lunes, 15 de julio de 2024

La liberación

 

        La liberación


“Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir.”, Éxodo 12:21-23

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”, Juan 8:36

Hemos visto en los devocionales anteriores que el pueblo de Israel estaba esclavizado en Egipto bajo el poder del faraón (Éxodo 1:13-14), y esto representaba a la humanidad esclavizada al pecado y bajo el dominio de Satanás. (Romanos 6:20-23, Hebreos 2:14-15) y así como Moisés fue levantado como el líder que liberó a Israel, Jesús es el Salvador que nos libera del pecado, haciéndonos verdaderamente libres (Éxodo 3:10, Juan 8:36).

Durante la Pascua, los israelitas, por mandato de Dios sacrificaron un cordero para protegerse de la última plaga, y podemos ver en el nuevo testamento que el cumplimiento de este tipo es Jesús, que es el Cordero de Dios, cuyo sacrificio nos salvó del pecado. (Éxodo 12:21-23, Juan 1:29, Hebreos 9:14)

Cuando el pueblo de Israel cruzó el Mar Rojo, dejando Egipto atrás y comenzando su camino hacia la libertad se está mostrando este tipo o figura del bautismo venidero en Cristo, pues nosotros al creer en Jesús somos sumergidos en él, y pasamos de la esclavitud del pecado a una nueva vida en Cristo. (Éxodo 14:21-22, 1 Corintios 10:1-4, Romanos 6:4).

Pero un hecho trascendental fue que Dios al liberarlos les entrega 10 mandamientos, diciéndoles antes de entregarlos: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.”(Éxodo 20:2), se identifica como el Dios de Israel y como el libertador del pueblo para luego entregarle los mandamientos que los diferenciaría de otras naciones y les daría la bendición necesaria y abundante para que cuando estuvieran en la tierra prometida prosperaran, fueran una nación poderosa y no fueran derrotados por sus enemigos.

El practicar estos diez mandamientos los libraría de las prácticas abominables y autodestructivas de otras naciones, tendrían una relación con Dios que se entendería o se reflejaría en una relación con los demás.   Oración   «Padre, estaba esclavizado en el Egipto del pecado, bajo el dominio del enemigo, llevado por lo que el mundo hacía y sintiéndome solo y vacío, pero tú enviaste a Cristo a liberarme pagando un altísimo precio en la cruz, hoy me rindo ante ti y te adoro por tan inmensa libertad, en el nombre de Jesús. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario