viernes, 22 de marzo de 2019

EL LLAMADO DE DIOS


EL LLAMADO DE DIOS
Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.  Lucas 5:8-10
Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.  1 Corintios 1:26-29
Muchos se enaltecen de sus logros temporales, pero todos tenemos muchas debilidades. A pesar de esto, Dios conociendo el corazón del hombre nos envió el modelo perfecto de amor y santidad para que habitara entre nosotros y luego en nosotros, y por su sacrificio en la cruz, nos concedió la capacidad de agradar a un Dios perfecto y Santo a través de la fe.
Entonces por lo que Él hizo, y no por lo que nosotros hayamos hecho o merecido, podemos acercarnos con toda confianza a su presencia, pero también nos dejó la promesa de que seremos semejantes a Él (1 Juan 3:2), siendo personas débiles, nuestra fuerza y capacidad radica en la confianza que depositamos en Cristo y en la dependencia a su poder y amor.
Por esto Dios llama a hombres que, según el modo del mundo, no son poderosos, ni sabios, ni nobles, sino que se rinden a sus pies, que se despojan de su propia humanidad para vivir por Él y para Él.
El primer paso del llamado de Dios, como lo vemos en Pedro, es arrepentirnos de nuestros pecados, reconocer nuestra debilidad y necesidad de Jesús, ir a sus brazos a recibir de Él la verdadera sabiduría, poder y amor esencial para vivir agradándole al Padre.
¿Estás atendiendo el llamado de Dios para dejar todo pecado y temor, y ser ahora pescador de hombres?    Oración.
Señor, que mis oídos estén atentos a tu llamado, a reconocer que no es en mi propia fuerza, sino en tu poder y amor, que soy fuerte. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.        

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