martes, 24 de diciembre de 2024

Salud, paz y prosperidad

 


Salud, paz y prosperidad

“Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Lucas 2:8-14

Salud, paz, prosperidad, alegría, y otros más son los deseos que solemos escuchar por estas fechas de Navidad; sin embargo, para la mayoría de personas que los reciben y también los dan, no pasan de ser más que bonitos y pasajeros deseos, por cuanto carecen de un firme fundamento. Realmente se desconoce el significado profundo y trascendental de la palabra “Navidad”

“Navidad” significa “nacimiento”, y en este caso particular nos estamos refiriendo al nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios que fue enviado a la tierra para dar salvación y vida eterna (Juan 3:16). Observamos en el pasaje bíblico de hoy, el momento en que se les anuncia por parte de un ángel del Señor a tres humildes pastores, el nacimiento de El Salvador, y dice la Escritura que una vez el ángel les comunicó la buena noticia, repentinamente aparecieron ejércitos celestiales alabando y glorificando a Dios, por la buena voluntad que tuvo hacia la humanidad, “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”

De modo que, es el nacimiento de Jesucristo, el único y verdadero fundamento que nos da la certeza y seguridad de que a nuestra vida puede llegar y podremos disfrutar de amor, gozo, paz, salud, prosperidad y toda bendición, pues fue la buena voluntad de Dios para la humanidad enviar a su Único Hijo al mundo para que todo aquel que crea en Él y lo reciba en su corazón como su Señor y Salvador, sea adoptado como su hijo y hecho partícipe y heredero de las riquezas del reino celestial (Juan 1:12, Colosenses 1:13, Filipenses 4:19). De manera que, si tú hoy anhelas que tu vida y la de todos tus seres queridos sean llenas de todo buen regalo y todo buen deseo, permite que Jesús nazca en tu vida e invita a los otros para que con una sencilla y sincera oración le pidan al Señor Jesucristo que hoy nazca en su corazón.    Oración.

«Bendito Dios, gracias, gloria y honra para ti, por la gran dádiva y la gran misericordia que has tenido con todo pueblo de la tierra, te alabamos y te bendecimos por enviar a tu Hijo Jesucristo. Hoy digo con mi boca y creo en mi corazón que tú, Señor Jesús, eres mi Señor y Salvador, mi corazón hoy quiere ser ese pesebre donde tú ahí nazcas, pero sobre todo, que permanezcas, pues este duro, frío y vacío corazón necesita que Tú lo vengas a llenar y transformar con tu perfecto amor, amén.

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