viernes, 8 de febrero de 2019

MI TAREA


HAZ QUE REALICE BIEN MI TAREA
un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres", Efesios 4:6-8
En la relación de Dios con su iglesia podemos distinguir tres frases proposicionales: “sobre todos, por todos y en todos”. La primera frase “sobre todo”, se refiere a Dios como la autoridad máxima que reina sobre todos, reina sobre la creación, reina sobre la familia estableciendo su orden y reina sobre la iglesia en unidad espiritual.
La segunda frase “por todos” representa la inmanencia de Dios con su presencia, que penetra, controla y sustenta todas las cosas. Su obra se manifiesta a través de todos sus hijos por medio de la iglesia influyendo en todo lugar.
Finalmente, la frase “en todos”, indica que el Señor mora en cada creyente por medio de su Santo Espíritu en una relación única, íntima y personal. Esta presencia es la que da unidad a la iglesia, independientemente de la diversidad de sus miembros, trayendo la comunión de unos con otros y con el Padre, Hijo y Espíritu Santo.
También nos muestra la particularidad de cada creyente, que ha recibido por la gracia de Dios dones para servir y ser de bendición para la iglesia. Ese don conferido por Cristo a través del Espíritu Santo es la capacidad o dotación para realizar un oficio en especial y desarrollar así, los distintos ministerios. Efesios 4:11-12 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.
El Señor Jesucristo que venció la cautividad de nuestras almas del pecado, la muerte y el dominio de Satanás, asciende glorioso a los cielos y en vez de tomar tributo por la victoria, reparte dones a los hombres, dándolo todo. Efesios 4:10 “El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo”. Vuelve al cielo que había abandonado por un tiempo después de cumplir con su misión en la tierra, toma de nuevo su lugar y le da de su gloria a los suyos, dotándolos de dones para que su iglesia pueda continuar la obra de extender su reino en la tierra hasta que él vuelva.
Demos gracias a Jesús por su generosidad, no sólo vino a dar su vida para rescatarnos, sino que nos escogió para llenarnos de su presencia y dotarnos de diversidad de capacidades espirituales para poder servirle.  Oración.
Amado Jesús, ¡cuánta generosidad hay en tu corazón!, no sólo te desprendiste de toda tu majestad para hacerte hombre y venir a morir por mis pecados, sino que en tu infinita gracia me dotaste de capacidades espirituales para servirte y cumplir con tu mandato de llevar el evangelio. Gracias Señor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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