martes, 30 de julio de 2024

El Hijo del hombre

 


El Hijo del hombre

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;”, Filipenses 2:5-7

“como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”, Mateo 20:28

Jesús se hacía llamar “el Hijo del Hombre”, haciendo clara referencia con la profecía acerca del Mesías esperado por Israel (Daniel 7:13-14). Pero también corresponde al hecho de que se identifica con la raza humana que viene a salvar, siendo el postrer Adán (1 Corintios 15:45)

Jesús era totalmente Dios, pero también era un ser humano (Juan 1:1,14). Se despoja de sí mismo y toma forma de siervo para morir por nuestros pecados. Por esta razón es nuestro ejemplo perfecto pues al despojarse se somete en total dependencia a su Padre y guiado por el Espíritu Santo, en total obediencia, esto lo demuestra su necesidad de orar constantemente y hacer la voluntad del Padre: “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.” (Juan 5:19)

Orar y hacer, para darnos ejemplo de vida como lo enseña a sus discípulos: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.” (Juan 13:15)

Todo el que cree en él debe creer lo que dice 1 Juan 4:2: “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios” y luego de creer es llamado a como hijo obediente, siguiendo el ejemplo de Jesús, ya no viva para sí mismo, sino para aquel que murió y resucitó por él, haciendo la voluntad del Padre (2 Corintios 5:15).

Así como Él se identificó con la raza humana, nosotros estamos llamados a seguir su ejemplo orando y obedeciendo al Padre, lo podemos hacer porque así como el Espíritu Santo vino sobre Jesús, ha venido a morar sobre cada uno de nosotros para guiarnos en todas las cosas. El se hizo hijo del hombre, para que nosotros fuéramos hijos de Dios.   Oración.

«Amado Padre, vengo a ti sabiendo que soy débil pero que por la fe soy sumergido en Cristo, son lavados mis pecados y ahora lo que es verdad en Cristo es verdad en mí, para tu gloria y honra. En el nombre de Jesús y con la guía de tu Espíritu. Amén.

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