jueves, 12 de diciembre de 2024

Así como Jacob peleó

 


Así como Jacob peleó

“Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc. Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. ” Génesis 32:22-30

Persistir por la bendición de Dios sin importar los cambios o dolores que esto pueda implicar para nosotros, es lo que vemos hoy en la vida de Jacob.

Muchas veces nos pasa que anhelamos una bendición para nuestra vida, pero mientras vamos camino a ella, orando y siguiendo la voz de nuestro Señor, solemos desanimarnos y quisiéramos mejor retroceder, pues nos damos cuenta de que el trayecto quizá no es tan corto y plano, sino que, por el contrario, requiere de persistencia y mucho esfuerzo.

Así que, debemos saber que el camino o proceso para lograr recibir y disfrutar una bendición de Dios, está marcado por momentos que no son fáciles y quizás tampoco agradables, pero que sin duda, pronto nos daremos cuenta de que eran completamente necesarios, porque de este modo el Señor nos preparó para recibir su favor.

Ciertamente, el Señor no anhela multiplicar o aumentar nuestras finanzas, sin antes formar nuestro corazón para que luego no se convierta en un adorador de las riquezas, y es entonces, por ello, que nos ha concedido el principio del diezmo (Malaquías 3:10). Hermanos, que esta lucha que tenemos diariamente entre hacer las cosas de manera independiente o someternos a la voluntad de Dios, la peleemos al igual que Jacob, es decir, con Dios, pues es en esos tiempos de persistencia en intimidad con Él, donde nuestro carácter va siendo moldeado preparándonos para recibir su favor; así que, no nos fijemos en el dolor pasajero que pueda causar a nuestro orgullo o propia inteligencia, la instrucción o el mandato del Señor, pues con toda seguridad esto terminará en una gran y permanente bendición.   Oración.

«Padre bueno, que el conocimiento espiritual que me has concedido de ti y tu Hijo Jesucristo, por medio de tu palabra y la revelación de tu Espíritu, me lleve a cada día confiar más en tu buena, perfecta y agradable voluntad, pues sé que aún los tiempos de dolor o aflicción son dispuestos por ti, para que en intimidad y perseverancia, sea yo formado y preparado para así recibir todo lo que tienes para mí, por Jesucristo, mi Señor y Salvador, amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario