domingo, 14 de septiembre de 2014

Colosenses 2:20-23

Colosenses 2:20-23

Si con Cristo ustedes ya han muerto a los principios de este mundo, ¿por qué, como si todavía pertenecieran al mundo, se someten a preceptos tales como: no tomes en tus manos, no pruebes, no toques? Estos preceptos, basados en reglas y enseñanzas humanas, se refieren a cosas que van a desaparecer con el uso. Tienen sin duda apariencia de sabiduría, con su afectada piedad, falsa humildad y severo trato del cuerpo, pero de nada sirven frente a los apetitos de la naturaleza pecaminosa.

No cabe duda que Dios nos conoce mejor que nosotros mismos. Nosotros seguimos cayendo en situaciones que Dios por adelantado nos advierte que no serán de provecho y aún así nos vemos involucrados en ellas.
La iglesia en Colosas estaba en un momento en el cual, crecían en conocimiento y comunión con Cristo, pero querían seguir utilizando o agregando costumbres, tradiciones o ritos. Se prohibían tocar o probar cosas y se restringían de ciertas actividades. ¡Lo más sorprendente es que el día de hoy estemos igual que hace dos mil años! Seguimos queriendo aumentar sacrificios y rituales a nuestra comunión con Dios pensando que la haremos más santa o más perfecta. ¿Cómo puede llegar la perfección de lo imperfecto? Solamente Dios puede mostrarnos el camino para nuestra comunión con Él y nadie más. Nuestras “grandes ideas” solamente entorpecen ese camino y su desarrollo.
Cuando la Biblia habla sobre la apariencia de estas obras y las confronta con la realidad del pecado de la carne, me sorprende que a veces tomemos tan a la ligera los mandamientos y enseñanzas de nuestro Señor. Si realmente entendiéramos lo alejado que está de Dios el buscar la sabiduría, piedad y humildad fuera de Él, no veríamos a tantas personas desviándose del camino puesto que nos dedicaríamos a predicar con gran esfuerzo sobre el error de seguir estos principios.
No sigas nada más por seguir. Si yo escribo algo, no lo creas solo por creer. Confirma que lo que aprendes, esté basado en la palabra de Dios. La Biblia nos muestra solamente dos principios a seguir en cuanto a rituales de remembranza: la cena del Señor (o comunión con Él) y el bautismo. Precedidos obviamente por el arrepentimiento de pecados y el reconocimiento de la necesidad de un salvador que es Cristo Jesús.
Una vez que has aceptado a Jesús en tu corazón, comienzas una nueva vida. Por esta razón, Pablo pregunta el por qué seguimos regresando al camino viejo, a las andanzas erróneas. ¿Por qué nos son tan atractivas y envolventes? ¿Qué no hemos aprendido que no nos llevan a ningún lado? El seguir a Jesús significa dar la espalda al mundo y dejar atrás aquello que interrumpe tu comunión con Él. Analiza tu vida y medita sobre tus costumbres y si están basadas o no en la Biblia. No en lo que alguien te ha dicho sino la Biblia misma.
Conforme he ido aprendiendo más y más de la palabra de Dios, me he dado cuenta de la diferencia entre lo que enseña Jehová y las enseñanzas que tenemos los hombres. Las segundas, como dice el versículo, tienen apariencia de sabiduría, bondad y humildad mientras las primeras son verdad de sabiduría, bondad y humildad. ¿Lo puedes entender? ¡Dejemos atrás lo humano y sigamos lo divino!

Oración
Padre: Santo eres y sobre todo misericordioso pues me perdonas mis faltas sin que yo lo merezca. Te quiero pedir perdón por aquellas costumbres con las que he continuado y ahora entiendo que no te agradan e incluso que no las has ordenado Tú. Ayúdame a entender que lo que el hombre hace es solamente apariencia de y lo que Tú haces es verdad. Guíame en tu camino, en el nombre de Jesús.
Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario