miércoles, 23 de enero de 2019

LA PUERTA ABIERTA


LA PUERTA ABIERTA  

Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque, aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. Apocalipsis 3:7-8
porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios. 1 Corintios 16:9
Filadelfia era una ciudad fronteriza situada estratégicamente entre Lidia, Misia y Frigia, por su posición se extendió fácilmente la cultura y la lengua griega hacia los pueblos bárbaros, se unía por una gran carretera con Pérgamo, Tiatira y Sardes lo que facilitaba la movilización de ejércitos, caravanas de comerciantes y luego el trabajo misionero cristiano.
La gran promesa de nuestro Cristo resucitado y triunfante es que ha abierto una puerta delante de nosotros la cual nadie puede cerrar. ¿A qué se refiere esto? Pablo les escribió a los corintios acerca del trabajo que tenía por delante, se puede estar refiriendo a la puerta de la oportunidad misionera. Debemos orar siempre para que se abran puertas para la predicación de la Palabra.
Siempre habrá una puerta para compartir de Cristo que se abre delante de cualquier cristiano sin necesidad de ir tan lejos a buscarla. En nuestro círculo más cercano, la familia, vecindario, trabajo o estudio, hay personas necesitadas de Dios, por eso debemos aprovechar esa oportunidad que no sólo es una responsabilidad, sino un privilegio tener.
En el camino cristiano la recompensa de un trabajo es más trabajo por hacer. Filadelfia había sido fiel guardando la Palabra y compartiendo el nombre de Jesús, entonces el Señor les dio más oportunidades para mostrar su fe. La puerta que se le abrió a Filadelfia fue Jesucristo mismo.
Y Jesús es la puerta para todos los seres humanos: Juan 10:9 “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”. Él es la puerta de acceso al reino de Dios y siempre está invitando a entrar.
Hay otra puerta que debemos tener siempre en cuenta y es la puerta de la oración que siempre está abierta hacia Dios y nadie la puede cerrar; es un deleite poder acercarnos confiadamente a la presencia de nuestro Padre, siempre dispuesto y esperándonos con su eterno amor. Recordemos que el cielo siempre está abierto para nosotros. Hechos 7:56 “y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Oración.
Señor Jesucristo, gracias por ser la puerta de acceso al cielo, por haberme dado la oportunidad de acercarme a la presencia del Padre por tu muerte en la cruz, por asegurar mi camino hacia la eternidad. Sigue abriendo puertas delante de mí para llevar tu mensaje de amor a otras personas. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario