martes, 9 de julio de 2024

Sanidad,

 


Sanidad,

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”, Isaías 53:4-5

“y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.”, Éxodo 15:26

La Palabra hebrea para “enfermedad” se pronuncia “kjolí” y deriva de “kjalá” que significa o se relaciona con desgaste o debilidad; relacionado a este concepto en el salmo 31:10 dice: “Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido”, entonces la enfermedad se asocia con la pérdida de fuerza y debilitamiento del cuerpo.

Dios es la fuente de nuestra sanidad así como es la fuente de nuestra fuerza, como lo dice Isaías 40:31 “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” y en Salmos 23:3 “Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.”

Sin embargo podríamos estar enfermos físicamente, pero el Señor nos da la fuerza, la resistencia para continuar: “Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas” (Salmos 147:3), es decir, nos reconforta aún en medio del quebranto.

El Señor es nuestro proveedor también de la salud, en el antiguo testamento a su pueblo se presenta como “Jehová tu Sanador” y se usa la palabra hebrea que se pronuncia “rafá” y significa en el contexto moderno médico: Dios es nuestro médico (Éxodo 15:26).

Como podemos observar tenemos un Dios que tiene el poder de sanarnos, que promete sanarnos y que nos sustenta en medio de la enfermedad en este mundo caído, para que en todo dependamos de su provisión y previsión para mostrar su gloria en nosotros. (Juan 9:1-3)    Oración.

«Padre tú eres mi sanador, te glorías a través de los médicos y la ciencia trayendo a mi vida medicina y sanidad, te alabo y me coloco en tus manos de misericordia y amor en el nombre de Jesús. Amén

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