;”, Filipenses 2:5-7

“como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”, Mateo 20:28

Jesús se hacía llamar “el Hijo del Hombre”, haciendo clara referencia con la profecía acerca del Mesías esperado por Israel (Daniel 7:13-14). Pero también corresponde al hecho de que se identifica con la raza humana que viene a salvar, siendo el postrer Adán (1 Corintios 15:45)

Jesús era totalmente Dios, pero también era un ser humano (Juan 1:1,14). Se despoja de sí mismo y toma forma de siervo para morir por nuestros pecados. Por esta razón es nuestro ejemplo perfecto pues al despojarse se somete en total dependencia a su Padre y guiado por el Espíritu Santo, en total obediencia, esto lo demuestra su necesidad de orar constantemente y hacer la voluntad del Padre: “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.” (Juan 5:19)

Orar y hacer, para darnos ejemplo de vida como lo enseña a sus discípulos: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.” (Juan 13:15)

Todo el que cree en él debe creer lo que dice 1 Juan 4:2: “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios” y luego de creer es llamado a como hijo obediente, siguiendo el ejemplo de Jesús, ya no viva para sí mismo, sino para aquel que murió y resucitó por él, haciendo la voluntad del Padre (2 Corintios 5:15).

Así como Él se identificó con la raza humana, nosotros estamos llamados a seguir su ejemplo orando y obedeciendo al Padre, lo podemos hacer porque así como el Espíritu Santo vino sobre Jesús, ha venido a morar sobre cada uno de nosotros para guiarnos en todas las cosas. El se hizo hijo del hombre, para que nosotros fuéramos hijos de Dios.   Oración.

«Amado Padre, vengo a ti sabiendo que soy débil pero que por la fe soy sumergido en Cristo, son lavados mis pecados y ahora lo que es verdad en Cristo es verdad en mí, para tu gloria y honra. En el nombre de Jesús y con la guía de tu Espíritu. Amén.

lunes, 29 de julio de 2024

El reposo en Cristo

 


El reposo en Cristo

“Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.”, Hebreos 4:9-11

Dios prometió a Israel un reposo en la tierra de Canaán, la Tierra Prometida, donde encontrarían paz, estabilidad y descanso de sus enemigos. Haciendo el paralelismo con el nuevo pacto (nuevo testamento), a los creyentes se les promete un reposo eterno en Cristo, que implica paz y descanso para el alma. (Deuteronomio 12:9-10, Hebreos 4:1-3).

Sin embargo el reposo en Canaán estaba condicionado a la obediencia y fe del pueblo de Israel. En contraste el reposo en Cristo requiere fe en Él y su obra redentora. (Deuteronomio 28:1-2, Hebreos 4:2-3).

Pero hay algo que relaciona o tiene coincidencia perfecta entre el pueblo de Israel y la generación actual frente al tema del reposo; la incredulidad del pueblo de Israel les impidió entrar en el reposo prometido en Canaán y la incredulidad también impide a las personas entrar en el reposo que ofrece Cristo. (Hebreos 3:18-19, Hebreos 4:6-7)

Josué finalmente llevó al pueblo de Israel a entrar en la Tierra Prometida, pero no logró el descanso completo. Jesús, en cambio, cuyo nombre es el equivalente griego de Josué, provee un reposo perfecto y completo para los creyentes. ( Josué 21:43-45, Hebreos 4:8-10)

Así como Cristo fue nuestro libertador, también es nuestro reposo pues nos da descanso y victoria sobre nuestros enemigos: la carne, el diablo y el mundo.   Oración.

«Señor Jesús, en ti puedo descansar hoy mi Señor, porque diste tu vida por mí y resucitaste para darme la victoria sobre los enemigos del alma que me tenían atrapado al pecado y a una vida sin sentido. Gracias Padre, por enviar a tu Hijo a buscarme. Amén

domingo, 28 de julio de 2024

¿A QUÉ SABE LA PALABRA DE DIOS?


 ¿A QUÉ SABE LA PALABRA DE DIOS?

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”, hebreos 4:12

“Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.” Colosenses 4:5-6

Cuando no hemos probado un plato delicioso, del cual nos hablan, ¿cómo vamos a conocer su verdadero sabor? O si lo hemos probado, pero hace tiempo no lo hacemos, ¿sólo nos conformaríamos con recordarlo? Por supuesto que no, queremos probarlo realmente, disfrutarlo, hasta quedar saciados.

Así mismo, lo maravilloso de la Palabra de Dios va más allá de que esté escrita en un libro; lo especial es que se revela a cada uno de nosotros por medio de nuestra vida. Cada vivencia propia en la Palabra muestra que nuestra fe es real. Cuando experimentamos lo que Dios es y Dios hace, es real en nuestra vida, nos vamos a sentir gozosos y los demás lo van a notar.

De nada sirve tener la Biblia abierta y colocada en el centro de nuestra sala. Sólo es útil si está guardada en nuestro corazón. Leerla como un rito o costumbre, o por una penitencia que busca el favor de Dios no servirá de nada. Ella funciona cuando la estudiamos profundamente y la obedecemos.

Cuando experimentamos lo que cada principio, enseñanza y promesa hace en todas las áreas de nuestra vida; cuando observamos que empezamos a tener paciencia, a tener gozo y paz, cuando nuestras relaciones con los demás empiezan a cambiar, cuando examinamos nuestro corazón y vemos que actuamos como el nuevo hombre que ha sido liberado por Cristo, entonces la Palabra se hace viva y eficaz.

Hermano, Dios quiere revelar su poder, su gloria y amor, por medio de nuestras vidas, así que nos está llamando a que volvamos a la Palabra de Dios, la escudriñemos y la coloquemos en práctica; Él anhela que la experimentemos en nosotros mismos, que probemos su sabor. Ella tiene un sabor especial y extraordinario para cada uno de nosotros.  Oración.

"Señor, que tu Palabra sea manifestada en mi vida, que cada principio que tú me enseñas se haga evidente en mi carácter, que mi fe sea la prueba más sólida de que tú existes y tu amor sea expresado a los demás por medio de mi vida. Amén.  

sábado, 27 de julio de 2024

¿A quién te pareces?

 ¿A quién te pareces?

“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Juan 1:14

“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Gálatas 5:22-23

Hoy en día hay una generación que está pendiente de la apariencia más que de la esencia; sus redes sociales están llenas de fotos buscando muchos likes y su aprobación depende de lo que los demás digan de ellos. Su estima se mide con los parámetros de este mundo, buscando modelos humanos aparentemente perfectos, pero ninguno lo es. Dios quiere que le demos prioridad a la esencia, lo que hay realmente dentro de nuestro corazón, ya que la apariencia debe venir como resultado de la esencia.

Jesús es el único que nos puede mostrar una vida perfecta, porque lo fue en todo el sentido de la palabra y se nos insta a alcanzar su perfección, que nada tiene que ver con lo físico, sino con lo espiritual, o sea, la esencia misma de Dios. Efesios 4:13 nos dice: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

Si hemos de imitar a alguien es a Dios mismo, como lo expresa Pablo en Efesios 5:1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados”. Para ello, tenemos que andar en amor; Efesios 5:2 dice: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”. La esencia misma de Dios es amor; 1 Juan 4:8 dice: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”.

Nuestra esencia es eterna, porque es lo que somos realmente en Cristo Jesús. ¿Cuántos aparentan ser cristianos? Jesús lo dijo claramente: “Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:20-21).

La palabra, en 2 Timoteo 3:2-4, nos describe cómo es el carácter de los hombres de los últimos tiempos: “Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”. Como vemos, son personas que aman más la apariencia que la esencia.

La esencia tiene que ver con la profundidad en Cristo, para conocerlo y formar su carácter en nosotros y ser llenos de amor, humildad, gracia y verdad. Por eso es tan importante conectarnos con la fuente espiritual correcta; dice 1 Corintios 6:17 “Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él”. Debemos dejar que el Espíritu Santo haga su obra en nosotros, limpiándonos y santificándonos, para que seamos transformados a la imagen de Cristo.   Oración.

«Amado Padre, anhelo tu presencia cada día, dame de tu esencia a través de tu Santo Espíritu, para poder ser como tu Hijo Jesucristo; que su carácter sea formado en mí y poder así estar lleno de fruto, de gracia y verdad para influenciar este mundo caído. En el Nombre de Jesús, amén. 

 

viernes, 26 de julio de 2024

El evangelio del reino de Dios.

 


El evangelio del reino de Dios.

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”, Marcos 1:14-15

El reino de este mundo te empuja a enfocarte en ti mismo, a buscar felicidad en el tener, a perder tu tiempo en cosas que no vas a poderte llevar cuando mueras, a desgastar toda tu fuerza en buscar tesoros que perecen y finalmente son inútiles (Mateo 6:19-21)

El reino de Dios es el lugar donde perfectamente se reflejan el carácter y los valores de Dios, es un lugar donde hay justicia, porque Dios es justo. Es un lugar donde hay amor, porque Dios es amor, es un lugar que refleja lo que Dios es y lo que Dios hace. Es el lugar donde está el gobierno de Dios y allí hay luz, compasión, paz y toda virtud porque es Él mismo quien gobierna. Ese lugar donde Dios quiere establecer primero su gobierno es esencialmente nuestro corazón.

Por esto la oración del Padre nuestro dice “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”, Mateo 6:10, observemos que no es llévanos a tu reino, sino que tu reino venga a nosotros.

En el reino de los cielos no hay ansiedad, dolor, tristeza, desesperanza o amargura, entonces así como en el cielo donde no hay este tipo de cosas, venga a mi corazón, a mi mente a todo mi ser la paz de Dios: “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.”, (Romanos 14:17)

Lo mejor del reino de Dios es que hay un Rey que primero dio su vida por ti, que primero se hizo siervo para que tú no tuvieras que ir a esa cruz y ahora fueses libre. Y de manera extraordinaria, ahora vive en ti por medio de su Espíritu, entonces su presencia está disponible en todo momento para ti, mediante la oración puedes hablar con el Rey sin sacar cita previa, ni intermediarios.   Oración.

«Padre, Santificado sea tu nombre, venga a mi corazón tu reino de justicia, paz y gozo en el Espíritu, venga a mi vida también el amor, la sanidad integral que solo puede traer el Rey de Reyes, en el nombre de Jesús, mi Señor y Salvador, amén.

jueves, 25 de julio de 2024

El reino de Dios está dentro de ti

 

El reino de Dios está dentro de ti


“Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.”, Isaías 32:17

“Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado”, Juan 11:42

El reino de Dios está dentro de cada creyente, porque somos el lugar de adoración para Dios, donde adoramos en Espíritu y verdad. En palabras cortas y contundentes: El reino de Dios es Cristo reinando en nuestro corazón.

El Santo Espíritu de Dios en nosotros trae paz interior verdadera, pero esta paz solo pudo venir de una manera: fruto de una justicia realizada por Dios en Cristo: «Justificados, pues, por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,» (Romanos 5:1).

Pero incluso ya habiendo recibido la paz interior, muchas veces por los afanes, por nuestra tendencia al pecado, perdemos la paz, aunque no perdemos su Espíritu, dejamos de experimentar el gozo y la paz interior y debemos recuperarla con urgencia ¿cómo recuperamos esta paz interior? La clave es la fe en Cristo y la fe la colocamos en acción para reencontrarnos con esa paz, en la oración.

Pero esta oración debe ser como Cristo nos enseñó, pues él no se dejó robar la paz en ninguna situación. Recordemos cuando Jairo lo fue a buscar urgente porque su hija murió, también la mujer del flujo de Sangre salió al encuentro en ese momento y la multitud le apretaba pero el Señor no perdió la paz. Tampoco se dejó robar la paz cuando le cuentan que su gran amigo Lázaro había muerto (Marcos 5:24-25, Juan 11:21-22). Dios ya le había revelado su propósito con toda situación ¿y en qué momento se lo reveló? la respuesta es que antes de empezar el día tan ajetreado Jesús oraba en la mañana: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”, (Marcos 1:35). Así nosotros, reflejando a Cristo, cada mañana y en cualquier momento, en oración, buscamos esa paz para fortalecernos en el hombre interior por su Espíritu, para que podamos enfrentar toda situación en esa paz verdadera que sólo Cristo nos da pues él mismo prometió darnos su paz: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27)   Oración.

«Padre, en Cristo está mi paz y por lo tanto el reino de Dios ha venido a mi vida, esa paz indecible que supera todo entendimiento que guarda mi corazón y mis pensamientos, por eso entrego toda preocupación, ansiedad o cualquier situación en tus manos, en el nombre de Jesús, amén.

miércoles, 24 de julio de 2024

¿Dónde está el reino de Dios?

 

¿Dónde está el reino de Dios?


“porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.”, Romanos 14:17

Como lo revela el versículo de hoy, el reino de Dios no se trata de lo exterior, ni de cosas o posesiones materiales. Tampoco se trata de un reino de riquezas relacionadas al lujo o al tener, se trata de un estado del ser: justicia, paz interior y gozo verdadero, que cuando aceptamos a Cristo podemos experimentar, porque el Señor coloca en nosotros su tesoro, el amor de Dios en nuestro corazón, un río de agua viva, un manantial que no para y refresca nuestro ser: su Espíritu Santo.

Jesús explicó esta verdad en el encuentro con la Samaritana: “Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre” (Juan 4:21). No se trataba entonces de un lugar sagrado externo, sino de un lugar sagrado interior, porque en ese lugar iba a morar por medio de la fe en él, El Santo Espíritu de Dios trayendo paz interior verdadera, fruto de una justicia realizada por Dios: “Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre” (Isaías 32:17).

La justicia que ejecutó sobre su Hijo, que pagó el precio por nuestras almas, “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,” (Colosenses 2:14), esa acta de decretos eran las deudas que producían las demandas justas de la ley, por esto cargábamos con un peso, una culpa que nos llevaba a sentirnos vacíos, llenos de incertidumbre, pero Jesús pagó el precio de nuestra paz (Isaías 53:5). Por esto cuando le entregamos nuestra vida a Cristo, el reino de Dios viene a nosotros, y somos ese lugar de adoración y culto al Dios Altísimo, cumpliendo así: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 4:23-24)

Así que concluimos que el Reino de Dios y su justicia, está dentro de cada uno de los que hemos creído en Cristo.    Oración.

«Padre, muchos hablan de ti, pero pocos quieren que tú reines en su corazón y en toda su vida, no aceptan tu reino y tu verdad, pero por tu gracia he comprendido que tú eres mi mayor riqueza y me diste la paz por medio de Cristo para disfrutar de un reino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

martes, 23 de julio de 2024

CÁRCELES EMOCIONALES.

 


CÁRCELES EMOCIONALES.

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos”, Lucas 4:18

Tal vez muchos no están en una prisión física, pero sí encerrados en conflictos emocionales que los mantienen atrapados en su mente.

Incluso hay personas que físicamente han ido a parar a una cárcel por algún delito cometido o incluso por injusticia, y han encontrado allí la libertad cuando han escuchado y creído en la Palabra de Dios.

Porque la Palabra de Dios, cuando la aceptamos, tiene un primer efecto y es el de liberar nuestra mente de la opresión de la mentira, que causa confusión y altera nuestra forma de actuar. La mentira nos lleva a estar cautivos de nuestras emociones, porque creerle implica no estar atento a escuchar la guía del Espíritu de Dios, pues Jesús nos prometió que Él nos guiaría a toda verdad.

¿Hay alguna opresión en tu vida que te lleva a sentirte sin salida, atrapado en sí mismo o en los problemas? Evalúa lo que es verdad en cada situación, analizando todo frente a lo que dice la Biblia y llevando el pensamiento a la obediencia a Cristo. A través de su Palabra encontramos libertad y paz para nuestro pensamiento, pues no se trata de que no tengamos ningún problema o de que se terminen inmediatamente, sino que Dios nos da la fuerza para resistir, la sabiduría para resolver y la libertad a través de su Palabra.  Oración.

"Gracias mi Señor porque me has dado libertad en mi mente, porque tu verdad revelada nos conduce hacia sendas de justicia y amor, porque donde está tu Espíritu, allí hay libertad. Amén.

lunes, 22 de julio de 2024

El misterio.

 


El misterio.

“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

Dios fue manifestado en carne,

Justificado en el Espíritu,

Visto de los ángeles,

Predicado a los gentiles,

Creído en el mundo,

Recibido arriba en gloria.”, 1 Timoteo 3:16

“el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,”, Colosenses 1:26-27

Los seres humanos somos curiosos por naturaleza, nos intriga entender o descubrir algún misterio, sin embargo hay un misterio que va mucho más allá de nuestra curiosidad intelectual y que tiene que ver con nuestra vida presente y con la vida eterna.

Este misterio trata acerca del plan de Dios para la salvación de la humanidad y fue revelándose de manera progresiva y sorprendente. Los profetas hablaban de un Salvador, de un siervo sufriente y de un rey eterno, pero no alcanzaban a observar el panorama completo y fue sorprendente cuando ocurrió la encarnación del Salvador, su muerte y su resurrección. Este misterio se trataba de la primera venida de Cristo. (Isaías 9:6-7, Isaías 53)

Esto es, que todos los que creen en él tienen vida eterna, pero lo más sorprendente de este misterio es que él viene a habitar en el corazón de cada uno de los que creen en él, como garantía de esta promesa de salvación, mediante el Espíritu de Dios.

Entonces, cada creyente se vuelve parte de su iglesia y por lo tanto un testigo de su nacimiento, vida, muerte y resurrección. Pues a la iglesia se le confió el revelar este misterio y anunciarlo a toda la humanidad (1 Timoteo 3:9-10, Romanos 16:25-26)

Un misterio revelado que transforma la vida del que cree. Sí, solo por la fe, pero la evidencia de haber creído, en el Dios que vive en ti, es anunciar a otros esta verdad reflejando el carácter de Cristo: su amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio. (Gálatas 5:22-23)     Oración.

«Gracias Padre porque has revelado los misterios de tu salvación y bondad a los que como niños recibimos tu buena noticia, a los que andábamos perdidos y sedientos, sin esperanza, pero enviaste tu Palabra y nos rescataste, nos hiciste tuyos y derramaste tu amor en nuestro corazón. En el nombre de Jesús. Amén.

domingo, 21 de julio de 2024

DECÍDETE POR CRISTO

 DECÍDETE POR CRISTO

"Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe", Efesios 2:4-9

La vida sin Cristo es incierta, porque se vive en pecados y transgresiones, aquí la palabra pecado es “hamartía”, una palabra de caza que significa errar en el blanco. El pecado es el fracaso en el intento de alcanzar una meta en la vida, esto sucede porque tenemos una concepción errada de lo que es el pecado. Para la mayoría de las personas pecado es solamente robar, matar, mentir, adulterar, etc., pero esas realmente son consecuencias del pecado. La Biblia describe el pecado como estar “separados de Dios”, sin tener en cuenta al Señor para ningún asunto de nuestra vida; no tener una relación de comunión con nuestro Creador. Eso es el pecado que nos lleva a actuar solo como creemos y pensamos.

Transgresión viene del griego “paróptóma” que significa resbalón o caída. Se usa para una persona que se equivoca en el camino y que cada vez se aleja más de lo que era su destino; una persona que transita por caminos peligrosos cada vez más lejos de la verdad. La pregunta es ¿Estamos caminando por el camino correcto, el que nos lleva a alcanzar la meta? O estamos caminando muertos en vida como Pablo describe a aquellos que están sin Cristo alejados de la vida de Dios.

El efecto del pecado es mortal, el pecado mata la inocencia, que una vez perdida no se puede recuperar. El pecado mata los ideales, cuando ya lo hemos hecho tantas veces que ya no sentimos remordimiento y cada pecado hace más fácil el siguiente y nos lleva a perder el propósito de vivir. El pecado mata también la voluntad cuando nos entregamos a un placer que no podemos evitar, porque una vez que algo se convierte en hábito crea la necesidad y cuando permitimos que nos domine un hábito nos volvemos esclavos de él.

Necesitamos que el Espíritu de Dios nos ayude en nuestra debilidad y renueve nuestra mente para poder batallar con nuestra carne. Sabemos que Dios perdona nuestro pecado, pero también entendemos que sus efectos nocivos permanecen y quedan cicatrices difíciles de borrar.

Cuando vivimos la vida de acuerdo con los valores de este mundo y no renovando nuestro entendimiento con el conocimiento de Cristo a través de su Palabra será difícil ser libre. El Señor dice en Juan 8:32 “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. La Verdad es Cristo y lo asevera en Juan 14:6 dice: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. El destino de todo ser humano es retornar a Dios.

Decidámonos por Cristo, si queremos vida debemos vivir como dice Romanos 8:6 “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”. El Espíritu Santo es el único que puede regenerarnos, no es por nuestros propios esfuerzos sino por su poder que nos ayuda a vivir nuestra nueva naturaleza espiritual cuando dependemos de Él, busquemos estar siempre en comunión con Dios. Oración.

"Señor Jesucristo gracias por haberme rescatado de mi vana manera de vivir, ayúdame a no satisfacer los deseos de mi carne que me conducen a frustración y muerte, sino que me ocupe de vivir en el Espíritu, con una comunión verdadera y continua contigo para poder experimentar la vida abundante, tu gozo y tu paz. Amén.

 

sábado, 20 de julio de 2024

La gracia sobreabundó.

 


La gracia sobreabundó.

“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos” Romanos 5:17-19

No es un hecho menor, que ahora todos los creyentes estemos bajo la gracia de Dios. No solo es tiempo de gracia, sino que estamos en la gracia de Cristo, esto es determinante, inmensamente importante, pero aún no entendemos la magnitud de la gracia.

Por esto, la manera de entender la magnitud e importancia de la gracia es precisamente entendiendo su propósito y contraste con la ley:

“Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;” (Romanos 5:20).

Podemos saber que la ley muestra con claridad o expone nuestra pecaminosidad, debido a nuestra naturaleza carnal, esto lo expone de manera brillante el apóstol Pablo por el Espíritu Santo en todo el capítulo 7 de Romanos, pero podemos extraer un versículo para denotar el sentido más puro de esta revelación: “¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado” (Romanos 7:13-14)

La ley expone el pecado, quita toda falsedad e hipocresía y condena al hombre por su transgresión, pero no puede redimir al pecador. La ley comprueba que aunque tenga buenas intenciones de hacer el bien, soy empujado a hacer el mal que no quiero, incluso me puedo deleitar en la ley de Dios y eso no garantiza que haga lo bueno, mis miembros se revelan y hacen lo contrario a la ley santa y al mandamiento santo, justo y bueno.

Cuando pierdo toda esperanza en mí, soy llevado como única manera de escape a Cristo pues: “De manera que la ley ha sido nuestro hayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.” (Gálatas 3:24).

Continuaremos mañana reflexionando profundamente sobre la gracia de Dios.    Oración.

«Padre cuán grande amor nos mostraste en Cristo, por gracia soy salvo mediante la fe, no había nada bueno en mí, pero tú viniste a rescatarme de una vida vacía y en esclavitud del pecado, ahora tengo un nuevo corazón para vivir agradándote, reflejando a Cristo, por el poder de tu Espíritu. Amén.

viernes, 19 de julio de 2024

ANDAMOS POR FE, NO POR VISTA

 ANDAMOS POR FE, NO POR VISTA

"no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.", 2 Corintios 4:18

"Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.", Romanos 8:24-25

En la historia de Noé, de Abraham, de Moisés y de muchos hombres usados por Dios en sus propósitos, hay una característica particular que debemos aprender: Ellos confiaron en Dios, acerca de cosas que aún no habían sido vistas.

Dios les declaró las cosas que habían de suceder, aunque en ese tiempo, todo a su alrededor, es decir lo que podían mirar, dijera lo contrario. En el tiempo de Noé, se burlaban de él, no creyeron en su testimonio para salvación de su vida.

Abraham confió en que recibiría una tierra prometida y una descendencia numerosa, obedeció para salir al lugar que había de recibir por herencia; y salió sin saber a dónde iba, aunque era imposible que a su edad su esposa tuviera un hijo, él confío en esa promesa, y a su tiempo fue hecha realidad. (hebreos 11:7).

Por la fe obedecemos cosas que incluso no vemos, pero que tenemos la certeza que van a llegar, que indefectiblemente se cumplirán. Estas cosas que están escritas en la Palabra de Dios son las que debemos obedecer, aunque las circunstancias externas muestren lo contrario, pues son más reales que la vida misma, por eso aguardamos con paciencia, su cumplimiento.

Aprendamos de estos hombres de fe que confiaron en Dios, que no podían mirar la promesa, pero a su tiempo la recibieron. Si confiamos en sus promesas invisibles, en el eterno poder del Señor, seremos usados para impactar a toda nuestra familia, nuestra nación y este mundo.   Oración.

"Señor, tus promesas me guardan, me dan una esperanza que no defrauda, que se cumplirá en su tiempo exacto, pues tú tienes en tu mano el control de mi vida. Amén. 

 

jueves, 18 de julio de 2024

Atalayas de nuestra familia

 Atalayas de nuestra familia

“Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.” Ezequiel 3:18-19

Ya sea en el colegio, universidad, trabajo o en nuestra familia, si hemos creído verdaderamente en Jesucristo, en aquel que nos lavó de nuestros pecados y nos dio vida eterna, estamos llamados a ser los atalayas, a evitar que perezcan nuestros conocidos, amigos o nuestra familia por falta de conocimiento de la palabra de Dios (Oseas 4:6).

Este conocimiento nos enseña que si hemos creído en el Señor Jesucristo seremos salvos nosotros y nuestra familia, si les compartimos la buena noticia de salvación, como lo hicieron con nosotros, y si ellos creen en nuestro anuncio (Hechos 16:31, hebreos 4:2).

Debemos insistirles a nuestros seres queridos, porque el tiempo de su segunda venida ya se acerca, y la mejor manera de mostrarles que Cristo habita en nuestro interior es amarlos, perdonando todo y buscando restaurar las relaciones rotas. El mismo amor y misericordia que Cristo nos dio a nosotros debemos proyectarlo a ellos, dando de gracia lo que hemos recibido de gracia, (la gracia es el favor inmerecido de Dios) (Mateo 10:8).

Que no nos quede en nuestra conciencia que pudiendo haberles enseñado el evangelio y demostrado todo el amor que hemos recibido, lo hayamos hecho a cuenta gotas o, peor, que no lo hayamos hecho. Perder a un ser querido es muy doloroso, pero mucho más terrible es que muera sin haber creído en Jesús para vida eterna. Si has creído que Jesús murió en tu lugar por tus pecados, evidencia tu fe apartándote del pecado, confiando plenamente en el Salvador de tu alma, y pide a su Espíritu para que te ayude a no practicar más el pecado.    Oración.

«Padre me has dado la salvación por gracia, por medio de la fe en Jesucristo; ahora quiero llevar este mensaje a mis seres queridos, a mis conocidos y a mi familia para que crean que tú nos has amado tanto que enviaste a tu hijo Jesús, para que todo aquel que crea en Él no se pierda más tenga vida eterna, amén.   

 

miércoles, 17 de julio de 2024

Tipología de Cristo y los diez mandamientos. Parte 2

 Tipología de Cristo y los diez mandamientos. Parte 2

“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.” Romanos 6:12-14.
Los diez mandamientos fueron dados para revelar el pecado del hombre, pero también fue nuestro ayo para llevarnos a Cristo ante la imposibilidad de encontrar una manera de hallar el camino de bendición y salvación por nuestros propios méritos: “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.” (Gálatas 3:24) y llevados a la fe en Cristo, ahora recuperamos el camino de bendición; accedemos a la bendición de tener estos mandamientos.
Pues ahora, bajo la gracia que significa “favor inmerecido”, al recibir a Jesús, Dios cumple esta promesa: “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Jeremías 31:33).
Bajo la gracia, los diez mandamientos no son por obligación, sino que los cumplimos porque el amor sincero de Cristo está en nuestro corazón y por lo tanto hay obediencia.
Hay un detalle no menor en la manera en que Dios escribió los mandamientos: fueron escritos en tiempo verbal como si fueran promesas por que están escritos en “futuro imperfecto”, por ejemplo dice “no robarás” observemos que NO dice “no robar”, entonces son mandamientos pero están encerrando una promesa de bendición y ahora, bajo el nuevo pacto, mandamientos que podemos acceder y por el poder del Espíritu Santo somos totalmente libres de cumplir. De hecho, el cumplirlos nos dan libertad y bendición.
Israel fue liberada y luego les fue entregada la ley, nosotros fuimos liberados por nuestro libertador Jesucristo y nos fue entregada su gracia: “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” (Juan 1:17) y su gracia es el poder para vencer el pecado como lo dice el versículo de hoy en Romanos 6:12-14. Oración Padre, muchas personas aún no saben que tú nos diste el poder para vencer el pecado y que Cristo mora ahora en nosotros para reflejar todo tu amor, guía a tu iglesia a ser luz y dejar todo legalismo y toda religiosidad, para que anunciemos la libertad que Cristo nos dio para vivir una vida en obediencia a tus mandamientos. Amén

martes, 16 de julio de 2024

Tipología de Cristo y los diez mandamientos.

 


Tipología de Cristo y los diez mandamientos.

“Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” Gálatas 3:10

“No tendrás dioses ajenos delante de mí.

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.”, Éxodo 20:3-4

Así como Dios liberó al pueblo de Israel y les dio los diez mandamientos, nosotros en Cristo somos liberados para cumplir o acceder a 10 principios de libertad y solo un libertador que los cumplió puede llevarnos a acceder a ellos, pues Cristo cumplió perfectamente la ley de Dios, la cual no solo incluía los mandamientos sino las leyes ceremoniales que se debían realizar al transgredir aunque sea uno solo de ellos. Eran un todo integral.

Cristo cumplió perfectamente los 10 mandamientos y con su muerte vino a cumplir toda la ley, pues la justicia de Dios vino sobre Cristo para pagar por nuestros delitos, que en esencia eran la transgresión de la ley (1 Juan 3:4) y al cumplirlos reflejó el carácter del Padre pues: “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;” (1 Pedro 2:22). Se atestigua también el hecho que Cristo también es nuestro sumo sacerdote sin mancha y sin pecado: “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;” (Hebreos 7:26)

Así como el pueblo de Israel falló en cumplirlos, nuestra naturaleza pecaminosa, no nos permitía observar estos mandamientos, revelando un diagnóstico interior: “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;” (Romanos 8:7) y por lo tanto no podíamos acceder a la bendición. Entonces Cristo, nuestro libertador nos liberó de la maldición por no cumplir la ley: “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” (Gálatas 3:10)

Qué maravillosa noticia todo lo que el libertador de nuestras almas realizó,   Oración.

«Padre, Cristo me liberó de la maldición de la ley y del pecado, me libró de la esclavitud para ahora vivir una vida a tu servicio, con sentido y propósito, una vida nueva con un corazón lleno de la obediencia de Jesús por el poder de tu amor derramado en mí. En el nombre de Jesús, amén

lunes, 15 de julio de 2024

La liberación

 

        La liberación


“Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir.”, Éxodo 12:21-23

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”, Juan 8:36

Hemos visto en los devocionales anteriores que el pueblo de Israel estaba esclavizado en Egipto bajo el poder del faraón (Éxodo 1:13-14), y esto representaba a la humanidad esclavizada al pecado y bajo el dominio de Satanás. (Romanos 6:20-23, Hebreos 2:14-15) y así como Moisés fue levantado como el líder que liberó a Israel, Jesús es el Salvador que nos libera del pecado, haciéndonos verdaderamente libres (Éxodo 3:10, Juan 8:36).

Durante la Pascua, los israelitas, por mandato de Dios sacrificaron un cordero para protegerse de la última plaga, y podemos ver en el nuevo testamento que el cumplimiento de este tipo es Jesús, que es el Cordero de Dios, cuyo sacrificio nos salvó del pecado. (Éxodo 12:21-23, Juan 1:29, Hebreos 9:14)

Cuando el pueblo de Israel cruzó el Mar Rojo, dejando Egipto atrás y comenzando su camino hacia la libertad se está mostrando este tipo o figura del bautismo venidero en Cristo, pues nosotros al creer en Jesús somos sumergidos en él, y pasamos de la esclavitud del pecado a una nueva vida en Cristo. (Éxodo 14:21-22, 1 Corintios 10:1-4, Romanos 6:4).

Pero un hecho trascendental fue que Dios al liberarlos les entrega 10 mandamientos, diciéndoles antes de entregarlos: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.”(Éxodo 20:2), se identifica como el Dios de Israel y como el libertador del pueblo para luego entregarle los mandamientos que los diferenciaría de otras naciones y les daría la bendición necesaria y abundante para que cuando estuvieran en la tierra prometida prosperaran, fueran una nación poderosa y no fueran derrotados por sus enemigos.

El practicar estos diez mandamientos los libraría de las prácticas abominables y autodestructivas de otras naciones, tendrían una relación con Dios que se entendería o se reflejaría en una relación con los demás.   Oración   «Padre, estaba esclavizado en el Egipto del pecado, bajo el dominio del enemigo, llevado por lo que el mundo hacía y sintiéndome solo y vacío, pero tú enviaste a Cristo a liberarme pagando un altísimo precio en la cruz, hoy me rindo ante ti y te adoro por tan inmensa libertad, en el nombre de Jesús. Amén.

domingo, 14 de julio de 2024

Se trata de Cristo. Parte 2

 


Se trata de Cristo. Parte 2

“Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no. Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.”, Éxodo 16:4-5

“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.”, Juan 6:51

Otro ejemplo del tipo y antitipo es el maná, el cual era un alimento que Dios enviaba para ser tomado diariamente, solo la porción necesaria para cada quien; este antitipo es revelado por Cristo, pues él dice acerca de si mismo: “Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo, Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.” (Juan 6:32, 33) y además confirma diciendo: “Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.” (Juan 6:48-51)

Así que entendemos claramente la revelación que también Cristo se presenta como ese maná, pero el verdadero y que también se presenta a sí mismo como el pan de vida, que debemos comer.

¿Qué aplicación práctica podemos tomar de este conocimiento profundo de su Palabra? Así como Israel recogía el maná a diario, nosotros a diario necesitamos de Cristo, para ser verdaderamente alimentados y fortalecidos espiritualmente, pero además Cristo y la Palabra de Dios están íntima y estrechamente relacionados pues comer el pan, también representa comer su Palabra, pues Jesús nos enseña en Juan 6:63 que: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”, en todo el contexto de este último versículo Jesús había estado enseñando acerca de la necesidad de comer su carne para dar a revelar a los creyentes la necesidad de aceptar su Palabra en nuestras vidas, pues él mismo es la palabra encarnada. El verbo que se hace carne y es necesario que aceptemos su sacrificio para tener vida eterna (Juan 6:56-58, Juan 1:14).

En conclusión, necesitamos alimentarnos diariamente de su palabra para permanecer en él y ser fortalecidos en el hombre interior. (Efesios 3:16)    Oración.

«Señor Jesús, tú eres mi alimento esencial y verdadero, que sostiene y llena todo mi ser, me fortaleces en tu Palabra para vivir con esperanza, gozo y paz, para hacer la voluntad del Padre viviendo cada día guiado por tu Espíritu. Amén

sábado, 13 de julio de 2024

Se trata de Cristo.

 


Se trata de Cristo.

“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.”, 1 Corintios 10:1-4

En las escrituras observamos varios tipos, signos, historias o símbolos encerrando una gran verdad espiritual, un misterio que progresivamente va a ser revelado. Uno de estos tipos es Israel esclavizada en Egipto y podemos observar cómo el nuevo testamento interpreta a Egipto como un tipo de la esclavitud del pecado o servidumbre y se enseña que Cristo nos libera del pecado (Hebreos 2:14-15, Romanos 6:20-23)

Esto también lo comprueba un tipo relacionado con el paso por el Jordán, donde el nuevo testamento revela que cuando el pueblo de Israel cruzó, ocurrió un bautismo, simbolizando el paso de la esclavitud a la libertad y esto significa pasar del pecado a una nueva vida (1 Corintios 10:1-2, Romanos 6:4).

Podemos observar en la historia del pueblo de Israel muchos tipos que nos revelan verdades espirituales que nos permiten entender profundamente el plan y propósito de Dios, pero sobre todo aplicar en nuestra vida las revelaciones o cumplimiento de estas por medio de la fe en Cristo, pues finalmente todo se trata de él; como vemos en el pasaje de hoy que Incluso el agua que brotó de la roca, es un tipo que si bien se presentó en el antiguo testamento, tuvo plena revelación en el nuevo testamento, ¡el agua de vida!. Recordemos el encuentro de Jesús con la samaritana donde él le revela que al que creyere en él le daría agua viva, revelando el Espíritu Santo que recibiría cada creyente.

Cristo estaba allí y se revelaría plenamente en el nuevo testamento para nuestra salvación y nuestra bendición ¿Qué implicación tiene esta verdad para tu vida?    Oración.

«Padre, gracias por Jesucristo, mi vida está escondida en Él, en todo lo que ahora vivo quiero tenerlo como centro, meta y propósito para conocer su amor, vivir como él vivió y hacer tu voluntad con la ayuda de tu Espíritu. Amén

viernes, 12 de julio de 2024

Escudriñemos la escritura

 


Escudriñemos la escritura

“escudriñad las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí.” Juan 5:39

Dios en la escritura usa muchos tipos, signos o símbolos para enseñarnos o ilustrarnos con contundencia y claridad una verdad, estos actúan como modelos que representan una verdad mucho más grande o enseñanzas espirituales más profundas, o incluso eventos futuros más trascendentes, pero representado o explicado con algo más sencillo o común, por ejemplo, acerca del tabernáculo nos explica la escritura que: “​​los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte” (Hebreos 8:5)

Esto se conoce como tipología, y cada tipo tiene un antitipo. El tipo es el símbolo que representa al antitipo, pero el antitipo es el cumplimiento o realización del tipo generalmente en el Nuevo Testamento, sin embargo es importante entender que estos paralelismos siempre deben estar autorizados por la Biblia. Conocer estos patrones nos ayuda a interpretar correctamente las escrituras y entender la revelación que Dios quiere mostrarnos para bendecir nuestra vida.

El propósito es finalmente que al escudriñar las escrituras, esta revelación nos lleve a conocer de manera más profunda y personal a nuestro Hacedor y a reflejar el carácter de Cristo, su testimonio es nuestra salvación y la de nuestra familia: “escudriñad las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí.” (Juan 5:39).

En los próximos devocionales, reflexionaremos profundamente sobre la revelación encerrada en estos tipos y antitipos que nos muestran un plan maravilloso de salvación y libertad para todo el que cree en Jesús.  Oración.

«Padre, te alabo, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños, a los que como nosotros fuimos salvados por gracia por medio de la fe, a los que abrimos nuestro corazón y entregamos nuestra vida al único Dios verdadero, al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo y que por el poder de tu Espíritu hemos sido lavados en su sangre y vueltos a nacer para gloria y honra de tu nombre. Amén

jueves, 11 de julio de 2024

Un alma por un alma

 

Un alma por un alma


“He aquí que todas las son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.”, Ezequiel 18:4

“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;”, 1 Pedro 3:18

En el alma están nuestros pensamientos, nuestra voluntad y nuestras emociones o sentimientos. Nuestra alma por el pecado, permanecía esclavizada e inclinada a hacer el mal. Es decir, emociones desequilibradas, confusión en nuestros pensamientos, e inclinación a hacer lo malo y a decidir lo que no agrada a Dios, porque tomábamos decisiones que no tenían en cuenta a nuestro Creador.

Si el alma que pecare muere, estábamos muertos en nuestros delitos y pecados pero Cristo se ofreció una vez y para siempre por nosotros; en su cuerpo fueron colocados todos nuestros pecados y al morir Cristo fue ejecutada la sentencia que nos era contraría y fuimos libres(Colosenses 2:14). Un alma por otra alma.

El pasaje de hoy nos enseña dos verdades: somos responsables morales de nuestro pecado; lo segundo es que el pecado trae consecuencias y la consecuencia principal es la muerte, la separación eterna con nuestro Dios santo y justo (Romanos 6:23a), pero por amor, Él nos da, por medio de la fe en Jesucristo la salvación de nuestra alma, como lo dice la escritura: “obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” (1 Pedro 1:9).

Nuestros pensamientos, sentimientos y voluntad ahora son salvados para heredar la vida eterna por la gracia de Cristo y para gloria de Dios Padre, para que ahora por el poder de su Espíritu, pensemos lo bueno, sintamos el gozo de Dios y seamos guiados por el Espíritu a hacer la voluntad de Dios.  Oración.

«Señor, me has dado vida eterna por medio de Cristo, has colocado paz en mis pensamientos, puedo experimentar el gozo en mi vida aun en medio de circunstancias adversas y puedo decidir libremente agradarte porque ya no soy esclavo del pecado. En el nombre de Jesús, amén.

miércoles, 10 de julio de 2024

Mi mejor adoración

 


Mi mejor adoración

“Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.”, Mateo 4:8-11

La tentación del diablo a Jesús que leemos en la porción bíblica de hoy, muestra la tentación mayor del maligno, promete darle todos los reinos de la tierra y la gloria de ellos; entre estos reinos estábamos tu y yo, cada uno de nosotros que Jesús anhelaba salvar. Pero resistió la tentación de apartarse del plan preciso del Padre y le responde una verdad que debiera resonar en lo más profundo de nuestro ser: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”

Adorar bíblicamente significa postrarse, rendirse completamente al Rey de Reyes y Señor de Señores, a Cristo. La adoración es exclusiva de Dios, solo a Él adoramos, solo a Él servimos. Incluso cuando servimos a los demás, realmente debemos hacerlo para Él, para su gloria y honra. (Colosenses 3:17).

Cristo venció esta tentación, triunfó sobre el maligno con la verdad poderosa y eterna de su Palabra; fuimos creados para su gloria y somos de Dios en Cristo Jesús, su propiedad exclusiva, por lo tanto debemos adorarlo solo a Él. (Isaías 43:7, 1 Corintios 6:19).

El ladrón viene a robar esta verdad de nuestro ser, a destruir nuestro propósito y a matar nuestra esperanza, pero recordemos que le pertenecemos al buen Pastor y nadie nos arrebata de su mano. (Juan 10:27-28)    Oración.

«Padre, por medio de Cristo puedo ofrecerte una adoración en Espíritu y verdad, rindiendo mi corazón para servirte solo a ti porque soy tuyo comprado con la sangre de Jesús para gloria de tu nombre. Amén.

martes, 9 de julio de 2024

Sanidad,

 


Sanidad,

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”, Isaías 53:4-5

“y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.”, Éxodo 15:26

La Palabra hebrea para “enfermedad” se pronuncia “kjolí” y deriva de “kjalá” que significa o se relaciona con desgaste o debilidad; relacionado a este concepto en el salmo 31:10 dice: “Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido”, entonces la enfermedad se asocia con la pérdida de fuerza y debilitamiento del cuerpo.

Dios es la fuente de nuestra sanidad así como es la fuente de nuestra fuerza, como lo dice Isaías 40:31 “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” y en Salmos 23:3 “Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.”

Sin embargo podríamos estar enfermos físicamente, pero el Señor nos da la fuerza, la resistencia para continuar: “Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas” (Salmos 147:3), es decir, nos reconforta aún en medio del quebranto.

El Señor es nuestro proveedor también de la salud, en el antiguo testamento a su pueblo se presenta como “Jehová tu Sanador” y se usa la palabra hebrea que se pronuncia “rafá” y significa en el contexto moderno médico: Dios es nuestro médico (Éxodo 15:26).

Como podemos observar tenemos un Dios que tiene el poder de sanarnos, que promete sanarnos y que nos sustenta en medio de la enfermedad en este mundo caído, para que en todo dependamos de su provisión y previsión para mostrar su gloria en nosotros. (Juan 9:1-3)    Oración.

«Padre tú eres mi sanador, te glorías a través de los médicos y la ciencia trayendo a mi vida medicina y sanidad, te alabo y me coloco en tus manos de misericordia y amor en el nombre de Jesús. Amén