martes, 10 de febrero de 2009

Desde El Corazon Del Padre

"Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación."
Santiago 1:17 RV



De todos modos, no dijo el mismo Jesús, "Ninguno hay bueno sino Un Dios." (Matthew 19:17)? ¿Esto es una declaración difícil para asimilar, verdad? ¿No nos gusta a todos nosotros pensar que toda la gente básicamente es buena? Y si nuestro instrumento para medir lo "bueno" es compararnos contra Adolfo Hitler o Charles Manson, entonces supongo que salimos ganando. Pero Dios no usa a otros seres humanos como Su estándar para medir lo bueno o lo malo. Su único estándar para medir lo bueno es Jesús -- esto quiere decir que para considerarnos buenos también debemos de ser perfectos, como Jesús. ¿Cabe alguno en esta categoría? Pienso que no.

Conozco a mucha gente agradable, y espero que los ellos me consideren a mí como tal. Pero agradable y bueno no son la misma cosa. Aparte de Jesús que vive Su vida en y por mí, no hay nada bueno en mí en lo absoluto, y con seguridad no me califico como un ser perfecto. Pero aún así bueno y perfecto -- y libre de pecado -- es lo que es requerido de nosotros hasta el día que entremos en la presencia de Dios. Sobra razonar, por lo tanto, que cuando tomamos nuestro último aliento y pasamos de este mundo roto y lleno de pecado a la presencia del Padre, deberíamos hacerlo con la bondad y la perfección del Hijo como nuestra tarjeta de presentación.

Dios el Padre nos ha enviado ese regalo bueno y perfecto que es Jesús para permitirnos compartir la eternidad con Él. Esto es un Regalo que no nos atrevemos a rechazar, ya que es el único que califica. ¡Podemos no sólo asegurarnos que hemos recibido personalmente ese Regalo, pero podemos también dedicárnoslo de nuevo al ofrecer ese mismo Regalo a tantos otros como se nos sea posible!

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