Las cosas que dañan nuestra relación con Cristo
“Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder
las viñas; Porque nuestras viñas están en cierne”. Cantares 2:15
Las pequeñas zorras pueden destruir nuestra vida espiritual.
Un ejemplo de “zorras pequeñas” son todos aquellos problemas que pueden
perturbar o destruir nuestra relación con Dios, Debemos pedir al Espíritu Santo
que nos escudriñe y nos muestre los pecados sutiles que pasamos por alto, la
falta de amor, de perdón, el orgullo espiritual, las falsas creencias, los
pensamientos impuros, el egoísmo, la indiferencia, el desánimo, la frustración,
la pereza, la falta de propósito, la incredulidad, la dureza de corazón, y
demás, que nos llevan a pecados más grandes. Pidamos al Señor que examine
nuestro corazón, Salmos 139:23-24 “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y
guíame en el camino eterno”.
Generalmente son tan imperceptibles, que surgen cuando quizás
estamos dando fruto y dañan todo lo que el Señor quiere hacer a través de
nosotros. Como dice Mateo 13:26 “Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces
apareció también la cizaña”.
Cuando nos desviamos de la verdad por vivir en conformidad
con el mundo, son zorras pequeñas que estorban lo que es bueno para nosotros,
por eso debemos hacerlas a un lado. Las zorras pequeñas son las que dañan
nuestra relación con Cristo. A veces describimos nuestros deslices con frases
como estas: “una insignificante mentirita blanca”, “solo lo tomé prestado…ya lo
devolveré”, “solo fue una miradita…” y siempre justificamos lo que el Señor
desaprueba. Las zorras pequeñas atacan nuestra sensibilidad espiritual y si las
dejamos pasar, aunque estén mal, luego vendrán problemas mayores. La Palabra de
Dios nos exhorta continuamente a cuidar nuestro corazón. “Sobre toda cosa
guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”, (Proverbios 4:23).
Dios tiene un conocimiento perfecto de nosotros, y todos
nuestros pensamientos y acciones están abiertos ante Él. Por eso, este año
nuevo dejemos que, al meditar en las verdades divinas, éstas sean de provecho
espiritual al aplicarlas a nuestros propios casos, con un corazón humilde
elevado a Dios en oración, pidámosle perdón.
Oración.
«Señor Jesús, guárdame de aquellas cosas que parecen
“pequeñas zorras” que pueden arruinar mi relación contigo, no permitas que mi
corazón se endurezca y pierda la sensibilidad por tu Palabra que es la que me
corrige y me guía por sendas de rectitud. Ayúdame a identificar cualquier
situación que para mí puede ser normal pero que es pecado a tus ojos, por eso,
examina mi corazón y no permitas que nada ni nadie asalte mi viña y estropee el
fruto que estoy produciendo para glorificarte solo a ti, amén.
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