sábado, 6 de septiembre de 2014

Hechos 2:36,38

Hechos 2:36,38
Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Y les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.



No sé si te ha pasado pero a mí sí. ¿De qué estoy hablando? De compartir a Cristo con miedo de hacer sentir mal a alguien. Hablar de Jesús “de puntitas” pues no queremos juzgar ni criticar. Si bien, el no juzgar ni hacer sentir mal a nadie es lo correcto, no significa que por ello debemos “esconder” las palabras fuertes que nos deja la Biblia. No podemos cambiar lo que nos dice Jesús porque pensamos que la gente puede acercarse más a Dios si primero les damos el paso uno y luego el paso dos. Hay verdades que Jesús nos mostró como básicas para poder ser sus discípulos “Y ustedes quién dicen que soy” les preguntó. El Cristo respondió Pedro. ¿Tú quién dices que es Jesús? ¿Cómo hablas de Él? ¿Compartes su evangelio?
La verdad es que Dios no se aferró a ser dios y se hizo hombre y cargó con la cruz de nuestros pecados y fue crucificado pagando con su sangre por lo que nosotros hicimos. Pero no quedó ahí. Fue resucitado al tercer día. Se presentó ante cientos de personas para confirmar que había vencido a la muerte y hoy está sentado a la derecha del Padre. Nos dejó su evangelio en el cual claramente dice que no podemos ser reconciliados ni llegar a Dios si no es por medio de Él. Nadie más puede interceder por nosotros. Jesús y solamente Él.
Hoy en día, la gente no está crucificando a Cristo como lo leemos en los versículos. Lo que sí están haciendo es lo contrario a lo que Pedro nos dice en este pasaje. Él dice arrepentíos y la gente hoy dice que no tiene nada de qué arrepentirse, que su estilo de vida está bien y debe ser respetado, que no molesta a nadie y que al ser bueno no puede estar tampoco en conflicto con Dios o por lo menos no lo está con su dios. Nos manda posteriormente a bautizarnos. El bautizo es una decisión personal. Nadie la puede tomar por ti ni obligarte a ella. Es la confirmación y demostración a los demás de que te has arrepentido de tus pecados y le has pedido a Dios que sea el Señor y Salvador de tu vida.
El mejor ejemplo para compartir del evangelio es Jesús. Si amas a Dios sabes que es tu deber compartir de su palabra. Te recomiendo que analices cómo hablaba Jesús y busques hacer lo mismo. A mi parecer, Pedro entendió lo que Jesús hacía al hablar. Utilizar la verdad siempre de la mano del amor. Asesinos y pecadores nos dijo Pedro pero también nos dice que nos arrepintamos y reconciliemos con el Padre que nos ama y quiere de vuelta…

Oración
Señor: quiero seguirte. Quiero pedirte que limpies mis pecados y que seas mi Señor y Salvador. Quiero compartir tu palabra sin restricción ni incompleta pensando que alguien pueda sentirse ofendido. Te pido que me des sabiduría y amor para siempre dirigirme a las personas como Jesús lo hizo. Te pido todo esto en el nombre de Jesús.
Amén

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