domingo, 13 de enero de 2019

FE


FE

.no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador", Tito 2:10
Al referirnos al tercer ramillete del fruto del Espíritu Santo: fe, mansedumbre y templanza, nos referimos al hombre interior, tiene que ver con nuestra relación con nosotros mismos. La fe que mencionaremos de primera, no es la fe ejercitada por el cristiano por el hecho de creer, para ver milagros, señales y prodigios, sino que es la lealtad y fidelidad producida por el Espíritu Santo en nuestro caminar con Dios.
Fidelidad viene del griego pistas y significa: ser digno de confianza. Esta palabra implica fiel en el sentido de que la persona es de confiar por su fidelidad. Es la clase de fidelidad que demostró Jesús en su ministerio. Filipenses 2:7-9 “sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre.
La fidelidad es un rasgo del carácter que se prueba en las pequeñas cosas como lo indicó Jesús en Mateo 25:21 “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré”. La falta de fidelidad es clara señal de inmadurez espiritual. Cuando somos maduros, Dios nos da responsabilidades, cuando somos desobedientes y rehusamos aceptar responsabilidades somos infieles.
Lo correcto e incorrecto se prueba en las cosas grandes y en las pequeñas. El pueblo de Israel por su carencia de fe, se volvió en varias ocasiones infiel a Dios, buscó dioses falsos e hizo alianzas con pueblos paganos, esto tuvo consecuencias, pues le tocó vagar por el desierto 40 años hasta terminar con la generación incrédula e infiel.
Llegar a tener el carácter de Cristo toma tiempo, hay que ser pacientes y fieles mientras somos formados. Santiago nos exhorta a ser fieles a su Palabra que nos llevará a ser bienaventurados en todo lo que hacemos. Santiago 1:25 “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Nuestra fidelidad con Dios es la que va a ser juzgada en el tribunal de Cristo. (1 Corintios 3: 13-16). No permitamos que las cargas y los afanes de este mundo influyan en nuestro fiel caminar con Dios.  Oración.
Amado Señor Jesucristo, ayúdame a ser fiel en mi caminar contigo, que nada en este mundo me desvíe de mi fe, ni que las circunstancias difíciles me hagan dudar de ti y me vuelvan incrédulo. Quiero ser fiel hasta el fin. Amén.        Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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