viernes, 12 de mayo de 2023

La obediencia. Parte 1

 

La obediencia. Parte 1

 “Porque he descendido del cielo, no pa


ra hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” Juan 6:38

Este mes hemos estudiado las claves que se necesitan para tomar decisiones con base en los principios de Dios, vimos la primera: Conocer y creer en la palabra de Dios, y el día de ayer finalizamos con el estudio de la segunda: La oración; y aunque estas claves son de vital importancia de nada servirían si no vinieran acompañadas de la obediencia.

Y es que si observamos detenidamente la vida de Jesús podríamos decir que algo que lo caracterizaba era su obediencia, la manera en la que sujetaba su voluntad humana a la voluntad del Padre; y si Jesús fue llamado a hacerlo ¿Qué nos hace pensar que nosotros no? Y es que cuando para Jesús la obediencia no era algo negociable en su vida, ante nosotros diera la impresión de que sí lo es, y es aquí cuando cometemos un gran error, pues nosotros fuimos creados para obedecer a Dios (Colosenses 1:16, Eclesiastés 12:13)

Bien es cierto que el Señor nos creó con voluntad, la capacidad de decidir si hacemos o no hacemos algo, pero esa voluntad nos fue dada para sujetarla a la voluntad de Dios; y vemos cómo en el Huerto del Edén lo que se nos otorgó para bien, se terminó inclinando hacia el mal, porque cuando Dios mandó a Adán y Eva que no comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 2:17), les estaba diciendo en pocas palabras que tendrían que tomar la decisión de: primero, confiar en Dios, en que si comían de aquel fruto morirían; y segundo, obedecer y no comer del fruto aquel. El problema es que Adán y Eva no tomaron la decisión correcta, pues decidieron sujetar su voluntad no a lo que Dios dijo, sino a sus propios pensamientos y emociones.

Hoy en día vemos cómo en nuestras vidas pasa lo mismo, pues al igual que ellos, hemos experimentado lo que significa no sujetar nuestra voluntad a la voluntad de Dios, pero en los siguientes devocionales pondremos nuestra mirada en Jesús, quien nos ha venido a enseñar que aun nosotros también podemos seguir su ejemplo y obedecer a Dios, pero con la ayuda de su Espíritu Santo.  Oración.

«Padre, enséñame a través de la vida de Jesús, cuán importante es la obediencia, y llévame a entender cómo la puedo poner en práctica en mi vida, con la ayuda de tu Espíritu Santo, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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