El evangelio es para todos
“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor
Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación
entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un
pobre con vestido andrajoso,y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida
y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en
pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros
mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?”. Santiago 2:1-4
“Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no
hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio”. Santiago 2:13
“Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y
enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el
camino de Dios con verdad”. Lucas 20:21
Dice la Palabra de Dios que no podemos creer que tenemos fe
en nuestro glorioso Señor Jesucristo si seguimos haciendo discriminaciones. La
frase “hacer acepción de personas” significa obrar con parcialidad a favor de
alguien porque es rico, influyente o popular. Los mismos fariseos y escribas
admitieron que Jesús no hacía acepción de personas, (Lucas 20:21).
El apóstol Pedro a través de la visión del lienzo con
animales limpios e inmundos, aprendió que el Dios soberano del universo no hace
discriminaciones y que el evangelio es universal como dice Hechos 10: 34-36:
“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace
acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace
justicia. Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de
la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos”. Los judíos y gentiles
tienen el mismo trato de Dios porque Él no tiene favoritismos. El apóstol Pablo
entendió esto tan claro que asumió el ministerio a los gentiles con mucho amor
por ellos y declaró que el que hace discriminación de personas obra con
injusticia. Colosenses 3:25 dice: “Mas el que hace injusticia, recibirá la
injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas”.
Jesús tuvo que exhortar a los líderes religiosos de su época
por la discriminación con la gente más pobre, más necesitada y vulnerable, los
veían como escoria humana y violaban así el mandamiento de amar al prójimo como
a sí mismos, (Lucas 10:27).
Como creyentes en un Dios bondadoso y misericordioso, no
debemos dejarnos influenciar indebidamente por la posición social, el
prestigio, el poder o la riqueza de una persona, esto es un pecado que aun los
profetas del Antiguo Testamento condenaron. Veamos Malaquías 2:9-10a “Por
tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como
vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de
personas. ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?”.
Debemos entonces seguir el ejemplo de Jesús, enseñando el camino de Dios con
verdad y sin hacer acepción de personas.
Sigamos el buen camino, que es el del amor a Dios y a
nuestros semejantes, no porque lo imponga alguna ley externa, sino porque el
amor de Cristo que tenemos en nuestro corazón nos hace desearlo. Es la fe que
obra por el amor. Oración.
«Amado Padre, escudriña mi corazón y mira si he obrado
injustamente al hacer discriminación de personas, tú quieres que ame a mi
prójimo como a mí mismo, porque todos hemos sido creados a tu imagen y semejanza.
Dame tus ojos para ver a los demás como tú los ves, porque tú no miras la
apariencia, sino el corazón de las personas y has dado las buenas noticias de
salvación para todos. Permite que manifieste mi fe en ti aceptando y amando a
los demás. En Cristo Jesús, amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario